jueves, 14 de noviembre de 2024

''Preludio'' y ''Nos han robado la vida'' - Brotes de olivo (1986)

Joan Baptista Humet Hay que vivir 23 de abril de 1981

Habla, pueblo

Desde el Diario Levante llegan las buenas noticias, por primera vez, desde que el PP gobierna la Comunidad Valenciana. Ya era hora. Es terrible que para que fachilandia aterrice en el aeropuerto de la inteligencia y de la conciencia responsable, hayamos tenido que experimentar un estallido horripilante del finiquito auténtico en el mundo mundial/regional. Esperemos que la fachopatía de la fachocracia se someta, por fin, al urgentísimo tratamiento intensivo, en la UCI de la REALIDAD, así, con mayúscula.

 

Autovías vacías sin lluvia, sin alerta roja y sin clases

Las restricciones a la movilidad y la llamada a quedarse en casa por el riesgo de nuevas lluvias torrenciales vacía las carreteras en una jornada insólita

A-7 a la altura de Bétera

A-7 a la altura de Bétera / DGT

J.Roch

Jornada insólita producida por la nueva dana. Las restricciones a la movilidad ante la alerta roja por lluvias potenciales torrenciales en parte de la provincia de Valencia ha dejado un panorama muy diferente en las principales autovías que llegan a la capital valenciana, apenas una semana después de registrarse atascos kilométricos de hasta 40 kilómetros. Quienes han tenido que salir a la carretera por causa mayor, pese a que la movilidad en coche particular en más de 160 municipios estaba restrigida, se han encontado con kilómetros de vías vacías, entradas y salidas a València totalmente descongestionadas y grandes avenidas como si fuera un día festivo o pleno agosto.

La suspensión de clases, la adopción del teletrabajo allí donde es posible y la llamada a quedarse en casa mientras durada la alerta roja de la Aemet ha convertido el nudo de carreteras que entran y salen de la capital valenciana y también de la zona cero de las inundaciones de la dana del pasado 29 de octubre en un desierto.

Pasado lo peor del temporal, y ya en alerta naranja y no roja, las limitaciones a la movilidad se mantienen hasta esta madrugada, cuando en principio venzan las medidas aprobadas ayer de urgencia por la conselleria de Interior y Justicia, dirigida por Salomé Pradas.

CV-30

CV-30 / DGT

Pista de Ademuz

La CV-35, la conocida como Pista de Ademuz que confluye todo el tráfico de la comarca Camp de Túria, también ha amanecido con un panorama poco habitual para ser un jueves laborable. Sin apenas congestión por el tráfico que entraba en la capital debido a la ausencia de clases y el teletrabajo, la Ronda Sud de València, el barrio de Campanar en dirección Mislata y la V-30 también tenían circulación fluida, a excepción en los puntos de cortes intermitentes del tráfico en el Puente de Picanya en dirección a la V-30 (Puerto de Valencia) y en las salidas por la CV-400, San Vicente Mártir desde el Bulevar Sur y José Soto Micó en dirección la Torre.

Una situación similar se ha registrado en la autovía A-3, la principal vía de conexión con el interior de la península y una de las autovías que más sufrió el embite del anterior temporal. A primera hora de la mañana, la autovía presentaba un aspecto similar al de un domingo, sin apenas tráfico y sin incidencias más allá de pequeñas balsas de agua formadas junto a algunos de los puntos más dañados por las inundaciones.

El Barranco del Poyo vuelve a llevar agua a su paso por Paiporta.

Fernando Bustamante

Sin controles en las salidas de Torrent

Pese a tratarse de una de las zonas situadas en plena zona cero de las inundaciones, los conductores que hoy han salido de Torrent en directo València no han encontrado controles policiales que se lo impidiese. No obstante, la autovía que une l'Horta Sud con la capital (la CV-36) apenas ha registrado tráfico durante toda la mañana ni a primera hora del día.

