miércoles, 30 de agosto de 2023

Toc, toc, ¿Hay alguien ahí o todo es decorado y atrezzo? Gracias, hermano José Ignacio, por levantar el telón y encender las luces del escenario, la Ladina Comedia no para de repetir su interminable reestreno...

 



Rubiales ¿un chivo expiatorio?
Rubiales
Rubiales

Pues sí: después de mucho leer y mucho dar vueltas, creo que quien ha diagnosticado mejor todo ese lío del señor Rubiales, ha sido Leandro Sequeiros cuando afirmó (en Atrio.org) que se trata de lo que René Girard califica como “un chivo expiatorio”.

Para aclarar un poco ese concepto digamos que Girard parte del dato social de que la violencia debe ser eliminada. Pero solo puede ser combatida mediante violencia; con lo cual, en vez de eliminarla, tenemos más violencia: “la obligación de no derramar sangre se confunde entonces con la obligación de vengar la sangre derramada”. Y el modo que encontró la sociedad para sortear ese callejón sin salida fue concentrar todas las violencias de uno y otro lado en una “víctima expiatoria”, no necesariamente inocente pero sí con menos culpa de la que se le atribuye. Y descargar juntos en ella todos nuestros furores.


Rubiales

De este modo se cumple otro principio evidente para Girard y es que los hombres “nunca son capaces de reconciliarse más que a expensas de un tercero”: nos unimos mucho más cuando nos unimos “contra alguien” que si intentamos unirnos a favor de algo. Y concluye este autor afirmando algo fundamental: “los verdaderos chivos expiatorios son aquellos que nosotros somos incapaces de reconocer como tales”.

Si vale este rápido resumen, añadiré que estas ideas me han dado vueltas durante estos días, sobre todo cuando leí el largo editorial de un importante diario, que me pareció tan fuerte de tono como flojo de razones. Pero creí, y sigo creyendo, que no puedo llegar a una conclusión cierta porque estoy seguro de que nos faltan muchas informaciones sobre este episodio. Incluso, cuando vi la firmeza con que Rubiales decía: “no dimitiré”, me surgió la sospecha de si es que tendrá armas de chantaje para defenderse y algún día acabamos enterándonos de alguna historia tan triste como la de las gimnastas norteamericanas cuando las pasadas olimpíadas de Japón. Ojalá no.

Lo que últimamente me va inclinando a la tesis del chivo expiatorio, aun reconociendo que pueden faltarme datos, han sido las declaraciones de la víctima Jennifer Hermoso. Fijémonos: el mismo día del beso (20 de agosto) declara que “ha sido un gesto totalmente espontáneo por la alegría inmensa de ganar un mundial. El presi y yo tenemos una gran relación y su comportamiento con todas nosotras ha sido de diez y fue un gesto natural de cariño y agradecimiento. No se puede dar más vueltas a un gesto de amistad y gratitud”.

Rubiales

Pero luego es ella misma la que le da más vueltas. El viernes 25 declara que “la situación me provocó un shock por el contexto de celebración. Me sentí vulnerable y víctima de una agresión, un acto impulsivo, machista fuera de lugar y sin ningún consentimiento por mi parte”. Encima la Federación española de fútbol declara que: “la señora Jenni Hermoso miente en todas las afirmaciones que formula contra el presidente”; y exhiben fotos que podrían estar manipuladas. Pero luego borran ese comunicado. Más tarde resulta que ella dice ser lesbiana. Y al final acaba poniendo una denuncia contra Rubiales…

Vista esa evolución en tan pocos días lo único claro es que nunca sabremos aquello de “¿quién mató al comendador?”. Y la verdad es que nos importa muy poco, de no ser por ese posible juego del chivo expiatorio que ahora luego comentaré. También parece muy probable que la pobre chavala, que lo que quería es jugar al fútbol, se haya visto manipulada e inducida a decir lo que otros le han dictado. Es solo una sospecha: pero creo que bien fundamentada.

