Caritas despide a una activista de la PAH tras desfigurar (caritas, no la activista)un proyecto para el que la contrató.
madrid
Los miembros del Cabildo de
Tenerife guardaron el lunes un minuto de silencio a las puertas del
edificio por la última mujer asesinada a manos de su pareja. Justo en
frente de ellos, a muy pocos metros, Inma Évora esperaba que alguno de los representantes públicos se dignara a hablar con ella. Lleva más de 15 días acampada allí, junto a algunos compañeros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), después de que Cáritas la
haya despedido por su activismo mientras estaba de baja y después de
que la organización de la Iglesia se haya “apropiado” del proyecto de la
PAH para hacer frente al drama de los desahucios en Canarias, denuncia.
“El Cabildo y Cáritas nos han utilizado a mí a la PAH descaradamente
para tener algo que no tenían. Se han quedado con nuestro proyecto y
después me han despedido por seguir siendo activista”, critica la
afectada.
Inma es una destacada miembro de la PAH de Tenerife,
una plataforma que lleva años paralizando desahucios en diferentes
localidades de la isla, acompañando y asistiendo jurídicamente a los
afectados y ayudándoles durante las mediaciones con entidades bancarias y
otros propietarios para lograr un alquiler social.
En 2015, tanto Inma como la PAH vieron posible que su
trabajo altruista encontrara cauce y financiación por parte de la
Administración pública. El Cabildo de Tenerife creó el Consejo Insular de la Vivienda,
un órgano colegiado con participación del Gobierno de Canarias, del
Cabildo, ayuntamientos, empresarios, colegios profesionales, sindicatos y
la PAH para paliar el drama de los desahucios en la isla. En su
presentación, el consejero de Cooperación Municipal y Vivienda del
Cabildo de Tenerife, Aurelio Abreu (PSOE), se hizo acompañar de
Inma Évora, portavoz de PAH, para anunciar las líneas de trabajo de este
órgano: rehabilitación de viviendas, creación de una oficina de
intermediación para familias y ayuntamientos en materia de desahucios,
creación de un protocolo antidesahucios para personas vulnerables,
asistencia y orientación jurídica para los afectados y facilitar el
acceso a una vivienda pública a las personas sin hogar. Menos de tres años después, Abreu se niega a hablar con Évora.
Desde que el Consejo Insular de la Vivienda
empieza a funcionar, Évora se encarga de coordinar las mesas de trabajo
de intermediación y protocolo antidesahucios y a poner sobre la mesa el
proyecto de intervención social que la PAH llevaba años aplicando desde
el activismo. “Cuando empezamos a trabajar vimos que había una situación
de precariedad, de desconocimiento y de desinterés enorme por parte de la Administración.
No saben cómo hacer nada de lo planteado ni cómo aplicar las medidas,
así que desde la PAH empezamos a implantar nuestro proyecto”, explica la
activista.
La solución al drama, según Évora, pasa por crear un
parque de vivienda para alquiler social, “pero eso solo se puede hacer
llegando a acuerdos con promotores y grandes tenedores de vivienda
vacía. En concreto, en Canarias es La Caixa, que absorbió Caja Canarias y
la mayoría de sus activos inmobiliarios”, matiza.
La irrupción de Cáritas
Ya en 2016, con las líneas generales esbozadas, el
Cabildo intenta poner en marcha el plan diseñado en el Consejo con ayuda
de la PAH. La Plataforma creó una asociación para tratar de dar “un
servicio público decente” y trabajar de la mano del Gobierno insular,
pero no había personal especializado en la administración ni tampoco
hubo acuerdo en cuanto a la financiación y formas. “Querían darnos
18.000 euros de subvención para desarrollar asistencia jurídica, una
oficina de intermediación y acompañamiento para las familias
desahuciadas… Era totalmente insuficiente”, critica Évora.
