miércoles, 20 de mayo de 2020

La voz de Iñaki Gabilondo | 20/05/20| Estado de alarma, con minúsculas

  


En realidad, más que de alarma, esto se está convirtiendo en estado de milonga total; mientras te lo cantan te lo cuentan y viceversa, pero como cada uno te cuenta lo contrario de lo que pudo haber sido y no fue o de lo que podría ser y no será o quizás sí sea, chi lo sa!,  y como los que podrían haberlo hecho no lo hicieron y los que no deberían haberlo hecho lo perpetraron, la milonga se alarga, se alarga... hasta lo insoportable, y entonces la ciudadanía empieza a cansarse de tanta milonguez que llueve sobre mojado y solo provoca charcos, pero nada más: ni limpia lo sucio que sigue enmarranando los escaños sin parar envuelto en la bandera y dejándola hecha una asco con tanta pringue, ni riega lo seco  ni sacia la sed de normalidad, ni desinfecta el ambiente vírico del "y tú másh o tú menosh". Mientras las encuestas salen de botellón. Un asquito, la verdad.

Mientras todo pasa y nada queda, pues lo nuestro es rebuznar (perdón por el abuso y el ripio, maestro Machado), la vida se desmarca del guiñol estatalista. La cara B del estado de alarma la pudimos contemplar ayer mismo en una foto legendaria y tan vista y repetida a lo largo de nuestra patética historia, que es mera fotocopia de siglo en siglo: mientras los manifestantes pijolandios envueltos en su bandera desfilaban por los Madriles fachifashion, una señora mayor rebuscaba en un contenedor de basura algo con lo que comer o vestirse o calzarse, o seguramente las tres cosas a la vez. Y de repente, como un flash, un pantallazo o un click, ¡zás!, sin saber por qué, descubres que la anciana del contenedor es Ayuso, Cayetana o cualquier maruja ppepperiforme o voxciferante o hasta de ERC...que la cosa se está degradando a una velocidad de vértigo y aquí caer en picado ya es un deporte cada vez más "nazional".

 La ppatriótica  milonga se ha hecho eterna pejiguera, en plan dejá vu impenitente. Mientras la peña peta entre basuras y pizzas de albañal,  los "reppresentantes" del lado oscuro, los orcos appañistas, se baten delirantes entre cajas de cartón empastradas con grasa y fritanga, cascos vacíos y latas de cerveza, envases de plástico irredento, como ellos mismos, -inútiles, tóxicos e irreciclables- escupiendo fango de su propia producción sin ver ni mirar siquiera a su alrededor, ciegos por la codicia y el ego antropo-suicida de siempre. Ese que confunde lo público con lo propio, a Dios con José María Aznar, al cortinglés con el paraíso o con la consulta del psiquiatra, a las momias con avatares y a las ratas con comisarios de policía condecorables y todo. 

Este estado ha sobrepasado la alarma; ha 'escalado', cuesta abajo y sin frenos, a la siguiente categoría bajuna: ya es un estado de náusea. Y parafraseando als xics de Zoo: ara es blaneta la pedra, ara fa un fret tropical, s'han fet de pau i de guerra totes les contradiccións... I l'oposició ventiladors que esguiten merda, merda pa tots. Quina vergonya, germans! Esta degradación descerebrada desborda todas las lenguas ibéricas.

En la prensa extranjera la han titulado Spain homeless. Y sí, España, verdaderamente, es un país sin techo a la hora de institucionalizar el desastre, no se puede ser más pobres y miserables, creando desigualdad, injusticia y corrupción y manipulando la ruina de la mayoría, incluida la frivolidad con que se enfocan hasta la enfermedad y la muerte de los menos "rentables", con tal de llenarse bolsillos y egopatías de "clase" y "casta". Basura impura y dura, tan dura como sus caras de cemento embanderado.

Y esto, también es evangelio, que nadie lo ponga en duda porque no hay ni cura ni iglesia, ni inmatriculación ni exención del IBI, de fondo.


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