Porque además resulta que, aunque el señor Rubiales pueda ser eso que en catalán llaman “un pocasolta” (sin sentido común y además inoportuno), las primeras declaraciones de Jenni podrían justificar lo de que fue solo un gesto de amistad: pues podía estar de por medio el penalti que ella había fallado, quitándole ahora toda importancia. En el lenguaje moral más tradicional podríamos decir aquello de que hubo un pecado, pero con “parvedad de materia”. Quiero decir que el beso (por lo que he podido ver) solo duró unos segundos: no hubo contacto de lenguas ni bocas abiertas, ni otro tipo de tocamientos mientras la besaba. Hasta moralistas cerrados de los de antes, como Zalba, tendrían que decir, en lenguaje clásico, que la cosa no pasó de pecado venial…

Con todos estos datos la sospecha del chivo expiatorio se fortifica mucho y temo que solo podrá ser rebatida si hay otros datos que no conozco. Y aquí es donde me parece útil comentar la función de ese mecanismo para alertar a todos los feminismos y que no crean que han obtenido una victoria. No se ha conseguido más que una aparente victoria simbólica que son las únicas que permite nuestro cruel sistema. Pero las grandes causas del feminismo siguen intactas. Por ejemplo:

El señor Rubiales estará cesado, pero las mujeres seguirán cobrando un 20% menos que los machos en prácticamente todos los empleos. ¿Tiene sentido entonces alegrarse como quien ha conseguido una victoria? Yo creo que no. Solo ha habido una aparente victoria distractiva.

El señor Rubiales estará cesado, pero la mayor y más brutal opresión de las mujeres sigue intacta: me refiero a la trata y comercio de muchachas para la prostitución que es fuente de tanto dolor, tantas lágrimas y tanta desesperación que, si la conoces, te parte el alma. Pero claro: si denuncias la pederastia clerical, la Iglesia se sentirá culpable y tenderá a hacer todo lo que se le pida. Pero si denuncias con constancia la trata de muchachas, igual un día estalla una bomba misteriosa en los locales de tu diario o de tu emisora, o tienes un “desgraciado” y casual accidente de avión como el del señor Prigozhin. Que el sistema ya sabe muy bien lo que puede tolerar y lo que no.

El señor Rubiales estará cesado, pero el rosario de crímenes machistas continúa intacto a su ritmo aproximado de uno por semana. Uno ya sabe que, mientras hacemos esas reuniones en silencio que quieren ser solidarias, el autor del próximo crimen está preparando la siguiente barbaridad. Nos tranquilizaremos la conciencia con eso del 016 y la prohibición de acercamiento, que sirven para bien poco; sin pensar que un problema tan terrible (que no tendrá solución inmediata) reclama un estudio y un análisis serio y minucioso que comience investigando el origen y la historia, la educación, formación y militancias de cada uno de esos asesinos incomprensibles. Un estudio que no sabemos qué resultados arrojará pero que hay que hacer a pesar de todo: porque un problema complejo solo se resuelve conociendo bien sus causas. Como dije otra vez, las medidas actuales son como tratar el cáncer con aspirinas, en lugar de estudiar despacio cómo se va produciendo el cáncer…

Son solo tres ejemplos. Pero mientras todos estos horrores sigan en pie creo que no tenemos ningún motivo para creer que la caída del señor Rubiales sea una victoria feminista, por más que los medios de comunicación lo presenten así. Pensar eso sería caer en un engaño bien preparado.

Chivo expiatorio

Este era el sentido de la afirmación de que Rubiales, por censurable que pueda ser, no ha sido aquí más que una víctima expiatoria. Vivimos en un sistema que es muy experto en dos cosas: en convertir en fuente de beneficios propios todo aquello que es necesidad ajena o es belleza gratuita (el hambre o la enfermedad por un lado y el sexo o un deporte bello como el fútbol por el otro). Y además, en integrar las protestas haciendo aquello del Principe di Salina, en "Il Gattopardo" de Lampedusa: “cambiar todo lo necesario para que no cambie nada”. Es muy sano que las mujeres quieran jugar al fútbol: y hasta (por lo poco que vi) me parece que son más intuitivas que los hombres, con lo cual, en cuanto tienen la pelota ya saben qué hacer con ella (y su fútbol resulta menos lento que el de los machos). Pero además es necesario que sepan donde se meten: porque el fútbol se ha convertido hoy en una santa mafia.

