Atención a esta lectura, de Víctor Salmerón enNueva Tribuna, que aporta la posibildad de caer en la cuenta de nuestro proceso transformador. Mil gracias por el regalo, querida familia evolutiva, humana y sorofraterna!!!

 

FILOSOFÍA

¿Fue Spinoza ateo?

El Libro de los acuerdos de la Nación, donde se detalla la expulsión de la comunidad judía del pensador realizada el 27 de julio de 1656.

VÍCTOR SALMERÓN 6 de agosto de 2024, 16:51 

 

Nueva Tribuna 

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Lo digo sin vacilación de ninguna índole: Baruch Spinoza, aquel ilustre y revolucionario pensador del siglo XVII, inaugura el ateísmo en el sentido moderno. Expliquemos esto con más detenimiento. Se erige como el primer gran ateo no tanto por negar la existencia de Dios, sino por desmantelar, con una lógica impecable, las concepciones o ilusiones tradicionales del teísmo. Algunos cristianos inocentes buscan cobijo en su filosofía; sin embargo, él es nitroglicerina pura para las bases mismas de la fe dogmática. Su monumental obra, Etica, nos ofrece una visión del mundo donde Dios y la Naturaleza se funden en una misma sustancia, carente de voluntad y propósito, desmontando así la idea infundada de un creador antropomórfico y providente.

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  Si Dios existe, desaparece la ética: Kant frente a Dostoievski y Freud

Al reinterpretar a Dios como una realidad inmanente, regida por leyes eternas e inmutables, Spinoza socava las bases de las religiones reveladas y sus dogmas gratuitos. Al proponer en su lugar una espiritualidad panteísta, afirma la racionalidad y la armonía del cosmos, algo totalmente contrario a la religión revelada. Su Dios no es un ser personal, un amigo imaginario que escucha plegarias y dispensa favores, sino el orden mismo del universo, una red infinita de causas y efectos en la que no cabe el milagro ni la intervención divina. Spinoza, con su implacable rigor filosófico, —sus vikingos lectores pueden dar testimonio de ello— desmitifica la figura de un Dios exterior y trascendente; su propósito consiste en liberar al ser humano de las cadenas del temor y la superstición.

Spinoza, con su implacable rigor filosófico, desmitifica la figura de un Dios exterior y trascendente

A toda noche le llega su sol. Era necesario, su irrupción fue —y es— un faro de racionalidad en un tiempo dominado por el oscurantismo y la intolerancia, de la que él mismo fue víctima. Su valentía intelectual radica en su capacidad para ofrecer una ética basada en la razón y en la comprensión de la naturaleza humana, que no depende de la recompensa o el castigo divino, algo que ofende a un verdadero pensador, sino del entendimiento y la virtud.

Baruch de Spinoza.

Tanto del pensamiento de Nietzsche como del de Spinoza podemos inferir que ser ateo es liberarse de toda deuda con un ser trascendente, para así afirmar sin escollo alguno la autonomía del individuo. Al fundir a Dios con la Naturaleza, se elimina cualquier obligación hacia un creador antropomórfico; mientras que, con la proclamación de la muerte de Dios, se instaura la libertad suprema del ser humano como creador de su propio destino. En esta emancipación, ambos nos invitan a una vida sin ataduras, en la que la grandeza y el sentido emanan de la propia voluntad y razón.

Spinoza nos invita a mirar al mundo a la cara y con ojos nuevos, a encontrar en la naturaleza y en nuestra capacidad de pensar la verdadera esencia de lo divino. Toda su filosofía es un canto hermoso a la libertad y al poder del conocimiento. Su descomunal obra expresa la fuerza de una mente genial y adelantada a su época. Solo las obras maestras desafían y trascienden el tiempo y el espacio, así como los límites impuestos por la tradición. Con él se inaugura una nueva era de iluminación y claridad. Es el verdadero preludio a la secularización que definiría los siglos venideros.

 

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Comentario del blogg: 

 

Pero ¿qué es el ateísmo, cuando la evolución energética, material, mental, emocional y creativa de una especie, como la humana, va ascendiendo y dejando atrás las herramientas cognitivas que le ayudaron durante milenios a ser cada vez menos bestia y más humana? 

¿Puede estar un ser humano dependiendo toda su vida del chupete, del biberón, del osito de peluche, de la Barbie, de la guardería, o  de los cuentos que sus padres le leen o le cuentan, o de las nanas que le cantan a la hora de dormir? 

Durante la infancia ontológica de la especie el proceso tuvo su sentido, que se fue plasmando en las creencias inculcadas y no en las experiencias personalizadas, pero una vez dejados atrás los pañales, las papillas, los sonajeros, el portabebés, la cunita y la sillita para pasear, nuestra especie se vuelve majara, porque no es capaz de salir a flote en el camino de la adultez y de la maduración, por más años que se cumplan, si no sabe qué hacer en el mundo de la adultez cósmica, que la va rodeando desde siempre y dando pistas para que cambie y despierte mientras camina, antes de que acabe con todo aquello de lo que dispone para seguir la ruta evolutiva y sorprendente de su origen y su destino, que depende de lo que se va descubriendo no sólo en el plano material y físico, químico y atómico, sino , sobre todo en el conocimiento que crea y sostiene, el impulso de la autoconciencia  consciente...La pareja inseparable del alma.  

