sábado, 23 de marzo de 2024

En medio del basurero despoliticante y corrompiente que vamos atravesando por el caminito de la vida, no hay mejor alivio que el humor de dios, repartido en la humanidad como un bálsamo de ingenio y gracia reflexiva para compartir. Muchas gracias, Jesús Espelosín, hermano. ¡Qué bien puesto tienes el nombre..! Este relato tuyo es totalmente una parábola evangélica en versión española/siglo XXI. Jesús de Nazaret, fue, sin duda el primer socialista/comunista de la historia, -Karl Marx lo tenía clarísimo-, y a eso dedicó sus tres años de vida pública, hasta que esa dedicación le costó el martirio, con el que nos dio la llave comunitaria para entrar en Casa, eso sí, cuando decidimos regresar y dejar de una vez las bellotas para los cerditos en la pocilga, y así cocinar el menú de la gracia, de la luz, de la vida, de la igualdad y del compartir felizmente todo lo que hay por disfrutar y por arreglar, un menú elaborado con el recetario y los inagotables ingredientes del/a Padre/Madre del amor y del cariño infinito...Gracias por esa conciencia y por ese camino orientado en el mapa del Bien Común.

 

TRIBUNA DE OPINIÓN

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Llevamos días oyendo a la oposición a Diaz Ayuso criticar la vivienda en la que mora, o habita, la presidenta de la Comunidad de Madrid. No me extrañaría que la cochina envidia sea una de las razones para esa crítica dado que vivir en un dúplex de casi 200 m2 en el centro de Madrid no está al alcance de cualquiera. Y, mucho menos, si, además, tiene una plaza de garaje con Maserati y todo.

Conocí a un marxista que hacía una interpretación tosca de la lucha de clases como motor de la historia. Según él, el verdadero motor de la historia era la puta envidia (con perdón). Sea así, o no, la exhibición de la riqueza de los otros es algo que motiva mucho a los demás. Ya se sabe que el césped del jardín del vecino siempre está más verde que el propio. Y no te digo nada cuando no se tiene jardín.

Hasta ahora, su residencia no nos costaba nada, aparte de lo que ya nos había costado en forma de comisiones de contratos públicos para la compra de mascarillas

Pues bien, Diaz Ayuso, sabedora de que la mejor defensa es un buen ataque, parece haber culpado de su situación habitacional a la propia Asamblea de Madrid que no la dota de una residencia oficial a la que se cree merecedora como presidenta de su Comunidad. Justifica su queja en que todo cargo público de su mismo, o parecido, rango tiene una residencia acorde con su nivel y posición mientras, ella, no. Además de esa razón, objetiva, añade otra subjetiva y es que, ella, no posee ninguna vivienda, por lo que tiene que vivir de prestado.

Y yo, me pregunto, ¿a quién se le habrá ocurrido abrir ese melón criticando donde vive Isabel Diaz Ayuso?

Hasta ahora, su residencia no nos costaba nada, aparte de lo que ya nos había costado en forma de comisiones de contratos públicos para la compra de mascarillas. Pero, desde ahora, y si cuaja esa petición a la Asamblea de Madrid en forma de Ley, vamos a tener que pagar con nuestros impuestos autonómicos esa nueva residencia. Porque, la anterior, repito, ya estaba pagada, pero la próxima, hay que pagarla.

Miedo da pensar en el coste de una residencia digna de una presidenta, en una zona adecuada, con espacios para las medidas de seguridad suficientes y con los servicios correspondientes de todo tipo que, además, hay que pagar cada mes.

Y, todo, por hablar más de la cuenta. ¿A quién se le ocurre criticar donde vivía Diaz Ayuso? La oposición podría haberse limitado a criticar el que si la presidenta de la Comunidad de Madrid no podía convencer a sus más cercanos de que hay que pagar impuestos, debía ser incapaz de hacerlo al resto de las madrileños. Por ejemplo. O de mentir, simplemente. Pero no. Tenían que hablar de su vivienda sin caer en la cuenta de que, en realidad, ella sufre la misma falta de vivienda que muchos madrileños y tiene que depender de alguien que la acoja en su domicilio. Y, ahora, vamos a tener que proporcionarle, entre todos los madrileños, una vivienda digna de una presidenta

Otra vez, conviene pensar un poco más antes de hablar.  


