lunes, 24 de febrero de 2025

Muy interesantes reflexiones, de lectura imprescindible. Muchas gracias, Torres López y Nueva Tribuna!

 

LA ERA TRUMP

Los efectos de la retirada de EEUU de la Organización Mundial de la Salud

La medida tendrá efectos críticos en la salud global, en especial en los países más pobres.
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Una de las primeras órdenes ejecutivas firmadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue la retirada de su país de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una decisión que poco después secundó el presidente de Argentina, Javier Milei. Esta medida tendrá efectos críticos en la salud global, en especial en los países más pobres, pero también en Estados Unidos y en Argentina, si no se revierte en los 12 meses que quedan para que se haga efectiva.

La orden dictada por el presidente estadounidense es difícil de calificar. Cuesta determinar si es un acto de profunda crueldad o una muestra más de la impresionante ignorancia de la que presume la legión de negacionistas, antivacunas o terraplanistas que, a base de mentiras, se multiplican como las setas en todo el mundo.

Una organización esencial para el planeta

La OMS, fundada en 1948, es una organización internacional que cuenta actualmente con 194 países miembros, lo que representa prácticamente la totalidad de los Estados reconocidos a nivel global. Sus funciones son esenciales para la promoción de la salud en todo el planeta: evalúa, monitorea, proporciona información, asesora y establece estándares internacionales, presta ayuda a los países más pobres y actúa ante epidemias o desastres.

Su intervención ha sido decisiva para erradicar la viruela, reducir casos de polio en todo el mundo en un 99%, o la prevalencia de la malaria y el tracoma. Sin la OMS, hubiera sido imposible lograr avances en materia de salud, así como igualdad en el acceso a servicios sanitarios en casi todos los países.

Estados Unidos ha ejercido un papel fundamental para la organización desde sus inicios. No solo por ser su mayor contribuyente financiero, tanto en aportes obligatorios como en donaciones voluntarias de diversas fuentes, sino también por su capacidad operativa a la hora de brindar asistencia y por la valiosa contribución de su sistema de información e investigación. Muchos analistas internacionales señalan que la OMS proporcionó también a Washington mucho prestigio e influencia, además de abrirle las puertas para obtener otros beneficios complementarios. Y, por ello, la medida que ahora propone el presidente Trump implica renunciar a su propio legado como potencia sanitaria global. Y es seguro que tendrá un efecto contrario al que aparentemente busca.

Su orden se justifica afirmando que la OMS depende de la política de algunos países. Sin embargo, lo que paradójicamente ocurrirá, si finalmente Estados Unidos se retira, renunciando a su liderazgo, será que otros países, encabezados por China, tomarán el relevo y aumentarán su influencia global.

Una medida inhumana y cruel

La retirada de EE.UU. y de otros países, como Argentina, supondrá que esta organización dispondrá de casi un 20% menos de presupuesto. Un recorte significativo que, si no se compensa con aportes más cuantiosos de otros miembros, causará un gran daño para la salud mundial.

Todos los países, sin excepción, van a sufrir los efectos de la menor capacidad de esta organización para evaluar, prever, asesorar, coordinar, actuar o ayudar frente a enfermedades, pandemias o catástrofes sanitarias. Pero es lógico y será inevitable que el perjuicio sea mucho mayor en los más pobres, en donde los sistemas nacionales de salud son más débiles y con mayor dependencia exterior.

Claramente, la decisión que han tomado Trump o Milei podría llevar a la enfermedad o a la muerte a cientos de miles de seres humanos.

Ahora bien, la medida de ambos presidentes es doblemente cruel porque perjudica incluso a sus propias naciones. Hay que ser muy ignorante para no darse cuenta de que Estados Unidos o Argentina también sufrirán las consecuencias de esta decisión.

Las epidemias, infecciones o enfermedades que la OMS ayuda a combatir no entienden de fronteras, como ha demostrado el Covid-19. Por lo tanto, cuanto más se expandan fuera de un país, más riesgo tendrán de sufrirlas también los que hayan abandonado la organización. Retirarse de ella limita la experiencia y capacidad de monitoreo del sistema de salud, retrasa las respuestas y, sin la cooperación activa de una organización global, se tendrá más dificultades para hacer frente a riesgos sanitarios, como la gripe aviar o brotes de sarampión, que ya han empezado a manifestarse, o a otros que puedan venir en el futuro.