El Cabildo quería darle a la PAH 18.000 euros para el mismo proyecto por el que dió 200.000 a Cáritas
Entonces
entró en juego Cáritas. “El consejero Abreu la introdujo en el Consejo
Insular de la Vivienda, en las mesas de trabajo que yo coordinaba, para
poner en marcha un programa de ayudas al alquiler y acceso a la
vivienda”, explica la activista. Un proyecto paralelo al que la PAH y
Évora diseñaban. Tras meses de reuniones conjuntas entre Évora, el
consejero Abreu y su personal y representantes de Cáritas, la
organización benéfica de la Iglesia decide contratar a Évora para
aprovechar su experiencia y el trabajo previo que ya habían hecho.
Évora aceptó el trabajo por su relación con la lucha
por el derecho a la vivienda y también, explica, porque es madre de una
hija. "El activismo te marca mucho y desde que fui portavoz de la PAH ha
habido una campaña grande de desprestigio contra mí en medios de
comunicación y desde la política. Para encontrar trabajo me veo y me las
deseo", confiesa.
Así nació el proyecto Base 25, que se anunció públicamente en julio y que contaba con 200.000 euros de subvención pública.
Una cantidad notablemente superior a que le ofrecieron a la PAH para el
mismo proyecto y que, según Évora, finalmente ha superado los 300.000
euros. “Eso demuestra a quién interesaba realmente conceder fondos para
el mismo proyecto”, lamenta Évora.
Pero una vez que el proyecto echa a andar, Évora empieza a notar “cosas raras”. En primer lugar, Cáritas definió unos perfiles “excluyentes” para los posibles beneficiarios
de estas ayudas. En concreto, explica la activista, exigían a los
solicitantes contar con ingresos para hacer frente al alquiler,
“mientras que desde la PAH insistimos en que quienes no tienen ningún
ingreso son los que más ayuda necesitan”, esgrime. Además, añade,
Cáritas obligaba a los beneficiarios a firmar un contrato de compromiso
de intervención social y no se comprometía a negociar alquileres
sociales para los afectados en caso de desahucios. “Así comenzaron las
discrepancias porque el proyecto se había desvirtuado por completo”,
critica.
Despida tras meses de baja por ansiedad
"La discrepancias comenzaron porque el proyecto se había desvirtuado por completo", afirma
Entre
tanto, la activista estaba de baja laboral por ansiedad debido a
“presiones y problemas personales” relacionados con su actividad en la
PAH, apunta. Aunque siguió implicada en el activismo y desde Cáritas
siguieron pidiéndole información, documentos y contactos. “Poco a poco
me fueron relegando de mis funciones, ya me habían sacado de las
convocatorias de reuniones hasta que me di cuenta de que querían
deshacerse de mí y de la PAH”, relata.
Tras recibir una carta de Cáritas en la que ponían en duda su enfermedad,
Évora decidió poner el caso en manos del sindicato CNT. Finalmente, el
día después de que la PAH paralizara por cuarta vez el desahucio de una
mujer y su hijo de un piso de La Caixa, Évora recibe un SMS de la
Seguridad Social en el que le comunicaban su baja. “No es casualidad,
porque Cáritas abandonó a esa mujer y la única alternativa que le
ofreció le obligaba a dejar a su hijo en manos de los servicios
sociales”, explica.
Un día después, la activista recibía su carta de despido. En ella, Cáritas afirmaba que, pese a estar de baja, Évora ha participado en diferentes actos públicos, aparecido en medios de comunicación para hablar sobre vivienda y renta básica, había difundido convocatorias por redes sociales y había ejercido como intermediaria en para frenar desahucios.
La organización de la Iglesia considera que esa “actividad ordinaria”
que Évora estaba realizando durante su baja era “compatible" con la
actividad laboral para la que fue contratada. Es decir, según Cáritas,
si podía mantener su tareas como portavoz y activista de la PAH, también
podía reincorporarse. Évora había incumplido “la buena fe contractual”,
según la carta de Cáritas. La activista, junto a la CNT, ha solicitado la nulidad del despido y están a la espera de ir a los tribunales.
Desde Cáritas Diosenana de Tenerife no han querido
valorar este caso. Aseguran que se trata de una relación contractual y
que no realizan declaraciones sobre a quién se contrata y a quién se
despide. Sobre la "apropiación" del proyecto de ayuda a al alquiler,
Cáritas tampoco se pronuncia, pero recuerda que es "un proyecto público,
auditado y que está funcionando" y subraya que es "el primer proyecto
que pone a trabajar conjuntamente a Gobierno, Cabildo, Ayuntamientos,
entidades financieras y organizaciones sociales".
