El nombre de una personapuede
parecer una cuestión baladí para el desarrollo de una persona y, sin
embargo, tiene una importancia enorme en todos los aspectos de su vida,
tanto a nivel personal como social.
Y es que el nombre es parte fundamental de la identidad de una persona,
algo que le ayuda a definir quién es en el mundo. No en vano es la
forma en la que nos identificamos ante los demás y, a su vez, cómo nos
reconocen los demás.
Algunos nombres tienen fuertes raíces familiares o culturales y
forman parte de la herencia personal. Son una parte importante de
nuestra persona porque pueden influir en cómo los demás nos perciben y
pueden, incluso, generar reacciones positivas o negativas.
Los nombres también funcionan por modas.
Es habitual que en determinadas franjas de edad y según sexos, haya
muchas personas llamadas de la misma forma mientras que otros nombres
apenas sobreviven ya al ser considerados 'feos' o 'antiguos'. Es el caso
de un nombre masculino que está a punto de desaparecer en España.
Sólo 35 personas y sólo en Sevilla
Apenas 35 personas lucen este nombre en su Documento Nacional de Identidad y, actualmente, los pocos que quedan se localizan única y exclusivamente en la provincia de Sevilla.
Tal
vez hace unas décadas era un nombre más extendido por todo el
territorio español pero, de unos años a esta parte, es cada vez más
inusual y sólo esta presente ya en la mencionada provincia andaluza.
La media de edad de los hombres que ostentan este nombre está, según el Instituto Nacional de Estadística, en 68,2 años,
lo que significa que es un nombre que en los últimos tiempos ya no se
pone y, por lo que parece, está condenado a extinguirse en España.
Hace años, probablemente había más personas con este nombre pero, dado el rango de edad que
tiene, todo hace pensar que aquellos que también se llamaban así han
ido desapareciendo hasta que sólo han quedado 35 hombres en toda España
que se llaman de igual manera.
Este nombre que parece estar abocado a la extinción es Eutropio,
versión latina de un nombre griego: Eutropios. Su significado es
versátil, cambiante o mutable, y su santo se celebra el 8 de junio según
el santoral católico.
Antes
de dar noticias convendría que la prensa comprobase la realidad de lo
que comunica. La noticia puede ser cierta: que exista un
nombre de persona que ya no se le ponga a nadie en su partida de
nacimiento ni en su su certificado de bautismo, como al parecer ha
sucedido con el nombre que se cita al final del artículo en cuestión,
que es Eutropio.
Pero lo que no es cierto es la noticia del significado completo de la palabra, que ahora, a continuación, podremos aclarar según su auténtica etimología, o sea, su verdadero significado cuyo origen, como muy bien dice el artículo de Levante, es el griego antiguo, gran surtidor de nombres y conceptos, ya que en el bautismo cristiano durante los primeros siglos de la Era cristiana fue en lengua helénica(griega) la primera traducción de los Evangelios, para la Europa de entonces y así la lengua madre griega se unió con la latina y ambas, llevan desde entonces y hasta hoy, funcionando como lenguas hijas mellizas del Indoeuropeo.
Leamos previamente el caso y luego, las humildes
aportaciones de este blog al conocimiento original de dicho nombre, unas
reflexiones que pueden aclararnos rinconcillos escondidos del lenguaje y
de sus vías de comunicación aún por descubrir, comprender, relacionar y
disfrutar uniendo cabos y soltando nudos innecesarios y tantas veces
condenando a confundir más que a aclarar y a resituar lo que creíamos
"saber" porque lo hemos oído o leído, pero puede ser un error
de base inadvertido, incluso hasta en el punto de poner nombre a nuestr@s hij@s
sin saber lo que etimológicamente significarán. Teniendo en cuanta que el nombre de una persona no es sólo un trámite, sino que también es el modo de identificarla y reconocerla a lo largo de su existencia.
