¿Acaso el Midas del oro negro puede alimentarse con los bitcoins que le hacen multibillonario?
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La segunda investidura de Trump
es un día histórico. Mas no por las razones aducidas en su vengativo
discurso. No es el día de la liberación, salvo para quienes asaltaron el Capitolio
hace cuatro años causando víctimas mortales. Que los aranceles hagan
prosperar a la ciudadanía estadounidense, habrá que verlo. También será
interesante ver cómo se contrata una mano de obra con salarios bajos que
no sea inmigrante.
Aseguro que se reparaba una grave injusticia infligida en su persona. Se le había robado su libertad e incluso se intentó acabar con su vida, lo que no sucedió por intervención divina, con el propósito de que pueda engrandecer a su incomparable país. Aunque su constitución es laica, desfilaron ministros de múltiples religiones, como encabezados por el influyente movimiento evangelista, seguido entre otros de un rabino y un pastor protestante.
Hablaba como un César del imperio romano y así firmó sus decretos presidenciales ante un auditorio circense, como si estuviera en el Coliseo
Anunció que se proponía mandar al ejército a la frontera sur e identificar como terroristas a los narcos extranjeros. La educación tenía que cambiar sobremanera, para dejar muy claro el distinto papel que corresponde a hombres y mujeres. Quienes no se quisieron vacunar durante la pandemia volverán al ejército con el pago retroactivo de sus nóminas.
Hablaba como un César del imperio romano y así firmó sus decretos presidenciales ante un auditorio circense, como si estuviera en el Coliseo. No tenía nada que acordar y la víspera se permitió desacatar una sentencia vía del Tribunal Supremo. Toda la ceremonia tenía un aire muy poco democrático. Cuenta con orgullo los votos favorables, pero se olvida de los apoyos que no ha tenido. Da igual, porque son unos perfores, no como él que siempre gana.
Ojalá se fuese a Marte con su amigo Elon Musk y jugaran allí a las casitas como los dos niños pequeños que aparentan ser
Como delincuente convicto, cuya pena se le ha condonado al ganar unas elecciones a las que no debería haber tenido derecho a presentarse por su penosa de servicios, impresiona que se quiera convertir en el garante de una justicia equitativa, cuando es partidario de que los pudientes puedan saltarse caprichosamente cualquier norma.
Horas antes de tomar posesión grabo una sobrina con sus fantasmagóricos bitcoins. Es como un rey Midas que sabe convertirlo todo en oro. Uno se pregunta si podría sobrevivir alimentándose de bitcoins o necesita gente productiva cuyo quehacer sea útil para los demás. Ojalá se fuese a Marte con su amigo Elon Musk y jugaran allí a las casitas como los dos niños pequeños que aparentan ser.
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