sábado, 7 de octubre de 2023

Buenos días, mi querida familia! Hoy he encontrado un tesoro más en la prensa escrita, el autor es Pablo Mora y el medio publicador "Muy Interesante" -en este caso. interesantísimo!- Leedlo despacito y si os animáis y podéis encontrar la autobiografía de Mohandas Gandhi, fliparéis, con los descubrimientos que iréis haciendo, sobre todo, dentro de vosotr@s mism@s. Buscar la felicidad en las cosas y acontecimientos temporales y caducables es como pretender hacernos un café sin café, con algarrobas o con ortigas, por ejemplo...Porque la felicidad no es una causa en sí misma, sino el resultado, el efecto de la paz interna, de la luz que nunca se apaga pero no deslumbra, del equilibrio sano, del conocimiento humilde, de la libertad del Ser, que no consiste en hacer lo que nos da la gana, sino en conseguir, responsable y sanamente, que nos dé la gana hacer posible el bien común sin discriminaciones ni juicios ni prejuicios. Mohandas Gandhi era un abogado de origen hindú que vivía y trabajaba en Londres donde había estudiado Derecho en la universidad, pero fue a Sudáfrica para gestionar una causa jurídica y allí se encontró con el racismo más cruel que se pueda imaginar: el appartheid. Y ese schock, cambió su vida para siempre. Creo que si dedicáis el finde a descubrir los detalles de esa experiencia vital, encontraréis al mismo tiempo ánimo y ganas de cambiar a mucho mejor en lo cotidiano, y la felicidad se irá manifestando en cada paso que déis para desperezar alma, conciencia, sentimientos, razones y entendederas, en cada respiración que nos da vida, en cada ser humano, animal o vegetal que se cruza con nosotr@s, en cada mirada que nos ofrece la realidad en el camino. ¡Buen finde, querid@s herman@s! Cuidáos desde dentro con tod@s, el Planeta incluído, y todo mejorará también por fuera, iréis viendo también que en el Ser no hay afueras ni adentros, que todo es Todo...Sólo así es posible la felicidad transformadora que nunca se acaba, pase lo que pase...¡Besos y abrazos infinitos! Y muchas gracias, por esta publicación, al hermano Pablo Mora y a "Muy interesante" por hacerla posible, legible y compartible, claro... 👉 (*) Ah, un detallejo fundamental en Gandhi, como en Jesús de Nazaret, como en Buda: nunca "luchó" -lucharon- por la noviolencia, lo que hubise sido un oxímoron y una estupidez, 'una contradictio in essentis'". No confundamos el trabajo, el entusiasmo, la plena dedicación, la vocación y el compromiso vital por cambiar a mejor el mundo que nos rodea, con "la lucha", que siempre es guerra con el resultado inamovible de vencedores y vencidos, ganar o perder poderes, rangos y mangoneos, aunque sólo sea entre conceptos políticos, culturales o religiosos, entre formas de entender el mundo y la vida, que llaman valores, como al dinero. Sólo la paz facilita los cambios verdaderos y la noviolencia consigue la limpieza completa en los almacenes de las autarquías y los egos "legales", pero también letales en lo personal como en lo social. Mientras la humanidad no se libere del concepto "lucha", y hasta lo siga considerando una viirtud, sólo si favorece sus hábitos y costumbres particulares por encima del Bien Común, no conseguirá liberarse de lo peor de sí misma. Gandhi entendió la noviolencia de Jesús mucho mejor que los "cristianos". Poner la otra mejilla, dar también la túnica cuando te pidan el manto, perdonar sin remilgos ni andar pidiendo cuentas...Sería genial que el catolicismo y el cristianismo en general, también descubriesen la noviolencia de ese Evangelio que tanto citan y cacarean y tan poco se practica a la hora de la verdad. Nadie tiene secuestrada ni comprada la esencia del Amor Infinito al que llaman "dios", "señor","todopoderoso","omnisciente", sin saber lo que hacen y dicen, ni las consecuencias que lo que piensan, dicen y hacen,- tantas veces al revés-, tienen en este mundo.

 

Muy Interesante

Pocos personajes históricos han conseguido despertar un interés tan universal como este mensajero de la paz. Mahatma Gandhi (1869) fue líder del movimiento nacionalista de la India y organizador de la resistencia civil contra la dominación inglesa. Este profeta es apreciado internacionalmente por su doctrina de la no-violencia (ahimsa) para lograr el progreso político y social.

