viernes, 9 de febrero de 2024

Qué tristes y dolorosas realidades perpetradas "en el nombre de dios" por el imperio de las religiones, qué injusto que el Estado y su "justicia" protejan ese disparate y miren para otro lado siendo cómplices de semejantes aberraciones letales para la ética, la compasión, la verdadera justicia y la igualdad sorofraterna de los seres humanos.

 

EUROPA LAICA

El canónigo de Valencia: una práctica continuada, consentida y extendida en la Iglesia Católica

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El canónigo de Valencia Alfonso López Benito. (Imagen: X)

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Lo que indigna a buena parte de la ciudadanía, en este caso, no es solo el abuso sexual mediante dinero a personas vulnerables, es sobre todo el silencio cómplice del Arzobispado sobre lo que todo el mundo sabía desde hacia 15 años: desde las quejas de la Comunidad de vecinos de Avellanas 22, al lado del Arzobispado, y de personas vinculadas a la Jerarquía de la Iglesia.

Dice ahora el Arzobispado que alguna vez le habían dicho al Canónigo algo “sobre la cantidad de jóvenes que subían a su casa”, eso sí, sin saber ellos que la finalidad de llevar a jóvenes era sexo a cambio de dinero.

La Iglesia Católica miente casi siempre, pero ya casi nadie los cree. Ante las evidencias nunca saben nada: ni de abusos, ni de bebés robados, ni de su complicidad con la dictadura que ellos tanto protegieron y legitimaron llamándola Cruzada de liberación. Nunca han pedido perdón por ello.

En la calle Avellanas, el Arzobispado tiene bastantes inmuebles por los que, cómo no podía ser de otro modo, están exentos del IBI, así que este personaje vivía gratis allí, además de su apartamento en la playa donde también recibía a jóvenes a cambio de sexo mediante pagos bastante baratos según publican los medios. Parece ser que el último joven, con discapacidad, vino de un pueblo a 700 kilómetros de Valencia y recibió 50 euros como pago para 2 días completos.

Cuesta creer la hipocresía de esta Corporación que hace gala constante de sus dogmas morales.

Este individuo era experto en la denominada persecución religiosa de 1931 a 1939 y trabajaba en la canonización de más de 250 mártires por causa del “odio a la fe” que sufrieron pero seguramente le parecería de apostolado la santísima colaboración que la Iglesia tuvo con el golpe fascista y los 40 años de dictadura. ¿Recuerdan aquello de “Pidamos hermanos por nuestro caudillo Franco” que se decía en las misas durante el franquismo?

Y qué me dicen de esto que venden y que le llaman “Juicio Final”, algo que la Corporación del susodicho tiene como referente antes de la vida eterna. ¿Cuánta gente de la Jerarquía Católica creerá en el Juicio Final? Probablemente casi ninguno porque ellos entonces ¿qué, al fuego eterno?

En otras épocas, la Iglesia quemaba a la gente en la hoguera, los ahorcaban, los torturaban, sin acusaciones claras, solo porque se desviaban de la fe dogmática.

Cayetano Ripoll fue el último ajusticiado por la Inquisición en Valencia, en 1826, el último ahorcado por el Santo Oficio. Este hombre era un librepensador creyente pero se desviaba un poco de los dogmas y fue declarado hereje.

Hoy en día siguen con sus privilegios escandalosos, con el adoctrinamiento de las mentes infantiles en las instituciones educativas, con su discurso machista contra las mujeres y con la complicidad hacia los abusadores sexuales.

Hasta cuando un gobierno democrático puede seguir protegiendo a esta Corporación privada por la vía de la financiación estatal. Se calcula en más de 12 mil millones de euros entre los impuestos que deberían pagar y lo que reciben directamente por muchos conceptos, uno muy importante es su gran negocio de la escuela privada concertada.

