lunes, 31 de agosto de 2020

La tragedia sigue imparable, sin interés ni voluntad institucional para terminar con ella. Vivimos en un estado sin entrañas ni compasión. Estamos demasiado ocupados en "lo nuestro" como para preocuparnos y hacer algo por "los nuestros", es decir, por nuestros hermanos de especie emigrantes/refugiados para los que no hay ni habrá vuelta a ningún colegio ni trabajo, a ningún suelo, a ningún techo...Mueren entre el mar y el cielo, abandonados a su pésima suerte, en la que ellos y ellas, precisamente, son solo víctimas, no les han dejado ser otra cosa. Si no somos capaces de tenerles en cuenta ni de darles cobijo y ayuda, nunca saldremos de la misma miseria que fomentamos para quienes más sufren las consecuencias de nuestro macarrónico "estado de bienestar". Ainssss!!!!



24/7: la embarcación Menkalinan de Salvamento Marítimo lleva semanas sin parar

  • Los 4 tripulantes de la salvamar Menkalinan no han terminado un servicio cuando ya están siendo movilizados para otro en apenas un breve período de tiempo
  • La enorme carga de trabajo que están soportando las tripulaciones de Salvamento Marítimo destinadas en el archipiélago canario es indecente
  • Exigir efectivos para que la gente deje de morir en el océano, no es ninguna moda. Se trata de gente que se está jugando la vida, tanto auxiliando como siendo auxiliada.

Macarena Amores, periodista y militante anarcosindicalista de CGT

Dieciséis horas de servicio con solo un marinero en cubierta para auxiliar a decenas de pateras en la ruta canaria es terrorismo patronal. Está pasando ahora y lleva pasando muchos años en Salvamento Marítimo. Mantener recortes y el mismo número de profesionales en las plantillas desde 2012, no solo ha generado precariedad y malestar en la flota, sino que también está incidiendo en la efectividad de un servicio público. Además, están muriendo personas extranjeras y pobres, por lo que si no es racismo institucional poco le queda para llamarlo por su nombre.
La salvamar Menkalinan de Salvamento Marítimo, con sede en el puerto de Arguineguín (Gran Canaria), lleva semanas sin parar. Sus tripulantes, que en su caso son 4, no han terminado un servicio cuando ya están siendo movilizados para otro en apenas un breve período de tiempo. A veces, entre una emergencia y otra no hay más que unas pocas horas, como ha ocurrido precisamente esta madrugada, cuando tuvieron que activarse para salir al rescate de otra embarcación. Rescataron a personas de dos pateras, pero también otros dos cayucos llegaron por sus propios medios a tierra.
El pasado 20 de agosto, por ejemplo, esta tripulación salió de puerto a las 15.00 horas. Recorrieron un total de 225 millas, ida y vuelta, para auxiliar a 15 personas que viajaban a bordo de un cayuco a la deriva. Once de las cuales pudieron ser rescatadas con vida, el resto de viajeros la perdieron en un nuevo intento por llegar hasta Europa. Eran las 7 de la mañana del 21 de agosto cuando regresaron a su puerto base, en Arguineguín, Gran Canaria. Dieciséis horas que a veces son dieciocho, o veinte.
La enorme carga de trabajo que están soportando las tripulaciones de Salvamento Marítimo destinadas en el archipiélago canario es indecente, como también lo es que desde las tribunas del poder y las diferentes “direcciones” solo se reaccione en base a toques de atención, amenazas de huelga o campañas mediáticas en redes sociales. Si los profesionales de Salvamento Marítimo no pueden ejercer su labor con garantías de seguridad para con las personas a las que auxilian, en emergencias de todo tipo, y sin poner en verdadero riesgo sus vidas, no podemos dejar de afirmar que desde la dirección de Sasemar, y por ende sus representantes políticos designados por el Gobierno de turno, inclusive el propio Ejecutivo, no están a la altura de la responsabilidad que entraña la gestión de un organismo como este en el Estado español. Lo que está ocurriendo no es serio ni moral.
Pedir más refuerzos, sobre todo en aquellos puntos donde en los últimos meses se están produciendo más llegadas, no es un capricho. En realidad, exigir efectivos para que la gente deje de morir en el océano, no es ninguna moda, ni tampoco ningún tema recurrente cada verano en los medios y canales de información. Se trata de gente que se está jugando la vida, tanto auxiliando como siendo auxiliada.
Que la ruta canaria se haya reactivado es ya una realidad constatada y advertida, no obstante, desde hace demasiado tiempo por quienes realmente le tienen tomado el pulso a la situación, que son quienes llegan en primer lugar al punto donde se está produciendo una emergencia o donde ya no se puede hacer nada por quienes pidieron socorro. Pero tampoco es la única vía de llegadas con más actividad en los últimos días. Prácticamente todas las rutas de entrada a Europa por la Frontera Sur se han reactivado. Las tripulaciones de las lanchas que operan en el mar de Alborán, en el estrecho de Gibraltar, en el Levante o Baleares, han tenido servicios en los últimos días. Esta semana, sin ir más lejos, conocíamos que una familia entera había desaparecido frente a las costas de Cartagena (Murcia) tras el naufragio de su embarcación de la que solo se salvaron 4 personas de origen argelino. Los efectivos de Sasemar estuvieron horas buscando supervivientes.
Además, se han producido entradas a través del perímetro fronterizo con Marruecos en Melilla, produciéndose una nueva muerte (“natural” según el Gobierno) de un ciudadano subsahariano la pasada semana, en la recién estrenada y menos lesiva valla, apuesta del Ministerio de Interior del Ejecutivo español.
Hoy mismo, dos de las salvamares que operan en el estrecho de Gibraltar y en el golfo de Cádiz, la Arcturus y la Enif, están activadas en busca de embarcaciones con personas migrantes a bordo. La salvamar Arcturus de Tarifa ha rescatado en las últimas 24 horas dos pateras de 2 y 4 personas migrantes respectivamente, todas de origen magrebí. La Enif, la nueva lancha de Barbate, ha sido movilizada para otra emergencia de la que conoceremos más datos en las próximas horas. Y si volvemos la vista de nuevo a las islas Canarias, la guardamar Talía ha vuelto a rescatar en el día de hoy 2 pateras, de 9 y 4 personas respectivamente, todas de origen magrebí y, aparentemente, en buen estado de salud. Solo entre ayer y hoy, entre la Menkalinan y la Talía se han auxiliado en el Atlántico a 9 embarcaciones. Y los avisos por avistamiento de cayucos no han terminado.
Llegará el día que alegar que esta situación límite solo se vive durante unas cuantas semanas al año en nuestras fronteras marítimas y mantener el pulso en los barcos de rescate con tripulaciones mermadas y agotadas física y anímicamente, pasará factura, y el precio será alto. Más alto del que ahora ya estamos pagando.

Bien retornado, Iñaki! Y como siempre con la sensatez y la inteligencia por delante. Esperemos que las luces rojas sólo se queden en aviso y la conciencia responsable de los gestores políticos actúe antes de un más que probable cortocicuito, que sería el caos total en medio del eterno combate egópata entre más desechos que partidos. Ojalá la única triunfadora sea la cooperación, como sucedió en la Italia de la posguerra mundial, a finales de los años 40 del siglo XX, gracias al Presidente Alcide De Gasperi y a la buena disposición de todas las fuerzas políticas, que pusieron a los pueblos italianos por delante de sus ideologías, religiones e intereses. Ojalá aquí y ahora se repita ese triunfo del espíritu humano sobre la miseria de la mediocridad, ya hasta ecológicamnte insostenible e irrespirable

La firma de Iñaki Gabilondo


En la política hay poca dirección y demasiadas batutas; en la sociedad, muchísima inconsciencia suelta.

Cadena Ser La voz de Iñaki | 31/08/20 | Todas las luces rojas están encendidas





Madrid 

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Bienvenida la voz y la conciencia de Iñaki, tras un tiempo estival de locos. Su mensaje es una llamada de socorro antes de que el Titanic español se hunda del todo. Ojalá la zona más carca, ciega y cutre, tenga un poco de inteligencia y se dé cuenta hasta dónde es una locura suicida esa actitud incomprensible a la hora de servir a los españoles, es decir, de hacer verdadera política sin mirar solo hacia sus ya imposible beneficios. Si la derecha y los independentismos deshumanizados se empeñan en devastar el estado que les nutre, España como  realidad imposible y todos los territorios del conjunto se hundirán hasta el cuello,  e incluso se convertirán en un verdadero fardo podrido para Europa. 
Ya es hora de salir de la burbuja, de la guarida de los topos ciegos que se creen elefantes dueños de un cotarro impresentable desde un rey demérito corrupto y en fuga, como cualquier delincuente incapaz de asumir su realidad sin realeza, a unos partidos tan podridos como torpes, que no hay por donde cogerlos ni un Parlamento y un Poder Judicial que ya non saben por donde salir de su propia maraña de tejemanejes sin fuste pero enredados a reventar en el mismo basurero institucionalizado y siempre tan "legal" como ilegítimo. Confundiendo el culo con las témporas y la velocidad con el tocino.

Este proceso de la bancarrota hispana nos está demostrando que la única supervivencia institucional y organizativa más sana que nos queda son los municipios. Tal vez los gestores estatales deberían bajarse los humos y escuchar a la ciudadanía en asambleas, como hacen los alcaldes en los plenos abiertos. Y descubrir cuáles son las verdaderas prioridades de un estado. No lo son las rutinas protocolarias, que solo aprecian políticamente que llueva sobre mojado a todos los niveles. O sea, repitiendo lo poco que saben intentar sin conseguir. O consiguiendo lo peor para la ciudadanía que, según se desgobierna, se convierte en lo mejor para ellos. Sicut Rajoy dixit. 

Y no, ya no se puede permanecer en "lo de siempre". El 'siempre' y el 'nunca' se han terminado. Es preciso que la costra de la casta se dé cuenta ya, ahora o nunca. En esas estamos. Si los asesores políticos han fracasado habrá que decidirse a jubilar de una vez a la orquesta del Titanic y  ponerla a hinchar flotadores para los pasajeros y trabajadores indefensos y a construir con las maderas de la nave en ruinas lanchas salvavidas. El capitán deberá permanecer en su puesto hasta que se salven todos y no escaquearse escurriendo el bulto, y en este caso el capitán es la suma del  Ejecutivo y el Legislativo en una sola pieza. Así lo sentimos, lo vemos y lo padecemos desde el pueblo ciudadano. 
El Gobierno tiene la obligación de resolver la salida del naufragio y la Oposición de no boicotearla y colaborar en el salvamento le guste o no, sin tratar de pinchar los botes ni de hundir las lanchas salvando solo a "los suyos" -la pasta y el poder cacique que la facilita- para hacerse con el poder sobre  lo que ya nunca le votará, viendo lo que se está viendo y padeciendo las consecuencias. Lo mismo vale para los empresarios de altos vuelos explotadores. Enriquecerse con la miseria del prójimo no es ganancia que dure. El dinero no se come, ni se bebe ni se respira. Ni acompaña, ni cuida, ni valora de verdad ni ama. El dinero solo sirve de algo cuando está en manos de la verdadera inteligencia, que nunca es ajena a la ética ni a los DDHH como deberes, ni a las libertades responsables que son las artífices de una sociedad sana y próspera de verdad. 

