Aumenta la tensión entre José Luis Ábalos y Ximo Puig tras la crisis del PSOE valenciano
La dimisión del presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez; su suspensión de militancia y la previsible renuncia al escaño y a dejar las funciones de la Alcaldía de Ontinyent en manos de su teniente de alcalde, Rebeca Torró
-por estar siendo investigado por los presuntos delitos de malversación
y prevaricación-, ha recrudecido el viejo enfrentamiento entre el
presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, y el secretario de Organización del PSOE y ministro de Fomento, José Luis Ábalos.
Ximo Puig, desde que se conoció la detención
de Rodríguez, se resistía a tomar una decisión en caliente y apartarlo
del partido, pero pronto le llegó desde Ferraz la contundente decisión
de aplicar el Código Ética a rajatabla de la propia voz de Ábalos.
El presidente valenciano se resistía y tuvo muchas
dudas, pero finalmente emitió un comunicado incidiendo en la presunción
de inocencia del presidente de la Diputación, aunque lo apartó del
partido y propuso a otro candidato para presidir la corporación
provincial.
En ese mismo comunicado, Puig proponía nombrar a Toni
Gaspar para sustituir a Rodríguez al frente de la secretaría provincial
del Partido Socialista del País Valenciano (PSPV) y de la Diputación
para cerrar las puertas a cualquier otra operación por parte del
secretario de Organización del PSOE. Y esto no gustó a Ábalos, que
intentó también una maniobra para buscar otro candidato más afín, aunque
no logró los apoyos.
Y es que todo indica que Ábalos, desde su poderosa posición en el partido y en el Gobierno, quiere hacerse con las riendas del PSPV y desbancar a Puig, para lo que también ha utilizado la figura del Delegado del Gobierno nombrando a Juan Carlos Fulgencio,
mano derecha del ministro de Fomento en la Secretaría Provincial de
Valencia. Dicho nombramiento, además, se hizo sin consultar al
presidente de la Generalitat, según fuentes cercanas a Puig.
Fulgencio fue uno de los más fieles defensores de
Sánchez durante las primarias y estuvo apoyando la candidatura de Rafael
García cuando se presentó a las primarias valencianas frente a Puig
para la Secretaría General del partido.
El enfrentamiento está servido, porque Puig no va a
tirar la toalla. Su compromiso era presentarse por última vez a la
Presidencia de la Generalitat y, acabada la siguiente legislatura,
abandonar la primera línea política a todos los niveles.
Pero, antes de ello, Puig quería controlar su
sucesión y no dejar el PSPV en manos de Ábalos y, precisamente, Jorge
Rodríguez estaba en todas las quinielas para ser su delfín, aunque en
los últimos meses se había enfriado la relación entre ellos por el empeño de Rodríguez en aspirar a la secretaría provincial.
Puig, que había mejorado sus relaciones con Pedro
Sánchez tras vencer en las primarias, es consciente de que el líder
socialista va a dar carta blanca a Ábalos para intentar hacerse con una
federación que siempre tiene mucho peso a la hora de determinar el
futuro del partido. Todo indica que, de nuevo, el socialismo valenciano
se encamina hacia otra guerra interna.
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