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Aquí hay más leña p'a la hoguera; desde Religión Digital nos llega este relato, en la misma línea del socialismo cristiano y del evangelio socialista, un buen repasito por las aguas del Jordán de la decencia y del carisma sorofraterno, a millones de años luz del cantamañanismo farisaico y crucificador de pobres, inocentes, maltratad@s sociales, desahuciados, refugiados, emigrantes y bienaventurados, que pueden refugiarse en la Casa Común del Amor, la Vida y la Luz, la igualdad, la ternura, la compasión y la empatía entre hermanas y hermanos del mundo mundial...Afortunadamente, los mejores casoplones no están en venta ni se alquilan, ¡Se regalan, cuando se cambia de barrio egópata a barrio compartido, de barrio corrupto a barrio sano y limpio! Amén y aleluya!!!


El concejal del PSOE en Madrid, Ignacio Benito, da una lección de cristianismo a la ultraderecha El Evangelio, explicado a VOX: "Ustedes no defienden el cristianismo. Ustedes van contra quienes más necesitados se encuentran de él"

Ignacio Benito, concejal del PSOE en Madrid
Ignacio Benito, concejal del PSOE en Madrid

Agradecemos esta propuesta de Vox porque nos permite demostrar que vivimos en mundos distintos.

No, señora Toscano. Los cristianos en este país no estamos perseguidos ni sufrimos discriminación de ningún tipo por el simple hecho de serlo. 

Realizar afirmaciones como las que acaba de hacer solo responde al juego político de su partido, capaz de instrumentalizar al mismísimo Jesucristo con tal de conseguir sus espurios objetivos. Confunden deseos con realidad.

La fe de cada uno corresponde a su ámbito privado, algo que en nuestro país queda plenamente garantizado. Como lo está que podamos compartirla y expresarla públicamente. Lo que afortunadamente ya no se puede, y es lo que realmente les molesta, es imponérsela a nadie, señores y señoras de Vox. El nacionalcatolicismo, gracias a Dios, ha muerto y no va a volver.

A nadie más que a mí le importa, pero tampoco tengo problema en hacerlo público porque estoy orgulloso de ello. Yo soy cristiano, católico practicante, hasta el punto de dedicar mi tiempo libre a mi labor como catequista de niños y niñas de primera comunión. En cuanto acabe el pleno, me iré de convivencias con mi parroquia.

Por eso no me vengan a decir que yo, como los millones de madrileños que profesamos esta fe, estamos perseguidos. Porque un cristiano que vive rodeado de cristianos les dice que mienten.

Jamás me he sentido discriminado por mi fe. Y es que, en cualquiera de las bancadas de este pleno encontrará creyentes. Pero les voy a contar un secreto. Ni ustedes, ni yo, ni ninguno de ellos somos mejores personas por el simple hecho de ser católicos. Como dijo el mismo Jesús en el Sermón de la Montaña, “por sus obras le sconoceréis”.

¿Quieren de verdad defender el cristianismo, señores y señoras de Vox? Lo tienen muy fácil.

Condenen a esos sacerdotes ultras que han deseado la muerte del Papa Francisco. A mí, como cristiano, eso sí que me ofende porque proviene de una parte de la Iglesiaque conspira contra el sucesor de San Pedro.

Y con humildad les animo a acercarse a la figura de Jesucristo. Dios para quienes creemos, ejemplo de humanidad para quienes no lo hacen.

Las prostitutas, los pecadores, los enfermos, los niños… Los invisibles de su época. Éstos eran sus predilectos y se acercó a ellos pese a las miradas inquisidoras de los fariseos.

Ustedes cada pleno nos traen iniciativas contra los homosexuales, los inmigrantes, los menores no acompañados, las mujeres… Precisamente contra quienes hoy serían los favoritos de Jesucristo.

Ustedes no defienden el cristianismo. Ustedes van contra quienes más necesitados se encuentran de él.

Hasta han llegado a utilizar el rosario y el crucifijo contra el resto de grupos. Seré un cristiano loco, pero para mí la cruz no es un arma, sino un camino que me acerca incluso a quienes hoy pretenden ofenderme.

Pero bueno, queda claro que Vox es esto. A Dios rogando y con el mazo dando.


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