martes, 12 de mayo de 2020

Esta vez los novios de la muerte se están ppasando de rosca y si sobreviven van a ppagar carísima su estrategia coronavírica total. Los ricos, tal vez sufran menos, ppero ppetan igualmente. La muerte es totalmente igualitaria

En la estela de la marcha de la muerte de Donald Trump
"El coronavirus fue una emergencia hasta que Trump descubrió quiénes eran los que estaban muriendo". Es el título del artículo de Adam Serwer en The Atlantic. "Una vez que el impacto desproporcionado de la epidemia fue visible para la élite política y financiera, muchos empezaron a considerar el número creciente de muertes más como un inconveniente que como una emergencia nacional". De ahí la "Marcha de la Muerte de Donald Trump", que The New Republic lleva a la portada de su edición digital.
El Washington Post, por su parte, abría su edición del domingo con una información con la siguiente cabecera: "A medida que aumenta el número de muertos, Trump intenta convencer a los americanos de que es seguro avanzar hacia la vuelta a la normalidad". El presidente ha decidido cambiar la estrategia de gestión de la crisis por otra de reapertura de la nación, aunque dicha estrategia suponga que los ciudadanos tengan que aceptar "la proposición devastadora de que una constante acumulación diaria de muertes solitarias es el duro pero inevitable coste de reabrir la nación".


Este cambio de estrategia no cuenta con el aval de los expertos en hacer frente a enfermedades infecciosas, que han indicado reiteradamente que en la mayor parte de los estados que integran los Estados Unidos no se dan las condiciones para una "vuelta a la normalidad" y que el coste en vidas humanas, de no entenderlo así, puede ser muy alto.
Como puede verse, la propuesta de Isabel Díaz Ayuso de pasar a la fase 1 en la desescalada, a pesar de que su propia Directora de Salud Pública considera que en la Comunidad de Madrid no se dan las condiciones para hacerlo y de que nadie ha estado dispuesto a poner su firma en la documentación que se tenía que enviar al Ministerio de Sanidad para que se pudiera tomar la decisión de pasar a dicha fase, no hace otra cosa que seguir el camino indicado por el presidente de los Estados Unidos. El número de muertes no es una emergencia nacional sino un "inconveniente" del que lamentablemente no podemos librarnos. Sería preferible no tener que optar entre la reapertura económica y la salud de los ciudadanos, pero si hay que hacerlo, la primera ocupa un lugar preferente sobre la segunda.
Isabel Díaz Ayuso no es un "verso suelto" en el PP. El propio Pablo Casado ha reconocido que la política que se sigue en la Comunidad de Madrid es la alternativa a la del Gobierno presidido por Pedro Sánchez. Lo que está haciendo Isabel Díaz Ayuso en Madrid es lo que se estaría haciendo en el conjunto del Estado con un gobierno del PP. El que avisa no es traidor.
En Estados Unidos, a pesar de la resistencia de los gobernadores de algunos estados y de los alcaldes de algunas ciudades, así como de la crítica de medios de comunicación importantes, parece que la suerte está echada y que la reapertura económica del país se va a imponer.

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