Pero este carismático líder espiritual de la India también tenía una perspectiva única sobre la felicidad. Más concretamente, Gandhi creía que la verdadera felicidad reside en llevar una vida sencilla y en servir a los demás.

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Mahatma GandhiiStock

Sobre ello contaba una de sus vivencias en su libro autobiográfico «Mis experiencias con la verdad» (1927):

“Mi profesión progresaba satisfactoriamente, pero distaba mucho de satisfacerme a mí. El problema de simplificar mi vida y de cumplir alguna actividad concreta al servicio de mis compatriotas, me seguía torturando, cuando cierto día llamó a mi puerta un leproso (...) Por consiguiente, lo albergué en mi casa, curé sus heridas y lo atendí como mejor pude. Pero no podría seguir, así indefinidamente. Me faltaba la voluntad necesaria para retenerlo siempre a mi lado.

Por tanto, lo envié al hospital del gobierno para los trabajadores indos. Pero me sentía angustiado. Deseaba cumplir algún trabajo humanitario de carácter permanente. (…) Con lo cual pude trabajar en el hospital dos horas cada mañana (…) Este trabajo me proporcionó cierta paz espiritual […] La experiencia me resultó muy útil cuando, durante la primera guerra de los boers, ofrecí mis servicios para cuidar a los soldados enfermos y heridos”.

Sobre esta filosofía, una constante a lo largo de su vida, se pronunciaba más adelante: “Estoy cada vez más convencido de que la naturaleza humana es más o menos la misma, cualquiera que sean los climas en donde florezca, y si te diriges a las gentes con afecto y confianza, se te devolverán ese afecto y esa confianza multiplicados por mil”.

Pero, además, para Gandhi, la felicidad no estaba vinculada a la riqueza material o al poder, sino a la paz interior y a la armonía con el mundo que nos rodea. “Vive más sencillamente para que otros puedan sencillamente vivir”, es una de las ideas que legó para la posteridad.

Así, Gandhi abogaba por la idea de “sarvodaya”, que significa “el bienestar de todos”. “Nosotros tenemos que ser el cambio que queremos ver en el mundo”, es una de sus citas más conocidas. Y es que, este sabio creía que la verdadera felicidad solo se podía alcanzar cuando cada individuo trabajaba para el bienestar de toda la humanidad, promoviendo la justicia social y luchando contra la opresión y la injusticia.

Además, Gandhi también enfatizaba la importancia de la autodisciplina y el autocontrol en la búsqueda de la felicidad. Creía que, al dominar nuestros deseos y apetitos, podíamos encontrar una paz interior que conduciría a una felicidad duradera.

Al mismo tiempo este activista apostaba por la renuncia a los placeres materiales y la búsqueda de la felicidad en cosas más profundas y significativas que la acumulación de bienes materiales. Creía que el exceso de posesiones materiales solo conducía a la insatisfacción y al apego, y que, por tanto, la verdadera felicidad se encontraba en la renuncia.

En este contexto, para este pensador era esencial el dominio del pensamiento sobre el cuerpo. Creía que, al controlar nuestros pensamientos y emociones, seríamos capaces de controlar nuestras acciones y, en consecuencia, disfrutar de una vida virtuosa y positiva. De esta idea se extrae una de sus frases más conocidas: “La felicidad es cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces están en armonía”.

Estos principios estaban en línea con su filosofía más amplia de la no violencia y su búsqueda de la verdad. Naturalmente, Gandhi practicaba todo lo que predicaba y vivió una vida coherente con sus ideales, sirviendo de ejemplo a millones de personas en todo el mundo.

Las experiencias realizadas me han sostenido y llenado de felicidad. Pero sé que aún tengo ante mí un camino lleno de dificultades. Debo reducirme a cero. Hasta tanto un hombre, por propia voluntad, no se considere el último entre las otras criaturas, no hay salvación para él. Ahimsa (no-violencia) es el más lejano límite de la humildad”.

Mohandas Karamchand Gandhi, llamado el Mahatma («alma grande») ha sido una de las personalidades más importantes del siglo XX. Su lucha por la independencia y la dignidad del pueblo indio y su táctica de la no violencia le han convertido en un ejemplo universal de humanidad.


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