 

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Última noticia:

 

 

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Nota del blog:

(*) Esta actitud inentendible, como lo es la ausencia de control responsable del tráfico por parte del Ayuntamiento torrentino y de la Generalitat valenciana, en una zona inundable tan vulnerable y peligrosa,  no tiene el menor sentido y es una demostración total de lo que la paleolítica derechona spanish fashion considera como "libertad": hacer lo que le dé la gana a cada un@, aunque estén en juego la seguridad y la vida de tod@s como es el caso actual y  sucede ahora mismo en València. 

Idéntica actitud a la que permitió  eliminar  la Unidad Valenciana de Emergencias, que, sin duda alguna, habría logrado que el desastre arrasador no hubiese llegado al destrozo terrible y letal que estamos padeciendo, sencillamente, porque esa Unidad previsora, protectora y eficaz, la había establecido su enemigo político, el president socialista de la Generalitat, Ximo Puig. 

Ante estos fallos garrafales y sin sentido, de una mínima ética, indispensable para la seguridad de la ciudadanía, el pp valenciano no debería seguir al cargo de la Generalitat después de semejantes "hazañas". La Constitución Española debe revisarse a fondo cuanto antes,  para que la responsabilidad activa y obligatoria de los políticos elegidos por la base social sea obligatoria y activa como fundamento de la gobernanza y no la inercia irresponsable y estúpida  de una mediocridad vergonzosa y tarada, pero aceptada  como "normalidad", especialmente, en el ejercicio de los cargos públicos ya sean estatales, comunitarios y/o municipales.

 

 

lunes, 11 de noviembre de 2024

Silvio Rodríguez - Sólo el amor

Buen comienzo de semana con las noticias de la conciencia enviadas desde elDiario.es, a cargo de Juanlu Sánchez. Muchas gracias, familia querida, por compartir cada día el relato reflexivo=la ética en la palabra, que es el mejor periodismo, sobre todo en estos momentos del necesario salto apocalíptico. La revelación -en griego 'apocalipsis'- no es la catástrofe, sino las pistas del nuevo camino para salir de ella, cuando la bestia y la prostituta del relato profético, se están cargando su propio imperio de barbaridades...Como podemos cromprobar, esto no es cosa de religiones ni de dogmas, ni de ideologías, sino de elección entre vivir o destruirse, entre ser luz o tinieblas, guerras/exterminio de la especie o paz y armonía para toda la humanidad, entre un presente con futuro o un pasado zombi sin presente ni futuro, es decir, un finiquito constante/the end a golpe de trampantojos. ¿La solución? : Sólo el Amor la tiene. Y el Amor no se puede comprar ni vender, ni adquirir ni heredar...El Amor está dentro de nosotros, es el Reino de los Cielos preparado para expendirse en el Cosmos, en la Tierra, en el tiempo, en el espacio, en la vida y por todas partes, en modo semilla consciente, que hay que sacar de dentro y una vez descubierta y experimentada, plantarla en la tierra, en el aire, en el agua, en la naturaleza y en los seres que nos rodean; regarla, cultivarla, cuidarla, podando los ramajos secos y pinchones de alrededor, protegiéndola de nuestro primitivismo ...Y ya se sabe: por sus frutos se conocen las plantas y por sus obras, por el contenido vital de sus gestos y sus palabras, también por la profunda y feliz o superficial y vacía calidad de su vida, en armonía o en destrozo de la Naturaleza y del Planeta, se reconoce el grado evolutivo de los seres humanos. Es inevitable 👪👪👪👪👪😍😍😍💫💫💫💫🙏🙏🙏....

Al día | Quien avisa no es Mazón


elDiario.es | Juanlu Sánchez aldia@eldiario.es






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Con Juanlu Sánchez
Claves de actualidad para evitar el ruido

 

Hola, Sol.

Agarra un café y vamos al lío. Buenos días.

