Comentario del blogg:
La
mejor y más profunda escritura es el testimonio de la verdad. La
investigación honesta de la Historia es la base de toda pedagogía
social. El lenguaje es la caja de herramientas más completa, la conexión
de la sintaxis es el más completo internet para las neuronas, la
morfología es
el mejor recetario en la cocina del alma y la semántica el más acertado
diccionario de antónimos y sinónimos prácticos que la conciencia
trabaja y
amplía constantemente.
Todo
el conocimiento imaginable para ser creíble
y eficaz en nuestra evolución tiene necesariamente que brotar de la
ética, de la honestidad y de la transparencia, sin esos ingredientes el
propio conocimiento y uso del lenguaje se vuelve contra nosotros mismos,
degrada, nos convierte en
traidores, en miserables traficantes de intereses, en corruptores de
todo lo que pillan, utilizando el lenguaje, la palabra y su riqueza para
intereses, negocios y trepas políticas, pactando con todos los
diablos de todos los colores imaginables para sentirse por fuera como
nunca serían desde dentro, si tuviesen un dentro disponible, claro.
Porque ese estado aparente y periférico solo es un eco del vacío. Está
pero no Es. Habla pero no dice. En realidad no tiene nada básico que
comunicar, solo se predica a sí mismo, con la paradoja adjunta de que
tampoco ese 'sí mismo' tiene contenido digno de valorar ni aplicar.
En
cambio, seres humanos como Preston, por ejemplo, -en todas sus obras
imprescindibles para entender qué la pasa a España desde hace casi un
siglo- que han podido elegir y practicar su vocación, dedicándose a
escribir novelas, relatos ingeniosos, greguerías versificadas y
guiones de cine, jugando con la realidad, o han preferido investigar y dejar por escrito, como es el caso de Paul Preston e Ian
Gibson, la descripción y el análisis de un mundo
real tenebroso, cruel, hecho a medida de la falacia y del trampantojo
institucionalizado ya desde casa y desde la escuela, que debemos
conocer para no repetirlo ni justificarlo.
Cervantes,
en El Quijote, -escrito en la cárcel, por ser decente y
cumplir con la Ley, obligando a unos frailes sevillanos a pagar los impuestos del estado, que
le denunciaron por el supuesto robo de lo que nunca pagaron- tuvo
que recurrir a la metáfora de la locura quijotesca para hacer la crónica de lo que
vivió en persona, sin que le quemasen en la hoguera por haber intentado cobrar los impuestos a la iglesia. Más o menos como sigue pasando en plena democracia del siglo XXI, con el mismo percal, que a base de tanta transición peripatética bate el récord no ya de la vergüenza sino del cinismo inmatriculante. Pero, no pasa nada. España es muy tolerante y comprensiva con las debilidades del señorío religioso o laico, ¿qué sería de ella sin ese estandarte de glorias al pil-pil, verdad? Algo tan brillante y lustroso...No se puede comparar con la racanería de los desharrapados cuando aseguran que las espléndidas limosnas que recogen en la puerta de Mercadona o de la parroquia al salir de misa, no les da para pagar el alquiler de la chabola, ni para los dodotis del chiquillo, xd!
En
el mejor camuflaje imaginable la superficialidad, -la incultura más
profunda es la que se disfraza y barniza precisamente de "cultura" sin
conciencia-, y los intereses manipuladores del
franquismo llegaron a enlodar una historia paralela hasta en la
enseñanza:
nos enseñaban que El Quijote es solo una burla graciosa, un largo chiste
ingenioso para
ridiculizar a los caballeros andantes e ilusos que solo hacían payasadas
porque en realidad estaban fuera de la realidad, eran patéticos y
entrañablemente ridículos...Y eso dicho sobre un libro que Cervantes
escribió en la cárcel porque se aburría.