Post data: 
Demasiadas batutas en la dirección también son el fruto de demasiada inconsciencia. Si la sociedad es inconsciente y los políticos se han educado en y nutrido de ella, el resultado solo puede ser el de un roto para un descosido. Tan triste como real (real, en su doble significado, claro), todos los efectos tienen su causa y viceversa. Los naranjos no dan piñas, ni las ortigas dan uvas.

Ojalá este retorno a pie de suelo sea la evidencia de que nuestros políticos son capaces de enmendarse a tiempo para cambiar la inerecia por la lucidez de la conciencia y los cimientos fundamentales de la ética


El otro virus

eldiario.es

Llevamos meses escuchando toda suerte de admoniciones por parte de todos nuestros gobernantes y responsables políticos sobre cómo, cuándo y cuánto deberíamos cambiar nuestros hábitos y prioridades por causa de la pandemia. Runners, consumidores, usuarios, trabajadores, empresarios, terraceros, hosteleros, jóvenes, padres, abuelos, niños, maestros… no ha pasado un día sin que algún colectivo recibiera alguna lección o aviso por parte de algún político sobre cómo se estaba comportando y cómo debería hacerlo. Pasados todos estos meses, puede que sea el momento de preguntarse en qué han cambiado la política y los políticos sus rutinas y comportamientos a causa del COVID-19 y si ellos están cumpliendo también su parte.
A tenor de las encuestas disponibles, lo primero que parece claro es que, si lo han hecho, la mayoría no se ha enterado. Ninguno destaca y todos repiten sus resultados, más o menos, por arriba o por abajo, una y otra vez. Ninguno ha sido capaz de trascender las estrictas fronteras de las simpatías y afectos que ya tenía. Ninguno ha sabido conectar con alguien que no fuera ya de los suyos. Ni la política ni los políticos han conseguido revertir, ni siquiera frenar, este virus del descrédito generalizado que, ya antes de la pandemia, les llevaba a un colapso de su valoración e, incluso, a ser considerados no parte, sino el primer problema.
La mayoría que aplaudía a los sanitarios y ahora se pone disciplinadamente la mascarilla y se lava las manos, aplaza las reuniones familiares o aguarda pacientemente el resultado de sus pruebas, conserva una percepción de la política como un trabajo que solo atrae a mediocres y oportunistas, la considera un inconveniente causado mayoritariamente por el interés partidista, en el sentido más cutre de la expresión, y mantiene hacia ella la misma distancia y el mismo cinismo que le genera un reality show. Para esa mayoría, la pregunta que se hacen con más frecuencia sus gobernantes no es qué pueden hacer por sus ciudadanos, sino qué más pueden hacer los ciudadanos por ellos.
Naturalmente, se trata de una generalización injusta e interesada, que obvia la realidad de miles de políticos y responsables públicos que se dejan media vida en el servicio al interés general y que tampoco se instala de manera espontánea en las percepciones colectivas, sino que se construye día a día, con medios y recursos ingentes puestos al servicio del discurso de la antipolítica por parte de quienes saben que la política es lo único que realmente puede cambiar las cosas.
Por eso resulta tan peligrosa y por eso todos, unos y otros, a derecha y a izquierda, ahora que viene septiembre y nos vamos a enfrentar a la cruda realidad de la segunda ola, deberían poner el máximo interés y esfuerzo en revertir entre todos los demócratas esa percepción y contarnos en qué han cambiado para mejor sus comportamientos, estrategias y prioridades; igual que hemos tenido que hacerlo el resto de los mortales.

domingo, 30 de agosto de 2020

Un poema de hace tres años. Cuyo contenido sigue completamente de actualidad...

martes, 15 de agosto de 2017


"NO HAY UN CAMINO PARA LA PAZ, LA PAZ ES EL CAMINO"

"NO HAY UN CAMINO PARA LA PAZ, LA  PAZ ES EL CAMINO"

La paz es el gran deseo de los que luchan
por la igualdad, la libertad y los derechos.

Se busca la paz como si ya estuviese fabricada
en algún punto mágico que nadie conoce.
Igual que la felicidad.

Por más que se buscan ambas
no se dejan encontrar
si no es a ráfagas, 
ninguna de las dos.
Es como si huyeran
cuanto más se buscan ¿Será por eso
que se han ido desdibujando en utopía,
en dulces espectros que nunca aparecen
pero que quedan muy bien como cita  literaria
y aspiración política,filosófica,religiosa
o invocación funeraria... ?
Multidesusos.

¿Acaso son estelas mitológicas
que se filtran en la imaginación
en medio de la inquietud
y del desasosiego?

La paz y la felicidad no son hallazgos repentinos.
Ni tesoros que se encuentran por casualidad
durante una excursión al mundo de las emociones
y de la fantasía domesticada por los tópicos
y las pelis en plan happy end.

Suenan a fórmulas navideñas
escritas por costumbre
en el chritsma  de felicitación
convencional. Paz y felicidad
son protocolos estacionales.

Por eso puede ser
que ya no suenan ni saben a nada.

Y es que ellas sólo existen
si tú les das la forma y la sustancia,
si eres capaz de moldear su masa madre
en la artesa profunda del corazón
y en el taller siempre activo de la idea.

Sólo existen cuando descubres
que además de existir, eres en ellas
como ellas son en ti. Sobre todo.
Y en todo. Así, sin aditivos ni edulcorantes.
A pelo. Y sin medir intensidades
ni duración ni cálculos ni fórmulas.

Paz y felicidad son un trabajo
creativo y sin empeño alguno
que pueda poner precio a su milagro.
Una composición sinérgica y sinfónica
que una mañana o una noche cualquiera
se plantan en la base de tu alma
y ya nunca se van ni te abandonan
aunque  todo se apague, aunque las eches,
aunque todos se vayan,
aunque se acabe el baile
o les suenen las doce a Cenicienta,
aunque escueza la marca de la ortiga
cuando aprieta el cansancio,
aunque las cosas duelan,
aunque nadie te quiera ni te espere
ya da igual, si tú sigues queriendo
por el gozo de amar
que mana desde ti hacia la vida
y sus ocupas, sin parar en detalles
ni en manías
sin que le pongas precio a la nostalgia
ni le cobres un plus a la torpeza;
paz y felicidad pierden sus nombres
en ese remolino de la luz
que todo lo libera y lo endereza.

Y ya no esperas nada
porque todo te habita y te conmueve
todo es don que te llega
y no sabes de dónde,
porque ya cuando lloras o ríes
cuando duermes y sueñas
cuando cruzas la calle,
cuando escribes o bailas,
nada es tuyo ni falta que te hace.
Riega la libertad toda tu tierra.

Se acabó en el amor la propiedad privada;
paz y felicidad son el salario
la renta universal que cobra el alma.

Txarango - Resiste y grita (feat EKO Camp) lletra

¿Tiene sentido esta situación en un estado democrático, europeo del siglo XXI? Europa y especialmente España durante siglos han parasitado y arruinado las tierras de otros continentes, ahora, los europeos y españoles, concretamente en el caso de Melilla tenemos una descomunal deuda ética, política, económica y humanitaria con nuestros hermanos damnificados por el expolio y el olvido durante siglos. Ya es hora de revisar nuestro nivel político y de corregir barbaridades, precisamente por parte de los más adeptos a una religión cuyo eje, en teoría, es el evangelio. ¿Por qué cuando salen de misa y mientras van al Parlamento para insultar, calumniar y decir estupideces, no le dan un repaso a esa herencia, de la que solo se han quedado con el carrete en negativo, sin revelar? En cuanto a los que gobiernan ¿por qué no hacen lo mismo con los escritos de Karl Marx y el ejemplo de Pablo Iglesias senior? No es tan complicado y puede ayudar mucho a enteder lo que pasa cuando la realidad va haciendo estragos y la política no sabe ni contesta . Mientras tanto la conciencia sigue preguntando incansable "Caín, ¿dónde está tu hermano y qué estás haciendo por él?" Recordad que hay una España vacía que repoblar, unos campos yermos y abandonados que cultivar, unos bosques que cuidar y limpiar para evitar incendios, pueblos en ruinas que reconstruir, escuelas y centros sanitarios que poner en marcha, talleres de tantas cosas como el reciclaje y la creatividad, y manos de obra por colocar en huertos solares y eólicos, granjas interculturales para jóvenes migrantes de acogida para cultivar y cosechar productos eológicos como hacen en Francia y sin olvidar que gracias a muchos refugiados voluntarios, durante el confinamiento más duro se ha podido atender a las personas de riesgo como enfermos, discapacitados y ancianos...Si esta gran lección no cambia la cerrazón, la ceguera y la tontuna de nuestros gestores públicos, lo hará la realidad sin duda, con un coste altísimo en todos los aspectos. Lo bueno del caso es que la realidad se puede transformar, pero hay que hacerlo a tiempo y no dejar que ella imponga sus desastres, impidendo y destruyendo lo que nosotros no hemos querido ni sido capaces de poner en marcha mientras se pudo haber hecho. Con frecuencia el hombre no solo tropieza dos veces en misma piedra, es que, además, coloca la misma piedra aposta para volver a darse la misma hostia en el mismo lugar y por la misma torpeza. Ainsss!!!!



