Dicen en Religión Digital que los santos no son rarezas ni personajes excepcionales, sino que simplemente pueden ser l@s vecin@s de al lado, abuelit@s, gente jovencita, o de mediana edad, niñ@s o adolescentes, de cualquier cultura, creencia o circunstancia. ¡Qué más da! Para ser sant@s, basta con despertar y reconocernos como familia infinita, sin más...Como las uvas del mismo viñedo, como las espigas del mismo trigal, las hojas del mismo árbol o los pétalos de la misma flor, como las gotas de agua del mismo océano, mar, lago, río o fuente...Y como los rayos de luz del mismo sol que somos Tod@s...Cuanto más se tarda en descubrirlo y disfrutarlo, más felicidad desconocemos y perdemos, cuanto más se sufre y se hace sufrir a la comunidad humana, incluíd@s, por supuesto, l@s fans del pifostio; de ese búmeran autopropulsado no se libra nadie que se quede enganchado y atado en esa cárcel voluntaria, en plan de rígido y cegato besugo que se muerde la cola durante milenios...Ains!!!! Así que: Feliz día de Tod@s l@s sant@s!, que en realidad es una celebración diaria de la que sólo hay que tomar conciencia igual que se respira y así, soltar tanta "sapiencia" almacenada, enrarecida y apolillada por los siglos de los siglos, mucho más una penitencia autoimpuesta, que una constante celebración libre y liberadora, siempre, siempre, feliz, pase lo que pase.Y además, la más eficaz e infalible de las vacunas. Ains!!!!

 

      

Agustín de la Torre. Religión Digital. 

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Oda humano-terrestre ⏰🙏🏽🙏🏻🙏🏾🙏🏼🙏🏿

a la siesta del alma y la conciencia

  

Golpe, trauma, tortazo inesperado,

ese schock que de pronto y sin pensar

nos aleja sin más de la rutina,

y esparce por el suelo cada metro

separando humedad de lo reseco,

y la fragilidad de lo que, en apariencia, es lo seguro,

el siempre del ahora,

el cruce de caminos repentino

del cambio y la sorpresa.

 

Herido en la batalla del instante,

el tiempo se confunde, conmovido:

ya no queda pasado ni futuro inmediato

a la vista,

que todo es un borrón de tinta añeja. 

¿La soledad? No existe

cuando el Ser y su luz trazan el escenario

de la vida

y se reparte hondura repentina,

siempre fiel, 

convertida, sin más, en infinito.

 

¿El miedo, para qué?

Es una voz perdida en la estación sin trenes

del no-viaje, en la que ya no queda 

ni un vestigio oxidado,

pero que tal vez guarde raíles sin origen ni destino,

sin antes ni después,

en el portal abierto de la casa infinita.

¿Resignación o escuela?

Elijo la segunda invitación convertida en pregunta.

Siempre seré la alumna sorprendida

cuando la "seño" -que llamamos conciencia 

y apellidamos alma- me muestra los deberes

que aún no he hecho,

para aprobar, sin duda, este curso intensivo

de la vida,

transformando problemas en regalos,

dolor en cotidiano reciclaje,

ejercicios de amor alimentado con sano 

y curativo desapego,

mágica partitura inagotable

capaz de convertirse en la mejor respuesta,

de la luz al fiasco tenebroso

de eso que llaman "vida" 

y en realidad es sólo el eco, eco, eco...

de una ilusión perdida y nunca hallada

que tanto se confunde en la rutina

con la vida y el sueño:

Los trazos infalibles, reversibles senderos...

Acertados apuntes del mítico pincel calderoniano.