Hay una anécdota de mi juventud que he recordado otras veces porque me parece simbólica. Por allá por la segunda mitad de los años sesenta, cuando poco a poco se iba gestando lo que luego se llamó “mayo del 68” (y que acabó siendo “mucho más ruido que nueces” revolucionarias), comenzaban a estar de moda los llamados pantalones vaqueros, blujeans o nombres de esos. Mucha gente joven creyó encontrar una forma de protesta vistiéndose con unos vaqueros estropeados: rajados por la rodilla o cosas así. Al poco tiempo, eran las mismas fábricas las que te vendían esos pantalones estropeados: que lo que está de moda siempre da beneficios.

Repito para terminar: el sistema sabe muy bien qué protestas puede asimilar y cuáles no debe tolerar. La destitución del señor Rubiales es una de esas protestas que el sistema pude digerir perfectamente, quedándose tan tranquilo y dejándonos contentos. Este es precisamente el sentido de los chivos expiatorios


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Comentario del blogg:

Creo que estas reflexiones de José I. González Faus pueden ayudar mucho a ver con más claridad y menos estruendo "el caso Rubiales"; no se trata , obviamente,  de minimizar un abuso machista, inexplicable en un supuesto país demócrata y civilizado, a estas alturas de la historia, sino de ver la realidad del panorama, más allá de tics sociales y mentales. 
Hay una evidencia perenne y negativa de que el machismo es devastador inevitable, por sí mismo, casi hormonalmente; sin duda alguna, el que cada semana haya como mínimo una mujer asesinada en España por una mala bestia mucho más animal salvaje que humana, ya debería ponernos al corriente de lo que hay y de lo que debería haber y no hay: pedagogía adecuada en casa y en el entorno educativo y social, alma, conciencia, luces, inteligencia, neuronas en buen estado, capaces de transformar las emociones primitivas en sentimientos sanos y verdaderamente humanos, ejemplos materializados de los que aprender, una marcha evolutiva que nos libere de tantos automatismos bestias como de reacciones cavernícolas, siempre justificadas y contagiosas, aunque no se diferencien mucho de las causas que las provocan, que son invisibles y desconocidas, también para los estados e instituciones que deberían estar al loro social, psicoemocional, pedagógico, tanto en lo colectivo como en la orientación y tratamiento individual de lo colectivo, creando plataformas comunes y grupales donde acudir e integrar lo micro en lo macro y no lo macro aplastando e ignorando lo micro, que es en realidad la esencia de la humanidad y de la vida. No puede haber cuerpos sanos con células enfermas.
 