El Cabildo se desentiende
Desde el Cabildo de Tenerife, a quien Évora también
responsabiliza de su despido, tan sólo emitieron una nota de prensa
para explicar su postura ante la protesta de la activista. "Esta
Corporación no es parte implicada en la relación laboral entre Inma
Évora y Cáritas Diocesana de Tenerife, por lo que no puede intervenir en
esta materia. Solo espera que el conflicto se resuelva de forma
favorable para ambas partes”, aseguró.
No opina lo mismo Évora y por eso decidió acampar frente al Cabildo de forma indefinida. “No me iré hasta que se reconozca que ese proyecto de Cáritas lo hemos diseñado nosotros, la PAH, y
se le ha dado a ellos a dedo, se ha privatizado. Queremos que se retome
la idea inicial del Consejo Insular de la Vivienda, que vuelva a éste
reunirse y que se dé un servicio público por el derecho a la vivienda
coordinado con el Gobierno de Canarias que llegue a todo el mundo sin
excluir a nadie”, concluye.
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En el mundo viejo todo lo nuevo que se aprisiona para vampirizarlo se vuelve inútil , enferma y se deteriora rápidamente hasta quedar reducido a pegatina innovadora que se coloca encima de la cochambre de siempre para dar el pego y lavar la cara a lo más feo y desenfocado. Es un depósito de muerte lenta, un gotero exterminador por protoclo, como la quimio. Al sistema fósil lo desestabiliza la limpieza, la transparencia, la nueva energía para entender el mundo desde nuevos y más sabios parámetros, que aporta lo nuevo.
Lo viejo es la experiencia en rutinas en otro tiempo útiles, que se ha convertido en praxis utilitaria, siglo tras siglo, disfrazado de una supuesta y aparente 'estabilidad' pero que tiene miedo a su propio final que sabe inevitable; y lo nuevo no tiene experiencia, es cierto, pero tiene la llave de la vida, del presente y del futuro, de la energía y las neo-habilidades cognitivas que el pasado no domina ni conoce, pero que ansía poseer; una aporía total porque en cuanto posee lo que tanto desea, lo desactiva con su propio aliento obsolescente. Lo chafa. Lo paraliza y lo degrada. Padece el síndrome de Midas, el cretense que al convertir en oro todo lo vivo que tocaba, lo reducía a metal, lo aniquilaba como ser vivo y era incapaz de tener una relación gratificante y natural con el mundo circundante.
Lo más inteligente es que lo mejor de lo viejo y lo mejor de lo nuevo concilien y armonicen sus percepciones y tareas, sus objetivos. Y que sobre estos prevalezca el bien común y no los proyectos unilaterales en los que un lado vence y el otro pierde, porque en ese plan quien pierde siempre es la comunidad humana, a cuyo servicio deben estar lo viejo y lo nuevo. Es el caso de Caritas y la PAH en Canarias.
Queda también evidente que Évora no cayó en la cuenta de que si se está de baja por enfermedad no se puede ni se debe estar en activo en otras tareas púbicas. Es una estafa moral para quienes están pagando su baja solidaria social con sus impuestos. O sea, para la ciudadanía y el bien común. Con ese tipo de actuación, Évora demuestra estar contagiada por el sistema de lo viejo, por lo opaco y lo ruín. Es un modo "blando" de corrupción y ese tipo de trampa está en el mismo plano de lo obsoleto a más amplias responsabilidades si además se es portavoz de otros. Un fallo que, para más inri, el sistema terminal ha aprovechado como arma para librarse de un estorbo como suele ser cualquier persona reivindicativa cuya conducta más que sus palabras e improperios pone seriamente de manifiesto las perversiones injustísimas del sistema abusador. Una contaminación total de motivaciones y formas de conducta, que por desgracia acaban colocando en el mismo plano a quienes están en lo viejo y en lo nuevo. La respuesta la tenemos en el resultado equívoco y desolador que le llega a la ciudadanía en casos como este: todos son iguales. Y aunque la PAH sea un verdadero don de la ética y la decencia, de lo que doy fe sin duda alguna, es la perdedora en este caso, no por lo que es sino por lo que la ha representado sin pensar en su responsabilidad por encima de sus intereses personales, de tal modo que de cara a la "legalidad vigente" ha quedado descalificada y cuanto más reivindique su caso, es muy posible que pierda aún más credibilidad y empatía social.