Eso es lo que han intentado durante milenios aportar las religiones y sus sectas en nuestra historia, seguramente con las mejores intenciones de ayudar en el proceso personal y común, sin que con tantos enredos "creyentes", nos diésemos cuenta de que es una barbaridad seguir cantando nanas a la humanidad, cuando la especie necesita crecer y hacerse adulta para comprender su propio proceso y asumir la gestión de su propia historia evolutiva, sin duda alguna, parte de una Creación que muy poco o nada tiene que ver con lo que nos han venido contando en los templos y altares de todo el planeta, un proceso "in crescendo" imparable, cada vez más vinculado e integrador en el medio ontológico que une lo personal con lo común, lo que se hace y realiza con lo que como consecuencia, sucede...

Exactamente es lo que experimentaron y realizaron  los filósofos griegos, como Sócrates, Aristóteles, Platón, Pitágoras, Parménides, Heráclito...y al mismo tiempo nuestros maestros más notorios en el tema: Spinoza y Kant durante los siglos XVII y XVIII. Que lejos de ser "ateos", según el concepto religioso, fueron verdaderos puntales de lucidez creadora y regeneradora, explicando la superación de la primitiva y ya inútil atadura antievolutiva, del concepto "dios", theos, en el griego original del término, basado sobre todo en el poder y mandar, castigar y premiar, y todo atado y bien atado, hasta en contenido semántico latino, de los  conceptos "religión" y "teología". 

El impulso del avance hacia la maduración, procedente  de Spinoza y de Kant, fue muy similar a lo que aportaron en su momento Shidarta Sakiamuni, el Buda y Jesús de Nazaret, el Cristo, que precisamente aparecieron entre nosotr@s para ayudarnos a superar, desde dentro y desde fuera,  las ataduras del "religare": ese literal 'atar dos veces', que aportaron y siguen aportando, las religiones como sucedáneos ad hoc de lo esencial. Como se mastica el chicle o se picotean chuches para entretener la sensación de hambre, hasta que podamos alimentarnos de verdad. ¿Cuál fue el resultado de esos dones? Pues, en vez cambiar de rumbo y de miradas, transformando  la miseria en luz y en inteligencia, como hicieron los primeros disfrutadores del regalazo, convertirlos también en el imperio de las "religiones". Meterlos en el mismo molde de las viejas tartas para cocerlos en el horno de "lo de siempre". Si no fuese así, tanto a Spinoza como a Kant, no se les "condenaría" como ateos, sino todo lo contrario: pues siguiendo las huellas del Budha oriental y del Cristo occidental, nos han dejado la experimentable realidad de que la energía infinita y su amor inseparable de su constante fluir y estabilizar en el mismo eje ontológico y esencial, también es "atea". No necesita para nada mangonear, juzgar,premiar ni castigar. Y, para colmo, va y resulta que  "está dentro de nosotr@s". Que es un océano sin límites, del que todo lo creado son, celulitas y átomos del mismo cuerpo cuántico y cualititativo,  gotitas de la misma agua...que ¡para colmo!, son capaces de pensar, de moverse en la libertad que dan las mareas, las olas, la espuma y las caricias a la tierra, a las rocas, a las arenas...y que en ellas, como hermanas ontológicas, está también el reparto de vida y alimento para la flora y la fauna universales...El noúmeno de Kant es el descubrimiento de esa realidad, el fenómeno son las consecuencias evidentes del proceso. Lo mismo que descubrieron Parménides y Heráclito, unos cuantos siglos antes...Y para colmo esa maravilla que nos desborda y nos acoge, es un entramado de cables espirituales, infinitos, en arco iris, que nos tienen en constante comunicación, que se va haciendo patente y material, según crecemos y maduramos por dentro, hasta manifestarse por fuera. No es magia ni son trucos, es fluir y descubrir, maravillarse y avanzar, tan felices como humildes. superando las calificaciones, las etiquetas, los enfrentamientos y los juicios. El Ser es ateo, según el religionismo traficante. No necesita jefes, no señores ni amos ni esclavos "del Señor", que jamás esclaviza a nadie ni necesita el teatro del señorío para que le adoren. La ética es el oxígeno verdadero del ser humano. La gracia divina que alimenta y guía los pasos de la especie humana mientras camina y flota en las olas del mismo e infinito Mar. Amor y conocimiento verdadero y humilde, sin límites ni alabanzas, que no necesita para nada. La mejor "alabanza" es caminar disfrutando del camino y de la compañía tanto como de  la ausencia temporal de l@s caminantes. 

Cuentan que ya en el siglo XIII, Tomás de Aquino, fraile dominico constructor de las "Cinco Vías" que la Iglesia Católica ha venido utilizando desde entonces, para demostrar "filosóficamente" la existencia de dios, estando ya a punto de morir, dijo a sus compañeros de convento: "Por favor, quemad todo lo que he escrito acerca de dios, porque he descubierto que sólo son tonterías, ante lo que de verdad ES". Seguro que Spinoza y Kant, descubrieron lo mismo y por eso les llaman "ateos", solo porque, evolutivamente, ya no  necesitan "religare" lo que para ellos  es una evidencia total y constante. ¡Gracias a los tres y a tantos y tantas criaturas que a lo largo de la historia han descubierto el imperativo categórico del amor infinito, la igualdad inteligente, la eficacia sana  y limpia del perdón y del cariño, unidos en  la hermosura y su justicia natural!