La venganza y la rabia del "orgullo"elevado a la enésima potencia, tomadas como "justicia" no nos van a mejorar ni nos harán progresar evolutivamente. El feminismo, si de verdad pretende colocar a la mujer al mismo nivel que el hombre ya lo ha conseguido con este modo retruécano macho/feminista de entender la soluciones, que no sólo no va a solucionar nada, sino que cerrará puertas por dentro y por fuera y creará abismos insalvables en la sensibilidad psicoemocional, donde sólo había barrancos superables desde el aprendizaje y la cooperación entre iguales crecientes tanto en inteligencia y conciencia como en valores nuevos ya imprescindibles. 
Machismo y feminismo ya no valen ni sirven para mejorar nada ni a nadie, lo iremos comprobando paso a paso evolutivo, si es que no nos atascamos y caemos en picado irreversible... esperemos que no sea así -¿por qué será que todos los "ismos" acaban igual, agotando y agotados, sin más energía que el cabreo sordo y la "lucha" ciega?-; están exahustos, faltan vitamimas éticas porque esas actitudes son ruptura y combate, desgaste, ataque y herida constante, infección y enfermedad psicoemocional y metabólica de una especie que pretende  ser humana y no lo consigue, o bien porque no llega ni da la talla, o bien, porque se pasa y se pierde por el camino entretenida por lo que pasa, sin pararse a ver por qué pasa lo que pasa. ¿Queremos una prueba? Pues ahí la tenemos: La agredida Jennifer Hermoso defendió y disculpó a su agresor de inmediato y no cambió de actitud hasta el día siguiente cuando el entorno feminista saltó con acusaciones y denuncias en los medios de comunicación, pidiendo la dimisión y/o el cese del agresor besucón y la mismísima FIFA, intervino contra Rubiales y su comportamiento, incluso antes de que reaccionase el Estado y el Deporte español. 
Lo que hay que plantearse es que tenga que ganarse un mundial de fútbol para que estas cosas se hagan públicas, escandalicen, se denuncien y que cada dos por tres mueran mujeres desconocidas, que sólo son campeonas del aguante y del chantaje parejil y que si intentan denunciar y pedir ayuda, sea peor el remedio que la enfermedad... y nadie ponga remedio ni el Estado intervenga con un plan concreto que remedie e impida el horror, una vez acostumbrado a las protestas de las mujeres, que se quedan de fondo como banda sonora del pifostio habitual. ¿Tal vez porque el Poder Judicial está secuestrado y bloqueado en manos de un machismo connatural a sus privilegios, por un partido político que carece de conciencia y ni siquiera es consciente de ello y la Constitución como al Jefatura del Estado, como el Poder Legislativo y Ejecutivo, carecen de recursos disponibles para acabar con semejante marrón, mientras tod@s gozamos de una resignación ejemplar, a costa de llevarla encima durante siglos como lo más natural sin atrevernos a emprender reformas populares y efectivas, porque, como siempre, esas cosas les pasan a otr@s, por eso la cosa no será tan grave, no?

Nuestra especie necesita valores inteligentes, maternales y fraternos, la sutileza de la luz inteligente que permite ver , también en el género masculino, no mediante colegueos enfurruñados ni revanchas "justas" y enloquecidas, ni rabias desatadas aunque haya 'razones'(¡?) para ello, si nos comportamos como "machas ad hoc" no podremos corregir ni mejorar nada en este mundo y lo que fomentemos en ese plan acabará con todo igual que pasa con el machismo. 
 
¿Qué sentido tiene que una mujer lesbiana como se ha declarado Jennifer Hermoso tras el schock con "el jefe", se deje besuquear y morrear, tan contenta, por un hombre abusador en una ceremonia pública como espectáculo mundial, para recolmo? La normalidad debería ser el asco instintivo, natural, y el afán por separarse cuanto antes del agresor, empujándole para distanciarse y declarar públicamente allí mismo su repugnancia y rechazo, aprovechando que nadie podía  justificar semejante falta de respeto, pero no. La reacción fue pospuesta, grupal y feminista, a toro pasado, en plan mogollón teledirigido, más programática y mecánica que consciente, verdaderamente libre y equilibrada como lo harían mujeres inteligentes y sanas, y no en plan machista. Como obra "la justicia" de la testosterona silvestre obedeciendo por impulso hormonal la mecánica de las normas pensadas por ella más que por la conciencia y la igualdad, por encima de la objetividad y el conocimiento que saben relacionar causas y efectos, por encima de alteraciones emocionales y arranques vengativos, donde el rencor, el odio y la revancha son los conductores del tren, tanto en masculino como en femenino, porque de ese modo, jamás se llegará a la estación del equilibrio imprescindible para que el viaje de la vida no se convierta en destrucción irremediable, tanto por la crueldad y la barbarie provocadoras, como por sus inútiles réplicas justificadas, pero básicamente, en el mismo plan.
El machismo, sin duda alguna, es una enfermedad social gravísima que jamás se podrá curar si sus víctimas sólo quieren adquirir el mismo poder del verdugo macho, para hacer lo mismo que él: aplastar, intimidar, vengarse, golpear, exhibirse y ponerse por encima en publicidad, glamour, negocios, maldades, exhibicionismo  de tetas y lo que haga falta, políticas ad hoc, torpezas 'geniales' más por ser vos quien sois que por verdaderos méritos de humildad, servicio comunitario y sabiduría para compartir, no para imponer, y retorcimientos adjuntos, una vez que se adquiere fuerza social suficiente para vengarse 'legalmente'- sin legitimidad-  y no para cambiar el modus operandi de una des-humanidad enloquecida, chiflada y más perdida que el alambre del pan de molde, hasta, en semejante plan, desarrollar la capacidad de convertir un chivo expiatorio en chivo explicatorio, como decían Les Luthiers, expertos e inolvidables pedagogos argentinos en sus cursos musicales  de atrevimiento personal ...xd! 
 