Atrapados, hacinados y sin higiene: la situación extrema de los migrantes en Melilla

  • En el CETI de Melilla conviven más de 1.400 personas, cuando el espacio está preparado para acoger a 782, en plena pandemia. El miércoles se produjo un motín
  • Varias organizaciones denuncian hacinamiento, falta de espacio y malas condiciones tanto en el CETI como en la Plaza de Toros y otros centros de acogida de Melilla
  • El Defensor del Pueblo ha pedido dos veces a Interior, la última a finales de julio, el traslado de los residentes del CETI de Melilla y solicitantes de protección internacional


Se trata de una bomba de relojería. En el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla conviven más de 1.400 personas, cuando el espacio está preparado para acoger a 782. Los cuatro casos diagnosticados de covid-19 dentro del centro sembraron el miedo en un lugar donde conviven hombres, mujeres y niños, donde el hacinamiento hace imposible guardar la distancia de seguridad o mantener la higiene necesaria para frenar al virus. El miércoles la protesta de decenas de residentes para demandar su traslado a la península se convirtió en un motín que se saldó con 26 personas detenidas y nueve agentes heridos, según la Delegación del Gobierno de Melilla.
Varias personas que protestaban arrojaron piedras y objetos contra los agentes, provocando algunos destrozos. Al otro lado del teléfono Ali, un residente tunecino, cuenta que su manifestación era “pacífica” y que el enfrentamiento se originó porque “un Guardia Civil golpeó en la cabeza a una mujer siria” y los agentes “lanzaron gas y usaron cartuchos de fogueo”, según su versión. También denuncia que “un 20% de los residentes resultaron heridos” en el enfrentamiento con las autoridades. Asimismo asegura que hay “muchos casos de coronavirus” y “todos quieren salir”, aunque los agentes se lo impiden.
Las organizaciones que trabajan sobre el terreno denuncia la falta de garantías sanitarias que sufren las personas que se encuentran en centros de acogida como el CETI de Melilla, a diferencia del resto de ciudadanos. “No se están haciendo las pruebas necesarias, no se sabe quién está enfermo y quién no. No hay espacios donde mantener las distancias de seguridad, a veces falta el hidrogel para desinfectarse”, advierte María Guillamet, de la organización Solidary Wheels.
Se hace imposible pensar en distancia de seguridad por las condiciones que se viven en el CETI. “Duermen ocho o nueve personas por habitación”, asegura José Palazón, presidente de la Asociación Pro Derechos de la Infancia (PRODEIN) en Melilla. “Muchas duchas están rotas y se forman colas enormes. Siempre hay muchos problemas con la calidad de la comida, pero después del altercado no hubo cena para nadie. Muchas mujeres y niños que no participaron en la protesta se quedaron sin cenar”, narra.

Imagen del interior de las instalaciones del CETI en Melilla./ Cedida por Solidary Wheels y No Name Kitchen

La situación no mejora en la Plaza de Toros de Melilla, un espacio habilitado que acoge a 500 personas migrantes y refugiadas y a las que, según denunció CEAR, no se les permitía salir a la calle ni en la fase 1 de la desescalada. En este lugar se encuentran sobre todo marroquíes cuyo pasaporte les permite trabajar en Melilla y regresan a su país por la noche, pero que quedaron atrapados en la ciudad con el cierre de fronteras. Sin embargo, según Guillamet, ante la saturación del CETI, se ha acabado trasladando también a este lugar a solicitantes de asilo y protección internacional, y a las últimas personas que han saltado la valla.
La Plaza de Toros “acumula numerosas denuncias por el hacinamiento, la insalubridad y la falta de medidas de protección y distanciamiento social ante la pandemia”, han denunciado esta semana las organizaciones Solidary Wheels y No Name Kitchen. También hay condiciones similares en los centros de menores de Melilla, como la Purísima o Rostrogordo, que “triplican su capacidad de alojamiento, aumentando el riesgo de contagio entre los menores”, han añadido. La misma crítica hacia la gestión de la acogida en estos múltiples centros durante la pandemia llevan haciendo semanas organizaciones como Médicos del Mundo, Save The Children, CEAR y el Servicio Jesuita de Migrantes, que alertaron de la situación al Defensor del Pueblo.


Las camas donde duermen las personas acogidas en la Plaza de Toros de Melilla./ Cedida por Imagen del interior de las instalaciones del CETI en Melilla./ Solidary Wheels y No Name Kitchen

Traslado a la península, la demanda del Defensor del Pueblo

El Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, ya solicitó en mayo al Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska el traslado a la península de “los residentes del CETI de Melilla, solicitantes de protección internacional y en situación de especial vulnerabilidad, tales como personas enfermas y de riesgo frente a la covid-19”. En una última carta, fechada a finales de julio, el Defensor le volvió a rogar al ministro que valorara de nuevo la recomendación de traslado que había realizado en mayo.
Desde que comenzó el estado de alarma, se han realizado dos traslados del CETI de Melilla a la península. Uno en abril de 51 personas y otro en mayo de 136. Sin embargo, para el Defensor del Pueblo, estos traslados son insuficientes. “La situación de hacinamiento del CETI no ha mejorado por lo que me veo obligado a reiterarte mi preocupación. He tenido conocimiento de que continúan allí más de 1.300 personas, de las cuales aproximadamente 150 son mujeres y 143 son menores. De ese total, más de 250 son solicitantes de protección internacional, con su petición admitida a trámite”, comunicó en julio el Defensor al ministro del Interior.
Me preocupan especialmente las mujeres solas, a las que la situación de sobreocupación de las instalaciones no les puede garantizar un entorno seguro libre de violencia sexual y de género. De otra parte, los niños y las niñas a los que no se les puede garantizar unas condiciones mínimas, tras las traumáticas situaciones que han atravesado antes de llegar a nuestro país”, se explica Marugán-
De momento, Interior y la Secretaría de Estado de Migraciones preparan un traslado a otros recursos de la península a unas 80 personas, según ha confirmado este jueves la delegada del Gobierno de la ciudad autónoma, Sabrina Moh. Sin embargo, en este caso, se tratará de personas ubicadas en la Plaza de Toros, no en el CETI.
Hace poco menos de un mes el Tribunal Supremo avalaba la libertad de circulación de los solicitantes de asilo de Ceuta y Melilla en todo el territorio español. El alto tribunal, a través de un caso concreto en Ceuta, consideraba que no es conforme a derecho limitar sus desplazamientos dentro de España tal y como viene avalando Interior, denuncian las organizaciones de la zona, con el objetivo de evitar “el efecto llamada” de ser la puerta de entrada a España y Europa para otros posibles refugiados.

Conmovedor y entrañable, como siempre, querido poeta.Gracias! Es cierto, la energía del pueblo es la esencia, la base de toda transformación que valga la esperanza y la alegría más que la pena. Si no somos Nosotros y Nosotras en este mundo no habrá nada que rascar; pero ,justo, para sabernos parte de ese Nosotros, necesitamos en paralelo la percepción interna de un Yo sano que esté liberado del ego primario, que no 'ame' solo por necesidad, miedo y apego ansioso, eso no es amor, es la diferencia entre querer y amar. "Te quiero" significa, te necesito y cuando ya no te necesite, pasaré de ti. Por eso se rompen los lazos cuando la necesdad se sacia o cambia de rumbo.Pero "te amo" va mucho más lejos, al infinito. El amor no se derrumba nunca, puede cambiar su modo de expresión, su forma de manifestarse cuando cada ser humano cambia y madura. Pero nunca dejará de amar aun e incluso a quien ya no "lo quiere", porque entiende al Otro como a sí mismo y no lo ve como enemigo, porque sea distinto, nuestra función colectiva de mayor calado es precisamente que podamos ser diversos y cooperadores, por eso se trata de acoger, comprender, respetar, perdonar y cooperar en el bien común sin tapujos, ni malos tratos, sin conflictos irresolubles, ni venganzas ni caretas. El amor es así, lo demás son ensayos emocionales que suben y bajan según andan las circunstancias, pero el amor está por encima de todo lo circunstancial, que es lo que alimenta "el querer" y en el querer se queda cuando la cosa se atasca en el ego, cuando no nace ni crece el Yo adulto (que dice Freud en su Psicoanálisis y Berne en su Análisis Transaccional), capaz de ser Nosotros y Nosotras, pasando de la personalidad (la "persona"/máscara, que decían los griegos) cambiante e instintiva de 'querer' a la individualidad estable y consciente de amar generando "la esperanza con el desinterés y energía del pueblo" como muy bien afirmas. Sin el proyecto de un Yo individual sano y esperanzado , capaz de amar además de "querer" es imposible crear un Nosotros de verdad. Amar a los demás como a una misma no es cosa de una religión, es el pasaporte más seguro a la vida que merecen quienes construyen una sociedad más sana, justa y diigna, mucho mejor que un manicomio perennemente en guerra contra sí mismo que nadie se merece ¡Feliz domingo, hermano poeta!


Verso libre

La verdadera nación

Publicada el 30/08/2020 a las 06:00

Poco sabe de amor quien no comprende que es la debilidad la que nos une. Hablamos con toda razón de la fuerza del amor, pero se trata de una fuerza que nace de no sabernos autosuficientes, de nuestra necesidad de sentir al otro, nuestra necesidad de ser cuidados y de cuidar. Aunque pasan los años, uno no se olvida del sexo. Por la cuenta que me trae, siempre que actúen con educación y prudencia, yo soy cada vez más partidario, pese a su mala fama, de los viejos y las viejas verdes. Como decía Bergamín, cuesta toda una vida alcanzar ese grado. Está bien que brillen los ojos. Pero uno se mira en el espejo, vuelve la vista hacia atrás y comprende que, junto al deseo carnal, el amor escribe sus historias con otros recursos.
Puestos a buscar imágenes de amor, me llegan de la memoria algunas ventanas de hospital, una rosa en un vaso de agua, algunas salas de espera, algunas conversaciones al final de la noche en la cocina y en voz baja para no despertar a los niños, los números del termómetro, el despacho de una profesora muy seria, un salón de actos en el que soportar representaciones navideñas, la tristeza de un cementerio, la tumba a la que habrá que añadir un nombre muy querido, las noticias envenenadas del teléfono, el mundo que se parte a trozos, una cabeza en el pecho, el abrazo de quien comparte un insomnio y la luz del amanecer que raya en la ventana y que nos recuerda que la vida sigue, que un suspenso no interrumpe nada, que ni siquiera una muerte lo interrumpe todo, porque otra parte de nosotros está viva todavía, y hay que prepararle el desayuno, y darle compañía, y preguntarle si hace falta algo, y decirle te quiero. Es la misma persona que está ahí, que se queda a los pies de la cama cuando una anestesia nos cierra los párpados.
Quien sabe de amor comprende que la debilidad es la verdadera razón de estar unidos. Los seres humanos han podido sobrevivir a lo largo de milenios de intemperie porque inventaron el lenguaje para compartir sus miedos y sus esperanzas. Es verdad que inventar el lenguaje supone también dar paso al insulto, la maldad, la amenaza, pero esa violencia es una cáscara sucia que intenta ocultar el desamparo que va con cada uno de nosotros. Es verdad que en la vida familiar o de pareja brotan los enfados, la prepotencia machista, la mezquindad, los usos del poder, pero siempre es una máscara innoble de inseguridad y dogmatismo que manipula la verdadera materia del amor: no es bueno estar solos, necesitamos cuidar y que nos cuiden, nos hace personas la palabra juntos.
Y en la palabra juntos, vivida de manera decente, no cabe la desigualdad, ni la indiferencia. La democracia social intenta llevar al espacio público el sentido de los cuidados familiares. Amar a una nación es compartir sus debilidades, comprender que necesitamos ayudarnos, organizar la vida de manera transversal para que el niño que hoy cuidamos nos cuide mañana y la abuela que nos cuidó durante años sienta que forma parte de nuestro presente y nuestras atenciones.
Sentirse miembro de una comunidad es saber que más allá de los negocios y las razones individuales formamos parte del nosotros y el nosotras que late como un corazón en la palabra juntos. España ha fantaseado muchas veces con el relato de su historia. Hazañas, héroes, derrotas y triunfos han llenado una y otra vez el recuerdo de sus días de gloria y sus mentiras. Novelistas como Cervantes, Galdós y Marsé, sin embargo, quisieron decirnos que detrás de cada fracaso nacional (el humanismo al final del XVI, el liberalismo al final del XIX, el republicanismo en 1939), el verdadero sentido de la esperanza sólo se dio con desinterés y energía en el pueblo. ¿Qué es hoy el pueblo? No lo sé bien, o sólo tengo una idea, o una esperanza, pero debemos escribir el relato optimista de un pueblo capaz de creer en sí mismo. Y para eso, para la salvación conjunta, hay tres requisitos indispensables: negarnos a la desigualdad, sentir amor y defender la cultura, la cultura, la cultura, capaz de escribir, representar y cantar el relato de un pueblo enamorado.


