domingo, 21 de julio de 2019

Querida Ana y diario Público, gracias, gracias, gracias





Opinion · Dominio público

‘Público’, de cara a la pared



Hay en todo este asunto de si Público contrasta o no sus fuentes y si son creíbles o no, porque son las fuentes de Público y no, por ejemplo de La Sexta, una candidez que inspira ternura. Hasta he leído por ahí a un escritor que aprovechaba este domingo el guirigay para publicitar su libro (lo saca en 2020, aunque suponemos que no empezará a escribirlo ahora) sobre confidentes de todo pelaje dando bola a los muchísimos expertos en inteligencia (e Inteligencia) de este país. Un libro por publicar es la mejor fuente, qué duda cabe.
Esta entrañable red de amigos y amigas de Público son los mismos, claro, que fueron informando punto por punto, día a día, de nuestras exclusivas sobre las cloacas de Interior, sus informes falsos, los tejemanejes de Villarejo y sus sicarios políticos, mediáticos y empresariales; las amenazas de muerte a Patricia López, el acoso a nuestra redacción por parte de la policía política de Fernández Díaz… Son los mismos que, inmediatamente, exigieron a todas las cadenas la emisión del documental Las cloacas de Interior (Mediapro), que, por cierto, prepara segunda parte. Vayan calentando los amigos su sapiencia castigadora, nunca lo suficientemente valorada nuestra altiva España.
Un momento.
Paren.
¿»Informando»? ¿»Emitiendo»? Deben disculparme, porque hay mucho cacareo estos días, suenan rasgados de vestiduras constantes, mentiras sobre lo que Público dice que no dice, lo que no dice que dice, y cuesta concentrarse. Me aclaran por aquí que no. Que en realidad, nuestros amigos/as y compañeros, los que hoy velan por la integridad de nuestras fuentes con toda la generosidad de sus editoriales (me emociono solo leyéndolos), no recogieron nada hasta que no tuvieron más remedio. Acabáramos: fue cuando Fernández Díaz habló vía pérfida grabadora o Villarejo entró en la cárcel acusado de las Diez Plagas corruptas (y pocas me parecen).
Desde entonces, cuando sí hubo orden general de hablar de cloacas porque la cosa se iba de madre, todos somos cloaqueros cum laude por la gracia de Eduardo Inda, que es quien expide el título como decano del asunto, sin duda, muy acreditado. ¿Quién más que él y su corte de medios han tenido la mayor cercanía a las cloacas? Pues eso, nuestros amigos vigilantes (por nuestro bien y el de ustedes) son categóricos al ponerle una silla a su lado y a su mismo nivel al tiempo que vigilan que Público no se desvíe del buen camino, que toda advertencia es poca en este mundo de fakes y cloacas. Nunca podré compensar tan buena obra, siempre en mi corazón.
Admito que si no fuera por los/as muertos, los heridos y la gravedad de las incógnitas que sobrevuelan la labor del CNI desde que la semana pasada contamos el detalle documentado de su relación y seguimiento al imán de Ripoll y la célula terrorista del 17-A en Barcelona, se me habría desbordado por las costas la retranca relativista que me traje de Lugo e intento cultivar con mimo para no perderla y no perderme, con mayor o menor éxito. Si alguna veta se dibuja en este texto, pues, disculpen a esta incurable filla de Breogán y admiradora de Castelao, Rosalía (de Castro), Domingo Villar e Iván Ferreiro.
Pero es que estoy, de verdad, conmovida por la honda preocupación existente en ese generoso gremio nuestro por la credibilidad de las fuentes de Público y el estilo de sus periodistas, que dicen los amigos/as que no avalaría Darío Villanueva (Galicia, otra vez, me pierde). Aun así, de verdad, no se inquieten más, duerman bien por la noche, atiendan a sus hijos: no escriban editoriales sonrojantes, ni hilos en Twitter, ni se disculpen luego con su directora en privado por no haber repicado la información, como hicieron escrupulosamente la Cadena Ser, TVE, Telecinco, La Vanguardia u otros medios ‘menores’. Soy una directora entusiasta y una mujer comprensiva, créanme, nada puede sorprenderme ya y cada uno hace con su medio lo que le da la gana.
Pero es verdad, quizás tengan ustedes razón, algunos de los que me llamaron o escribieron: no hay que hurgar en los posibles fallos de seguridad del Estado, que tiene como misión primera la de proteger a sus ciudadanos. A todos/as. Sacar los colores al sistema en materia antiterrorista si no te da su bendición es ser un mal patriota. Esa información debe ser como la disidencia: un poquito y controlada. Lo del periodismo, ya tal, que para eso los medios somos parte del sistema (Cebrián dixit). Menos Público, claro, que se dedica a sacarle las vergüenzas hasta al rey sin consensuar con nadie. A lo loco, ahí, en soledad y contra el viento; con fuentes que no han pasado el examen de otros medios, porque lo normal en periodismo es pedir la aquiescencia de los colegas antes de publicar nada. ¿Pero a quién se le ocurre? «Joder, qué tropa» éstos de Público.
«¿Para qué vamos a generar una psicosis colectiva, Anita (sic)? Ya sabemos que los confidentes vienen, van, vuelven, son imprevisibles y se nos pueden ir de las manos; pocas veces, eso sí. Pasa en los países más avanzados, y España es un referente en la inteligencia y seguridad antiterrorista: son muchos los atentados evitados y muy pocos los consumados». Y es verdad: tenemos, probablemente, a los mejores profesionales en ese terreno, la envidia europea. Por eso chirrían más los fallos (presuntos pero reconocidos en los informes) sacados a la luz por Público con algo más que declaraciones anónimas. Ya, pero son «vuestras» fuentes, las de Público, no las de El País, El Mundo, La Sexta (otra vez)… Qué osadía sacarlas a la luz, y sin consultar a los eruditos colegas. Se nos cae la cara de vergüenza (poca nos queda)…
Encima, esos catalanes ‘indepes’, golpistas, separatistas, antiespañoles…, andan ya pidiendo responsabilidades al Estado. Ellos, que ni creen en el Estado ni nada y solo quieren cargárselo. No, no… Si Catalunya y los independentistas están por el medio, ni agua. Los fallos de seguridad y prevención institucionales se explican cuando ocurren fuera de Catalunya (bueno, se monta una comisión parlamentaria de ésas, que no es lo mismo, pero da el pego). Bastante bochorno tuvimos con las urnas del 1-O y lío tendremos con el juicio para reconocer a esa panda de golpistas que pudimos cometer errores. Nada: ni agua.
Así que el Estado, calladito, que es como tiene que estar, «Anita», porque hay cosas que la gente no debe saber. Tampoco vamos a desmentir vuestra investigación, que ya está la Audiencia trabajando en ello (¿En desmentirla? Se me va la retranca…) y no sabemos qué guardáis por ahí: «Es mejor para la gente así, hay cosas que no se entenderían y es información muy mala de sobrellevar para un país con tanta tragedia terrorista encima. Hablar de esto supondría poner el foco en casos equivalentes y deja al CNI tocado, aunque se pueda demostrar que no hubo dejación, ni mucho menos dolo, sino engaño de confidentes fallidos. No, mejor dejemos las cosas como están, que hable la Audiencia y listo. Tú ya sabes cómo va esto…».
Yo sé, sí. Sobre todo, cuánto amo mi trabajo.