Por dónde va el día
Quien avisa no es Mazón

El fin de semana nos deja una manifestación histórica en València. Una enorme multitud, que no se recuerda desde tiempos del No a la guerra, abarrotó el centro de la ciudad el sábado, con marchas procedentes de los barrios afectados por la DANA y el apoyo de muchos otros ciudadanos. Hubo lugar para reproches para todos, pero el grito más unánime fue: Mazón, dimisión. Junto a la vista aérea donde se aprecia la magnitud de la protesta, la otra imagen para el recuerdo será la fachada de la Generalitat Valenciana llena de barro y pintura roja de rabia.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 La gente fue a manifestarse con otro ingrediente de indignación: ya sabemos dónde estaba en las horas claves de la alerta el presidente valenciano, desaparecido desde la hora de comer hasta más allá de las seis de la tarde. Mazón estaba con una periodista, dicen que para ofrecerle la dirección del canal público de televisión valenciana, lo que ya de por sí es un escándalo porque es un cargo que en teoría no depende del president. Pero digamos que da igual el motivo del encuentro o con quién fuera exactamente: lo verdaderamente irresponsable es que Mazón alargara la sobremesa frívolamente por un asunto que no era urgente mientras su equipo de emergencias no era capaz de tomar decisiones. Sobre todo a la luz de lo que desvelamos hoy.

Acabamos de publicar una información relevante sobre aquella fatídica tarde del martes 29 de octubre: la empresa que gestiona el 112 valenciano fue avisada poco después de las 18h de que se iba a mandar la famosa alerta a los móviles que finalmente no se mandó hasta las 20:11, dos horas después y cuando ya era demasiado tarde. Esto desmiente la versión de la Generalitat. ¿Qué pasó en esas dos horas? Pues que la consellera que presidía la reunión no se atrevía a tomar decisiones y que Mazón no apareció hasta las 19.45 en el centro de mando. Creo que hay pocos ejemplos más claros de las consecuencias, para uno mismo y para los ciudadanos, de no tomarse en serio la política.

Durante el fin de semana también hemos visto los equilibrismos del PP nacional para desmarcarse de Mazón y no quedar atrapados en esta crisis pero sin dejarle caer, porque su dimisión será una victoria para Sánchez. Y van alternando una de cal y otra de arena: mientras un portavoz dice que “estamos con el presidente Mazón”, Feijóo se hace un vídeo dando su apoyo a los servicios de emergencias del 112 de Madrid (¡de Madrid!) en vez de en Valencia, para presumir de los refuerzos enviados desde comunidades donde gobierna el PP en vez de dar la cara por lo que hace su gobierno en Valencia.

  • El balance oficial de muertos se mantiene en 214 fallecidos, aunque las malas noticias siguen alcanzando a nuevas familias conforme se van confirmando los nombres de las víctimas entre los cuerpos sin identificar. Entre ellos, el de dos empresarios, Vicente Tarancón y Miguel Burdeos con una actividad conocida más allá de Valencia: el primero era el fundador de Luanvi y el segundo, dueño de las marcas blancas más habituales de Mercadona, Bosque Verde y Deliplus.

Más allá de lo que pase con los protagonistas políticos de esta historia, ¿qué pueden hacer otros políticos para que esto no vuelva a pasar? Quizá esté bien preguntárselo. Y quizá algunos errores tengan todavía solución porque todavía no han terminado de cometerse. Me refiero a los proyectos urbanísticos que tenían la luz verde de diferentes administraciones en terrenos en riesgo de inundación. Desde Tablada en Sevilla a la playa de Barcelona o el cauce del Tajo.

  • Países Bajos, pero no inundados. También podemos aprender de los holandeses. Estuve por allí hace poco y es fascinante el control del agua en un país que básicamente se define por tener un alto nivel de bienestar en un terreno por debajo del nivel del mar. Y no es solo cuestión de construir diques. También hay prevención y alerta temprana. Aquí nos lo explican.


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La izquierda, en bucle con Trump

Estos días he estado leyendo lo que escribimos y lo que dijimos hace 8 años cuando Donald Trump ganó por sorpresa la primera vez, contra Hillary Clinton. Y es desolador: casi una década después, estamos diciendo prácticamente lo mismo. La culpa es de los votantes que no saben votar y de los bulos, las fake news y Twitter (bueno, entonces era culpa de Facebook). Hubo muy poca autocrítica en la élite pro-demócrata y tampoco la hay ahora. Así que hoy en el podcast, porque lo primero para salir de un bucle es darte cuenta de que estás en uno, hablamos de si hay reflexiones posibles para evitar que sigan proliferando donaldtrumps por el mundo.

