Comentario del blogg: Así nos invita Europa Laica a repensar y a reflexionar sobre al
"matrimonio patrimonial" entre el estado y las religiones, en este caso, la Iglesia Católica, un vínculo
impuesto desde el imperialismo romano, comprada por Constantino, tras el Edicto de Milán en el
año 313 de esta Era, y que en la católica España, concretamente, se ha
tomado per saecula saeculorum como normalidad y no como un atentado
antievangélico perpetrado mediante una modalidad de simonía plutócrata. El término simonía tiene su origen en un episodio que se relata en Hechos de los Apóstoles, en el que un mago judío llamado Simón, alucinando con la curaciones, pretendió comprar a los apóstoles el poder para hacer milagros, algo que a la primera comunidad evangélica del momento le pareció una aberración completamente fuera del evangelio y de la vida en el Espíritu, que Jesús les había enseñado en la vida práctica.
La vida 'espiritual' que se vende y se compra no es verdadera, es solo la perversión de una nopolítica demoledora, no espiritual ni ética; es un timo. Puro comercio de lo imposible. Los miembros consagrados del catolicismo deberían
tener sus profesiones y vivir de su trabajo laico, no del Estado ni de las fortunas que heredan de los ricos, que las usan para comprar su entrada en los cielos(¡!) cuando la diñan...en fin, un disparate, porque la
acción y presencia del Espíritu jamás puede ser un negocio, ni una carrera,
ni una "profesión", ni su presencia, su gracia y su acción se pueden
comprar y vender, no tienen precio. Poner en venta lo intangible y solo experimentable en planos inalcanzables por el marketing es una aberración
que anula por completo el sentido y la disposición humana para descubrir
y acoger la energía y los valores que necesita la humanidad para evolucionar,
desarrollar su alma, su conciencia y que este mundo vaya mejorando, en
vez de pudrirse en el lodo de la especulación que tanto alimenta "la
prostituta" del Apocalipsis, "la que ha emborrachado a los habitantes de
la tierra con el vino de su prostitución...Borracha de la sangre de los
consagrados y testigos de Jesús" (Ap..17, 2-6) Si la iglesia fuera de
verdad lo que predica, nunca cobraría impuestos en los estados de las naciones y
menos aún a dos bandas, en este caso: como Iglesia Católica y como Fines Sociales. Si esa Iglesia fuera lo que dice o cree que es, jamás le pondría precio a
lo que es completamente gratis: el Espíritu que nos hace posibles y nos
da la vida en todos los planos y aspectos. ¿Podemos imaginarnos que dios nos cobrase por nacer, por los genes, por los cuerpos y las mentes, por amarnos, o por habernos dado un planeta, una atmósfera, tierra, plantas, agua...? No olvidemos nunca que además
de no ponerse en venta en modo bulas, indulgencias ni bendiciones, el Espíritu -que es mucho
más que un dios o un señor feudal invisible- también es universal y
cuánticamente laico y aconfesional. Por comunicar y poner en marcha esa buena noticia,
crucificaron a Jesús, y lo hizo el mismo sanguijuelismo devotísimo que ahora lo saca en
procesión y es el amo de uno de los capitales más ricos del planeta...Si quieren dinero para dárselo a los pobres y el evangelio les ha enseñado algo, solo tienen que empezar a vender su inmenso patrimonio, empezando por el Vaticano, los palacios episcopales y arzobispales, los monasterios, la catedrales, tierras, casoplones y edificios que posee en el mundo entero, y que siendo un estado, no debería jamás gorronear en los presupuestos de los demás estados. Bienaventurados son los que eligen ser pobres, porque de ellos es el reino de los cielos... (Mt 5, 3-16), por si la memoria falla y el bolsillo se agranda sin querer, por costumbre y por voto de obediencia a la inversa.
Ains! |
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