jueves, 21 de marzo de 2019

A verlas venir



Releía y releo a Ortega y Gasset  en estos días falleros, folloneros y terroristas medioambientales hasta la saturación; La rebelión de las masas . Y me pregunto cómo se le quedaría el cuerpo y el alma a ese clarividente pensador y comunicador, si levantase la cabeza ahora mismo. Sus peores pronósticos se cumplen sin duda, pero al contrario de lo que él pronosticaba, que es aun más heavy.

Ortega sentía un ambiguo escalofrío cuando observaba el presente de Europa, y del mundo, desde el mirador de 1937. La eclosión de las masas empoderándose de todo a lo largo del Atlas Geopolítico Universal del momento, le desconcertaba para bien y para mal, lo mismo que la, en apariencia, amenazante desaparición inminente de las oligarquías, que para todo sensato buen razonador decimonónico, eran imprescindibles para el funcionamiento de las mismas masas y para que no se convirtiese el mundo en un polvorín enloquecido y desgobernado por manadas de adolescentes y niños problemáticos malcriados dispuestos a convertirse en churros y buñuelos ya incomestibles por falta de consumidores, si por fin consiguiesen hacerse con los plenos poderes del mundo mundial. Ortega da por supuesto que el ser humano convertido en masa no puede pensar ni analizar ni sintetizar y tiene toda la razón. Considerar masa irreversible a las acumulaciones humanas tiene el alto riesgo de encontrarse con que no es lo mismo la masa para churros, para embutidos o corridas taurinas, que una aglomeración de seres humanos pensando, razonando con responsabilidad  y cooperando en común lo razonado individualmente. Afortunadamente, la 'masa' humana tiene un defecto de fábrica que puede ser su salvoconducto hacia niveles mucho más sanos y felices si aprende a descubrirlo y a trabajarlo; y esa 'tara' que rompe previsiones y quinielas calculadas se llama conciencia. Resulta que es una fuerza infinita, pero sin poder fáctico, la matrix electromagnética y consciente, de todo empuje cósmico, y que sin ella no es posible generar ni utilizar adecuadamente ingenio ni talento. Procede del mix entre cuerpo y mente cruzado e iluminado por el mix o "matrimonio energético" entre alma y espíritu, que en un salto cuántico se "contagia" y unifica la diversidad, -no uniformándola a toque de silbato, ni a ritual, ni a baile de banderas-, sino fundiéndola en la igualdad y la justicia del amor. Lo que el Evangelio llama bienaventuranza o estado de eukharistós o eukharistía: un estado de atención permanente de agradecimiento, de 'buena gracia' y de ágape: encuentro entrañable y alimento compartido en todos los aspectos.  El budismo lo llama ahimsa, el islam shalam aleikum y el judaísmo shalom, el zen, equilibrio y el taoísmo Tao te king, armonización entre cielo y  tierra, luz y sombra, bien y mal (que no significa en absoluto aceptar lo injusto y lo cruel como 'bueno',sino como mejorable y cambiable mediante el intercambio con la energía  espiritualmente mejor) Nada de santurronería. Nada de dogmatismos. Nada de imposiciones externas para creer en lo que no es poder sobre los enemigos, sino experimentar a toca teja,  el servicio mutuo y le fluidez fraternal incluso hacia los posibles o declarados "enemigos". Gandhi, Lanza del Vasto, las comunidades pedagógicas anarquistas noviolentas y cooperativas, los hippies, el pacifismo, el 0'7, el 15M, la mujeres, los jóvenes por el cambio climático, han venido siendo y son, los signos visibles de esa nueva condición capaz de reciclar y desactivar en las y los seres humanas, el fenómeno  masa teledirigida desde siempre. 

Lo que tanto asustaba y maravillaba a Ortega y Gasset, puede resultar ser la mejor de las soluciones al caos creado por el dominio de las oligarquías, siempre en guerra y compitiendo por prevalecer sobre los rivales y ganar, vencer y humillar enriqueciéndose con los despojos y la expoliación, que es su caldo de cultivo, valiéndose de cualquier medio que favorezca la consecución del fin perseguido, que acaba siendo la implementación hegemónica de los egos más potentes, vistosos, fraudulentos y seductores y al mismo tiempo, los que mejor saben acabar con el bien común de esa colectividad imprescindible, que, según esos parámetros, por nada del mundo debe dejar de ser "masa" dúctil y maleable, incapaz de convertirse en inteligencia colectiva, auto-organizada, democrática, analítica, libre, consensuada  y ejecutiva: la politeia, la civilitas, la Nueva Ciudad de la Revelación. La ciudadanía. No confundir con c's, porfa!  Ni con cualquier  ideología impuesta y vendida por la eterna oligarquía disfrazada de lo que sea, como mercancía lava-cerebros, por los siglos de los siglos y a caballo sobre el dragón reptiliano e insaciable, que en realidad se alimenta de sus cuidadores, vampirizando su energía, su miedo, su rabia, su fe ciega en el sistem in falliure, al que hasta han llegado a llamar "dios", pero que se establece desde "los poderes sensatos de siempre", como la única posibilidad de seguir vivos y funcionando según los cánones interminables, leyes y normas de cualquier imperio parásito de tiempos y espacios y atado a las cadenas del poder im-pres-cin-di-ble como Tántalo o al monopolio del pedrusco infernal como Sísifo.

