jueves, 10 de noviembre de 2016

Identidad





Penetro las esferas de la tarde
y cuando en los estantes
se confunden los libros
con ramas de centáurea, angélica
o melisa
un sobresalto blanco de palomas
se instala entre mis dedos.
El tiempo me alimenta.
Y la tierra me muestra
su perfil de genistas,
un silencio redondo, mineral,
un sorprender de agua
entre puños rocosos.

El viento sabe a luces
y es aroma tostado de avellanas
si se desborda el mar entre los labios
abiertos de la tierra
por el beso del agua.
Me asaltan de improviso
esos peces de luna
que al bies de los visillos
dibujan su estrategia en el amanecer.

Dicen que soy experto
en suturar heridas incurables,
que desfleco los puñales del odio
en mi taller de orfebre.
Que la muerte desanda en mi presencia
su condición de sombra.
Que a mi paso le crecen almendros
a la nada.
Que se llenan de pan y de ternura
los abrazos vacíos
y los cuerpos que perdieron el alma
se levantan del polvo y de las ruinas
para besar la boca del misterio.
Cuentan que sé cantar
que compongo baladas en los tejados grises
mientras la hierbabuena
se estira y se amontona en el asfalto
como una lluvia verde y caprichosa.

Y me llaman Amor,
(a mí, que vengo de una historia
tan vieja y dolorosa)
Me nombran las gaviotas,
el viento y los castaños,
aunque yo sólo entiendo
este gozo profundo
que brota porque sí,
sin más explicaciones
ni recetas.

Ya sólo sé de mí
que me empapa ese gozo
bailando en  lo que nace
sobre el cristal inédito
de una nueva inocencia
intemporal,
con esa levedad
que anima la materia
a que se desperece
convertida en ahora
y en mañana,
y vuela y reverbera
y de pronto es de cuarzo
y de amapola,
de lirio y sensación,
de música en las cosas.
De luz inesperada.

Hoy me asombra saber
que ya sabía
ignorándolo todo,
que desde siempre fui
nómada que reposa
en la espalda salada
de las dunas,
pasajera imprevista
en los ciclos del tiempo,
víctima de los sueños que ignoro,
del éxtasis o el tedio que imagino.

Hoy sé que todos somos
ángeles sin memoria
y por eso jugamos despistados
entre sueño y vigilia
en los parques del aire.




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