jueves, 29 de septiembre de 2011

La Comunidad Valenciana recortará un 10% el sueldo a 150.000 empleados

El Gobierno prepara una rebaja de 1.500 millones en los Presupuestos de 2012


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¿No sería mucho más justo recortar políticos, asesores, cargos enchufados para mantener amiguetes, sobrinos, hijos de amigos, gastos ornamentales, monumentitis aguda, coches oficiales, teléfonos móviles, tarjetas de crédito a cargo del gobierno, etc, etc, antes que recortar sueldos a los maestros o al personal sanitario? Para empezar, el Presidente debería dar ejemplo y renunciar al coche oficial. Del palacio de la Generalitat al Parlament hay menos de cinco minutos. Y recuerdo en otros tiempos cruzarme, de buena mañana, con Lerma, el entonces President de la Generalitat,con su portafolios de currante por la calle Navellos o la Plaza de la Virgen, a pie, a veces solo y a veces charlando con otros diputados. Era otra época, donde aún los políticos conservaban un poco de decencia y trataban de ser coherentes. Nunca me he encontrado a Camps con portafolios en la mano ni a pie, sólo en coche oficial, para recorrer los mismos metros y rodeado de una corte de guardaespalda , que ni de la Gengis Khan.
Ahora no hay política, sino una panda de individuos sin más rumbo que sentirse los amos del cotarro, los dueños del cortijo. Es lo que tiene votar al Tío Pep porque le gusta la paella, l'all i pebre, es bonic i molt simpatico, es soci del València, l'agraen molt els petardos i les falles i odia als catalans tant como a Zapatero que no vol ni una miqueta als valencians. Poco importa si el Tio Pep es un inútil, un corrupto o un mangui o un idiota con trastorno bipolar y ataques de pánico añadidos que le impiden acudir a sus funciones públicas si se levanta con la pájara o con el pie izquierdo. O un palurdo pasado por la universidad, como los huevos se pasan por agua. A veces pasar a un tonto por la universidad sólo sirve para cocerle las neuronas al vapor. Y eso es lo que nos está gobernando. Una colla de diseño populista, prêt-a-porter, querida y desada por una mayoría idéntica a ella, que se ve reflejada en lo peor de todos, en esa familiaridad cómplice de lo cutre, de lo pandillero, de la falta absoluta de miras que vayan un poco más allá del Postiguet o de Paquito el xocolatero, Rosita Amores y el Titi, pero con aspiraciones políticas. Eso deriva en déficits monstruosos, inversiones al vacío, la horterada al poder, la incultura como bandera y aeropuertos sin aviones. Visca valència, sí, pero que visca millor governada i mens fotuda pels propis valencians.

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