Sí, tiene razón González Faus, como la tenía Tommasi de Lampedusa en "Il gattopardo" : sólo cambios en plan chapuza, que todo parezca cambiar para que todo siga igual, repitiendo con obstinación el modelo que aparentemente se desprecia, pero que en el fondo se quiere seguir manteniendo, sólo que mejor en plan verdugo que en plan víctima...o sea, 'chivo expiatorio' fashion, sea como sea, que el victimismo y sus arcanos son la leche a la hora de montar pollos en plan Raphäel y su "¡¡¡escaaaandalo☺🎵🎼🎶!!!" como forma de vida (lo de vida es un decir, claro...)
 
Algo así es fracaso garantizado por mucho que se valore el espectáculo del momento. Un género que ignora  a su propia mitad, e incluso su condición plena y andrógina, y en guerra constante contra la mitad de sí mism@, -vamos, como un cuerpo descerebrado cuya mano derecha ignora, apalea y destroza su mano izquierda y viceversa, hasta quedarse manco-, algo que sólo sirve para atormentar y atormentarse, destruir y destruirse en plan búmeran... Por eso no se necesita ningún infierno que castigue pecados, ell@s mism@s son el peor infierno imaginable y el pecado más imbécil e irracional que se pueda cometer en este nivel del existir para ir aprendiendo a Ser.  Ainsss...

No estaría nada mal recordar el poema del pastor evangelista Martin Niemöller, explicando el desastre nazi en su país

Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío,
Cuando finalmente vinieron a buscarme a mi,
no había nadie más que pudiera protestar.” 

*********

Falta algo importante que añadir en la España del siglo XXI:

Cuando los hombres más locos e irresponsables

mataban mujeres sin parar

y muchas mujeres pensaban que desnudándose

y gritando por las calles insultos y maldiciones

iban a conseguir que los crímenes acabasen,

lejos de eso

todo se fue cayendo a cachitos

sin que nadie lo notase, se fue pudriendo 

sin hacer ruido, 

cuanta más violencia había, más aumentaba la basura

en el aire, en el agua, en la tierra, 

el fuego quemaba todo, la lluvia se convirtió en pedruscos

que arrasaban las cosechas en vez regarlas

 y los gases letales

convertidos en palabras y pensamientos

mataban sin parar a todo bicho viviente.

Las mentes y voluntades enfermas son el peor de los virus,

si no queremos acabar en el mismo plan que Niemöller describe,

dejemos los "ismos" de las momias aparcados

en el garaje del perdón y de la regeneración,

rechacemos y aborrezcamos el delito

pero compadezcamos y enviemos las mejores intenciones

y el perdón

a los delincuentes, no hay otro modo de parar

la hecatombe,

la vida es un búmeran y da a cada un@

aquello que cada un@ da a l@s demás 

como actos, pensamientos y deseos.


Seamos hombre o mujer eso ya da igual a la hora del Ser,

que es andrógino,

agarremos el equipaje, la salud y la frescura de la conciencia,

abramos las maletas del alma, reciclemos la luz,

y no caigamos en la trampa del odio, del miedo

ni del orgullo confundido con la dignidad,

nada de eso nos salvará del horror,

al contrario, hará que el horror se multiplique

y se expanda con nuestra ayuda, como los virus en las pandemias

si no utilizamos la mascarilla de la empatía

sorofraterna, la higiene de la comapasión

y no nos dejamos vacunar por el amor incondicional.

No esperemos a que no quede nadie que pueda ayudarnos,

nuestro despertar es nuestra salvación 

personal y comunitaria!

¡Despertemos ya, porfis!  
 
 Humanos con Fe: La fraternidad para refundar la Iglesia de Cristo
 

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