martes, 30 de julio de 2024

Cambiar de gafas para poder ver además de mirar

 

Mirar es la acción voluntaria de dirigir la vista en una dirección determinada. Ver es percibir la realidad directamente tal y como es. Distinguir los colores, las formas, las distancias, las causas y sus efectos, para poder manejarnos en esta vida distinguiendo lo real de lo ficticio, mediante el impulso natural que nos hace elegir entre ver y contemplar, pudiendo combinar la vista con la contemplación o, también, quedarnos aislad@s en uno de los dos aspectos: viendo sin mirar o mirando sin ver. Una actitud que acaba, sin lugar a dudas, en un choque con la realidad, o sea, en el susto, en la conmoción, en el conflicto, en la guerra. Es decir en la farándula de la mediocridad. O sea, en lo que sólo miramos pero no vemos, en lo que sólo oímos pero no escuchamos. El equilibrio consiste en conseguir ambas cosas para poder experimentar y comprender el regalo constante que la vida y su energía nos hace sin parar. Si no vamos asimilando lo que vivimos y vemos, podemos quedarnos toda nuestra existencia enganchad@s en el mirar sin ver. Es decir en ser arrastrad@s por lo que miramos y en realidad no hemos visto, escuchado ni comprendido. En lo que hemos oído o leído pero, en realidad, no hemos escuchado ni visto

Nuestra formación y desarrollo como seres humanos ha llegado a un punto límite ante la vida y su evolución. Tenemos que elegir entre seguir aplicando el viejo y desgastado equipaje vital, empeñados en "mejorarlo" con tecnologías e inteligencias artificiales,etc, etc... que están fabricadas por los mismos que no desarrollan su alma, su conciencia, su inteligencia, su verdadera humanidad y su conexión con el espíritu cuántico-cualitativo que en su constante fluir hace posible la vida, la materia y la energía, la evolución transmutadora, la resurrección  en la que todo ser vivo está integrado, casi siempre  sin saberlo ni mucho menos experimentarlo, sobre todo si nuestra especie no lo ve ni lo comprende ni cambia, por eso, si no se despierta y sale de la pesadilla que, paradójicamente, no tiene más futuro que su autodesgaste y autodestrucción. 

Si la ropa y el calzado se nos quedan pequeños porque hemos crecido, y necesitamos una talla cuarenta en vez de la veinte o la treinta de nuestra infancia y adolescencia, es una barbaridad empeñarnos en seguir absorbidos en esa rutina bloqueante, repitiendo devotamente el mismo camino hacia el caos constante como norma de vida, sobre todo si nos dejamos arrastrar y convencer por la fuerza bruta e impositiva de aquellos sistemas tan viejos e inútiles como sólo mirones sin capacidad para ver y comprender lo que tanto miran y hasta admiran, adoran, desean  o temen, en esa actitud cultural primitiva, que les tiene sometidos y destrozados sin saber el por qué o atribuyendo el rifirrafe  a "la voluntad de dios", que ya es el recolmo del fanatismo y de la incapacidad voluntaria para seguir adelante, porque cargar a una voluntad "divina" con el mochuelo de una inhumana y fracasada decisión final, que hay que 'comprar' con devociones y rituales, velitas y santos arrumacos, a ver si cuela y el apocalipsis se queda en relato y guión de películas horribles pero que dan una pasta en las taquillas y en las pantallas...

De ese modo acabamos generando unas formas de conductas, de pensamientos, emociones y ocurrencias, que nos hacen caer en el infierno que nosotr@s mism@s nos fabricamos, por ejemplo, empleando el descubrimiento de la relatividad para hacer bombas atómicas usando los átomos para deshacerlos, matar y contaminar todo, en vez de agruparlos y construir vida sana y limpia para la especie y el planeta. 

Una vez experimentadas dos guerras mundiales y la posibilidad de una tercera que sería el finiquito total tanto para "vencidos" como para "vencedores", teniendo en cuenta la plena expansión de aquella profética peli de Kubrik "2001 Odisea en el espacio" o la igualmente profética novela "1984" de Orwell,  totalmente calcando los relatos, la última ocurrencia de los imperios está siendo la utilización de las tecnologías como armas de combate, y la más peligrosamente "segura" es la del bulo desinformativo en las pantallas, de la mentira descarada invadiendo las trincheras y redes sociales, y utilizando la mentira maquillada de verdad esperpéntica, para lavar constantemente cerebros y voluntades, y así, desactivar la natural divinidad de lo humano, tratando de asfixiar la conciencia personal, social y global con la mordaza tóxica del bulo y el disfraz puestos en marcha como ideologismos, capitaneados por el dinero y el ppoder, utilizando y creando los problemas para impedir la convivencia, la paz, la escucha y el entendimiento entre los seres humanos. Porque la minoría manejanta y corrupta tiene clarísimo que el triunvirato del dinero/engaño/poder es la clave de su éxito. O sea el mantenimiento de la farándula feudal: media docena de señores feudales en el Planeta Tierra, abusando, explotando y aplastando a miles de millones de siervos, engatusados por "la magia" del pastón, el poder y la trola. 

Los casos de USA, Argentina, la ultraderecha española desatada y fuera de quicio, la italiana, la francesa, la húngara, la de Ucrania, la de Rusia, la de Israel, la del falso Islam y la del falso judaísmo y el hipócrita e igualmente falso cristianismo, la prostituta apocalíptica...empoderadas de la desinformación como arma letal para impedir que las conciencias personales y la conciencia colectiva aprendan a distinguir el completo e inconfundible  ver infinito del teledirigido mirar troceado y filtrado mediante las redes tóxicas, que destruyen la libertad a base de la manipulación constante que finge "ser libre" para encadenar mejor a la servidumbre en/redada. ¿Una muestra más que evidente, completando el programa Begoña-Pedro-Moncloa-Jueces ppodridos? El actual "caso Venezuela" después del Trump/pantojo yanky...

Ya no se necesitan bombas para matar mejor y sin hacer ruido ni combatir. Basta con derramar la radiactividad de la mentira manipulada convertida en "últimas noticias" y pululando por las cloacas disfrazadas de drones desinformativos, flotando en la pocilga de las "redes suciales" como en tantos medios tóxicos y contagiosos de desinformación. Para terminar haciendo realidad aquella película de  El Planeta de los simios. Esperemos que una mayoría suficiente de seres humanos despierte a tiempo, abra la puerta a la luz infinita que nos habita e ignoramos, y la invitemos a cenar el menú exquisito que ella nos lleva cocinando toda la eternidad, en la cocina del amor sin fronteras, que es, sencillamente, la inteligencia creadora de la familia cósmica, cuántica, astral, terrestre y universal. Nuestra Casa Común, sorprendente y milagrosa, que ahora se ha limitado, durante unos milenios y dependiendo de lo que nosotr@s hagamos con ella, al apartamento compartido, del Planeta Tierra...

Menos mal que el tesoro de verdad lo llevamos dentro; para descubrirlo basta con ver hacia lo más profundo y sencillo, encontrar las llaves de la conciencia y, luego, abrir las puertas y mirar hacia fuera para descubrir que todo es el TODO y nosotr@s, sus átomos, partículas, moléculas y energías creadoras, en el Taller de la Casa Infinita=Amor sin límites... 

Entonces, se trata de que el camino se traza y se realiza al andar, como dijo Antonio Machado. La materia y la energía que  nos regala constantemente la luz infinita, pase lo que pase y pese a quien pese.

 

                           Camino sinodal: caminar con otros - Podcast


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