sábado, 29 de agosto de 2020

Allegri | Miserere mei, Deus [á 9; Tenebræ]

Genealogía homeópata en la universidad de Barcelona, con más de cien años de historia a cuestas. Sí, la homeopatía es uno de los canales más válidos, sabios y eficaces de la Medicina. Sólo quienes no la conocen de verdad pueden calificarla, por ignorancia y ceguera voluntaria, como "pseudociencia" ¿Acaso no es una pseudociencia la que se cree única sabelotodo, porque no conoce nada más que los dogmas que le cuentan, sin experimentar ni investigar otras posiblidades complementarias que puedan mejorar, sin duda , la ciencia y su práctica? Estudian a Ramón y Cajal y no saben, por ejemplo, que empleaba la hipnosis como anestesia para ayudar a las mujeres en los partos. Un médico de verdad nunca se negará a aplicar remedios que puedan mejorar sus tratamientos y curar sin dañar a nadie, que es la función de la homeopatía. ¿Cómo se puede rechazar la homeopatía y admitir sin objeción alguna la radio y quimioterapia, o el uso de fármcos super agresivos, cuyos prospectos dan miedo cuando se leen y cuyos resultados están ahí. ¿A cuántos pacientes ha matado la homeopatía? ¿Qué autoridad 'científica' fiable puede condenar una medicina sin daños secundarios y aplaudir otra que destroza y mata sin paliativos? No, la homeopatía no es cosa de curanderos ni de charlatanes, como no lo es la fitoterapia, la geoterapia, la hidroterapia, la psicoterapia, la osteopatía, la reflexoterapia, la acupuntura, la medicina ayurvédica o la medicina china, al contrario, son distintas caras del mismo prisma curativo. Cuantos más recursos, planos, niveles y conocimientos fundamentados haya en la experiencia diaria de los médicos, mucho mejor será la salud de nuestra especie y cuanto más cerrados, estancados, limitados y mecanizados estén esos conocimientos mucho peor será la calidad sanitaria de nuestra sociedad y mucho mayor el sufrimiento y deterioro en la calidad de vida de los enfermos. Muchas gracias al Doctor Gonzalo Fernandez-Quiroga por recordar a esos dos Decanos inolvidables, autoridades indiscutibles en ese mar inmenso y siempre sorprendente que es la Medicina, mucho más que solo "ciencia" mecánica y técnica inamovibles, sobre todo para una especie viva que muta y evoluciona constantemente. Recordemos que al mar no se le pueden poner puertas ni cerrojos. A la verdadera Medicina, tampoco, mientras la conciencia del juramento hipocrático siga siendo su fundamento vital y práctico. Qué pena y qué vergüenza que nustro pobre estado sea siempre la cenicienta de Europa en tantos aspectos, donde la homeopatía está incluida en la seguridad social y goza de una garantía y un reconocimiento total, como todo conocimiento saludable que ayuda a sanar la enfermedad sin crear otros padecimientos en plan secuela



Dos Decanos homeópatas y 130 años de historia homeopática


No uno, sino dos han sido los Decanos de la Facultad de Medicina de Barcelona que ejercían también como médicos homeópatas. Sí, sí, han leído bien: decanos de la Facultad de Medicina.
Así que cuando a algunos les parece que esto de la homeopatía es muy reciente, casi un fenómeno floral de “new age”,  poco serio, quizás unos cuantos datos históricos como estos sirvan también para aclarar conceptos.
Si nos circunscribimos a nuestro país lo cierto es que, en el siglo pasado, numerosos médicos de vanguardia, catedráticos, profesores de reconocido prestigio practicaban también homeopatía.
Ejemplo el caso de Cataluña. En la web del  propio Colegio de Médicos hay un apartado denominado “Galeria de metges catalans”  donde se muestran numerosos ejemplos de ello.

Academia Médico Homeopática de Barcelona (AMHB)

Por otro lado, hay en una institución homeopática que cumplió este pasado mes de junio 130 años de historia: la Academia Médico Homeopática de Barcelona (AMHB), fundada en 1890. La foto del inicio, por cierto, corresponde a su sesión inaugural, con los médicos que componían la junta directiva.
No es la institución más antigua de España porque ahí tenemos el Instituto Homeopático y Hospital de San José de Madrid, fundado en 1878, y que ahora, desgraciadamente, pasa por una época de litigios judiciales sobre su propiedad.
Sin embargo, la AMHB sí es la institución que sigue manteniendo viva la actividad homeopática en nuestros días a pesar de todas las dificultades vividas en los años de la postguerra, donde la homeopatía fue poco menos que perseguida y marginada.
La AMHB fue fundada en 1890 por el Dr. Joan Sanllehy i Metges pero ya que he comenzado esta entrada hablando de dos decanos quizá sería bueno conocer algo más acerca de ellos para comprobar qué tipo de médicos eran y qué trabajo hacían. Esta perspectiva histórica seguro que nos ayudará a entender mejor las motivaciones de los médicos homeópatas contemporáneos.
  • Fèlix Janer i Bertran (Vilafranca de Penedès 1779- Guadalajara 1865) 



Fue Catedrático de Clínica Médica de la Facultad de Madrid y Decano de la Facultad de Medicina de Barcelona, médico honorario de la Real Cámara, académico de la Real de Historia.
Fue Consejero de Instrucción Pública, condecorado con la Medalla del Mérito de Medicina, Caballero de  la Real y distinguida Orden de Carlos III y Gran Cruz de Isabel la Católica.
Fue Socio  de honor y mérito de la Sociedad Hahnemaniana Matritense.
Publicó infinidad de libros y opúsculos. Puede bien decirse que el Dr. Janer fue una referencia médica a nivel europeo.
Según la “Galeria de metges catalans” del COMB, higienista, pensador, educador, “Fèlix Janer tiene una gran importancia por su aportación a una nueva concepción de la ética médica y la responsabilidad social de la Medicina vigente durante muchos años. En su tratado Elementos de moral médica ó Tratado de las obligaciones del médico y del cirujano en que se exponen las reglas de conducta moral y política en el ejercicio de su profesión, explica cómo los médicos deben visitar los enfermos, pobres y ricos , el trato que deben tener con los pacientes de los hospitales, el comportamiento a seguir ante las epidemias y los contagios, etc. Este trabajo -pionero en el siglo XIX- hace que en los congresos médicos sobre esta temática aún hoy se recuerde su nombre”.
Fue elegido diputado a Cortes en dos ocasiones (1820 y 1840). “El Dr. Janer –prosigue la web del COMB-, en su juventud, ya defiende la necesidad de una educación y una sanidad para todos para hacer una sociedad más justa. En muchos aspectos educativos, es un hombre muy adelantado a su tiempo que recomienda a sus alumnos aprender lenguas y viajar considerando que la Medicina es una ciencia universal”.
Creo que ya dije que fue Decano de la Facultad de Medicina de Barcelona. En realidad ¡su primer Decano! Desgraciadamente, en una visita de hace unos años al decanato de la facultad este dato era desconocido por el decano de entonces.
  • Francesc  de Paula  Folch i Amich (Granada 1799- Barcelona 1888)



Decano de la Facultad de Medicina de Barcelona desde 1853 y Vicerrector de la Universidad Literaria de Barcelona desde 1862 hasta su jubilación, a petición propia, a pesar de su avanzada edad.
Catedrático  de Patología General y Anatomía Patológica
Socio de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Barcelona, miembro de la sociedad alemana de médicos, miembro correspondiente de las Academias médico-quirúrgicas de Berlín, Madrid y Sevilla.
Condecorado con la Gran Cruz de Isabel la Católica y la de Carlos III.
En 1831 formó parte de la Comisión que el gobierno español envió a Viena para estudiar el cólera, donde conoció la homeopatía a través del Dr. Rapou. También viajó por Alemania, Francia e Inglaterra por el mismo motivo.
En 1845, Folch publica el Tratado Elemental de Patología General y Anatomía Patológica, que es el primer libro impreso en castellano donde aparece el término Anatomía Patológica en el título.
  • Joan Sanllehy i Metges (Barcelona 1821-Barcelona 1900)



Fundador de la Academia Médico Homeopática de Barcelona (1890)
Fue Catedrático Auxiliar de Anatomía Patológica de la Facultad de Medicina de Barcelona.
Fue socio honorario y corresponsal de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Barcelona así como de otras corporaciones científicas nacionales y extranjeras
Gran Cruz de Isabel la Católica y de la Orden de Carlos III.
Fue traductor al castellano de diferentes obras de Hahnemann.
Según la Galería de Metges, “en 1854, en plena epidemia de cólera y mientras muchos compañeros médicos huyen de la ciudad condal, se ofrece voluntario al gobernador civil y trata homeopáticamente cientos de enfermos, consolidando el prestigio que ya tenía”.
Fundador de la Revista de Homeopatía en 1890.
Fundador de un Dispensario homeopático para pobres en el mismo local de la AMHB.
El Dr. Sanllehy fue, pues, un gran clínico volcado en su profesión de médico, con especial atención a las familias más desfavorecidas y un gran entusiasta de la homeopatía.

¿Por qué homeopatía?

