miércoles, 18 de enero de 2017

El descontento social y la robotización atizan el interés de los ricos de Davos por la renta básica universal







Nacen los primeros certámenes de belleza juzgados por robots
Davos se enfrenta a las consecuencias de la fala de redistribución en el capitalismo.



Desde hace ya un año, una preocupación sobrevuela el Foro de Davos (en Suiza). La digitalización de la economía, la automatización de los trabajos (creen que para 2020 se habrán destruido cinco millones de puestos de trabajo en el mundo sustituidos por robots), y el descontento social han sido un caldo de cultivo explosivo para que los supuestamente influyentes líderes que se encuentran en Suiza hayan decidido abordar la posibilidad de crear una renta básica universal.
El debate de implantar una renta básica llegó a España de la mano de algunos sectores de Izquierda Unida y luego de Podemos. Pero en otros países, grupos de interés que difícilmente coincidirán con Pablo Iglesias han sido los que han puesto sobre el debate la posibilidad de dar una renta mínima a los ciudadanos. En Estados Unidos ha sido el lobby de Silicon Valley el primero en analizar esta opción de forma más académica, con un grupo de trabajo propio que estudia el efecto en un determinado grupo de población.
Ya se reparte en Ontario, en Alaska, y en Finlandia acaba de comenzar. La idea de que no habrá trabajo para todos ni de la calidad suficiente para garantizar la supervivencia va cogiendo terreno. El precariado avanza en todo el mundo y Trump o el Brexit son las señales más claras de que ese descontento de las clases medias (occidentales) puede desembocar en una ruptura con el orden económico establecido, algo que preocupa a las élites económicas.
Por eso en Davos se habló en la cita del año pasado y  se habló de nuevo el martes de los riesgos y ventajas de implantar la renta básica universal. El Foro atrae a algunos de los principales gurús en la materia, que exponen ante este selecto auditorio lo que de alguna forma se respira en los pasillos como irrefrenable: solo un colchón soportará la caída de la clase media del primer mundo, desplazada por los robots y por el empuje de los países en desarrollo. Por eso también en el Foro se habla de otras fórmulas para edulcorar el capitalismo: "capitalismo responsable" o "capitalismo ético".
El experto de la universidad de Londres Guy Standing, que  acuñó el término precariado para referirse a una nueva clase de trabajadores con condiciones precarias, defiende la renta básica como forma de dar seguridad y una verdadera libertad de elección a estas personas.
Standing fue uno de los ponentes estrella en Davos. "Una seguridad económica y social básica es esencial para una toma de decisiones racional. Ya hoy, con mercados laborales flexibles y economías abiertas, millones de personas se enfrentan a salarios bajos e inestables y a una probabilidad cada vez más baja de escapar de la pobreza de ingresos, por muy duro que trabajen", defiende Standing.
En el Foro están participando también integrantes de los movimientos internacionales que impulsa la renta básica. Es el caso de Scott Santens, miembro de la red por una renta básica de EEUU y asesor del proyecto Renta Básica. Santens se pregunta qué haría una persona si supiera que cada mes va a ingresar mil dólares por el mero hecho de ser ciudadano. "O, posiblemente más importante, ¿qué no haría?", dice.
Santens lanza un desafío para los que lamentan amargamente la desaparición de los trabajos manufactureros o industriales. "Los trabajos manufactureros son para las máquinas. No lamentes su desaparición. Reclama a cambio una renta básica", suele decir este experto.
Uno de los desafíos de Davos, que nació como un club de innovación e ideas pero que se ha ido quedando hueco por su espectacularización (este año una de las asistentes estrella fue Shakira), es imaginar el mundo en 2030. Y las personas en las que Davos buscan inspiración se lo imaginan sin apenas trabajo, o no trabajo a tiempo completo, sin posesiones, ni casa, ni coche, con una renta universal y trabajos que complementen esos ingresos. Esta es la idea de la diputada danesa Ida Auken, que se ha imaginado un mundo hiperconectado, limpio y muy barato.

