domingo, 7 de julio de 2013

Paranoia yanki, sumisión europea, cabreo sudamericano y suplicio de Snowden: El carnaval de los animales

Demencial y ridícula es la sustancia de lo patético. O sea, de nuestro mundo. Una granja; al estilo Orwell. Pero sin posibilidad de rebelión. Una granja por completo domesticada hasta en la "rebeldía", que ya es el colmo. Rebeldes domóticos. 

Los USA enloquecen sumidos en su ombligo de dimensiones planetarias. Queriendo ganar hasta las estrellas no se han percatado de que se estrellan constantemente contra las barras de su cárcel miserable. Una cárcel mental y emocional. Amoral. Ilógica. Irracional. Contrahecha y sin sustancia, aunque, eso sí, con un pastón escandaloso en el presupuesto: el que obtienen de arruinar al resto del Planeta. 
Vuelan en cohetes espaciales pero en realidad sólo revolotean sobre las salpicaduras de las cloacas underground. Las aguas fecales se remueven cada vez que el vuelo rasante del contubernio alicatado a base de teselas recortadas del hambre, el dolor, la injusticia, la crueldad, la arbitrariedad y la tontuna pantagruélica las agita y el mundo se atufa, se apesta y enloquece con la misma insania del mismo miasma. Han alcanzado los plenos poderes de la toxicidad. El rien ne va plus de casino lasveguiano convertido en mapamundi. En versión digital, of course.

Los USA han triunfado porque consiguieron convertirse en el modelo deseable para todos, en el paradigma cuentochino del "vive y deja vivir"; en el modelo deseable de libertad self service. Que dice así: puedes hacer lo que te dé la gana en el corral. Matar con licencia de armas a quien te parezca, arruinar la naturaleza si la cosa da pasta, que para eso está la naturaleza, para desnaturalizarla gracias a nuestro ingenio y hacernos millonarios antes de los cuarenta y ser los amos del estercolero mundial a los sesenta. Libres para ratingear de agencia en agencia, para esquilmar bolsillos e inventar el paraíso de las fugas fiscales simulando que también es un modo de libertad adaptable a Wall Street. Libres. Muy libres, pero dentro del corral. Eso sí. Forever&ever. Cada uno es muy libre en su cuadra, en su cochiquera,en su porción de zahurda, en su parcela de gallinero, en su apartamento-estudio de palomar, donde todas la palomas están marcadas, anilladas y teñidas del mismo color y son mensajeras del mismo mantra borreguil. Donde todas las gallinas y pollos acaban en consomé al Jerez,  en pepitoria o en pechugas a la Villeroi. Donde a todos los cerdos les acaba llegando su Sanmartín de longanizas, butifarras, salamis, salchichas de Frankfurt y variedad de ibéricos patanegra. Son los amos de la charcutería mundial. Y están la mar de contentos y orgullosos de su caché. Son el corral en sí mismo. Del que no se puede salir sin caerse rodando por las redondeces espaciales del Planeta Tierra, e ir a parar a la minipimer espacial de cualquier satélite transmisor de cotilleos informáticos y Iphon-telefoneros. Lo han logrado. Han reducido la humanidad a la categoría excelsa de establo muy rentable, pero mortal de necesidad cada vez más precaria, más mendicante, más desgraciada, más enferma. Y más idiota. Sobre todo.

Toda Europa babeando por los espacios aéreos tras el fantasma peligrosísimo de un treintañero inofensivo, pero con gafitas de demasiado aumento y que se ha sentido lo suficientemente asqueado y libre como para saltar la tela metálica del corral. Y decir a todos sus habitantes que el corral no es lo que parece; ni tan seguro, ni tan listo. Ni tan bien organizado. Que cualquier pollo espabilado le puede sacar al aire los trapos sucios y los bochornos del correcaminos y el coyote. Que tanto capitolio, tanta casa blanqueada e impoluta y tanto pentágono irregular, no tienen más inteligencia y método de control que un portero de casa antigua cotilla y metomentodo. Vamos, que el rey del mambo USA, está a la altura de cualquier personaje de Ibáñez. Puede ser lo mismo un Rompetechos cegato, que un botones Sacarino en las Batuecas, que Mortadelo y Filemón con el Superintendente de la TIA. O simplemente el nº 13 de la Rue del Percebe. Desde luego que para el corral es una humillación a escala universal.