Llevamos más de 45 años desde la Constitución del 78 y esta Corporación sigue disfrutando de un trato exquisito aunque cada vez tenga menos seguidores ya que solo hay que ver lo que siguen haciendo, lo contrario de lo que predican.

Es verdad que toda la vida han dicho una cosa y han hecho la contraria pero ahora ya va saliendo a la luz pública alguna cosa como el caso de Don Alfonso, canónigo de la catedral de Valencia y elegido por el cardenal Cañizares, aquel de la capa roja de los 7 metros. Cuanto show y cuanto dolor producen…

Ah, y no se olviden de las indemnizaciones a las víctimas de abusos, tras el informe del Defensor del Pueblo: las vamos a pagar toda la ciudadanía, no la Iglesia española aunque en otros países si lo han hecho.

 

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 Comentario del blogg:

Ya no se trata de castigar "a los malos" que van de buenos, sino de impedir que en este mundo haya poderes basados en la sugestión del fariseísmo y en la manipulación religiosa, a base de explotación y abusos de los más indefensos, abandonados y necesitados. 

 ¿Por qué los supuestos servidores de los más necesitados, como deberían ser los "profesionales" de una religión que para colmo es un Estado, como el Vaticano,-¿acaso Jesús viviría en ese plan si estuviese por aquí?- Ocupan palacios como las autoridades políticas, enormes estancias, pisos y edificios enteros que son propiedad de la Iglesia -originalmente asamblea, no autoridad en plan de ordeno y mando- espacios enormes, como el arzobispado de València, sin ir más lejos, templos inmensos en vez de descubrir que el templo verdadero es el alma y la conciencia de los seres humanos, porque en esa hondura vive la Energía que todo lo crea y todo lo sostiene, el Amor Infinito, no un abuelo supuestamente todopoderoso con un triángulo y un ojo controlador en lo alto de la cabeza-, en vez de dedicar esos edificios a la acogida de los sin techo, a los emigrantes y a los refugiados, a los marginados sociales para reinsertarlos y enseñarles oficios que les permitan vivir con dignidad, mientras se les ayuda a integrarse en la sociedad, enseñándoles el idioma si son extranjeros, ayudándoles a arreglar los papeples y a encontrar trabajo, escuelas para los niños, centros de reinserción profesional y social para los adultos, orientación médica y psicológica que les ayude a integrarse y a sentirse acogidos, sin tener que sufrir abusos y daños irreparables por parte de sus supuestos "benefactores"? 

¿Cómo no comprenden -con tanta teología, tanto celibato y tanto rezo- que con esas conductas patológicas y espeluznantes, locuras convertidas en "normalidad", lo único que consiguen, además de machacar a sus hermanos y hermanas de humanidad, es hacer papilla ese Evangelio que tanto predican como loros y tan poco se aplican como sanos aprendices de la luz, de la gracia y de la vida verdadera? 

El mensaje de Jesús y el Amor Infinito que nos hace posibles y nos mantiene vivos en tantos niveles energéticos y ontológicos, siempre sencillo y humilde, claro y transparente, sano y limpio como los pájaros del cielo y los lirios del campo, está en las antípodas de esa aberración que ya debería haber pasado a la historia desde el Edicto de Milán, en el año 313 de esta Era, cuando todo ese tesoro cayó en manos de cristianos "religiosos" comprados por el Imperio Romano cayendo en picado, que ante la vida nueva plena  de los nuevos valores humanos del Espíritu que aporta la experiencia de Jesús, se estaba deshaciendo sin remedio, y por ello Constantino y su entorno decidieron corromper el nuevo impulso evolutivo, sustituyendo los nombres de los dioses por el de Jesucristo y sus "santos", y los milagros que producía la nueva conciencia comunitaria y humilde, pudiesen sustituir los rituales de los viejos dioses ya desgastados y obsoletos, por los nuevos ingredientes teledirigidos por los los mismos poderes de siempre, dando lugar a una nueva manipulación, con idéntica finalidad: seguir manteniendo las religiones como el poder psicoemocional de la convicción y del fanatismo. La supuesta aparición de Jesús a Constantino en plena batalla de Puente Milvio, diciéndole que con el signo de la cruz vencería, no tiene el menor sentido. Vencer en ese plan significa acabar machacando al enemigo, que desde la mirada de Jesús, es su hermano, no su víctima. 