Así lo advierten especialistas como Jesse Bump, profesor de políticas de salud global y director ejecutivo del Programa Takemi en Salud Internacional, quien recientemente declaró que en Estados Unidos serían “más vulnerables a la importación de enfermedades que se propagarían a otros lugares (…) Con la disminución de la inmunización contra las enfermedades infantiles, es más probable que tengamos brotes de polio, sarampión y similares”.

En un mundo tan interconectado como el actual, aislarse de organismos cuyo objetivo es combatir enfermedades globales –ya sea por razones financieras, como dice Trump, o por autonomía, como sostiene Milei– recuerda a la tremenda insensatez de los ricos que, hace más de cien años, protestaban cuando tenían que pagar el saneamiento de los barrios populares de sus ciudades. Sin entender que cualquier tipo de enfermedad, desatada por falta de saneamiento, se propagaría sin remedio y llegaría también a sus casas.

Mentiras y negacionismo de la ciencia

Tanto Trump como Milei, junto a los equipos de oligarcas multimillonarios que los acompañan, han tomado esa decisión mintiendo a sus compatriotas.

El mandatario de EEUU se queja del coste financiero de la contribución obligatoria de su país, sin mencionar que esta se fija objetivamente en función de la población y el Producto Interno Bruto. Y sin considerar los beneficios que le producciones. Como también acusa sin pruebas a la OMS de dependencia política, cuando su país es el más influyente de todos.

Por su parte, Milei afirma que toma esta decisión para tener «más flexibilidad para adoptar políticas» y para que ningún «organismo internacional intervenga en nuestra soberanía». Pero oculta que esta organización no dicta ni impone políticas, sino que, a lo sumo, hace recomendaciones que pueden seguirse o no.

La OMS pudo haber tenido retrasos e incluso haber cometido errores en la última pandemia de Covid-19, pero en ningún caso esto justifica que algún país la abandone por esa razón. Por el contrario, debería impulsarlos a fortalecerla.

Al sostener que sus decisiones responden a ideologías o preferencias políticas y no de conclusiones científicas, lo que hacen Trump, Milei y su cohorte de oligarcas es precisamente destruir la confianza en el soporte más potente que ha tenido el progreso de la humanidad a lo largo de la historia: la ciencia.

Lo hacen porque saben perfectamente que la única forma de consolidar su estrategia de dominio imperial es engañar y mantener a los pueblos en la ignorancia y la confusión. Ya lo dijo el libertador latinoamericano Simón Bolívar ante el Segundo Congreso de Venezuela en 1819: “La esclavitud es hija de las tinieblas y un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción.”

Esperemos que haya presión social y se imponga la sensatez. Las consecuencias de esta decisión irresponsable, si no se revierte, serían dramáticas.  

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  Comentario del blog:

Repasemos el mapa del colocón de los egos inhumanos y al mismo tiempo cocinemos el alimento sano de unas nuevas vías, que nos liberen de las utopías haciendo posible un nuevo estado psicoemocional y lúcido del Nosotr@s terrestre, que aún está por  descubrir y estrenar en el Planeta: la Eutopía=el buen lugar, que en tantos miles de años, nuestra especie no ha sido capaz de poner en marcha, convencida de que es mucho más cómodo dejar las mejoras en la nube de lo utópico, (de lo que no existe) porque es mucho más rentable y aparentemente accesible, ilusorio y cómodo. Algo así, como las facilidades de la drogadicción, que va matando a los consumidores y clientes/víctimas, mientras los traficantes manipuladores del trapicheo se hacen millonarios y todopoderosos, controlando el lodazal de la pasta y del poder, que no tiene más futuro que la propia destrucción, de consumidores y vendedores. Qué curioso, p, p. ¿no? Una "vocación" sin más fronteras que la ausencia total de conciencia y de humanidad. 

Llevar en este plan miles de años, sin ser capaces de despertar y decir basta, no desde las guerras y las masacres, los expolios, la crueldad de lo más absurdo y estúpido confundido con "la inteligencia" -que ya es colmo-. 