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Es indignante lo que cuentas,Ana, pero por desgracia, en un estado de desecho como éste, lo raro hubiera sido la reacción contraria entre "la fabricación del consentimiento", como Chomsky define a las tramas mediáticas que hacen posible lo peor del sistema, lo tapan, lo defienden,lo ensalzan y ocultan sus crímenes y fechorías para salvaguardar "la estabilidad" del cotarro, del que como dice Cebrián sin cortarse un pelo, ellos son parte. Un estado podrido desde sus raíces no puede actuar de otro modo. No sabe. Le da pánico la transparencia. Y solo puede tener un final como el de "El otoño del patriarca" de Gª Márquez. El tirano, un general dictador, muere de viejo ahogado en sus propias heces. Ese es nuestro modelo de estado, ni más ni menos. Si al jefe del  estado lo puso un dictador. Si para que el pueblo tragara a un rey ilegítimo que nadie quería -salvo los millonarios amiguetes del poder benefactor que les deja manos libres para el forring office-  un golpe de estado que lavase la cara al truño y llenase de legañas los ojos del pueblo "soberano", era la estrategia menos complicada, porque hacer un referendum para que se votase una república, iba a ser que no. 
Si para combatir la falta de diálogo que deriva en terrorismo, hay que inventarse un GAL, pues se inventa y nadie es responsable, y por eso su promotor es miembro vitalicio del Consejo de Estado y gurú de su partido y consejero político con pedigrí. Si un desquiciado que sueña con que Dios le encomienda los destinos del mundo nos mete en la guerra de Irak con el rechazo absoluto del pueblo y esa participación da lugar a un atentado que deja una carnicería como consecuencia, y nadie le pide responsabilidades, y él se empeña en mentir acusando a los vascos y al Psoe de haber perpetrado semejante crimen, no pasa nada y nadie pide cuentas al calumniador, si en plena crisis demoledora el rey se va de fiesta por el mundo, de caza de animales en extinción, se le parte la rabadilla y hay que ir a buscarle con un vuelo especial hasta Botswana, si además se lleva crudo un  pastón, lo evade, se queda tan pancho y nadie le pide cuentas; si se reduce a nada el Estatut de Catalunya y como consecuencia se intenta hacer un referendum simbólico y se monta una guerra política por parte del estado contra sí mismo, hasta con ataques a la población que no fue violenta en ningún momento, se detiene por ideas políticas y acciones de protesta civil a los diputados catalanes y se les acusa de rebelión y golpismo...y se les impide asumir los escaños que les han dado los votos, mientras ladrones e irresponsables cómplices pueden obtener escaños como si fuesen personas honorables, ¿como, entonces, se puede tener un Jefe de Estado que nombró un golpista de verdad que además provocó un levantamiento militar y tres años de guerra civil, más cuarenta de dictadura llena de penas de muerte y cadenas perpetuas, por pensar distinto..? Una democracia que el mismo González reconoce con necesidad de cloacas como el GAL...justificando también la corrupción? Esa acumulación de basuras perpetuas ha hecho crisis rematada en la podredumbre absoluta del pp. La mierda se ha solidificado y ha comenzado a paralizar gobiernos, instituciones, presupuestos, iniciativas, negociaciones para gobernar. Ha atascado desagües, ha podrido el aire, hay que entrar en los tribunales y parlamentos con mascarilla y guantes de látex.  Las defensas acusan, los fiscales desvarían, los jueces deliran, los acusados no cuentan, ya están condenados antes del juicio, los testigos son como pajaritas de papel, digan lo que digan solo cuenta cuando arremetan contra los condenados sin remisión.  