Dejaremos para otra entrada la existencia en Barcelona, a principios del siglo pasado (1901), de un hospital homeopático, el Hospital Homeópata del Niño Dios y de otros tantos numerosos y eminentes médicos que dedicaron su vida a sus pacientes y al método homeopático.
A veces se nos pregunta por qué la homeopatía. Sencillo. Además del “primum non nocere” y de su visión holística, yo creo que cualquier médico de vocación humanista, con inquietudes sobre la salud global y social de los pacientes, que llegue a conocer bien la homeopatía, es muy fácil que también se interese por ella.
Igual que han hecho tantos médicos de diferentes culturas y procedencias a lo largo de la historia.
Diverses són les parles i diversos els homes, / i convindran molts noms a un sol amor
Diversas son las hablas y diversos los hombres, / y convendrán muchos nombres a un solo amor.
 (Salvador Espriu)

Bibliografía
Galería de metges catalans (COMB) http://www.galeriametges.cat/index.php
International Homeopathic Council, Academia Médico homeopática de Barcelona, Índigo, 1991
Piqué Buisan, J, Procesos de construcción social y científica de la homeopatía en Cataluña (1890-1924), Universitat Autònoma de Barcelona, 2018
González-Carbajal García, I, La homeopatía en España. Cien años de historia. Sevilla, Femh, 2004

Desde Europa Laica nos llega una información imprescindible para abrir los ojos y recordar la esencia de lo que debe ser un estado democrático, laico y aconfesional, donde las iglesias no deben gozar de ningún privilegio y ser patrimonio exclusivo de las conciencias de sus miembros y feligreses, y por ello, precisamente, nunca deben ser coartadas para no pagar el IRPF, precisamente en una institución cuya virtud más propia debería ser el máximo respeto al bien común de los estados y de la sociedad en la que viven


laicismo.org

Novedades en laicismo.org


LA ASIGNACIÓN TRIBUTARIA DEL IRPF A LA IGLESIA CATÓLICA: UN CÚMULO DE OPACIDAD EN LA SUBVENCIÓN CON DINERO PÚBLICO
Europa Laica, como todos los años, ha hecho un INFORME detallado (120 páginas) analizando la Memoria de Actividades de la Iglesia Católica que fue publicada el pasado mes de junio.
Esta Memoria eclesial debería tener por objeto cumplir con el compromiso adquirido por la Iglesia Católica de dar cuenta de la financiación pública que recibe a través de la casilla del IRPF. 285 millones de euros en el ultimo ejercicio fiscal.
Pero nada más lejos de la realidad.
Europa Laica denuncia que esta Memoria es cualquier cosa menos lo que debería ser, sino un cumulo de opacidades, medias verdades y pura propaganda eclesial, pero sin dar cuenta real de este dinero público entregado a la Iglesia Católica, que es de lo que se trata justificar.
En las Conclusiones del INFORME, apuntamos:
- Es de todo punto antidemocrático que sigan sin denunciarse los Acuerdos con la Santa Sede que amparan esta subvención a la Iglesia católica, y que no se respete en su integridad la aconfesionalidad formal del Estado.
- Es aun menos admisible la comodidad y connivencia de los Gobiernos de turno en no hacer cumplir siquiera lo acordado, manteniendo el despropósito de falta de control y publicidad sobre los dineros públicos de los que es el principal. responsable.
- La Memoria de Actividades publicada por la Iglesia católica no cumple de forma manifiesta con el compromiso adquirido de dar cuenta de la financiación pública recibida a través del IRPF.
- Es imprescindible una completa y amplia fiscalización de las cuentas de la Iglesia Católica. El Tribunal de Cuentas ha determinado recientemente esta misma necesidad a la vez que sobre las carencias e incumplimientos mencionados.
- La Memoria de Actividades de la Iglesia católica es un burdo documento de pura propaganda eclesial, carente de transparencia  debida, con mucha opacidad y lleno de triquiñuelas y medias verdades contables con el único objetivo de ocultar sus privilegios.
Europa Laica, para mayor claridad,  ha elaborado un compendio de PREGUNTAS SIN RESPUESTA que dan cuenta de las denuncias, medias verdades y opacidades mencionadas en el INFORME. En dos series, una sobre la Asignación Tributaria, otra sobre las Actividades eclesiales relacionadas.

No hay casualidades. El agente incinerador de bosques más eficaz y con menos fallos es el ser humano cuando si no despierta ni espabila por dentro, de humano no tiene casi nada,y es mucho más una cosa, un artilugio cybor-bioquímico -Trump fashion más que menos- que se mueve porque le dan cuerda los instintos y ocurrencias más destarifadas y autómatas, entre los que falta ¡hasta el de supervivencia!, el más primario y elemental de todos...Ains!!!!

Solo cuatro incendios forestales durante el confinamiento en territorio valenciano, un 94% menos: la pandemia evidencia el "brutal" impacto humano


"No se trata de aplicar medidas tan duras como las del confinamiento, pero los datos demuestran que con actuaciones destinadas a mitigar el impacto de la mano humana podríamos reducir de una manera exponencial el número de incendios", sentencia Carles Arnal, doctor en Biología, miembro de Ecologistas en Acción y exasesor en la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente. Y es que los datos publicados por Espurna, el boletín mensual que edita la Generalitat Valenciana con los fuegos y sus causas, confirman una caída de los incendios muy acusada durante el decreto del estado de alarma y hasta el inicio de la desescalada. Entre el 14 de marzo y el 5 de mayo, en territorio valenciano solo se produjeron cuatro incendios que arrasaron dos hectáreas -el equivalente a dos campos de fútbol-, un 94% menos de fuegos en comparación con la media de los últimos diez años en las mismas fechas. En total, casi 500 hectáreas de monte se habrían salvado de las llamas, si se permite la comparación con la media de los últimos años.desescalada.
La tesis de Carles Arnal la ha plasmado en un artículo de opinión en elDiario.es que tendrá su versión extendida en la revista Mètode de la Universitat de València. "La temperatura y las lluvias de la primavera tienen poco que ver para explicar lo que ha pasado. Primero, porque no han sido una estación de temperaturas más bajas. Y respecto a los rayos, abril fue el mes que más rayos cayeron y de los tres incendios solo uno fue provocado por este fenómeno", argumenta. Arnal señala directamente a la mano del hombre como causante principal de los fuegos y lo certifica con la caída de incendios cuando el campo y el monte dejaron de tener humanos. "Cuando más duro fue el estado de alarma menos incendios se produjeron. Además, esa caída del número de incendios permitió a los medios de extinción focalizarse y ser más efectivos", añade.
Del día en que se decretó el estado de alarma al 31 de marzo, con la prohibición de movilidad total, solo se produjo un incendio forestal en toda la Comunitat Valenciana. En la primera quincena de ese mes, sin ninguna restricción de movimiento, los incendios declarados fueron 15. La media mensual de los últimos diez años en el mes de marzo fue de 33 incendios forestales. El mes de abril rompió todos los registros históricos de siniestros forestales desde que se recaba este tipo de información.
En ese mes de estado de alarma, aunque ya con movimientos laborales, solo se produjeron tres incendios en todo el territorio valenciano. En 30 días se quemaron 0,06 hectáreas. Los últimos cinco días hasta el inicio del desconfinamiento con la fase 0 -del 1 al 4 de mayo- no hubo ni un solo siniestro.
Con la desescalada a la nueva normalidad los incendios se fueron incrementando de manera paulatina conforme el Gobierno permitía más movimientos. En mayo, sin contar los cinco primeros días, se produjeron 27 incendios que arrasaron unas 23 hectáreas. Un número mayor que el mes anterior, pero muy menor a los 157 fuegos de media en los diez años anteriores. Junio fue un mejor mes, con 15 fuegos y 4,5 hectáreas quemadas y en julio se llegó a 32 siniestros, muy cerca de los 49 de media entre 2010 y 2019.
Para Arnal, estos datos ofrecen una "poderosa conclusión": "Las restricciones a determinadas actividades agrícolas, las que implican encender fuego o de riesgo relacionadas con los incendios y la penetración forestal podrían tener como consecuencia una caída muy importante de los incendios por causa humana". Y añade: "No solo teóricamente es posible, esto ya ha pasado aunque los motivos de esta regulación respondían a otros objetivos". La mano del hombre, activa o por imprudencia, está detrás de entre el 70% y el 80% de los siniestros forestales en la Comunitat Valenciana.
Respecto a la quema agrícola, Arnal propone que desde la administración se inicie un plan para ayudar a que los agricultores no tengan que quemar y puedan triturar los restos de poda o malas hierbas. "Con muy poca inversión, podríamos reducir de manera exponencial los incendios y el correspondiente gasto en extinción", apunta.

Txarango - Aguacero (Audio Oficial)



La tramoya

Presupuestos Generales de salvación nacional

 



