"El aprendiz de brujo" de Paul Dukas, "Una noche en el Monte Pelado" de Mussorsky, con aportes de Ponchielli, Beethoven, etc, etc, y que Walt Disney llamó "Fantasía" al convertirla en película infantil...Quién le iba a decir al promotor del invento que pasando unos ochenta años, esa fantasía se haría realidad espeluznante con pelos y señales, gracias a la chifladura del aprendizaje brujil de una humanidad más propia de un manicomio/agujero negro suicida, que de un planeta normalito, como la pobre Tierra que nos aguanta mientras pueda -cada vez menos, claro-, y soportando un invento al mismo nivel que el del aprendiz de brujo y su escoba desmadrada, que por estos andurriales terrícolas se ha dado en llamar nada menos que "inteligencia artificial"..., sin caer en la cuenta de que nada artificial elaborado por la gran ignorancia roncante y devoradora de sí misma que sólo mueve el forring office, puede ser inteligencia de verdad...ainsss!
Ojalá el desastre acabe despertando a tiempo a todos l@s Mickies y Minnies Maus despendolad@s en hacer puré todo lo que pillan, pero, eso sí, con muchísima inteligencia artificial(¡?), y haciendo negocio hasta de su propia autodestrucción of course!
P.D.
Parece ser que en el concepto de inteligencia se nos han cruzado los cables y lo hemos asumido en plan desastroso. Inteligencia no consiste en "saber" muchas cosas, en amontonar datos teóricos hasta convertirlos en tesis doctorales, en experimentos vendibles y rentables, que nos aporten facilidades, ganancias, admiración, aplausos y egofilia constante. No.
Inteligencia significa tener luces, alma, conciencia y capacidad para hacer lo mejor y lo más sano con los medios disponibles, canalizando lo mejor y desmontando lo peor hasta convertirlo en utilidad y aprovechamiento sano no sólo para sí mismos, sino también para el Bien Común de la familia global, como por ejemplo, convertir la basura orgánica en abono para la tierra. Convertir las dificultades y problemas en aprendizaje y en salud, en experiencia positiva que abre caminos diversos, en vez de ser víctimas amargadas, bloqueadas, chismosas y taradas para siempre. Ese aprendizaje no lo puede conseguir una I.A. aunque tenga apuntados todos los datos teóricos del mundo en sus memorias mecánicas y pueda repetirlos en alta voz. A la hora del despertar, no da para más. El alma y la conciencia, a la luz de la energía del espíritu, nunca pueden ser producto de unas máquinas, por muy 'inteligentes' que parezcan.
No estaría de más que las cadenas de TV ofreciesen con frecuencia películas que ayudasen a hacerse preguntas esenciales y a aclarar marrones basurales, que luego se puedan comentar en el estudio y con llamadas telefónicas de los espectadores, como se hacía en "La Clave" a cargo de José Luis Balbín... Por ejemplo, Transcendens, Tierra de Ángeles, Las nueve revelaciones, Jesús de Nazaret, La lengua de las mariposas, Horizontes Perdidos, Contac, Matrix, Gandhi, Mandela, Amanece que no es poco, Tiempo después...
En fin, que pongamos la tecnología al servicio del alma y de la conciencia universal y no al revés, o sea, que los humanos sean los que manejen las máquinas para fomentar el bien común ecológico y que no sean las máquinas las que hagan puré el bien común y a los seres humanos que las fabrican y que sin desarrollar almas ni conciencias que nos vinculan con el espíritu sostenedor de Todo y de tod@s, acabarán convertidos en máquinas auto/ego-propulsadas, si este cambalache no se remedia cuanto antes, of course...
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