miércoles, 9 de agosto de 2023

Una vez más, mil gracias por las reflexiones psicoecológicas del Dr. Manzano Callejo a través de Nueva Tribuna

 

PSICOECOLOGÍA

Pensamiento analítico y creencias religiosas

Hace 30 años, comenzó un movimiento hoy muy notorio, el escéptico (Skeptical movement), de militantes entregados a un activismo dialéctico específico. Se trata de una causa abrazada sobre todo para alertar, sobre las denominadas pseudociencias y los fenómenos paranormales, tenido todo ello en general por engañoso. Son numerosas las manifestaciones de esta corriente global, también bastante activa en España (ARP, Circulo Escéptico y otras plataformas). En Internet topamos enseguida con escépticos de actitud diversa, algunos exhibiendo una dosis de vehemencia. Esta corriente se nos presenta saludablemente alineada con la ciencia y el método científico, pero también con el pensamiento crítico; sí, con este deseable modo de pensar, que en realidad se viene entendiendo de diferentes maneras, incluso al margen del Critical Thinking Movement.

Los mensajes escépticos o críticos combaten la credulidad en torno a los numerosos temas abordados (psicoanálisis, hipnosis, reiki, yoga, kinesiología, astrología, religiosidad…), sin embargo, considerando que seguramente los creyentes tienen sus legítimas razones para creer y no dejarán de hacerlo, surgen voces que cuestionan la intención o utilidad del movimiento. 

 El Critical Thinking Movement define los siguientes puntos en el perfil del pensador

-  Su predisposición no apunta a denunciar engaños o errores, sino a documentarse debidamente y alcanzar respuestas que le parezcan convincentes, sólidas.

-  Trata de contrastar y asegurar cada información antes de utilizarla, pero esta actitud no deriva de un escepticismo científico, sino sobre todo de la voluntad de acertar en la tarea.

-  Piensa por sí mismo, cree lo que decide creer, y respeta esta actitud en los demás; al manifestarse, no trata de imponer sus posiciones, aunque las sostenga asertivamente.

-  Se muestra inquisitivo (pero no inquisidor) en sus indagaciones, presenta una mente receptiva ante posibilidades o alternativas, y a veces resulta por ello creativo, innovador.

-  Entre sus virtudes intelectuales se señala la humildad y la prudencia, y evita ciertamente arrogarse la posesión de la verdad y la razón, aunque se esfuerce en contar con ellas.

-  Es consciente de sus prejuicios, inquietudes, sentimientos, intenciones e intereses, y reflexiona sobre sus propios pensamientos: no es un pensador impulsivo ni destemplado.

-  Procura ver las cosas desde distintas perspectivas, con suficiente empatía, consciente de que la realidad se nos muestra a veces compleja, relativa.

El conocimiento religioso, ante todo, es dogmático: se acepta o no, pero carece de argumentos lógicos demostrables, sino que se sustenta en la fe (algo indiscutible). Propone, de distintas maneras, que los seres humanos somos fruto de la creación divina y que por ende debemos rendir culto al creador.

En consecuencia, impone ciertos preceptos morales y éticos, expresados a modo de una doctrina. Esta puede o no ser custodiada e impartida por una iglesia: una organización social que tiene como fin perpetuar una fe específica.

Por otro lado, el conocimiento religioso se pone en práctica mediante rituales y rezos, generalmente basados en la repetición y en la forja de lazos comunitarios entre los creyentes, por lo que también sirve como punto de encuentro social y de constitución de un “nosotros” organizado. De hecho, muchas guerras se libraron en la antigüedad por imponer una fe sobre otra.

Los saberes religiosos, pues, son incuestionables y se rigen por una lógica propia, que generalmente distingue entre el bien y el mal, o entre lo justo y lo pecaminoso, dependiendo de los valores que se expresen detrás de cada religión. Por ejemplo, el cristianismo es una doctrina de la culpa, mientras que la religión de la antigua Grecia se basaba en el honor y el equilibrio.

Finalmente, el conocimiento religioso se suele recoger en libros sagrados, que pueden ser uno solo o distintos tomos, y que suelen mezclar la narración con las ordenanzas, con los rezos y con el recuento histórico-religioso. La Biblia, el Corán o el Talmud son ejemplos de ello.

En un estudio de la Universidad de Columbia, publicado en la revista Science encuentra que el pensamiento analítico puede disminuir las creencias religiosas, incluso en creyentes devotos, arrojando nueva luz importante sobre la psicología de las creencias religiosas.