Este patético sainete está teniendo una especial función terapéutica en todos los niveles. Nos muestra los pies de barro de nuestros gobernantes; europeos y locales; todos a una en la misma pifia internacional; su nulo sentido común; sus escasísimas luces. Su falta de independencia y de criterio. Su voluntad miserable, que se ensaña con los gobernados y pierde el culo con los titiriteros que los gobiernan transoceánicamente. O sea, vía satélite. Merkel, que es para Europa un Bismark férreo de la pela, para los USA es una piltrafa sumisa y obediente. Rajoy que nunca se sabe lo que es, ha sacado su fashion "dondevavicentedondevalagente", que esh hacer lo que diosh manda. Como shimpre. O sea, que se confirma en su línea plashma-zig-zag habitual. La carencia absoluta de reflejos y de ideas. El borrego con mayoría absoluta trufada  en el redil ehpañóh.

¿Y qué decir del humillado presidente boliviano? Autoconstituído como símbolo crucificado de todos los países latinoamericanos en su lesa figura. Tanta indiedad, tanta honesta decencia, tanta ejemplaridad y con el mismo ego que Bush o que Obama. O que Reagan. Pero con un vergonzoso agravio comparativo que lo deja aparcado en el ranking de lo irrelevante. A ningún jefe de estado del cotarro pastificio y genocid-negociante, le habrían hecho en comandita gringa ese feo corte de mangas aéreo. Evo Morales. Humillado y ofendido por la chacota de los malditos eurocaciques a las órdenes del director de escena americano del Norte. Y el Maduro todavía bastante verde que le apoya, los dos, ahora, con Nicaragua, se han cabreado tanto en triunvirato, que hasta van a hacer la proeza de disputarse la acogida a Snowden. No porque la injusticia yanky se esté ensañando con él, -cosa que hasta ahora les ha traído al fresco- sino porque quieren devolver a los USA el mismo bofetón político y humillante que han perpetrado contra la latinidad americana, su vecina pobre y machacada por el dólar y sus empresas siempre ojoavizor y sin perder comba en la ruina del prójimo, que nunca es prójimo, sino oportunidad para el trinque a saco.

Snowden es el ecce homo del momento. El Jesucristo que va de Herodes a Pilatos sin que nadie tenga compasión de su estado. Ahora los hijos de la revolución bolivariana lo convierten en moneda de estacazo político contra el tirano del Norte. Le ofrecen acogida no porque lo vean justo, -¿eso querrá decir que ellos harían lo mismo que los yankies en un caso similar?- sino porque les conviene. ¿Y ésta es la esperanza de las economías emergentes... ? Estamos listos.

Este episodio vergonzoso pone de relieve más que nunca la ausencia total de valores éticos y humanitarios en el mundo entero. La dureza de sentimientos ante el dolor de los semejantes si éstos no pertenecen a la misma camada. La falta de ética más elemental, que hace tomar la parte por el todo y viceversa. Si no eres "de los míos", no vales nada. Si has nacido en un país enemigo , aunque seas un santo, serás mi enemigo eterno. A no ser que me interese ponerte alguna vela para salirme con la mía y sacarte jugo. La democracia y la libertad son cosa de clanes que las interpretan como les conviene. Qué asco. Y qué pena. 

Y qué rara certeza de que es bueno que esto pase para que se vea lo que hay de fondo, salga a la luz la mugre oculta y germine con más fuerza la urgencia del cambio de rumbo evolutivo y radical que la humanidad necesita más que la comida y la respiración. Porque sin ese cambio la comida es veneno y la respiración una disciplina forzada inmunda y cruel. Un mundo así es un suplicio que no valdría la pena aguantar si no existiese la posibilidad de un despertar. De un descubrir que sí se puede cambiar cuando se ve otro horizonte. Una tarea personal y al mismo tiempo colectiva. Imprescindible. E inaplazable.
Sí se puede. Si, es pot. Yes, we can. Oui, c'est possible. Sí, si puó fare. Ja, viel-leicht.
No "a por ellos", sino "a por ello", junto a ellos.

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