El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, a su llegada al Pleno del Congreso de los Diputados. E.P./Dani Duch/Pool
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, a su llegada al Pleno del Congreso de los Diputados. E.P./Dani Duch/Pool
España no va bien. Nuestra economía está sufriendo el shock y la caída de actividad más fuerte de los últimos 80 años. Nos encontramos en medio de una pandemia que se creía dominada pero que se recrudece por momentos, no sólo en nuestro país sino en todo el mundo, y que va a provocar un segundo frenazo económico que puede ser una puntilla letal para miles de las empresas que hasta ahora han podido superar la situación, incluso sin que llegue a producirse un nuevo confinamiento como el del primer semestre.
El desconcierto con el que se reanuda un servicio publico tan esencial como el educativo; la generalizada sensación de descoordinación e incluso de desgobierno que está dando nuestro Estado de las Autonomías; la ineficacia con que se están gestionando los ERTES o las ayudas del Ingreso Mínimo Vital; la información estadística tan contradictoria y poco rigurosa que se ofrece; los peores datos comparados que vienen registrando nuestra economía y la expansión de la pandemia en España; o el clima de constante desacuerdo político e incluso de discordia civil... son claras manifestaciones de que las cosas no nos van bien.
Pero una circunstancia es aún más preocupante porque puede ponernos en una situación inmediata no ya de mayor peligro sino incluso surrealista: la falta de un horizonte claro de cara a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Seguir abordando una situación económica y social que ha cambiado tanto y para mal con las cuentas públicas elaboradas hace casi tres años y por un gobierno que representaba a un partido que defendía otras prioridades es una barbaridad y algo que contradice al más elemental sentido común y que materialmente impide tomar las decisiones imprescindibles para que nuestra economía no se deteriore hasta límites que en estos momentos quizá sea muy difícil que se puedan ni siquiera sospechar.
España necesita unos nuevos Presupuestos que respondan a la nueva dirección que hay que darle a nuestra economía cuando las circunstancias han cambiado tanto.
Era lógico que el nuevo gobierno progresista tuviera prisa por imprimirlos con un nuevo tinte de transformaciones más avanzadas, mirando al futuro para poder ir corrigiendo los pasos atrás que se habían ido dando en años anteriores. Y para ese viaje se necesitaba y se podría contar, lógicamente, con los socios parlamentarios y sociales que estuvieran dispuestos a suscribir los programas de cambios sociales y económicos que se proponía emprender el Gobierno del Partido Socialista y Unidas Podemos.
Ahora, sin embargo, la prioridad tiene que ser necesariamente otra puesto que estamos en una situación de auténtica emergencia: lo prioritario es hacer frente -con el mayor acuerdo político y apoyo social posibles- a los estragos que la pandemia y la subsiguiente caída de la actividad en todo el mundo han producido y que van a seguir produciendo, al menos, durante unos cuantos meses más. Lo cual significa que todos los grupos políticos y sociales han de estar dispuestos a aceptar renuncias en las aspiraciones que defienden en la normalidad.
La elaboración de los Presupuestos siempre comporta un conflicto político pues implica decidir en qué bolsillo se va a poner o no la gran cantidad de recursos que movilizan. Pero en estos momentos, el conflicto es mucho mayor y se está manifestando sin contemplaciones. Una gran parte de la población se juega su empleo y subsistencia, miles de empresas reclaman ayudas y los grupos oligárquicos tratan de seguir siendo los dueños y señores de la economía para seguir tomando de facto las grandes decisiones que aumentan sin cesar sus negocios y patrimonios. Sobre todo, porque no sólo se cuenta con los recursos más o menos habituales sino con los extraordinarios que la Unión Europea ha dispuesto y con los adicionales que habrá que obtener mediante endeudamiento para luchar contra los efectos de la Covid-19 en un momento histórico de inminentes cambios productivos y tecnológicos. Está en juego, pues, el reparto de muchos cientos de miles de millones de euros durante años y, además, la decisión sobre quién debe soportar en mayor o menor medida la carga de la deuda que se va a generar.
La tradición más democrática de otros países permite que el reparto de los recursos públicos se realice cuidando más las formas. En España, sin embargo, los grupos oligárquicos se han sentido siempre tan dueños de todo que nunca han llegado a aceptar que deban renunciar a una parte de la tarta para mantener los equilibrios sociales básicos y por eso la derecha política que financian a su servicio es como es y actúa, incluso en momentos tan difíciles, como ahora lo hacen Vox, Ciudadanos y el Partido Popular, sin la más mínima concesión a los españoles de izquierdas que consideran sus enemigos.
Ni siquiera en una situación como la actual, de emergencia económica y pública, está dispuesta la derecha que representa a esos grupos de poder oligárquico a aceptar acuerdos básicos, de mínimos, que impliquen un reparto algo más equitativo de los beneficios y las cargas del dinero público y que salven a España de los efectos de una pandemia generalizada en el planeta. Entre otras cosas, porque eso obliga a hacer ejercicios de transparencia y debate público que pondrían en evidencia los mecanismos clientelares y corruptos mediante los que hacen sus grandes fortunas (que eso haya afectado incluso al anterior Jefe del Estado, el rey Juan Carlos I, es buena prueba de lo que digo).
Esa es la razón por la que un Gobierno de izquierda tan moderada como el actual no recibe ni el más mínimo apoyo de la derecha ni cuando está en peligro la integridad económica nacional y la salud de los españoles. Por eso se ha hecho todo lo posible para intentar derribarlo de cualquier forma en medio de una emergencia sanitaria, justo cuando más necesaria es la unidad nacional que de boquilla defienden los empleados de la oligarquía que domina España desde hace décadas.
La desgracia es que, por el otro lado, la mayoría parlamentaria que invistió a Pedro Sánchez es débil, volátil y poco leal porque una buena parte de ella tiene objetivos a medio y largo plazo completamente contrarios a los que pueden proporcionar la estabilidad que se requiere para elaborar estrategias nacionales de mediano alcance, como las que son hoy día insoslayables para hacer frente a la emergencia económica y social. Conseguir aprobar los Presupuestos a base de tironeos y concesiones puede ser una alternativa más o menos aceptable en momentos de normalidad pero resulta suicida cuando se está en una situación excepcional, en medio de una pandemia que paraliza la vida económica y es imprescindible utilizar los recursos con la máxima eficacia.
Añádase a todo ello que la coalición que sostiene al Gobierno que preside Pedro Sánchez no consigue dejar de mostrar sus desavenencias y que constantemente olvida el hecho elemental de que la ciudadanía necesita comprobar, ahora más que nunca, que su Gobierno es fuerte y que está estrechamente unido.
Se advirtió que un segundo brote de la pandemia supondría un peligro muy grande, ahora quizá más económico que sanitario. No se han tomado las medidas preventivas necesarias. O no se han sabido tomar o no se ha tenido la determinación política necesaria para hacerlo, o no se han tenido los apoyos suficientes. Sea como sea, el resultado es que ahora vamos a encontrarnos de nuevo en una situación muy delicada.
El Gobierno no va a encontrar ayuda en la oposición y ni siquiera entre la mayoría de sus socios para sacar adelante las medidas que se necesita adoptar en la nueva situación: de racionalización, eficacia, equidad, transparencia, transformación y ayuda inmediata, mientras que Europa nos va a estar mirando -con toda la razón- para comprobar cómo se hacen las cosas y de qué manera se toman las decisiones. La única ayuda que puede recibir puede proceder de la sociedad y ahí es donde el Gobierno debería realizar con urgencia el esfuerzo que hasta ahora no ha hecho, o que sólo ha realizado de manera insuficiente. Un esfuerzo dirigido a conseguir complicidad y apoyo social y ciudadano y que obligue a los partidos de la derecha y a las fuerzas poderosas que los apoyan a llegar a los acuerdos de estabilidad y sosiego que son imprescindibles para salvar a España. Un esfuerzo, eso sí, que sólo se puede conseguir con información y transparencia, con liderazgo, con la verdad por delante y con hechos que demuestren que se sabe gestionar bien, con eficacia, lo más inmediato, además de hacer discursos ideológicos.
Si no cuenta inicialmente con el apoyo de las fuerzas políticas, el Gobierno debería concitar empuje ciudadano, acuerdos con los agentes sociales, con las empresas y sindicatos, con los grupos sociales y de influencia social y hacer que la ciudadanía, los intereses reales de la mayor parte de la sociedad -que ahora son los de anteponer la salvación de la economía y la sociedad a cualquier otro objetivo-, se impongan a los de quienes sólo buscan controlar la gestión del dinero público en su propio favor. Para ello, claro está, lo primero es que el Gobierno sea capaz de poner sobre la mesa un programa creíble de medidas inmediatas de gestión de la crisis que hasta ahora no ha terminado de ofrecer. Las improvisaciones y los parches ya no sirven. Y las grandes estrategias tampoco son muy útiles, por muy acertadas que sean, si la sociedad no las conoce y las hace suyas. Es imprescindible que los inmediatos Presupuestos frente a la situación de emergencia en la que estamos no se diseñen solamente para lograr superar de cualquier forma los trámites parlamentarios sino para que la ciudadanía los contemple como una palanca de salvación, como una respuesta efectiva a la crisis sanitaria y económica que consiga así la movilización, el empuje y el compromiso ciudadano, social y económico.
Los próximos Presupuestos Generales del Estado o se conciben y se aprueban con amplia mayoría como de salvación nacional o seguramente ni siquiera lleguen a aprobarse.

Txarango - A la deriva (Audio Oficial)

Somos capaces aún de tener ideas geniales. Que los gerifaltes, incapaces de tenerlas, al menos las escuchen, las gestionen y que , por una vez en sus vidas se sometan a la energía de la inteligencia colectiva, documentada y experta -mucho más que ellos- en los fundamentos del "biós", como decían (y siguen diciendo) los griegos, o sea, la vida misma



Otras miradas

Hay un futuro en nuestra basura

Investigador en el Departamento de Química Física y Termodinámica Aplicada, Universidad de Córdoba
Catedrática en el Departamento de Química Física y Termodinámica Aplicada, Universidad de Córdoba
Profesora del Departamento de Química Física y Termodinámica Aplicada, Universidad de Córdoba


La maravillosa burbuja en la que habitamos se encuentra en un momento crítico. Pero, aunque muchos nos alertan, continuamos con nuestra economía basada en el perpetuo crecimiento. Es como aquella locomotora de los hermanos Marx que continuamente pedía "¡más madera!, ¡más madera!".
Sin embargo, la última lección aprendida demuestra que esta locomotora puede pararse en seco y hacernos descarrilar. Y no es necesario que ocurran cataclismos o que dioses enojados nos vengan a pedir cuentas, ni siquiera que exploten guerras injustas con líderes genocidas. Un simple organismos inanimado (o no, hay controversia en ello) con una pequeña secuencia de ARN nos ha dejado KO demostrándonos lo frágiles que somos.

Un equilibrio roto

Pero las crisis son también fuentes de oportunidad. Ahora más que nunca la humanidad debe dar un paso hacia su madurez social y entender que nuestra relación con los ecosistemas es fundamental.
En este momento, querido lector, le pedimos un esfuerzo: no imagine solo un ecosistema formado por animales, bosques, ríos, mares, etc. Imagine que su casa, su calle, su ciudad, la casa rural que frecuenta para relajarse y, sin duda alguna, nuestras industrias son también parte de esos ecosistemas.
La suma de todos estos componentes desempeña un importante papel en los balances de la biosfera y tienen que ajustarse a diario.
Hasta la primera revolución industrial hemos mantenido un equilibrio más o menos razonable entre la humanidad y la Tierra. Sin embargo, el desarrollo exponencial de nuestro estilo de vida (al menos en los países del llamado primer mundo) lo ha desequilibrado todo y, sin duda alguna, nuestro planeta se está deteriorando.
Un gran indicador de que algo no marcha bien lo encontramos en nuestros residuos.

La basura nos delata

En primer lugar, nuestros desechos revelan que nos hemos convertido en unos derrochadores profesionales. Desde un punto de vista energético, los residuos que vertemos (fundamentalmente residuos orgánicos y plásticos) muestran que producimos más comida de la que necesitamos. Generamos más calorías de las que debemos (no uso la palabra podemos) comer. Por tanto, aquello que ya no queremos o no nos parece apetecible, acaba en inmensos almacenes que denominamos vertederos.
Los residuos alimentarios suponen cerca de un tercio de los alimentos producidos, con un total de 2,96 Gt por año. La huella ambiental de estos residuos equivale a 3,3 Gt de CO₂ equivalente, un consumo de agua de 250 km³ y el uso de 1,4 billones de hectáreas de tierra cultivable.
Los anteriores detalles nos llevan a la segunda cuestión: los residuos que generamos muestran hasta qué punto nuestra sociedad es inmadura. Ningún ser inteligente y equilibrado derrocharía tanto, sobre todo existiendo personas que mueren de hambre.