Corrientes enfrentadas

Pero el panel de expertos del martes dejó ver que las dudas en el establishment político persisten. La excomisaria europea Neelie Kroes, a la que se ha descubierto recientemente una sociedad offshore no declarada en Bahamas, no ve la opción de dar dinero a cambio de "nada", ya que la gente dejaría de trabajar, en lo que es la crítica más recurrente a esta medida.
El político indio Amitabh Kant imagina la renta básica universal como una especie de préstamo que nivelen en los inicios y los ciudadanos puedan devolver al Estado de varias formas. Esta idea choca con lo expuesto por los defensores de la renta básica, que creen que siempre habrá colectivos que no serán capaces de devolver el dinero prestado.
Pero sí concuerdan con Kant en que la renta básica no debe ser en ningún caso un sustituto al trabajo. "Las personas deben seguir colaborando por el bien común de la comunidad", defiende el profesor de Harvard Michael Sandels.
Lo que aún levanta más ampollas es la forma de financiarlo. Standing defiende que los subsidios a la energía fósil o "el capitalismo rentista" (las rentas que obtiene una minoría por propiedades), serían suficientes para financiar parte de esta renta. Hay quién habla de poner un impuesto a los robots, como Pepe Álvarez, secretario general de UGT y cuya opinión ha sido reflejada por la revista de Wharton, la escuela de negocios de Penn, una de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos y que la web del foro de Davos se ha encargado de replicar.

Dudas sobre el altruismo de la medida

¿Por qué la renta básica es ahora foco de interés para Davos e incluso para la cuna de la tecnología, Silicon Valley? Los nuevos modelos de trabajo, la robotización y la probable desaparición de miles de puestos de trabajo en los próximos años están detrás de su interés por buscar fórmulas que mitiguen los cambios.
Silicon Valley está llevando a cabo un proyecto piloto para comprobar los efectos de la renta básica. "La motivación que hay detrás es empezar a explorar alternativas a la red de seguridad social que existe. Si la tecnología destruye empleos o los empleos siguen convirtiéndose en cada vez menos seguros, un número cada vez mayor de personas serán incapaces de vivir con las ganancias de sus empleos", explica la investigadora Elizabeth Rhodes, directora del proyecto.
Sin embargo, las críticas a este modelo también son muchas y señalan los intereses que hay detrás. "Las compañías tecnológicas se llevan a casa los beneficios y afrontan cada vez menos presión para pagar un salario que dé para vivir a sus empleados que no consideran como tal", dice el experto en ética de la tecnología Jathan Sadowski en The Guardian.
Guy Standing reconoce que algunos de los defensores de la renta básica la ven como un sustitutivo de la mayoría de prestaciones y servicios del Estado, mientras que otros la conciben como una especie de "dividendo social". 

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Vayapordiós, los ricos "listos" del Planeta empiezan a inquietarse con el riesgo de dejar en la indigencia a tanto pobre...aunque nunca acabaremos de saber si su repentina preocupación por la justicia económica universal no será simplemente un lavado de cara a su cinismo y un replanteamiento económico del desastre para que les salga más rentable y la peña precarizada, medio satisfecha por una medio-esperanza imaginaria, se olvide del estado en que fenece la Naturaleza en manos de una tecnología sin alma, pero forrada. Ingeniosa, comodísima y superpija, hueca y sin sustancia, absolutamente virtual sin virtudes, pero destinada a hacer las delicias del jardín enfermo y pachucho de las élites que se bambolean entre la excentricidad, el derroche estúpido y la horterada cognitiva. 


Nuestros cerebros más prósperos y rentables son bastante miopes para ser tan listos. Encandilados con sus logros robóticos se han quedado atascados en la rivalidad entre humanos y ciborgs humanoides; viendo el problemón que están desencadenando en el mundo con sus juguetes maravillosos, se han asustado de repente al comprobar que si se acaba con la masa humana de esclavos fáciles en el chasis, que sostiene el sistema que les permite vivir en sus mundos paralelos, asépticos y ajenos a la realidad menos psicodélica, sencillamente, se les acabará el chollo antes de lo previsto, o sea, antes de lograr la completa sustitución del precariado por la robotización absoluta del antiguo proletariado ya en clarísmas vías de extinción.