Ya ha llegado el momento final del pifostio insostenible. No hay ni habrá jamás dinero ni manipulaciones adecuadas para que el Planeta resista las atrocidades de sus habitantes más desalmados y estúpidos, pero absurdamente, elegidos por sus víctimas para que les solucionen lo que ellos mismos, -víctimas y verdugos- han convertido en "normalidad y democracia" siglo tras siglo y años tras año. Milenio tras milenio. 

Los imperios de la antigüedad sólo han cambiado en la aplicación de la tecnología y de la ciencia entendidas al revés. Sólo eso. La inmadurez y primitivismo de la especie, la violencia impositiva, la falta total de ética y de sentimientos humanos, más allá de las emociones primarias,  sigue en pie como en el Paleolítico actual. Un ejemplo: las corridas de toros, los sanfermines, los toros embolaos, las fallas de València o las tomatinas de Bunyol, sin ir más lejos, otra absurda manera de divertirse a tomatazos,  sin tener en cuenta cuántas persona y familias sin recursos, ni trabajo, no  pueden comprar tomates y nutrirse con las vitaminas imprescindibles, que los bunyoleros destrozan para divertirse... Barbaridades que ningún gobierno se atreve a impedir, porque si lo hiciese, no le votaría nadie. ¿Qué se puede votar en las urnas con semejantes bases sociales? Está claro: o el poder absoluto de Rupestrilandia o la abstención irresponsable, o sea, que gane Rupestrilandia finalmente, sin más. Y todos contentos entre toros desbocados con los cuernos ardiendo y tomates estrellados contra el suelo, las paredes, los coches y los cuerpos que sólo piensan en divertirse, sin siquiera conocer el significado original del verbo  divertir=divertere en su origen latino: perderse, derramarse, equivocarse, desperdiciar...

¿Qué pasará en la próxima pandemia terrestre, cuando los USA sufran las consecuencias de la carencia de una OMS (Organización Mundial de la Salud)  impuesta por el "trumpepperator" mundial que ellos mismos han votado y propulsado? Los virus no entienden de política ni de fronteras, ni pagan aranceles. Ellos flotan en el aire, se cuelan en los aviones, en los barcos y trenes, en los materiales que se exportan y se importan, en los coches y en las Casas Blancas -¿o más negras que el betún?-, en los consejos de ministros, en los parlamentos, en los juzgados y en las iglesias, como lo hacen en las miserable casuchas y chozas de los pobres. Los emigrantes no podrán pasar la frontera de Méjico a Rupestrilandia, pero los virus lo hacen constantemente a través de las aguas marinas y del aire que se respira...¿Y qué será de ese paraíso del abuso impenitente, cuando ya no haya esclav@s  migrantes que les sirvan pagándoles una miseria por ser extranjeros y pobres, al servicio de WallStreet y sus jefes de ruina en guerra y de guerra en ruina, como llevan haciendo desde que la  Inglaterra de los siglos XVII, XVIII y XIX, empezó a mandar a la América del Norte a sus delincuentes vocacionales, para quitárselos de encima? 

No hace falta ser profetas para ver la que se está montando día a día con semejantes materiales de destrucción. Lo que no tiene sentido alguno es que a estas bajuras de la Historia, todavía haya quienes admiren, apoyen, admitan y estén de acuerdo con un sistem in failure  tan descarado y terminator como el yankismo. 

Me pregunto: ¿Por qué la prensa internacional no publica cada día textos, comentarios y reflexiones de Noam Chomsky, de Yannis Varoufakis, de Juan Torres López o de José Mujica, y que las cadenas de televisión, al menos las públicas, proyecten y comenten con los televidentes, pelis como las "Nueve Revelaciones" de James Redfiel, "1984" de Orwell, "2001 Odisea en el espacio" de Stanley Kubrik, y así poder descubrir en vivo y en directo, al Quinto Jinete del Apocalipsis, que está poniendo a cada instante, y en modo exponencial,  la guinda de la copa en el finiquito planetario, si los seres humanos no hacemos nada, personal y colectivo,  para impedirlo, en el plan de un feminista y lúcido: "No es No", y hasta aquí hemos llegado, Mr. Trum-pantojo"?




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