martes, 26 de mayo de 2020

La voz de Iñaki Gabilondo | 26/05/20 | Necesitamos recuperar como sea la...





Posiblemente lo que nos está sucediendo y se está poniendo en evidencia total es que el cambio paradigmático que la humanidad necesita en estos nuevos tiempos sea dejar a un lado los miedos y por ello la necesidad de los liderazgos tal y como los conocemos y han venido manejando la vida de la especie desde que la tribu pasó a ser estado y los estados a ser imperios.  Lo cierto es que repetir la misma historia en tiempos tan diversos no es ya la solución para nadie ni para nada.  Ese modo de entender la vida se ha agotado. La vida es mucho más fuerte y creativa, mucho menos mecánica y robótica de lo que se piensa y se cree. Depende de nosotros el comprenderla y canalizarla lo mejor posible. Nosotros somos también la vida y nuestra función en este Planeta no era acabar con ambos, porque así acabamos con nosotros mismos también, nuestra función es dotar a la materia de Conciencia. Ser un puente transitable y flexible entre lo tangible sólido y lo sutil. Entre lo visible (materia física y biológica)  y lo invisible (plano emocional, psiquíco y mental), que experimentamos, creamos y modificamos constantemente, aunque esa realidad constantemente nos descoloque y nos haga desear que nada cambie en un insoportable "virgencita, que me quede como estoy"sin percatarnos de que seguramente si nos quedamos como estamos no levantaremos cabeza jamás y la noria de siempre no parará hasta consumirnos y agotarnos dando veueltas sobre el mismo eje de una seguridad sin sustancia, en la misma inercia extenuante y vacía de sentido, que a lampedusianamente, intenta simular que todo cambia para que en realidad nunca cambie nada. Las banderas del franquismo paseando la calle en Madrid confirman que la cosa va por ahí en los sectores más narcotizados del pepevoxcismo, es decir, que un sector de la sociedad sigue necesitando el liderazgo tanto para falsear la historia como para hacer adeptos al disparate. A eso conduce un sistema basado en la necesidad de líderes hegemónicos y faraónicos: en que así el ciudadano no piensa, no busca, no reflexiona, ni distingue nada por sí mismo, todo se lo dan cocinado, como las pizzas de Ayuso o las limosnas de los ricos a la salida de misa dominical, o las opiniones teledirigidas sutilmente por cualquier "florentino" en la tertulias de la tele o la radio. Todo, como afirma Chomsky, se convierte en la Fabricación del consentimiento  cuando la conciencia no está presente ni se la espera y su función la okupa la opinión de "los expertos". También Trump, Bolsonaro, Salvini o Abascal, son 'líderes', que okupan el lugar que debería ocupar el discernimiento, la sana objeción de "conciencia" y la reflexión ética. No es lo mismo desear buenos y honestos gestores que añorar "líderes" gestores de publicidad ideológica y negociante de votos, escaños y ppoderes. No es por ahí, lo diga Agamenón o su porquero. Justamente, por ahí es por donde nos ha pillado la marabunta de la improvisación y la chapuza de intereses y esperpentos.
Algo, por cierto, que Julio Anguita jamás quiso ser: lider de nadie. Lo dijo y demostró  en todos los registros.  Por eso fue tan admirable como tan incomprendido y asombrado porque le llamasen "califa rojo". Siempre hacía un chiste: "bueno, lo de rojo está claro, pero lo de califa...no me lo explico"

No solo ha cambiado el Planeta, es que el Planeta ha cambiado al mismo tiempo que nosotros y que a la recíproca nuestro cambio ha hecho cambiar al Planeta. La vida es simbiosis o no es vida, sino desguace. La misma respuesta biológica actual es ya un medio ambiente agotado y enfermo a causa del sistem in failure, el mismo curso de la vida está dejando al desnudo los resultados de una forma de existir basada en liderazgos, es decir, en el modelo rebaño/pastor aplicado lo mismo en la empresa, en las instituciones, como en la política, la cultura o la religión. Ya se ha pasado el arroz. Como dicen en Francia y canta Moustaky il est trop tard .
¿De dónde surge ese impulso, aparentemente irresponsable que se manifiesta como una desgana social de liderazgos y una discapacidad de miras por parte de los propios y posibles aspirantes para ejercer el rol del mando organizativo a gran escala? Pues surge de la necesidad de la propia evolución, que ya no es solo un mecanismo automático, numérico, físico, químico,animal, vegetal y mineral, ni siquiera comercial y crematístico. Ese equipaje ya es un fardo y además insuficiente y hasta letal para el Planeta y sus especies, la nuestra incluida. 
La Conciencia se está manifestando con dolores de parto, -como dirían los antiguos descubridores prácticos de la experiencia evangélica cuando describían su visión del futuro- la nueva necesidad de vida se está creando y despertando sin que nada ni nadie lo pueda evitar. Exactamente como ocurre en los partos, que son procesos imparables. Esa manifestación ya tan inevitable como evidente, está produciendo desconcierto lógico in crescendo, confusión y decisiones erróneas/acertadas de naturaleza incomprensible para quienes la primera noticia sobre el cambio sí o sí, les pilla de sopetón. Como le pasa  a una parturienta. Cuando estalla el proceso no se puede parar, solo se puede parir. En eso estamos.