Los hijos de los antiguos proletarios, a base del supuesto estado del bienestar -que, al parecer, para nada coincidió con el estado del bien entender y del bien organizar ni por supuesto, del bienducar ni del despertar conciencias-, ahora, en muchos casos, son ingenieros informáticos y financieros, sin demasiada responsabilidad ética. Pero se han forrado en pocos años con sus inventos de barraca de feria científica, de aprendices de brujo, a base de crear un 'quinto poder' sin límites ni escrúpulos: el friky, que es más o menos el que haciendo lo que le da la gana con sus obsesiones se forra desde la pantalla de su Smartphone y la del Ipad. Así, a un nivel de andar por casa, os recomiendo que echéis un vistazo a sectores de muestra, como por ejemplo, ver unos cuantos programas de "Ahora Caigo". Y que llevéis recuento de cuántos chavales que no pasan de los treinta, incapaces de responder a elementales asociaciones de ideas o de datos, se presentan como 'ingenieros informáticos' o empresarios freelance. En manos de esta nueva 'élite' parece estar ahora el futuro del Planeta. Los que antes soñaban con la posesión de una Harley como la más sublime meta en la vida, ahora sueñan con ser prebostes millonetis en Silcon Valley o en su empresa propia de  Villaliebres de Arriba, sólo ha cambiado el objetivo, pero no la precariedad cognitiva ni el horizonte ontológico del paleolítico. El mismo nivelazo tienen los gobernantes que están encantados con tanto "emprendedor" de no se sabe qué magia potagia, que a su vez también son frikies del poder y que están encantados con ese adelanto cibernético, que permite hacer marranadas desde cualquier teclado y pantalla, desde cualquier disco duro, pero no tanto como para ser indestructible. Pues 'eso', pero con acento de Boston, de Chicago o de L.A. y con un Trump como avalista, ahora mismo debate en Davos nada menos que la necesidad de estirarse con una renta básica, que desde luego, con la de millones que se llevan al año, que escaquean a los Estados por donde pululan ( o sea todos en general y en particular) no sólo es posible, sino además, profiláctica y conveniente, sobre todo por dos motivos mucho más egoístas que justos: no tener que pagar una locura en impuestos, porque las donaciones desgravan, y seguir manteniendo, aunque sea con hilvanes, el mismo establishment que les permite vivir a cuerpo de reyes, pero mejor aún, a su bola y sin dar cuentas a nadie de sus idas y venidas.

Al parecer el tema de la extracción perrera de las materias primas que se usan en informática ni lo que que hacer con ellas una vez usadas, no entra en la temática de Davos o por lo menos de eso no dicen ni pío. ¿Acaso allí, en el paraíso helvético de todos los paraísos de guante blanco y mano negra, hay fotos y reportajes de los niños africanos que, en pleno siglo XXI, sí, enferman y mueren en las minas de coltán, para que estos frikies del último tecno-grito vayan inventando avatares maravillosos y dejando el Planeta mucho más sucio, devastado e inhabitable de lo que lo encontraron? Mientras pasa el tiempo y avanza la hecatombe ecológica  y humanitaria, los frikies "buenos" se van pensando de dos en dos años, la conveniencia de pagar una renta básica a la masa de mindundis que les sigue en windows o apple, en google o instagram, encantada de admirar las capacidades de sus mentes prodigiosas, encasquilladas en la bulimia de sus egos "ganadores" sin límite, a base de convertir al resto de sus semejantes en perdedores y víctimas forzosas y en clientes obligatorios de sus inventos, o sea, en sus esclavos de por vida, que los mantienen con su trabajo fatalmente pagado y la desaparición, geométricamente progresiva, de sus derechos. No todos los frikies son ricos, en realidad la mayoría están fatal y lo estarán de por vida, si continúan encantados con su suerte excepcional, tan contentos de currar en un plano de la existencia tan apasionante como teleoperadores al servicio de la media docena de genios hiperforrados que dominan el panorama de la globalización virtual y soñadora. Son proletarios de base explotadísima, solo que convencidos de que en cualquier momento sonará la flauta por casualidad con el soplo de su talento oculto y  podrán convertirse en un  Jobs, un Zuckerberg o un Gates. Y de eso viven explotados y felices de ser quinientoeuristas y de tener un trabajo tan excitante, en un mundo de desempleados y de trabajos aburridísimos, como la hostelería o hacer de  dependientes  o papás Noël en grandes superficies por Navidad o en época de saldos, con unos curricula de lujo.