La izquierda, en bucle con Trump
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domingo, 10 de noviembre de 2024

For Eamonn

Muchas gracias, querido Luis, hermano poeta, por ese verso siempre libre, como la "info" que lo comparte y publica.🙏🙏

 

Sobre la verdad

Vivimos en un tiempo en el que la mentira no debe sólo obligarnos a pensar en sus peligros, que son muchos, sino que debería invitarnos también a pensar en la verdad. Y esa, en buena parte, es la tarea de la cultura. Más que crear paraísos o renuncias absolutas, enseña a convivir con el conflicto, favorece la duda, nos lleva hasta el espejo para mirarnos a los ojos y ver todo lo que cabe en una primera imagen del yo y del nosotros. Como cada persona convive con sus propias inquietudes y dialoga con el mundo a través de ellas, estas semanas estoy viendo películas o leyendo libros que me cuentan historias sobre la intimidad desdoblada, una experiencia necesaria a la hora de responder a los fanatismos, la irracionalidad que provoca identidades cerradas y encerradas. Prefiero las razones imaginadas.

José María Merino acaba de publicar Yo y yo en breve (Alfaguara). Con su dominio del relato corto y su capacidad para contar, reúne las experiencias de un personaje que se fragmenta con facilidad y que mezcla los días con las sucesivas sorpresas de ser otro, ocupar el lugar de los otros o decidir los destinos de los otros, mientras los otros se cuelan en su interior. Las modestas historias de despertarse, ir a trabajar, tomar un autobús, quedar con un viejo amigo, hablar con tu mujer o tus hijas, se llenan de imaginaciones. La narrativa de José María Merino no se aparta de la realidad a través de la imaginación, sino que nos recuerda cómo la imaginación forma parte de la realidad. Somos también la mujer que duerme a nuestro lado, o la persona que nos lee, o la gente que se cruza por la calle con nosotros. Bueno es comprenderlo.

Poco a poco hemos logrado concebir los valores humanos y democráticos de una verdad no escrita con mayúscula, una verdad que se escribe con minúscula, pero no es pequeña.

Poco a poco hemos logrado concebir los valores humanos y democráticos de una verdad no escrita con mayúscula, una verdad que se escribe con minúscula, pero no es pequeña

Rafa Cortés dirige una comedia con retranca titulada Amanece en Samaná. Dos parejas que se conocen de toda la vida quieren celebrar su amistad con unas buenas vacaciones. La interpretación magnífica de María Luisa Mayol, Bárbara Santa Cruz, Luis Zahera y Luis Tosar logra que se haga realidad la difícil apuesta de Rafa Cortés. La risa no se pierde a la hora de comer, bailar, cenar y bucear sin límites en la condición humana. Lo que hay escondido en nosotros, en la gente que conocemos, lo que puede sospecharse y lo que nos pasa desapercibido, define un argumento que destapa tres realidades distintas en una sola historia. Todo aparece, se dobla y se desdobla en unas vidas normales. En las palabras amor, sexo, amistad, familia y trabajo caben muchas cosas, y Rafa Cortés nos lo enseña con mucha capacidad de comunicación. Los acontecimientos, conviene no olvidarlo, tienen padres pesados, pero también descendientes con una vida por delante.

Jorge Volpi vuelve a demostrar su capacidad narrativa y su fuerza intelectual con La invención de todas las cosas. Una historia de la ficción (Alfaguara), un ensayo ambicioso y cumplido en el que repasa la historia humana a través de la cultura y de la capacidad de ficción que siempre hemos tenido para inventarnos religiones, patrias, colonias, desafíos y modos de vida. Las ficciones que se conforman en la historia y se encarnan en nosotros, desde la hoguera de la tribu hasta la Ilustración, desde la resurrección de Cristo hasta las realidades virtuales y las redes sociales, constituyen las modas y las raíces. Las Verdades escritas con mayúscula pierden legitimidad para sus dogmatismos al comprender con el paso del tiempo o con los ejercicios de conciencia que se trata de ficciones.

