Refugiados
Esta noticia siempre es la misma. Lo demás cambia cada día en el vértigo de los medios, como si el saber muchos detalles del chismorreo mundial hiciese posible la solución del desastre generalizado; en realidad la inforragia que sufre nuestra sociedad no deja de ser un potente anestésico de conciencias saturadas. El dinero, la política, los negocios, el poder y el glamour de la última ocurrencia de los amos y señores de la guerra de todo tipo, cambian de manos. La injusticia, la crueldad y el egoísmo nunca cambian ni de manos ni de víctimas. Y por esa causa, el mundo es un infierno, un perverso y destarifado campo de concentración, sobre todo para los más indefensos y olvidados, los que sufren las consecuencias y soportan las basuras radiactivas del poder, el dinero, los negocios y las guerras. Mientras el "primer mundo" se mira el ombligo y juega al bingo con el futuro de la humanidad, el resto del Planeta se desmorona por esa misma causa narcisista.
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