Lo que pasa es que esta "buenez" repentina de los frikigerifaltes  mosquea bastante, sí. Ese rescate moral del capitalismo "bueno" ya nos suena a tiempos pasados y no convence para nada a poco que se analice el asunto. Son los trucos trileros que se reinventan los capos del pastón en todas las épocas, cuando la cosa se les pone muy mal. Nerón ya lo hizo en Roma después de quemarla, la intentó dejar hecha un pincel. Lo hizo Franco creando el Auxilio Social, para que no se quedaran los huérfanos y los hijos de los presos políticos en la calle pidiendo limosna, sin escuela y llenos de harapos y así se viesen las dantescas dimensiones de la miseria que había creado con su método liquidapatrias distintas y demasiado revoltosas. Ya lo hizo Roossevelt, echando mano de Keynes en los años 30 del pasado siglo. Y el resultado a medio plazo fue la II Guerra Mundial. Y es que las chapuzas solo salva-dineros para hoy se convierten en destrucción de seres humanos para mañana. El capitalismo no es bueno nunca, porque es el crisol de la desigualdad insolidaria, y se basa en la acumulación por rapiña de bienes en pocas manos, a base de expoliar a los demás y en el destrozo del medio en el que vivimos. Se basa en la convicción de que el hombre es el rey del mambo y está en el mundo para hacerse millonario a costa de todo lo que pilla, sean cuales sean los resultados globales, poco importa, si eso le hace mucho más rico, famoso, admirado u odiado, poco importa si la fama acompaña, y sobre todo más poderoso y temible que los demás. 
Una persona por mucho dinero que llegue a su vida, si es justa, está psicoemocionalmente sana y  tiene dentro su imperativo ético natural, nunca será multimillonaria, primero, porque ese no será nunca su principal objetivo en la vida, y luego, porque pagará lo justo a los trabajadores, al Estado y no tolerará jamás nadar en la abundancia mientras a su alrededor sus semejantes no pueden vivir porque carecen de lo más básico. Decir que el capitalismo se puede hacer "bueno" es como decirlo de la gripe. El capitalismo no se puede hacer bueno porque es el resultado de la enfermedad de la avaricia y de la ambición sin escrúpulos, como forma de vida y negocio. Y como la enfermedad que es, sólo puede curarse y desaparecer para que haya salud social e individual. Pero nunca se curará por la fuerza, sino porque el cuerpo social y sus células individuales, se han corregido la dieta, los hábitos, la higiene, los vicios y adicciones que ponen en riesgo su salud. Mientras ese proceso no se ponga en marcha en la conciencia colectiva humana mediante una cantidad crítica de individuos conscientes y activos que formen un tejido cualitativo imprescindible, el capitalismo será el terminator inevitable de nuestra especie y del Planeta. Ya que hasta la ambición, la avaricia y la competición constante entre opuestos -que se ven como enemigos y se necesitan cooperando para poder vivir en buenas condiciones construyendo el bien común-, se consideran cualidades estupendas en vez de taras ancestrales sin superar y  handicaps primitivos, más propios de las cavernas que de una civilización avanzada.

Mientras nuestros ciborg-fenómenos juegan a ser buenos de Davos en Davos, desaparecen especies imprescindibles, animales y vegetales, para la continuidad de la vida, las masas de hielo de los Polos se van rompiendo entre la contaminación residual que dejan los inventos de la "ciencia" sin conciencia y el cambio climático se escaquea de los inventos de Silicon Valley y pasa de ellos e incluso puede que los barra del mapa en un ciclo climatológico alterado por el ser humano enloquecido. 
¿Cómo fabricarán el coltán para sus inventos cuando sus yacimientos se hayan agotado como los del petróleo? ¿En qué almacenes irán guardando los cadáveres de los robots y sus piezas rotas e inservibles, tal vez en los mismos en los que guardan los residuos radiactivos, el plástico de eterno metabolismo y las latas de cocacola amontonadas en verdaderas cordilleras de nueva geología chatarrosa, como si fuesen el peluquín telúrico de un nuevo concepto de creación antropolítica? La máquina es un trasto antibiótico e irreciclable. Usada con prudencia y límites es buena, pero nunca será la solución a largo plazo, porque el abuso de su "comodidad" hará el mundo mucho más desigual y despiadado, contaminado  e injusto y al ser humano menos humano cada vez,  mucho más vago para lo más importante, indiferente si se le saca de sus rutinas mecánicas, inhábil y torpe de reflejos intelectivos, que irá "delegando" en el automatismo de los robots y en los cada vez menos lustrosos beneficios que produce. Sobre todo es que, de seguir en este plan, cuando se tenga la exclusiva de todo el dinero, ya es casi seguro que no habrá nada apetecible ni tangible en qué emplearlo: porque la materia comprable se habrá deteriorado y liquidado en el proceso de desgaste físico y la sustancia necesaria para la vida no es cuantitativa, sino cualitativa, energética, personal e intransferible y ninguna moneda puede comprarla. A quien la lleva consigo jamás se le ocurriría especular con ella, porque sabe que es gratuidad y la perdería en esa estupidez, precisamente si está en esa situación es porque ya hace tiempo se salió del círculo de la compraventa; comprendió sus peligros y su miseria.

Alguna vez tendrá que salir entre la masa idiotizada la voz del niño que señale sin cortarse un pelo, la ridícula desnudez del emperador autoengañado por su complicidad con el timo de la estampita ¿no? Ojalá, que como en la metáfora de la Bella Durmiente, las nuevas generaciones lo comprendan a tiempo y rompan la maldición de la inercia con el beso del amor inteligente que dé un giro kopernicano a esta aberración tan genial, tan lista...y tan, ya "normalmente", desquiciada en caída muy poco libre.


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