¿Caemos entonces en el cinismo de decir que nada tiene importancia porque no existe la Verdad? Jorge Volpi se niega también a esa ficción de la posverdad que legitima una renuncia ética. Existe la historia, y en la historia no todo vale. Poco a poco hemos logrado concebir los valores humanos y democráticos de una verdad no escrita con mayúscula, una verdad que se escribe con minúscula, pero no es pequeña, una verdad nuestra que no responde a mandatos esenciales de dioses, reyes o tribunos. Esa verdad, que invita a convivir y a indagar en la posibilidad de nuestra propia conciencia, deja de ser ficción. O es una ficción apegada a la vida. Es la capacidad humana de imaginar aquello que hace falta para que sea digna la existencia de una comunidad. Unas razones imaginadas.

Frente a los fanatismos y las identidades cerradas, la cultura tiene mucho que decir.


Aquí va la tremenda Realidad con mayúsculas. Es lo que hay. Sobran palabras y comentarios previos. Mil gracias, Yayo Herrero, CTX y Público.🙏🙏🙏


Samuel Romero / Activista ecologista y vecino de Aldaia

“El ruido de la riada no se olvida. Es la respuesta de la naturaleza ante el destrozo que le estamos causando como especie”

Yayo Herrero 9/11/2024

Público

Samuel Romero. / Álvaro Minguito

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Samuel Romero Aporta (Madrid, 1987) es ingeniero de caminos, miembro de Ecologistas en Acción y vecino de Aldaia, una de las localidades valencianas más afectadas por la DANA del 29 de octubre. En esta entrevista explica que tanto la Generalitat como el Gobierno han actuado de manera negligente y con una lentitud exasperante, pensando más en cuestiones partidistas y en la batalla por el discurso que en la seguridad de la población. Al contrario, destaca que está siendo la clase trabajadora la que “se ha arremangado para ayudar, barrer, sacar barro, traer comida, dejar sus trabajos y volcarse con lo que fuera necesario. Es la evidencia de cómo el sistema político y social está muy alejado de la realidad”. 

¿Cómo recuerda el día? ¿Qué información recibieron y en qué medida estaban preparados? 

La realidad es que el shock vivido hace que quede algo nublado el recuerdo del día. Quedan, más bien, sensaciones y emociones algo enmarañadas y que combinan ansiedad, rabia, tristeza e incertidumbre. No recibimos absolutamente ninguna alerta. Porque una alerta debe ponerte en sobre aviso sobre algún peligro o emergencia y, por tanto, alerta no recibimos ninguna. El historial de alertas que he podido consultar constata que la primera de ellas llegó a las 20:12. A esa hora ya había pueblos anegados de agua, personas ahogadas, casas destrozadas. Cuando sonó la primera supuesta alerta, Aldaia ya se estaba inundando.  

La información que vamos conociendo sobre lo que sucedió durante las horas previas al comienzo de la catástrofe, la ineptitud en la gestión de la información y la absoluta lentitud en asimilar lo que sucedía y dar una respuesta representa a la perfección la consideración de cierta clase política y del sistema económico y político sobre la realidad del cambio climático. Su nivel de desprecio hacia las unánimes alertas del contexto científico sobre los efectos del cambio climático y la gravedad del escenario ecológico y social se reflejó en la lentitud pasmosa con la que abordaron esta catástrofe. 

La respuesta autonómica adolece de criterio, de rigor y de honestidad desde el primer minuto

¿Dónde estaba cuando empezó la riada y cómo es esa experiencia hasta que llega el agua?

Afortunadamente mi pareja y yo estábamos en casa con nuestro hijo y nuestra hija de 3 años y 4 meses respectivamente. Estábamos acabando de preparar la cena cuando vimos circular por una calle enfrente de nuestra ventana coches en dirección contraria. Después de los coches, llegó la primera oleada de agua y barro y, detrás de esa, la corriente de un río que arrasaba todo a su paso. Fue una noche aterradora. Conseguimos dormir a nuestro hijo e hija y escuchábamos gritos, golpes de coches contra casas y locales y el ruido ensordecedor del agua arrastrando todo a su paso. Ese ruido no se olvida. Era la viva imagen de la respuesta de la naturaleza ante el destrozo que le estamos causando como especie. 

¿Qué juicio le merece el papel que han jugado las administraciones locales y autonómicas?