Los residuos, también fuente de oportunidades

Una vez hemos reflexionado sobre aspectos éticos de nuestra basura, nos vamos a centrar en el aspecto positivo, es decir, en la oportunidad.
Hoy día existen muchas iniciativas que intentan reducir la producción de residuos alimentarios. Sin embargo, ¿qué ocurre con aquellos que no pueden reducirse? Para eso estamos las científicas y los científicos, para pensar cómo darles una segunda vida.
Para que se haga una idea, los residuos alimentarios están formados por proteínas, hidratos de carbono, grasas y fibras. Estos componentes son los bloques esenciales de la naturaleza y sirven, por medio de un sin fin de organismos –algunos tan pequeñitos como una bacteria y otros tan grandes como un elefante–, para generar ciclos como el del carbono, nitrógeno, etc.
La oportunidad viene servida en bandeja: aprender cómo funcionan estos mecanismos e importarlos a nuestra tecnologíasupondría una gran oportunidad para crear una economía más sostenible.

Métodos para reutilizar los residuos

En los últimos 50 años se han desarrollado tecnologías que intentan aprovechar los residuos para producir una larga lista de productos como combustibles, bioplásticos y sustancias utilizadas en fármacos.
Estos procesos sirven para crear un nuevo tipo de industria que denominamos biorrefinería. Su cometido no difiere del que asociamos tradicionalmente a una refinería: del petróleo (la materia prima) obtenemos combustibles, plásticos, etc. Pero a diferencia de esta, su filosofía consiste en recuperar aquello a lo que no podemos darle más uso y devolverlo a la vida útil, ya sea transformado en combustible u otro producto.
Por ejemplo, un hongo llamado Aspergillus awamori es capaz de degradar basura para producir biodiesel.
Esta nueva industria se centra en la economía circular y nos permitiría volver a encontrar un nuevo equilibrio entre el ecosistema humano y el ecosistema natural.
Si tiene más interés en ver cómo funciona una biorrefinería, no dude en visitar nuestra aula virtual. Allí podrá aprender algunos secretos de la producción de biocombustibles y experimentar sus procesos.
En el grupo BIOSAHE de la Universidad de Córdoba trabajamos en esta línea. Buscamos cómo aprovechar los desechos y cómo poder utilizarlos como combustibles o biomateriales.
Nuestro empeño, al igual que el del resto de la comunidad científica, es crear una ciencia y una utecnología que permitan a la siguiente generación buscar la felicidad y no la supervivencia. Este anhelo nos acompaña desde los albores de nuestro nacimiento como especie y debe de marcar nuestra evolución hacia una consciencia que va más allá de nosotros mismos.

viernes, 28 de agosto de 2020

Brava, Yayo Herrero y un millón de gracias!!! Qué pasada de artículo, cuánta verdad y cuánta conciencia!




Los cinco elementos (y V)

Vida

Hemos escuchado en estos tiempos de pandemia que la especie humana es lo peor, que es una plaga, un virus. Yo no lo creo. Los seres humanos son capaces de lo peor y de lo mejor. Guerrean pero también cooperan
Yayo Herrero 27/08/2020
Público 


<p>Mariposa.</p>
Mariposa.
Md. Al Amin
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Podemos señalar más o menos con facilidad algo que está vivo, pero no es tan sencillo definir la vida. El agua, el aire, la tierra y el fuego son parte de la vida y la constituyen pero no son vida.
Mirada desde nuestro ombligo, la vida es el período que transcurre entre el nacimiento y la muerte. Mirada en su conjunto, es una tremenda e increíble rareza que dura ya unos 3.800 millones de años.
Maturana y Varela dicen que podemos saber que algo está vivo cuando es capaz de crear, reparar, mantener y modificar su propia estructura tomando sustancias del medio y expulsando lo que le sobra. Esa característica recibe el nombre de autopoiesis, que quiere decir auto-producción. La autopoiesis es la propiedad básica y distintiva de los seres vivos. Cuando no la cumplen es porque están muertos.
La vida surgió en la Tierra hace unos 3.800 millones de años. Primero aparecieron microorganismos anaerobios, que no necesitaban oxígeno. Unos mil millones de años después, aparecieron las cianobacterias que tenían la capacidad de utilizar la luz del sol para su nutrición y producían como residuo el oxígeno. Poco a poco, estas bacterias fueron cambiando la composición del aire, el agua y de la tierra.

La biota –conjunto de los seres vivos– fue creando las condiciones adecuadas para que se dé la vida en la Tierra tal y como la conocemos hoy. Coevoluciona y regula el ambiente. Con estas premisas, James Lovelock y Lynn Margulis formularon la Hipótesis Gaia. A partir de ella, ambos pusieron de manifiesto que lo que la ciencia solía tratar por separado, los seres vivos, los océanos, la atmósfera, el clima, los  suelos…, formaba una realidad indivisible.
La vida en su conjunto es un sistema complejo que se autoconstruye y autorregula a partir de intercambios químicos y señales térmicas. Juntos, dice Marcos de Castro, el ambiente y los seres vivos, componen un sistema global que funciona como si se tratase de una entidad viva.
Gaia sería el sistema ecológico global que funciona orgánicamente, integrando a los seres vivientes, las relaciones entre ellos y de ellos con la tierra, el agua y el aire, a partir del “fuego” del sol. Se autorregula mediante una serie de complejos ciclos interdependientes entre sí –agua, carbono, fósforo, nitrógeno…– que funcionan con diferentes ritmos (desde segundos a millones de años) y a diferentes escalas espaciales (microscópicas, regionales o globales).

El sol es el motor de la vida. Es una estrella que se formó hace aproximadamente 4.600 millones de años. Técnicamente, es una enana amarilla, y seguirá siéndolo más o menos otros 5.000 millones más. Después, se convertirá en una gigante roja y engullirá las órbitas actuales de Mercurio, Venus y la Tierra.
La Tierra y la vida giran alrededor del Sol. Este movimiento organiza el tiempo y el calendario de los seres vivos. Su energía sustenta a casi todas las formas de vida concretas y hace que funcione el sistema en su conjunto.
Si el Sol es la energía, la fotosíntesis es la tecnología básica de lo vivo. A mí, me flipa la fotosíntesis. Es alucinante que en aquella sopa primigenia de células en interacción, de repente, algunas comenzasen a convertir la luz del sol y los minerales muertos en un cuerpo vivo, a la vez que expulsaban, como residuo, el oxígeno a la atmósfera.

Yo, atea, me imagino así la química de la resurrección. En un suelo, la materia orgánica procedente de seres vivos muertos es convertida por los microorganismos en minerales inertes. Y las plantas que fotosintetizan vuelven a convertir lo muerto en cuerpo vivo… Faltan, me parece a mí, muchos poemas sobre la fotosíntesis.
La vida se organiza en red. Los productores primarios fabrican su propio cuerpo que sirve de alimento a los seres herbívoros, que a su vez son la comida de los carnívoros. Los descomponedores se nutren de la muerte de todos los anteriores. Las relaciones entre productores, consumidores (herbívoros y carnívoros) y descomponedores regulan los ciclos en los que se recicla la materia. Van transfiriendo unos a otros la energía del sol,  que solo puede ser capturada por los productores primarios. En cada traspaso de energía,  se pierde la mayor parte de la misma.


Todos, absolutamente todos los seres, son comidos, vivos o muertos, por otros seres vivos. Podemos estar seguros de que cada partícula que compone la materia de nuestro cuerpo fue antes flor, piedra, arado, lápiz, escarabajo, cañón o mariposa.

Nos cuenta Lynn Margulis que la vida no conquistó el planeta mediante combates, sino gracias a la cooperación. Las formas de vida se multiplicaron e hicieron más complejas asociándose a otras, no matándolas.
Las células eucariotas –las células más complejas– se formaron a partir de la unión simbiótica entre células procariotas. Los animales y plantas estamos compuestos de células eucariotas, así que, si no se hubiese dado esa unión, la vida probablemente estaría formada sólo por un conglomerado de bacterias.
Lynn Margulis formuló la teoría de la simbiogénesis, que defiende que son las relaciones simbióticas, en mayor medida que las mutaciones genéticas al azar, las responsables de los mayores cambios evolutivos.
La cooperación ha sido una estrategia adaptativa también para muchas especies. Aves que comparten, licaones que cuidan de la prole en común, vampiros de Azada que se donan sangre, palomas torcaces que cazan en bandadas, bonobos que se organizan en sociedades matriarcales pacíficas y usan el sexo para resolver conflictos, aves que se alimentan de los parásitos de algunos mamíferos…

Nosotros mismos, los humanos, estamos habitados por millones de bacterias que cooperan con nosotros. En el trayecto que va desde la boca hasta el ano, en la piel, la  nariz, oídos, la vejiga, los conductos urinarios y en la vagina, viven microorganismos  que nos echan una mano con la digestión y otras funciones vitales. A cambio,  nuestro cuerpo les proporcione hábitat y alimento.
Por supuesto que en la naturaleza se dan relaciones de competencia y lucha encarnizada, pero las relaciones de simbiosis y cooperación son centrales para que la vida se mantenga. Si la literatura científica ha destacado tanto lo de la supervivencia del más fuerte, probablemente ha sido porque son interpretaciones que encajan mejor con una organización social que naturaliza y legitima la competencia y la explotación de todo lo vivo por parte de quien más poder tiene. Quizás, también por eso las redes tróficas hayan sido dibujadas en forma de pirámide, con el ser humano en la cúspide y no en forma de red.
Le preguntaban a Lynn Margulis en una ocasión por qué la simbiogénesis generaba tantas resistencias. Ella contestó riendo que, a muchos, pensar la evolución en términos de cooperación les resultaba femenino de más...
La diversidad es otro pilar de lo vivo. Hay seres unicelulares y otros formados por millones de células interdependientes; los hay que fabrican su propio alimento, mientras que otros lo consiguen en el entorno; pueden respirar oxígeno o envenenarse con él. Unos vuelan,  nadan, saltan, van en silla de ruedas o caminan,  y otros no se mueven del sitio en el que nacen. Unos se se reproducen mediante el sexo y otros no... La biodiversidad es casi inabarcable a escala humana.

¿Cómo se mantiene Gaia?
Las condiciones vitales se ven constantemente perturbadas por múltiples variables. El proceso que hace que los seres vivos y las relaciones entre ellos y con el medio se mantengan más o menos constantes, se llama homeostasis. Existen mecanismos de realimentación negativa que detecten las perturbaciones y actúan minimizando y amortiguando los cambios, de forma que el conjunto se estabilice volviendo a su situación de equilibrio inicial. Los mares y océanos, por ejemplo, absorben la mayor parte del exceso de calor y la mayor parte del dióxido de carbono procedente de la combustión de las energías fósiles, “tratando” de reestablecer los equilibrios climáticos previos y aminorando la tendencia al calentamiento que causaba la concentración mayor de gases de efecto invernadero.