Ese edicto, en realidad, sólo cambió el nombre del mismo invento, por eso todo está como está y el invento de esa iglesia es una réplica beata y rezadora del mismo imperio de siempre, sí, el de la bestia de siete cabezas que describe Juan de Patmos en la Revelación (en griego, apocalipsis), bebiendo con los poderosos de la tierra, la sangre de los mártires en la copa del poder.., hecha un putón verbenero, algo así, como la "zorra" del Benidormfest.

Esa falsedad llamada iglesia se acabará deshaciendo a sí misma como sistema de poder, porque, justamente, es un montaje de poderes y no la Casa Común y sin fronteras de las Bienventuranzas, la única curación posible de todas las enfermedades sociales, políticas, económicas, territoriales, dogmáticas y personales...Ainsss!!!! 

Mientras hay vida hay esperanza, o sea, que los gestores y adeptos al mejunje eclesio-devocional tienen en sus manos el arrepentimiento, el cambio y el paso al frente que este mundo necesita más que nunca para que se haga la luz y que así las tinieblas asfixiantes se diluyan para siempre, en la nada. Para que la verdadera inteligencia del amor sin límites, diga ¡Aquí estamos para quedarnos y construir esa nueva dimensión que ya es mucho más una emergencia que un rollete religador institucional de miedos@s y acojonad@s ante un supuesto juicio universal que nos mande al infierno, que sólo es obra nuestra cuando no despertamos y la liamos parda creyendo tenerlo todo bajo control,  jamás del Amor Infinito, al que siguen llamando "dios", a pesar de estar en la antípodas de él, la y lo  que ES, crear infiernos eternos no cabe en su esencia amorosa y sanamente infinita. Sino como diría Shakespeare, ya sólo se trata de to be or no to be, thast's the question, eminencias, santidades e ilustrísimas, reverendos y reverendas...

Menos palacios, rituales, penitencias,altares, basílicas ni procesiones y más carpintería, pesebre, pastoreo, noviolencia, vegetarianismo, trabajo, convivencia, reciclaje, escucha, disfrute del presente para superar el pasado e iluminar el futuro, perdón, cariño, ecología, alma, conciencia y la suma total de todo ello: Amor sin barreras ni fronteras.

Francesco d'Assisi - después de ir a la guerra, enfermar y curarse- lo entendió de maravilla y lo vivió plenamente. Su vida, como la de Jesús, es un ejemplo imborrable e indeleble, seguramente por ese motivo el papa actual ha escogido su nombre, su apodo cariñoso, como vocación y camino de servicio y no de poderío (él se llamaba Giovanni, pero la gente en el pueblo le llamaba "el francesito", francesco, por tener una madre francesa). 

 Para aprender más y mejor acerca de ese ser tan humano como divinamente pobre voluntario, humilde, generoso, empático, poeta y sabio se pueden encontrar datos y miradas muy buenas, sanas y recomendables en algunas películas como éstas, que son preciosas, la primera de Zeffirelli en 1972 y la segunda de Liliana Cavani en 1989. Son una pasada. Que os alimenten y os endulcen la vida e iluminen el camino, querida  familia del mundo mundial...


Francesco es una película de 1989 dirigida por Liliana Cavani, que narra, en retrospectiva, la vida de San Francisco de Asís, hijo de hombre rico y posteriormente santo de la pobreza y fundador de los franciscanos. El guion se basa en el libro de Herman Hesse San Francisco de Asís, que la misma directora ya había adaptado al cine en 1966.
 


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