La respuesta local se ve desbordada. Los municipios afectados no tienen capacidad de respuesta ante esta catástrofe y dedican un esfuerzo gigantesco, a día de hoy, a intentar coordinar la ayuda que llega y dar respuesta a las necesidades más básicas de su población.

La respuesta autonómica adolece de criterio, de rigor y de honestidad desde el primer minuto. Está contaminada de la mentira, la ignorancia sobre la gestión de esta catástrofe y la batalla política. Hay tres cuestiones. Una, la falta de preaviso sobre la emergencia, pese a los avisos de AEMET y de los municipios donde estaba lloviendo de manera torrencial; dos, el primer nivel de respuesta centrado exclusivamente en buscar culpables y dar traslado al plano político entre el Estado y la Generalitat, y tres, la falta de movilización de recursos y petición de ayuda ante un escenario que desbordaba su probada baja capacidad y la ausencia de respuesta ante escenarios muy críticos en los días posteriores. No hay alternativa habitacional, ni recursos sanitarios ni recursos educativos. Es indignante que, diez días después, aún no sepamos a qué centro educativo podrán ir nuestros hijos e hijas después de que su colegio público haya quedado destrozado. No puedo llegar a entender qué otra prioridad tenía la Conselleria de Educación en estos diez días.

Con este sistema económico, social y político, la única respuesta posible si queremos cambiar nuestras vidas es la toma de conciencia colectiva

¿Qué le parece la actuación del Gobierno central? 

El Estado central ha jugado otro papel deplorable. De nuevo la batalla por el discurso político lo copaba todo. Si bien es cierto que el nivel de emergencia debe decretarlo la propia Comunitat Valenciana para que el Estado tome el control, el Gobierno tiene mecanismos suficientes para haber abordado este escenario sin el absurdo juego político en un contexto en el que cada minuto puede ser clave para rescatar vidas. Otra vez se ha demostrado un absoluto distanciamiento entre las instituciones y la realidad. El plano institucional sigue copado por la batalla partidista, que no política, mientras la vida de la gente colapsa. 

El colapso de nuestros ecosistemas y de la vida tal y como la concebimos nos sigue dando golpes mortales. Mientras, el plano institucional mira hacia otro lado preocupado por la respuesta mediática y el hundimiento del rival político. No estoy haciendo un discurso antipolítico, ni mucho menos. Creo firmemente en la política como herramienta para cambiar y mejorar vidas. Pero con este sistema económico, social y político, la única respuesta posible si queremos cambiar nuestras vidas es la toma de conciencia colectiva.

Ignorar a la ciencia es mortal y los dirigentes políticos y la élite económica lleva décadas ignorándola

¿Cómo se siente la gente? ¿Confusión, dolor, miedo, enfado…?

El sentir general es de tristeza, angustia y cansancio. Son ya muchos días lidiando con el fango, tirando recuerdos y bienes de primera necesidad a una montaña de barro donde todo se despersonaliza. Donde todo recuerdo pierde identidad y pasa al olvido. Y, por supuesto, hay una sensación de hartazgo y de enfado muy extendida que puede ser muy positiva para reivindicarse frente a un sistema que no da respuesta real a las necesidades de la gente, pero puede ser muy peligrosa si se conduce, en un escenario de shock, hacia posturas fascistas y de orden vertical. 

La normalidad, concebida como recuperar la vida anterior al 29 de octubre, se antoja muy lejana. Y eso es un peligro porque puede llegar a normalizarse la miseria, el barro, el ruido constante; el hecho de limitar el día a la búsqueda de subsistencia puede mermar nuestra capacidad como personas de disfrutar de nuestro tiempo libre.  

El nivel de respuesta ante esta catástrofe ha sido caótico. Y centralizar la respuesta en ayudas ínfimas para recomponer casas, locales, negocios, calles, plazas y parques delega la capacidad de recomposición en el poder adquisitivo. El fascismo ha demostrado cómo se alinea con el neoliberalismo más atroz ante situaciones de crisis y shock. Deberíamos empezar a pensar en cómo articular este escenario para que sirva de guía hacia vidas no como las que teníamos, sino mejores. 

