Desbrozar
Un encuentro entre Torra y Sánchez puede avanzar en un gran número de aspectos, puede desbrozar mucho matorral enredado en años de abandono, y rectificar políticas concretas en muchos capítulos, incluso muy sensibles
El objetivo de Quim Torra es conseguir la independencia de Cataluña. La obligación de Pedro Sánchez es impedir que lo consiga. Un encuentro entre ambos puede avanzar en un gran número de aspectos, puede desbrozar mucho matorral enredado en años de abandono, y rectificar políticas concretas en muchos capítulos, incluso muy sensibles. Y es magnífico que tal cosa ocurra. Pero uno es solo presidente de la Generalitat y el otro es solo presidente del Gobierno de España. Ni el uno ni el otro tienen la capacidad de modificar sustancialmente los temas de fondo, aunque en ocasiones se diría que lo creen. Necesitarían mayorías supercualificadas que hoy no se dan ni aproximadamente. Los que les alagan depositan en ellos unas esperanzas insensatas y sus enemigos presentan su encuentro como la mesa del diablo en la que se oficia la gran traición y la venta de la patria. Sin embargo, hoy por hoy, no se puede transformar radicalmente la relación Cataluña-España ni en una dirección ni en la contraria, ni es posible la independencia ni es posible sofocar ese anhelo a golpe de autoridad.
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