A lo único que podemos aspirar no es a tener líderes que nos digan cómo parir , porque no nos sirve de nada. Lo que necesitamos es ayudantes que nos faciliten el proceso, que nos acompañen y nos traten con humanidad y conocimiento, o sea, matronas y/o médicos neonatólogos , que nos entiendan, que se impliquen, que se remanguen y no nos abandonen en el momento más duro y más difícil, donde hasta ellos y ellas mismas están siendo arte y parte: también están como humanidad, antropológicamente pariéndose  y siendo paridos. ¿Cómo liderar algo así? Es tan imposible como lo sería ahora hacer que la quema en la hoguera de los herejes, la horca o la decapitación públicas se "recuperasen" como espectáculos de masas, a los que se asistía en las plazas públicas, hasta disfrutando, como aun se va a los toros o de caza mayor, en los sectores más retrasados y primitivos de la sociedad. 
¿Quién renunciaría a los vuelos intercontinentales para ir en caravana de Europa a Mongolia o la lavadora para ir lavar al río? Pues lo mismo vale para entender que el concepto "lider" del pasado ya no sirve. La Conciencia tiene un objetivo ineludible y  ambivalente: a más conciencia individual, más conciencia colectiva y viceversa. Descubrir e implementar ese fundamento evolutivo es la "criatura" que estamos pariendo entre todas y todos. Somos nosotros mismas la madre y la criatura, el médico y la matrona. El paritorio es el Planeta, que también es parte de todas y todos, porque él también es materialización de la Conciencia y por ello, el resultado de esa energía que somos y compartimos, a las buenas o a las malas. Siempre ha sido así, pero sólo ahora está a nuestro alcance comenzar a entenderlo,  a verlo como la cosa más natural, a asumirlo y a gestionarlo adecuadamente.  

Un parto siempre es una urgencia. Y un parto global es una urgencia/emergencia global. No nos quedemos enganchados en elucubrar sobre el tiempo en que aun no habíamos descubierto el embarazo y menos aun en el que tomábamos la píldora o si nos olvidábamos de tomarla, podíamos abortar tranquilamente. Va a ser que no, que marcha atrás no hay en el tiempo y que no queda otra que reconocernos Conciencia consciente universal capaz de abrir caminos, que eran  impensables hasta ayer mismo. Y eso solo lo puede conseguir el valor y la superación del miedo al miedo. Del miedo a perder lo que en realidad nunca hemos tenido. Ni tendremos en el mismo plan de siempre: el reino ilusorio sobre los destrozos de su misma pseudoarquitectura trampantojo.
En realidad no estamos perdiendo nada que echar de menos con melancolía ni nostalgia, posiblemente solo estamos "perdiendo" lo que nos impide Ser y salir de la cuadra, del gallinero, de la conejera, de la jaula, del establo. Sólo los rebaños y manadas necesitan pastores-líderes que piensen y dirijan maniobras que la inconsciencia animal no atina a poner en marcha, porque los animales, que son muy inteligentes en sus instintos y apegos, aun no han desarrollado Conciencia autoconsciente; nuestro problema aun no superado como especie es precisamente descubrir  y asumir que nuestra función creadora de nueva energía en este Planeta es espiritual en medio de la materia. Como no lo hemos podido hacer con normalidad, ahora lo vamos a tener que hacer por supervivencia y urgentemente. Y desde luego no será ningún líder quien nos resuelva la papeleta, sino nuestro despertar como comunidad humana,o sea, como lo que ya se canta proféticamente en La Internacional. No se trata de apuntarse al socialismo ni al comunismo, se trata de despertar y superando las siglas, reconocer el Bien Común como el oxígeno de la vida completa, no solo animal, vegetal, mineral, religiosa, política, étnica o financiera. 

La nueva humanidad será grupal asociada, una enorme república federal y multicultural de la Conciencia, repartida en municipios asociados, territorios hermanados que se ayudan entre sí y estados más virtuales y funcionales que emocionales y posesivos. Con autogestión que permita subsistir en lo mínimo y cooperación que permita resolver en lo general. La nueva humanidad será un Marinaleda planetario, no impuesto por nadie, sino diseñado y querido por todos y todas. Lo más parecido y similar al evangélico Reino de los Cielos con buenas raíces en la Tierra. En el corazón de un mundo recuperado por la Conciencia Universal nacida de la experiencia viva del Nosotros fraternal como lo más grande y sano del "yo" imprescindible, ya libre del ego patológico que aun nos fragmenta y nos enemista, para comprender y decidir libremente en común.

Es comprensible que al perder pie en el tsunami, se sienta miedo y vértigo con las sacudidas de cada día. Pero que eso no nos quite la visión de la costa al otro lado del bamboleo. Solo quiere decir que el crucero de lujo en el que íbamos tan felices no era lo que nos habían contado los líderes gestores en la publicidad de la empresa naviera. La lección no es cambiar de empresa, sino que ese tipo de empresa deje de ser necesario y que sea el liderazgo de nuestra conciencia quien tenga claro el camino y el trayecto a la hora de elegir cómo , dónde y con quienes queremos hacer el viaje vital sin que la publicidad nos vuelva a embaucar.

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