¿Con quién hay que enfadarse? 

Con quienes difunden el negacionismo climático, en primer lugar.  Esa postura te lleva a desoír las alertas meteorológicas o cualquier otra que lance la ciencia. Ignorar a la ciencia es mortal y los dirigentes políticos y la élite económica lleva décadas ignorándola porque lo que les cuenta no les gusta o simplemente se dedican a buscar alternativas dentro de un sistema que ya no funciona. Y, por supuesto, con todas las instituciones públicas desde el Estado hasta la Generalitat Valenciana por la nefasta gestión de la catástrofe. En mi caso particular, creo que una buena ración de enfado y odio se la debe llevar la ultraderecha por el lanzamiento constante de bulos y odio, y la búsqueda de la confrontación en medio del caos.

El motivo principal que ha causado este escenario es el cambio climático

¿Qué habría que hacer en contextos y territorios en los que estos fenómenos siempre han existido y serán más frecuentes? 

La respuesta ha de ser global. Porque el motivo principal que ha causado este escenario es el cambio climático y, en el caso de Valencia, la conjugación de la alteración de la corriente Atlántica con un Mediterráneo excesivamente caliente. A nivel local y regional deben articularse, a mi modo de ver tres planos de respuesta:

- Plano de emergencia climática: con procedimientos escrupulosos de aviso y actualizados al nivel de incidencia actual.

- Plano de reestructuración de ecorregiones: vinculando ciudades, pueblos y terreno natural para poder ofrecer una respuesta que conjugue las necesidades básicas de los municipios, la protección de ecosistemas y la propia protección natural ante estas catástrofes. La urbanización masiva y la construcción masiva de autopistas solo ha agravado más el problema.

- Plano de respuesta social: lamentablemente estos escenarios se repetirán y debe estar muy bien articulada y preparada la respuesta educativa, sanitaria, habitacional, etc. ante este tipo de situaciones porque no se puede delegar en la buena voluntad de las gentes.

Sobre la autoorganización, la ayuda mutua... ¿la gente por debajo es capaz de colaborar en una situación de catástrofe sin preguntarse por la ideología política, la existencia o no del cambio climático o la procedencia? 

La respuesta autoorganizada del pueblo es la mejor de las noticias en medio de tanto destrozo. Es un haz de luz sobre la capacidad del pueblo, como clase social, de sobreponerse y arroparse. La ideología política, lamentablemente en las décadas que vivimos, se mueve por una suerte de modas en función de la batalla cultural y mediática y del difícil equilibrio que el capitalismo juega con nuestras vidas. Pero hay algo que no cambia: la clase social. Es la clase trabajadora la que se ha arremangado para ayudar, barrer, sacar barro, traer comida, dejar sus trabajos y volcarse con lo que fuera necesario. Creo que es la evidencia de cómo el sistema político y social está muy alejado de la realidad. 

Es imprescindible que la ayuda se vaya modulando, y que la ayuda institucional cubra cuantos gastos sean necesarios para recuperar todas las vidas 

¿Quieres añadir algo a la luz de tu experiencia y que no te haya comentado?

Sobre las necesidades actuales. El nivel de respuesta ante donaciones de primera necesidad: agua, leche, alimentos, productos de limpieza, palas, rastrillos, etc. ha sido asombroso. Hay centros de recogida y donación que están sobrepasados ante el aluvión que se recibe a diario. Sin embargo, las necesidades cambian día a día, y, en la fase de reconstrucción de casas, locales y negocios, muchas familias necesitarán material de obra, equipos profesionalizados de construcción y reparación y personal técnico de asesoramiento y diseño de proyectos que las ayudas públicas no van a cubrir. Es imprescindible que la ayuda se vaya modulando, pero, sobre todo, que la ayuda institucional cubra cuantos gastos sean necesarios para recuperar todas las vidas de cada municipio y ponga en marcha los planes necesarios para frenar el avance de las consecuencias del cambio climático y la resiliencia de nuestras ciudades y pueblos. 


Autor >

Yayo Herrero

Es activista y ecofeminista. Antropóloga, ingeniera técnica agrícola y diplomada en Educación Social.

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