EL objetivo del trabajo era explorar la pregunta fundamental de por qué las personas creen en un Dios en diferentes grados. Una combinación de factores complejos influye en asuntos de espiritualidad personal, y estos nuevos hallazgos sugieren que el sistema cognitivo relacionado con los pensamientos analíticos es un factor que puede influir en la incredulidad.

Los investigadores utilizaron tareas de resolución de problemas y de cebado experimental sutil, como mostrar a los participantes la escultura de Rodin El pensador o pedirles que completaran cuestionarios en fuentes difíciles de leer, para producir con éxito un pensamiento "analítico". Los investigadores, que evaluaron los niveles de creencia de los participantes utilizando una variedad de medidas autoinformadas, encontrando que las creencias religiosas disminuyeron cuando los participantes participaron en tareas analíticas, en comparación con los participantes que participaron en tareas que no involucraron el pensamiento analítico.

Los hallazgos se basan en un modelo de psicología humana de “big data” (El término "big data" se refiere a que los datos son tan grandes, rápidos o complejos que es difícil o imposible procesarlos con los métodos tradicionales) de dos sistemas cognitivos distintos, pero relacionados, para procesar información: un sistema "intuitivo" que se basa en atajos mentales para producir respuestas rápidas y eficientes, y un sistema más "analítico" que produce respuestas más deliberadas y razonadas.

El estudio, se basa en investigaciones anteriores que vinculan las creencias religiosas con el pensamiento “intuitivo”, pero los hallazgos de este trabajo sugieren que activar el sistema cognitivo “analítico” en el cerebro puede socavar el apoyo “intuitivo” a las creencias religiosas, al menos temporalmente.

En el estudio participaron más de 650 personas en Estados Unidos y Canadá. Las cifras recientes sugieren que la mayoría de la población mundial cree en un Dios, sin embargo, los ateos y agnósticos suman cientos de millones, dice Norenzayan, codirector del Centro de Evolución Humana, Cognición y Cultura de la Universidad de Columbia. Podemos afirmar pues, según este estudio, que las convicciones religiosas están moldeadas por factores psicológicos y culturales y fluctúan a través del tiempo y las situaciones.

Por último, compartir esta reflexión de Chesterton: “El hombre puede ser un escéptico sistemático; pero entonces no puede ser ya ninguna otra cosa; y ciertamente tampoco un defensor del escepticismo sistemático”.

 

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 Comentario del blog

Una cosa es creer en lo que nos cuentan o nos enseñan teóricamente y otra, mucho más exacta y decisiva, experimentar en nosotr@s mism@s, las realidades vitales y transformadoras de la evolución personal y, siempre, compartida, porque esa evolución está integrada -queramos o no- en la comunidad sensible y sutil de la humanidad. 

Lo que llamamos espíritu es esa energía vibrante y luminosa, que sencillamente aclara ideas, pensamientos, conciencias, voluntades y actitudes; no es algo literalmente religioso ni ideológico, sino más bien independiente de cualquier montaje aprendido o imitado. Que jamás conduce al fanatismo ni a 'santidades' ni a herejías, no necesita montar dogmas ni sectas: es Vida natural y sanísima en abundancia, que equilibra, comprende y respeta a los demás sin imponer nada. Sencillamente, emana claridad con sólo pulsar el interruptor de la conciencia, de la paz interna y el fluir de la unidad en el núcleo de la diversidad y sus infinitas y plurales manifestaciones, asumidas como enseñanza, apertura y empatía y jamás como oposición, enfrentamiento, enemistad, lucha y guerra, ni triunfos ni derrotas, que son basuras residuales del egocentrismo y de las paranoias del poder y sus secuelas social y personalmente fatales para el desarrollo humano y para el propio medioambiente planetario, como estamos comprobando actualmente. 

Las religiones, las creencias no vividas sino solo oídas, leídas y narradas en templos y liturgias, ya se nos han quedado muy pequeñas ante el estallido diario de lo insoportable, porque  no consiguen despertar la esencia imparable de la evolución completa, al contrario, nos aturden y limitan al seguir repitiendo formatos de la talla 15, cuando ya necesitamos una talla 40, como mínimo. 

Tanto Lao Tsé, como Buda, Sun Tzu, como Jesús de Nazaret, Erasmo de Rotterdam, Spinoza, Kant, Mikao Usui o Mahatma Gandhi, fueron y siguen siendo, apertura magistral para nuestra especie, no vinieron a inventar sectas ni núcleos de poder lavacerebros, todo contrario, vinieron a abrir nuevas vías de experiencia y de conocimiento profundo, algo que nunca conseguirá aportar solamente el estudio teórico y mecánico de asignaturas y de experiencias ajenas a los seres humanos conscientes y basar sólo en ello la educación y la enseñanza, sin que haya una participación personal e in crescendo de cada alumno/a, maestro/a. 