¿Qué está faltando en ese proceso conflictivo entre el poder y la indefensión, más que evidente? Está faltando que Caritas ejerza de Caritas y deje de ser una oficina de recursos limosneros y colocaciones pías y recomendadas "por y para los buenos" y mire un poco más empáticamente a quien está sufriendo a su lado aunque sea por su propia torpeza o falta de recursos morales y de formación ética.
Dice Jesús, el genuino prototipo de la Caritas fetén, que "no necesitan médico los que están sanos, sino los enfermos" Y Évora está enferma, de cuerpo y de alma. Si no fuese así no se habría comportado como lo ha hecho. Sí, hasta los jetas son enfermos sociales y espiriruales. Y Caritas debería saberlo de primera mano. Lo que pasa es que esa Caritas no es lo que parece por el nombre, sino un sistema de apaños nacido de una religión amañada por el poder y las limitaciones del stablishment que Jesús vino a denunciar y a enseñarnos a desmantelar sobre todo desde nuestra conciencia. Desde nuestro interior y no solo desde la leyes acomodaticias y siempre al lado del poder que impone su "orden" y sistema que beneficia a sus intereses y comodidad "moral".
Es decir que Cáritas en vez de denunciar a Évora por engaño y aprovechar el lance para desdibujar las incómodas reinvindicaciones de la PAH en una denuncia con motivos de índole personal, debería haber hablado previamente con ella, no para fustigarla sino para entenderla y ayudarla a reflexionar en común con ellos. Preguntarle qué la ha empujado a abusar de su estado de enferma a sueldo del sector público y cómo entenderse en lo más importante: que se respeten las condiciones de ayuda a los que no tienen donde caerse muertos, que es de lo que se trata con bastante más urgencia que de facilitar ayudas a los un poco mejor situados en el ranking de la miseria provocada por las desigualdades crónicas y agudas del sistema, a los que no se pueden pagar ni un alquiler social. En la PAH -que conozco muy bien, por cierto- ellos deben ser los primeros, como en la mesa familiar de los cristianos que supuestamente son hermanos universales de los que sufren, tanto por errores ajenos como por errores personales.
A Caritas de Canarias parece quie le está faltando la caritas esencial. Y por eso ya no se distingue de una oficina municipal cualquiera. Esa Caritas precaria en conciencia no debería ser un esbirro de los poderes injustos y sin sentimientos humanitarios (que es lo que distingue a un cristiano verdadero de un bautizado por costumbre familiar y estatal)
El conflicto se produce cuando falta energía lumínica y amorosa, sabia, entre los miembros del marrón. Y entonces saltan los límites de la caritas verdadera, dejando en evidencia que no es oro todo lo que reluce, ni limpio todo lo recién duchado con los mejores geles cosméticos y decorado con los maquillajes más glamurosos y molones.
O Caritas de Canarias se lava el alma, la mente y el corazón, o tendría que cambiarse el nombre y pasar a llamarse Oficina Política de Recursos más o menos Humanos, sin más pretensiones ni milongas beatonas al pormayor.
Si la levadura ya no sube la masa del pan y la sal ha perdido el sabor, adiós al menú, queridos caritativos de la marca hispánica...Y que me disculpe el sacro imperio este hereje atrevimiento como recordatorio de lo esencial. En fin.
En el musical Godspell hay una canción preciosa que puede hacer mucho bien escuchar en este tiempo sin pies ni cabeza. Se llama "La luz del mundo" y más o menos dice así:
En el musical Godspell hay una canción preciosa que puede hacer mucho bien escuchar en este tiempo sin pies ni cabeza. Se llama "La luz del mundo" y más o menos dice así:
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