El origen del término Eutropio, en griego, quiere decir "Buen encuentro", y consta de dos raíces: 1) eu=bueno, en modo prefijo y 2) tropós=encuentro, acontecimiento, suerte, buena fortuna, en modo sustantivo. Como podréis comprobar, un significado que nada tiene que ver con el que se le atribuye en el artículo del Diario Levante a la palabra. O sea, nada de cambiante, ni versátil ni mutable, todo lo contrario. Ahora mismo podríamos calificarlo como "afortunado", "feliz", "acertado para bien". Sin duda es fácil equivocarse morfológicamente de término, porque hay otro sustantivo griego, que aunque suene igual, tropós, acaba en O-mega,ω, en vez de hacerlo en o-micron, en cuyo caso, la misma fonética y grafismo no equivalen al mismo sentido semántico pues con omicron, (literalmente "o" pequeña, el mismo sonido significa actitud, manera, modo, costumbre, rutina, términos que no encajan para nada con la denominación personalizada de un ser humano, como lo es el nombre que nos identifica a cada un@ de nosotr@s.
Quiero agradecer desde estas líneas, la labor didáctica que todo el alumnado de la Universidad Complutense, en los años 60, 70 y 80 del pasado siglo, dedicado al estudio de las lenguas y sus orígenes, le debemos al querido maestro catedrático y doctor en lenguas clásicas e indoeuropeo, especialmente en Griego Antiguo, Francisco Rodríguez Adrados. A él le debemos la orientación y el despertar de conciencias de la mano del lenguaje y sus caminos a lo largo del tiempo y de la historia...
Es muy importante que el conocimiento de las lenguas y sus orígenes no se pierda ni se limite solamente a los estudios especializados, sin que sea necesario, ni mucho menos, hacer una licenciatura lingüística por obligación, -sino siempre y sobre todo, por vocación- pero que en la enseñanza básica y en los institutos, se nos ponga también como lo más normal, en contacto con la esencia del lenguaje y de su historia que es la de tod@s con sus infinitas variantes, para que nunca perdamos el vínculo de sus/nuestras raíces humanas y esa riqueza nos ayude a no acabar en la inopia y hasta disuelt@s en la vulnerabilidad de la ignorancia "normalizada" si no está en las "redes". Tal vez, y con mucha frecuencia, hasta manejando muchos idiomas, pero sin enterarnos del sentido de lo que estamos hablando y a lo que le estamos dando materialmente el significado en una forma hablada, escrita e intelectiva, que es inseparable del contenido, o sea, con la vibración completa de su valor semántico.
Hasta las cosas más tontas e insignificantes van dejando su rastro en nuestro inconsciente, personal y colectivo y acaban formando parte de nuestro equipaje cósmico en todos los aspectos. A veces perceptibles y otras muchas, no, pero igualmente vivos y latentes. Por eso madurar, sanar y evolucionar forma parte de la salud, de la lucidez, del alma y de la conciencia. El lenguaje universal del Amor con mayúscula, tiene la clave de cada partitura y el abecedario de cada idioma. Ah, y olvidemos de una vez "los misterios", los "mistikoi" del griego. En el Amor, la Luz y la Vida Infinita, todo es trasparente y sin ocultamientos ni colgajos, que sólo son nuestras trabas imaginarias en modo pelis escapistas de un Hollywood for ever, volando en nuestros patinazos inconscientes y rodando por múltiples y agotadores caminos hacia ningún sitio.
Es muy de agradecer que
El Diario Levante publique estas oportunidades tan majas para aprender
compartiendo, comparando, mirando para ver y con ello, nos invite a aportar más datos que puedan
ayudar a descubrir los significados de tantas palabras que, sin duda, serán las
etiquetas nominales de las personas que van naciendo, y que serán ,
por ello, identificadas en su denominación: el nombre de juzgado y/o de
iglesia parroquial...Vamos a ello y que no decaiga la perennelinguarum et cumscientiarumconstructio!
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