No deberíamos olvidar jamás que "religión" deriva del término latino "religare", cuyo significado, lejos de facilitar la liberación y el crecimiento de la conciencia humana, significa "atar dos veces", a) una emocional y b) otra intelectiva. Conservando una idea teológica impuesta desde fuera del Ser, de un poder absoluto divino e  inasequible excepto para quienes al parecer tienen acaparadas las llaves de un teórico cielo, al que sólo acceden, precisamente, los "religados" que se dedican profesionalmente a "religar" al resto de humanidad atontada y seducida por ellos,  con un "Dios" al que hay que adorar por encima de todo, sin otra finalidad que someter a los seres humanos al poder de la dominación de "poderes superiores" que se manifiestan en luchas y rifirrafes doctrinales deplorables para que la multitud sea manejable, obedezca sin rechistar lo que le mande el poderío, 'en nombre de los dioses' en cualquier formato y que así no evolucione jamás, sino que todo siga atado y bien atado a la comodísima y rentable ignorancia y su barbarie...Lo que llaman Dios sólo es un enredado juego de la Oca que  nada tiene que ver con LO/LA/EL que Es y que Somos...Así se entiende que el mismo poder que crucificó a Jesús y a miles de seres humanos liberados por descubrir esa experiencia transformadora, se haya convertido durante siglos en trampantojo religioso, cuyos manejos que en nada se distinguen de las viejas religiones, mesopotámica, asiria, egipcia, griega, romana, inca, maya, azteca, etc, ect, han seguido en el mismo plan que impide a los seres humanos encontrar en sus conciencias el vínculo infinito y evolutivo que nos libera y nos expande sin imponer ni crucificar, ni matar hijos humanos para glorificar "a los dioses",que ahora son banqueros, millonarios, negociantes, mafiosos y políticos corruptos, cuyo dios único es el dinero y cuya religión es el poder al precio que sea...En realidad, en lo más hondo, respecto al poder y su enganche, estamos como hace milenios, pero enajenados por las distracciones tecnológicas y las novedades a golpe de móvil.

Si Jesús de Nazaret no quiso dejar nada escrito pero recomendó que la buena noticia se comunicase personalmente, con la cercanía del amor, la sanación, la fraternidad y el profundo respeto de lo más próximo e integrador, fue por algo...Sólo descubriendo personalmente la fuente de energía interna se despierta y se puede remojar en luz y normalidad el entorno humano que nos rodea, no para contar relatos bíblicos, sino para compartir vida, ayuda, acogida, escucha, luz, sorofraternidad, energía positiva, esperanza creativa y amor incondicional como praxis diaria, todo gratis y sin exigir nada a cambio, ni que se apunten a una iglesia determinada: la eklesía (asamblea, en griego) es la humanidad entera y no a trocitos sectarios excluyentes...Más bien es un mosaicos infinito de todos lo colores y formas sorprendentes, cuyas teselas, somos tod@s los seres humanos, un mosaico en el que nadie sobra ni  falta. 

La mejor religión es la que no existe, porque ya no es necesario atar ni una ni dos veces a nadie, ni tampoco ir a la fuente a buscar el agua, si  ya se va descubriendo que la Fuente está dentro de nosotr@s y la vida es  el milagro constante de su fluir imprevisible y siempre mejorando lo presente si no permitimos que el miedo y la costumbre mecánica de las creencias sin vida, nos encadenen y nos aten para no dejar a Dios ser dios. El primero siempre es el último y viceversa...no lo olvidemos nunca.

Las nueve revelaciones , por ejemplo, es una peli  de James Redfield, que da muchas pistas acerca del nuevo proceso evolutivo que estamos afrontando los seres humanos o Las sandalias del pescador, una novela de Morris West, llevada al cine por Michael Anderson, es también un modelo narrativo que puede dar mucha luz sobre la necesidad de terminar con el religionismo que sigue presente en el sector fanático de la sociedad. No digo más; tengo una amiga italiana que se declara atea ferviente, pero está convencida de que la Iglesia Católica debe ser intocable como estado pontificio y poder político. Toma ya! A eso hemos llegado en nuestra patética involución.

Sería genial, que en vez de proyectar series demoledoras, violentas, destructivas y nefastas, las cadenas de televisión se convirtiesen en alas y aportasen referentes de ese tipo, que ayuden a despertar, en vez de animar a la peña televidente a seguir roncando. Ains!!!!

 

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