Se ganan elecciones pero eso da igual,porque si no hay mayoría absoluta no es posible preguntar ni responder. La mierda carece del don de la palabra. Es sorda y muda, su lenguaje es la pringue y el hedor insoportable de su materia prima la hace incompatible con el entendimiento y la resiliencia. El pestazo lo llena todo, lo impregna todo, se intenta limpiar pero nunca hay suficiente agua ni jabón, ni disolventes para deshacerse de ella. Es más, el agua y el detergente acaban siendo mierda también al cabo de un rato rascando. Dicen por las redes que la han informatizado y que la producen los wifis, la controlan los satélites artificiales y se expande por el guasap, que está adquiriendo vida propia, una mierdescencia artificial que se cuela por los poros de la piel, se disuelve en el aire, se convierte en algoritmo, en tabaco apestoso, en plástico, en latas y botellines...en chuches, en cápsulas de nexpresso, en serie de tv, en discursos y arengas, en bandera e himno nacional, en procesión, en  fotos de instagram, en partidos políticos,  en OVNIS, en palomas cagonas e impertinentes, que parecen de verdad pero que solo forman parte de la misma performance...Sí, querida Ana, nadamos en mierda. Lo acabas de comprobar con tus propios compañeros de oficio. Ellos, como Público, podrían ser el servicio de limpieza social, política, cultural, pedagógica, pero no. Y no es que no quieran, es que no pueden. La mierda les ha transformado también el metabolismo, la mente, la percepción  y el alma. Se han quedado pegados al puesto de trabajo, al coche, a las tarjetas de crédito, al móvil, a las vacaciones, a los créditos del banco, a las mascotas que tampoco son reales, sino mierda modelada como arcilla. 
Parece que la cosa empezó con Baumann, que ya veía todo líquido, a partir de ahí se ha empezado a cuajar la liquidez y todo se va haciendo un barrizal, solidificándose exponencialmente en la medida en que desciende vertiginosamente el índice pluviométrico. España, siempre  en la vanguardia de los experimentos más cañeros está siendo una crack en el arte de la mierdoscopia, mierdología, mierdografía, mierdosofía...en fin un montón de nuevas especialidades. 

Como es lógico, los emprendedores más listos están descubriendo la manera de convertir la mierda made in Spain en un gran negocio y exportarla en franquicias por el resto del mundo, que desde luego está atrasadísimo en esa especialidad, solo comparable al glamour de nuestras conquistas y evangelizaciones a cañonazos. 
Hasta las palabras rituales del miércoles de ceniza se han cambiado para estar a la altura de los tiempos, y ahora dicen mientras te marcan en la frente una cagarruta en forma de mini ensaimada: mierda eres y en mierda te convertirás. 

Innovar o palmar. Por España que no quede. Ella es así, una, cutre y horrible. Aprovechar todo, hasta la complicidad con lo peor,  para sacar tajada y nunca estar en la primera fila hasta que los ppoderes del pastón dejen bien claro quien manda de verdad. La reacción ante el trabajo de Público acaba de resumirlo, en un  selfi total.

Gracias, una vez más a la redacción, la dirección, el compromiso social, la investigación, la profesionalidad ejemplar, la valentía y el trabajo de Público. Quizá seais demasiado arroz integral  para tan poco pollo de granja y piensos tan descompuestos. 

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