Lo venden así. ¿Cómo renunciar a las maravillas de la "ciencia" que nos permitirá en el futuro (siempre en el futuro, of course) no tener que pensar siquiera, porque las máquinas nos habrán sustituido por completo y ya no seremos necesarios ni para diseñarlas ni regularlas? Qué maravilla de ofertas tan alentadoras, qué pedazaco de provenir ¿verdad? El domador domado por el tigre a dentelladas y desgarramientos, el hombre y la mujer enjaulados en el zoo de la locura colectiva por los gorilas ultratodo con auriculares recibiendo por las redes socio-líticas órdenes y consignas de cualquier FAES Perejil fashion o relaxing ppeopple caféconleche in plaza mayor, o Pentágono histérico con Piolín incorporado, por ejemplo, la enfermedad como médico de la inseguridad social, los videojuegos como escuela de vida, los instintos encadenando la lucidez, la razón y la intuición, y los robots y los cyborgs al cargo de las instituciones. Jo, menudo chollo, qué momentazo, qué eclosión de inteligencia selectiva, xd!
En efecto, ese porvenir está ahí como posibilidad demoledora e innegable, y seguramente era lo que más temía del efecto "masa" globalizado nuestro querido Don José Ortega, el filósofo sin duda más preclaro, -junto a Unamuno que estaba en las antípodas de Ortega en casi todo-, que hemos conocido en las Españas del primer siglo XX, (afortunadamente con el tiempo, han ido apareciendo otros y otras conciencias al loro, como López Aranguren, María Riaza, Emilio Lledó, Adela Cortina, Jorge Riechmann, Victoria Camps,  Jordi Pigem, Marina Garcés, Pérez Tapias o Ángel Gabilondo), también hay otra posibilidad mucho más esperanzadora, que es la bifurcación de las conciencias individuales confluyendo hacia la Conciencia Colectiva como eje de un cambio irreversible hacia estados de frecuencia mucho más lúcida y amplia, con mucha mejor visión y perspectiva de la realidad, y por ello capaz de gestionar adecuadamente lo materialmente concreto y necesario. Esa posibilidad también la contemplaba Ortega pero casi como un milagro imposible, porque ante un presente desbordado por los nacionalismos, los egos a destajo, la rivalidad y la guerra civil española como trampolín experimental para la Segunda Guerra Mundial, en 1937  tampoco había un panorama que posibilitase la esperanza en algo mejor y no imposible. 
Pero se ve que Ortega no alcanzó a prever algo peor aún que la rebelión de las masas en negativo provocada y mixtificada por la confabulación de las oligarquías planetarias que también son masa, pero de pedigrí tóxico, para reducir a serrín la conciencia social e individual de los seres humanos mediante la condición de masa manipulada por todas partes, acosada y contaminada desde la corrupción más salvaje y cínica. Oprimida en lo laboral. Engañada en lo ideológico, abusada en lo religioso, prostituida en lo económico, destruida en lo emocional, alienada en lo pedagógico y ahogada en el consumismo destarifado e incompatible con la misma bios.Vida.

Ortega fue un gran pensador desde la platea de un calderoniano Gran Teatro del Mundo, instalado en el mirador del ático. Sobre todo reflexionando desde el extranjero (La rebelión de las masas -que reúne artículos en prensa del autor- está rematado firmado en Holanda y escrito entre Francia y Alemania) Tal vez sea, porque como el mismo autor afirma, para filosofar bien hay que alejarse del medio problemático para volver al núcleo real, una vez terminado el conflicto y aceptar una dictadura como hecho natural cuando las masas se pasan de listas. Menos mal que también ha habido pensadores responsables y valientes capaces de permanecer en el problema sin dejar de pensar y de responsabilizarse de lo pensado. A algunos les costó la vida, es cierto, tal vez, porque como aquel Gabriel en la peli The Mission, eligieron el riesgo de salir de un mundo en el que para sobrevivir hay que matar a  nuestros semejantes ,a  nuestros hermanos de especie. Y seguramente sabían que una vida en tales condiciones ya está muerta antes de que el cuerpo se desgaste, porque una vez  perdidas alma y conciencia, la vida es solo un trámite en el camino de la nada a través de un infierno de autor.
Si todos los seres más lúcidos se largasen siempre de las zonas de conflicto para pensar mejor en cómo organizar el mundo y encontrar soluciones, la humanidad estaría mucho peor o tal vez ya ni estaría por estos andurriales. 

Creo que más Sócrates, más Aristóteles, Budas, Jesuses, Kants, Hegels, Marxes, Husserls, Gandhis, Mandelas, Erasmos, Luteros, Ellacurías, hermanos Cardenal, Noam Chomskys y Varoufakis, Vincenç Navarros, Torres Lópeces, nos vendrían de lujo, la verdad...También es cierto, que aunque algunos de ellos escribieron y aun escriben, seguramente dedican más tiempo al compromiso y a la reflexión práctica que a la escritura de bets-sellers forrísticos. Sobre todo porque son sabios y "saben" que si esto no se arregla materialmente, sus libros no servirían nada más que para aumentar los residuos de un Planeta finiquitado por su propia inteligencia artificial y sin rastro de lectores, lectoras ni de nada de nada...que no sea un remedo planetario residual como el de Marte. 

Ains!



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