Si ya desde la escuela te van
marcando el paso y hablando pestes de Unamuno, por ejemplo, al que los falangistas
que lo "cuidaban" se cargaron para celebrar la nochevieja de 1936...solo
porque les dejó claro que vencerían pero no convencerían. Unamuno no
sabía a qué se estaba enfrentando en realidad, lo descubrió demasiado
tarde: se encaraba con un régimen que enterró en las cunetas del miedo y la violencia como "la nueva
normalidad" todo vestigio de conciencia social, de justicia y de
igualdad. De inteligencia. Como gritó aquel día Millan Astray en el
paraninfo agonizante de la Univesidad de Salamanca, la inteligencia
acabó fusilada para siempre. Y por desgracia, a pesar del tiempo transcurrido, sigue sin resucitar, hecha un fiambre
para un sector de la pijolandia político-cultural, todavía demasiado
amplio, si se quiere que aparezcan el discernimiento ético y la
conciencia individual y colectiva. Un sector que se ha colado, durante
más de ochenta años, golpe a golpe y verso a verso, pero a la inversa,
como las manchas de aceite, en el tejido social, imitando lo que haga
falta para seguir igual, hasta el punto de que te lo encuentras
infiltrado, inconscientemente en la mayoría de los casos , estoy segura, en el PSOE, en Podemos o en el PCE.
En ese plan, no es nada
extraño que con el tiempo la arquitectura del terror se haya disfrazado
de intelectualidad de pacotilla, que solo vive de oídas y leídas, que solo repite y se apropia de lo que otros escribieron para dar fundamento a su superficial inanidad miope o directamente, cegata.
Posiblemente si dedicasen a descubrir lo que pasa en los barrios más
pobres, en la acogida a los emigrantes, a acompañar e instruir a los maltratados y
excluidos sociales, todo el tiempo que dedican a mirarse el ombligo y a su
egocentrísmo exhibicionista, seguramente ya hace tiempo que España
habría salido de la escombrera amoral en que se arrastra como un fósil que
se resiste a reconocer su estado. Los fósiles no pueden pensar. La
España despierta es la que en vez de convertirse en number one de lo que
sea, se dedica en cuerpo y alma al Nosotros, sin bombos ni platillos. Por ejemplo, las mujeres
y hombres como las Yolandas, las Mónicas, las Fátimas, las Adas y las
Teresas, los Íñigos, los Joanes, los Ximos, los Albertos, los Carlos,
los Julios, en fin...
Lo
indudablemente cierto es que no podemos seguir viviendo de unas rentas
históricas incapaces de descubrir en el patrioterismo de escopeta y
perro, la mugre
de una historia ennegrecida por dentro pero blanqueada por fuera, que
ahora mismo no nos deja avanzar, mientras se alaban y
admiran como héroes a los poetas y escritores del ayer que murieron
precisamente por escribir y denunciar con sus palabras, sus versos y
sus vidas el
mismo barrizal que ahora llaman "patria", ya que generaciones completas
de españo@s fuimos reformateado@s,des-educad@s y
domesticad@s por los arquitectos del terror que se hacían pasar -y
siguen
en ello- por referentes falsamente "democráticos", encantados de
'transicionar' como si no hubiera mañana, al servicio del tinglado for ever
con tal de no perder glamour, pasta ni caché. Y de conservar en la morgue de
la Historia las momias encomiables y ejemplares de los genocidas,
justificados, enaltecidos, paseados bajo palio por todas las catedrales
de las Españas. Obviamente, no se podía hacer otra cosa si el salvador del tinglado
era la hostia, claro. Ains!
O
bien nunca nos han explicado la Historia verdadera de España en los
últimas ocho o nueve décadas o bien, no hemos querido darnos por
enterad@s y la hemos olvidado en el sótano de la desmemoria envuelta en
el tradicional mantra que tanto nos pone: Virgencita, virgencita, que me quede como estoy, ganando un pastón, coronad@ de laureles, con los que alucino, como parte del tinglado, amén!
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