martes, 15 de marzo de 2016

La voz de Iñaki

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Vivir de espaldas

EL PAÍS 

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Ya era hora de que alguien diese el paso. Me alegro de que sea Pedro Sánchez el que haya roto el hielo. Quizás el Psoe esté empezando a recuperar su visión amplia y fraternal del federalismo hispánico, como en otros tiempos predicaba, aunque solo sea por táctica más que por convencimiento, por algo hay que empezar. Esa manía socialista con el rompimiento de España, al estilo pp, tenía preocupada a más de media idem, hasta el punto de plantearse el cambio de voto por esa causa. Por eso es una buena noticia ese acercamiento y visita al President Puigdemont. Ojalá esto sea el principio de un diálogo limpio y provechoso para Catalunya y para el resto de los españoles, que aman a Catalunya igual que si hubiesen nacido y crecido en ella.  Ojalá C's comprenda que dar la espalda, -vivir de espaldas como dice Iñaki-, no significa que lo que queda detrás no existe, sino, simplemente, que con un infantilismo absurdo, no se quiere ver lo que hay; como los avestruces ante el peligro y el miedo instintivo, esconden la cabeza para no verlo.  Como el hipocondríaco que no quiere ir al médico porque no admite que está enfermo y necesita un diagnóstico y un tratamiento. Quienes ante un problema grave que se plantea no quieren hablar del tema con los implicados en el asunto, también están enfermos de dogmatismo egocéntrico, de ceguera y de soberbia. Mal camino para lograr buenos resultados y para que el problema se solucione, no tal vez a su gusto, pero ¿quién dice que solo el criterio de unos vale y el de los otros no? La verdad y la razón no es patrimonio absoluto de nadie, por muchas leyes y constituciones que lo afirmen y decreten, y por eso son verdad y razón en vez de sectarismo e irracionalidad. 
 
Tanto una constitución como cualquier código legislador tienen su razón de ser en el bien común, en facilitar la compresión y la fluidez en las relaciones entre las personas que organizan y las que forman parte de la misma organización, para conseguir objetivos comunes, y no por ello deben ser tomados como verdades absolutas e inamovibles, en realidad  nada lo es; son herramientas para construir convivencia, mejoras sociales, desarrollo integral de la ciudadanía y ser canales de entendimiento para una mejor empatía social que haga posibles la justicia y la ética. La libertad y la democracia. Los derechos y la dignidad. Y si con el tiempo y la evolución cultural y de conciencia colectiva de los pueblos, se hace necesario cambiar contenidos y estructuras, leyes y organización, hay que hacerlo sin miedo, sin prejuicios bloqueantes y sin juicios condenatorios que excluyan el entendimiento. Un ejemplo fue hablar con ETA, en su día, para que ésta se replantease cosas definitivas. A golpe de persecución, de represalia y castigo no se consigue  nada positivo nunca, sólo hacer que los verdugos se fortalezcan y además se victimicen y tengan más motivos para recrudecer su odio o su rechazo. Combatir el odio o la disensión  aumenta lo uno y lo otro, reflexionar juntos sobre los motivos que han provocado el enfrentamiento, lo desactiva poco a poco, deja sin base el clima de tenso de violencia y lo cambia por un clima de aproximación más sereno, de escucha mutua y diálogo. ¿Qué sentido tendría combatir a quienes nos respetan, nos escuchan y nos comprenden en un mismo plano de igualdad, no como entre señores feudales y siervos de la gleba, no como un encontronazo entre "los buenos" y "los malos" del western

A estas alturas de la historia ya nos merecemos madurar, ser adultos políticos y sociales. La ciudadanía en las urnas de los últimos comicios ha demostrado ser en su propuesta mucho más adulta que los portavoces - o, según en qué casos, 'portacoces'-, elegidos para gestionar métodos y recursos de gobierno. No queremos tirar la toalla y por eso esperamos que acabe por conseguirse un verdadero diálogo entre todas las fuerzas políticas, aunque para conseguirlo tendrán, en unos casos que tragarse el orgullo, en otros, el miedo, en otros la comodidad y las rutinas de siempre, en otros la soberbia y la actitud caciquil, y en casi todos, el dogmatismo y la manía de ser los únicos poseedores de la verdad y de los aciertos. O de lo contrario, habrá que repetir urna y resultados, porque no queremos más de lo mismo de siempre. Sino un Congreso que sepa escuchar a todos, que no rechace ninguna propuesta sin debate previo y votación, como por ejemplo, las propuestas catalanas, que admita una democracia más participativa y directa, con primarias libres y abiertas en los partidos, como ya ha hecho UP/IU, por ejemplo. Y, por supuesto, con la desaparición del terrible sistema D'Hondt, sustituido por el voto simple: cada ciudadano un voto, con el mismo valor en Barcelona que en Almadenejos.  
 
Sentarse a dialogar ante cualquier propuesta, por muy dura, antipática o impopular que resulte, debe ser obligación de todo portavoz elegido en las urnas, no una prerrogativa ni una concesión del señorito al siervo. Nadie, ninguna camarilla, ningún gobierno, ningún trono, ninguna iglesia, tiene la exclusiva de la razón ni de la ley ni de la verdad. Todo es discutuble y dialogable, no se deben mantener tabúes "sagrados" que solo son formas de control de minorías manipuladoras sobre mayorías manipulables. Todos y todas, sin excepción de castas ni pedigrís, nos equivocamos muchísimo a lo largo de la vida y deberíamos recordarlo todos los días; con más motivo cuando uno se ha presentado y ha sido elegido para realizar un servicio, un encargo y no para aposentarse en un cargo como si fuese parte de sí mismo, para ostentar y no para detentar poder y hacerse el amo del país, como, por ejemplo ahora mismo está haciendo Rajoy, presidente sin presidencia,  desahuciado de lujo que se niega a dejar la Moncloa que debe abandonar, en este caso, porque el tiempo del contrato se terminó el 20D. 

Ojalá Podemos deje su hambre devoradora de poder y de hegemonía, ojalá Sánchez siga la vía que ha empezado dando este paso y comience a respetar las minorías nacionalistas y a dejar de verlas como un peligro en vez de como aliadas fraternas, ojalá Rivera no le pida más peras al olmo y acepte la pluralidad de un país que no quiere más toma y daca biparty, ojalá el pp se regenere, quite del medio a Rajoy y demás camarilla corrupta y nos ofrezca algo más decente y presentable, para que la derecha esté a altura de los nuevos tiempos. Que ya es hora de que a la droite, se entienda que el cambio no se reduce a la palanca y las marchas de un coche, sino de uno mismo también. Y que cambiar con inteligencia y ética no es traicionar principios ni a Dios ni a la patria ni a la Constitución, sino mejorarlos y hacerlos realidad en el bien común, no en el bien exclusivo del negocio y del trinque, que son la única patria a la que hasta ahora  vienen prestando fidelidad perruna y absoluta. 
En fin, que me alegro mucho de que haya posibilidad de dialogar y de mejorar lo presente, con vistas al futuro.

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