viernes, 18 de octubre de 2024

Los misericordiosos - Brotes de olivo (1986)

  


Versicos del blog, en plan aperitivo :

 

Es mucho más que un dios. Dadlo por hecho.

Un amor expandido y personalizado. Sin principio ni fin.

Una luz que resiste a las oscuridades, infinita y serena,

sin prejuicios, sin castas, sombras ni preferencias,

una luz de igualdad y de una en uno. Toda en un mismo abrazo

sin fronteras

en goteo personal e intransferible, 

y a la vez, e inevitablemente, contagioso,

que surge sin cosecha programada ni negocio previsto,

ni trámites, ni juicios, sin premios ni castigos.

 

Luz que supera, intacta, la marca elemental de la atadura,

el peso tan cruel de la rutina sin alma ni conciencia,

programada en el hueco del nunca y de la nada,

del peso insoportable de un presente

que sólo es un pasado sin futuro...una invasión

de nudos enredados, que no tienen sentido,

sólo prisa y deseos de no se sabe qué

cuando se cumplen y no saben a nada ni a nadie 

sólo a cuánto,  sin quienes y sin vida real...sin más sustancia

que ese triste acabóse del "ya está; pero ¿esto es todo?" 


Somos amor inmenso en una especie 

que aún no ha encontrado el mapa

de su ruta, 

tal vez porque ese mapa es el viaje infinito

que el SER va dibujando mientras anda y reposa,

mientras crece en el menos de la fuente y 

se achica en el más de los desiertos. Mientras corre

descansa 

y al descansar se enciende y acelera. 

Así, va descubriendo que el camino no es lo que va encontrando

sino cómo decide o no, caminar lo que encuentra.

Y la mejor mochila para el viaje infinito y su descanso adjunto,

es la misericordia sin fronteras. 

 

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Un detallejo interesante para comprender mejor lo que decimos o lo que deberíamos decir y hacer con más frecuencia que rutina, o ignorar si no se  atan  cabos de nuestro desarrollo personal y colectivo, con la calidad de vida que disfrutamos o padecemos, según la calidad e intensidad de nuestra aplicación de alma, conciencia y conocimiento:

El término misericordia, viene de la fusión entre dos términos latinos: del verbo misereo=tener compasión y del sustantivo neutro y plural cordia=corazones. 

O sea, literalmente: los corazones compadecen. Una buenísima e intemporal ocurrencia de los antiguos romanos, ¿a que sí? Una herencia preciosa y fresca que convendría no perder de vista en la notaría de la ignorancia asumida como legado del olvido tradicional y rutinario, ése que nunca aprende de verdad y por ello no escarmienta...y repite, repite, repite, el mismo curso, por más que estudie lo mismo, sin parar, sin descubrir ni asimilar, "porque ya lo sabe todo desde siempre", faltaría más...

Nunca olvidaré cómo rezaba a voz en cuello la cristiandad devota y mayoritariamente femenina, cuando yo era adolescente y acompañaba a mi abuela Virginia, en  el rosario de la aurora en Puertollano, los domingos por las calles, al amanecer:"Diostensalvamaría, enlaeresdesgracia, elseñorencontigo y sentitatueres enretodas las mujeres y bendito eselsusto de tu vientre Jesús..." A mitad de camino, el cura que llevaba el mando, se paraba  y hacía parar a todo el cortejo, ante la iglesia protestante de la ciudad, y gritar a todo pulmón delante de la puerta, con la mano en alto, en plan caudillete: "¡Muera Lutero!!" En fin, con esta historia interminable, se entiende todo lo que nos vamos encontrando año tras año y de siglo en siglo...

Un abrazo enorme, familia querida y universal!






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