sábado, 9 de noviembre de 2024

Buenas noticias desde València y un gracias! infinito para toda la familia humana😍😍😍😍😍😍🙏🙏🙏🙏 !!!!!


Solidaridad hídrica tras el colapso del canal Júcar-Turia

La colaboración entre municipios ha permitido salir rápido de una emergencia provocada por la rotura del canal que conecta las potabilizadoras de Picassent y Manises

El nuevo cauce del Turia  baja aún turbulento y exige demasiada potabilización.

El nuevo cauce del Turia baja aún turbulento y exige demasiada potabilización. / Miguel Angel Montesinos

Claudio Moreno

Claudio Moreno

La devastadora DANA del 29 de octubre tensionó todas las infraestructuras de la provincia de València, también las hidráulicas. La afección de los sistemas empleados para el tratamiento y la distribución de agua potable sufrieron graves afecciones, de forma que las administraciones competentes en el área metropolitana se vieron obligadas a improvisar soluciones y reparaciones en tiempo récord con tal de no dejar sin agua potable durante semanas a dos millones de personas.

Las roturas más importantes se registraron en el canal que conecta el río Júcar con el Turia, un elemento clave en el funcionamiento del ciclo integral del agua. De este canal se alimenta una planta potabilizadora en Picassent y otra en Manises, desde donde se envía el agua a más de medio centenar de municipios del área metropolitana y Camp de Morvedre. El conducto Júcar-Turia transcurre en perpendicular a obstáculos hidrográficos desbordados el pasado 29 de octubre, como el barranco del Poyo o el río Magro. 

La infraestructura colapsó en varios puntos: el barranco de la Horteta y el barranco del Poyo. Y mientras la potabilizadora de Picassent siguió recogiendo agua del Júcar con normalidad, no ocurrió lo mismo con la de Manises, muy perjudicada. Ni entraba agua del canal ni podía alimentarse del Turia, que bajaba con mucho barro y turbidez. Dicha planta ha estado con un rentimiento muy bajo durante días y las entidades coordinadas en la gestión del suministro -CHJ, Emshi, Global Omnium- han contado con menor capacidad de producción para enviar agua.

No ha sido el único inconveniente. Los municipios más golpeados por la catástrofe han doblado su consumo debido a una conjunción de factores: las múltiples fugas en las redes de domicilios como Paiporta, Catarroja o Massanassa (se ha perdido mucha agua por el camino del abastecimiento) y la limpieza a destajo desde el mismo miércoles 30 de octubre. 

Esta crisis en el suministro se entiende mejor con una analogía. El agua potable funciona como una cuenta corriente: los ahorros en el banco serían los depósitos de agua, los ingresos equivaldrían a la producción de agua (potabilización) y el gasto sería el consumo. El ingreso se ha visto mermado y el consumo se ha disparado, desequilibrando la provisión habitual y exigiendo fórmulas de emergencia. 

Para compensar el déficit, las entidades coordinadas en la gestión de este capítulo específico de la tragedia han aplicado varias medidas de solidaridad hídrica. Por un lado han reducido la presión del suministro nocturno en los puntos no afectados, por ejemplo València capital. Esta medida comporta pequeñas incomodidades como la disminución de agua en las viviendas de plantas altas sin bomba de presión. 

Además, dentro de esta política solidaria, muchas localidades han recurrido a sus propios pozos para liberar la red principal. Sagunt por ejemplo ha puesto en marcha su desaladora para abastecerse y no demandar agua desde el canal Júcar-Turia. Y de manera complementaria los ayuntamientos han llamado a sus vecinos a hacer un uso responsable de este bien tan preciado en plena estrechez hídrica. 

Por otro lado, se han acometido tres obras de emergencia para reparar provisionalmente el conducto dañado y de este modo poder enviar agua a los municipios conectados con la potabilizadora de Manises. La infraestructura necesita una puesta a punto de mayor envergadura, pero los trabajos realizados tras la DANA han logrado que funcione al 50% de su capacidad. Un auténtico milagro dadas las circunstancias. 

Finalmente, las distintas entidades implicadas en hacer llegar agua potable a los domicilios del área metropolitana de València han formado un regimiento de 140 fontaneros, muchos de ellos procedentes de Bilbao, Madrid, Sevilla o Málaga. Estos profesionales visitan los pueblos de la zona cero para reparar las fugas allí donde se van detectando. De ese modo se ha conseguido reducir el consumo de los municipios más afectados. 

En suma, la colaboración funciona en varios frentes: los ciudadanos soportan bajadas de presión, los municipios aportan agua de sus pozos para reducir la demanda y las entidades, con ayuda de fontaneros de toda España, reparan las fugas de las redes de agua en alta y en baja para restablecer el equilibrio. El resultado es que los dos millones de usuarios del área metropolitana ya han visto restablecido el servicio en las acometidas de sus casas, más allá de roturas puntuales en bombas de presión que se irán solventando con cirugía fina. 

Calidad del agua

Capítulo aparte merece la calidad del agua. Pese a la más que lógica preocupación, Egevasa, Emhsi, Diputación y Conselleria han establecido un plan de control analítico de más de 90 localidades de la provincia de Valencia. Este servicio extraordinario incluye la toma de muestras, transporte, analítica y comunicación de resultados.

La calidad del agua que sale de las plantas es impecable, tal como demuestran los análisis diarios. La calidad en la entrada de todos los municipios donde la red no se ha visto afectada también es perfecta. Los resultados de cloro, ph o presencia de bacterias son satisfactorios. Y en aquellos municipios donde ha habido roturas en la red se impone la precaución ante posibles afecciones externas. Ningún punto de la zona cero ha arrojado resultados preocupantes, sin embargo, hasta que no purguen las tuberías rotas seguirán aconsejando el consumo de agua embotellada. 


Tamara García

Tamara García

Miles de personas de toda España regresan en una nueva ola de solidaridad a la ciudad de Valencia y zonas afectadas por la DANAeste fin de semana. El trasiego de personas que van cargados con palas, escobas, cubos y materiales de protección, es contante. Por ello, el tráfico se ha visto afectado y hay importantes retenciones en los accesos a Valencia. La V-30 y la V-31 están de nuevo colapsadas y las salidas de València y accesos las poblaciones de l´Horta Sud, son las más afectadas.

Además, más de 1.400 voluntarios, repartidos en 54 autobuses, han partido desde primera hora desde la Ciudad de las Artes y las Ciencias a las zonas más afectadas. La cifra se conoce porque éstos forman parte del dispositivo organizado enter la Plataforma del Voluntariado de la C. Valenciana y la Generalitat a demanda de los ayuntamientos. Los voluntarios están acudiendo principalmente a los municipios más próximos al nucleo urbano La Torre, Benetússer, Paiporta, Picanya, Catarroja, Albal y Sedaví.

Las tareas más necesarias en estos momentos siguen siendo las de limpieza de fango y de retirada de muebles y enseres de la vía pública, por lo que toda maquinaria y herramienta útil para tal fin es muy necesaria.

En cuanto a las medidas de autoprotección, se recomienda a los voluntarios ir equipados con mascarilla, gafas protección, guantes de seguridad o botas de agua, así como evitar el contacto directo con el barro.

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