Sin embargo, si la perturbación es muy grande, los mecanismos de realimentación negativa dejan de funcionar y se disparan otros de realimentación positiva, que agrandan los efectos de la perturbación, alejando mucho más el conjunto del sistema del equilibrio. Un ejemplo son las emisiones de metano que deja escapar el permafrost cuando se descongela a causa del calentamiento global, que aumentan la concentración del gases de efecto invernadero y amplifican el calentamiento.
Cuando las perturbaciones sobrepasan un cierto umbral, pueden originarse una serie de cambios drásticos y en cadena, que, a partir de un momento, denominado punto de bifurcación,  conducen a la desorganización y colapso del equilibrio inicial y a la configuración de una nueva situación impredecible, y en la que el azar determina el resultado final.
Kaufmann dice, por ello, que la vida se desenvuelve entre la estructura y la sorpresa. Lo de sorpresa siempre suena sugerente pero cuando nos estamos refiriendo a forzar el cambio de las variables biofísicas a la que nuestra especie está adaptada, la novedades resultan inquietantes.

La vida que prosperó y se ha mantenido en la Tierra durante los últimos miles de millones de años es solar, cíclica, diversa, interconectada y cooperativa.
Los seres humanos somos unos recién llegados a esta aventura planetaria. Cada especie suele durar, de media, unos cinco millones de años y luego desaparece. La nuestra lleva en Gaia unos 200.000 y, nos lo vamos a tener que currar mucho, para  alcanzar la esperanza de vida media de otras especies.
La civilización industrial es energívora, petrodependiente, vertiginosa, extractivista, homogeneizadora, generadora de residuos inabarcables y competitiva. La cultura capitalista ha construido una “normalidad” que se da de bruces con la realidad que sostiene la vida. La economía hegemónica es ecológicamente analfabeta y las subjetividades e imaginarios que promueve discurren divorciados de la realidad material del planeta. A las personas que vivimos dentro la burbuja del progreso se nos ha olvidado que somos una especie viva.

Aunque la ciencia nos explica que el universo, la naturaleza y nuestros cuerpos no se comportan como el gran reloj que enunció Newton a finales del XVII, nuestra civilización sigue actuando como si los territorios fuesen sólo almacenes y vertederos a disposición de la parte privilegiada de la humanidad, como si las vacas fuesen máquinas que convierten hierba en carne, los ríos tuberías de agua y la gente mano de obra. Miramos la naturaleza  desde arriba y desde fuera,  como si fuese una máquina inerte y previsible.
Se pregona que la libertad llega después de superar el reino de la necesidad, pero la necesidad en los seres autopoiéticos y necesitados de cuidados no se supera nunca. Tenemos que aprender a vivir libres sabiéndonos inherentemente eco e interdependientes.

El Progreso, sin embargo, se ha construido sobre la fantasía del despegue prometeico de la naturaleza y de los cuerpos. La negación de nuestra condición de seres de la tierra, vulnerables, y uno a uno finitos, es solo una gran ilusión que termina modificando irreversiblemente el ambiente del que depende su propia supervivencia.

Después de aplicar durante décadas a la naturaleza viva la lógica de las cosas muertas, caemos del guindo. Calentamiento global, pérdida de biodiversidad, superación de la biocapacidad de la tierra, contaminación de suelos, aire y agua, zoonosis, proliferación de enfermedades, pandemias, desigualdades, feminicidios, explotación, expulsiones... El desarrollo en carne viva.
Después de un par de siglos, y sobre todo los últimos decenios, actuando como si la organización material de la vida humana flotase por encima de la tierra y de los cuerpos, se produce un fuerte encontronazo entre lo geopolítico y lo geofísico y se desmorona la base fundamental de la episteme moderna: la falsa distinción entre el orden de lo natural y el de los seres humanos.

Isabelle Stengers se refiere a este momento como la intrusión de Gaia.
Todo cambia, aunque no queramos verlo, a partir de que la emergencia planetaria emerja como sujeto histórico, sin intencionalidad ni finalidad, pero con agencia, interviniendo en todo lo político. Si bien no tiene sentido politizar la ecología, es imprescindible ecologizar la política. Siempre debió ser así. Si los seres de la tierra desconectados de la misma tierra organizan el aire, el agua o el resto de la vida, lo desbaratan todo.


La justicia o el derecho ya no se pueden pensar sin tener en cuenta la irreversible intrusión de Gaia. La mayor habilidad de los negacionistas con poder es hacer creer a la gente que no existe. Mientras, se adaptan ventajosamente a lo que está por venir, desahuciando enormes jirones de vida, también humana.

Quienes soñamos con que mañana sea un mundo habitable para todas, tenemos el reto de no eludir esa realidad y tratar incansablemente de salvar la distancia brutal que hay hoy entre el conocimiento científico y la impotencia política.
Se llama magufos a quienes propagan discursos contrarios a la ciencia que no pueden demostrar su validez. Creo que muchas de las visiones de la economía convencional son puras magufadas. La economía se ha convertido en una verdadera religión civil que exige sacrificios humanos, vegetales, animales y minerales y niegan el futuro a la mayor parte de los seres humanos. La vida empezó en una sopa primigenia, pero como dice Naredo, una economía que ha cortado el cordón umbilical con la tierra, la convierte prematuramente en un puré crepuscular.

En psiquiatría y psicología, el delirio es una creencia que se vive con una profunda convicción a pesar de que la evidencia demuestre lo contrario. Creo que se puede decir que la economía convencional es un delirio. Se empecina en crecer indefinidamente sobre una base física que tiene límites. Apostata de la ciencia. No recula ni reconoce fracaso, a pesar de que esté causando un ecocidio vertiginoso y no haya podido cumplir sus propias promesas de bienestar generalizado.
Es un delirio en guerra con la vida.
No hay ningún organismo vivo en estado libre que no dependa de otros y de su entorno. Son muy pocos los que pueden vivir con el privilegio de ignorarlo, pero este sujeto termina erigiéndose como sujeto universal y tiene el poder de definir la economía, la política, o la cultura...
Son mayoritariamente mujeres –no por esencia, sino por imposición, otros territorios, otros pueblos y otras especies, el conjunto de la vida, en definitiva,  quienes soportan las consecuencias ecológicas, sociales y cotidianas de esa supuesta independencia.
No es más que una forma de parasitismo que estruja otras vidas, el suelo, agua y aire, concibiéndolos como algo exterior, subordinado e instrumental que violenta la naturaleza, violenta nuestro cuerpo y el de otros.
La violencia es el negativo de la ternura.
Hemos escuchado mucho en estos tiempos de pandemia que la especie humana es lo peor, que es una plaga, un virus. Yo no lo creo. Los seres humanos son capaces de lo peor y de lo mejor. Guerrean pero también cooperan. Inventaron la bomba atómica pero también la música, la poesía y, a veces, hacen de las caricias un arte.
No somos cada uno de nosotros las células cancerosas: es el comportamiento colectivo que ha generado una civilización patriarcal, capitalista y colonial, la que ha resultado ecocida e injusta. No nos encontramos ante el suicidio de la humanidad sino ante el asesinato de mucha vida a manos de una parte de la humanidad. Es verdad que todas las personas tenemos responsabilidad –y por tanto capacidad de cambiar–, pero son responsabilidades asimétricas. Como decía Silvio Rodríguez, la orden de fuego la dan disidentes de la gente, del sueño y  de la vida que no sea virtual.
 La vida es una cuestión de relaciones.

Dice Franz De Waal en La edad de la empatía que, salvo un pequeño porcentaje de  psicópatas, nadie es emocionalmente inmune al estado de otras personas. La selección natural diseñó nuestro cerebro para que estemos en sintonía con otros cerebros, nos disguste su disgusto y nos complazca su placer. Empatía con todo lo vivo. Con frecuencia nos dicen “preferís los animales a las personas”. De verdad, no es incompatible querer a las personas y también a los animales, a las espigas, a los montes, a los árboles, y al agua...
Sé que el conocimiento, el sabernos vida en sí mismo, no desemboca necesariamente en acción. Igual que tener experiencia de clase no genera automáticamente conciencia de clase, el sabernos parte de una red viva, en sí mismo, no genera conciencia de especie o de pertenencia a la tierra. Pero sin ser condición suficiente, creo que es condición necesaria. El analfabetismo ecológico, más intenso cuanto más especializada es la formación, es un enorme obstáculo para recomponer lazos rotos con la naturaleza y entre las personas.
Cualquier persona debería tener el derecho y la obligación de conocer qué es lo que le permite existir: el sol como motor de la vida, los bosques como pulmones del planeta y bibliotecas de diversidad, la fotosíntesis como “tecnología” central para la existencia, las bacterias,… La autoorganización y la cooperación como estrategias de adaptación y supervivencia, el funcionamiento cíclico en red en todo lo vivo, la existencia de límites, el trabajo de cuidados como una cuestión imprescindible que exige corresponsabilidad.
Enfrentar la crisis ecosocial va a exigir que superemos la fantasía de la individualidad y estimulemos una imaginación, bien asentada en la tierra, los cuerpos y sus necesidades. Una imaginación que nos permita mirar el capitalismo desde fuera, aunque estemos dentro. Este “afuera” puede ser Gaia, como un punto excéntrico desde el que torcer el brazo del dinero. Desde ahí podemos construir una Nueva Cultura de la Tierra.
Podemos, como recuerda Viveiro de Castro, aprender también de los pueblos que nunca fueron modernos porque nunca tuvieron una naturaleza externa y ajena y por tanto no la perdieron ni necesitaron librarse de ella.
Exigirá estimular pedagogías, racionalidades y emociones que favorezcan relaciones simbióticas centradas en la suficiencia y el reparto; que hagan de lo común y el cuidado un principio político y que involucren a todas las personas, tanto en el terreno de los derechos como en el de las obligaciones. Algo parecido a la razón poética de María Zambrano.
La clave es construir comunidad con conciencia de clase, de especie y sentido de pertenencia a la vida.

A fin de cuentas, como dice Galeano, “venimos de un huevo más chico que una cabeza de alfiler, y habitamos una piedra cubierta de agua y rodeada por aire que gira en torno al fuego de una estrella enana amarilla. Hemos sido hechos de luz, de tierra, además de carbono, hidrógeno y mierda y muerte y otras cosas, y al fin y al cabo estamos aquí desde que la belleza del universo necesitó que alguien la viera”.


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Yayo Herrero

Es activista y ecofeminista. Antropóloga, ingeniera técnica agrícola y diplomada en Educación Social.