sábado, 5 de marzo de 2016

La ética política del bien común


Ante la situación de estancamiento que vive el Estado a causa de la incapacidad para los acuerdos entre los diversos portavoces hay que replantear algunas ideas básicas. 

La primera es la idea del bien común que tiene cada partido. Y si esa idea es compartible por la mayoría de los españoles. No se trata de comer el tarro para que se acepte un ideario único y en bloque que dé el poder a determinadas tendencias sobre las demás. Sino de analizar juntos cómo hacer que las diversas tendencias plurales, políticas, económicas y sociales aprendan a adaptarse a trabajar en armonía para servir a la finalidad del bien común ciudadano, estatal y territorial, público y privado. Y todo ello respetando escrupulosamente los derechos, libertades y dignidad de toda la ciudadanía, sin excluir, sin arrinconar, sin olvidar a las personas en pro de los trámites. Todo ello colocando en primer lugar, no la Ley, el Estado, la Economía, la Política, la Justicia o la Ideología, sino al ser humano. Sólo así es posible que la Ética pueda hacer su labor evolutiva en las conciencias. Ahí, en la confusión de primacías,  radica el fallo que hasta ahora la mayoría de partidos comparte: olvidar que el propio Estado, la democracia, las leyes y la Constitución, la cultura, la educación, la sanidad, los sindicatos, las tradiciones, los negocios y las religiones, deben ser medios para desarrollarnos y avanzar en el despertar y en el compromiso con la vida y con la humanidad que compartimos y que esos medios que la sociedad humana ha ido creando y poniendo en marcha  a lo largo de la historia, no son fines perfectos e intocables, encapsulados en su abstracción genérica y por lo tanto, deben estar al servicio de los seres humanos, no para explotarlos y pervivir por encima de las personas a costa de esa explotación, de sus carencias y de su pobreza. Y que cuando una sociedad valora más las instituciones que a las personas a las que debe servir, y es capaz de sacrificarlas para que el brillo de la institución no se nuble, está gravemente enferma, carente de valor y de autoestima, de empuje solidario, de compasión, de empatía y de honestidad. Cuando un montaje estatal, una herramienta al fin y al cabo por muy sagrada que sea, se impone al bien común, provocando dolor innecesario, daños irreparables a los individuos  y a las familias, parálisis social, injusticias "normalizadas" por la 'legalidad', cuando no se escucha a la ciudadanía y se le impone lo que es contrario a sus derechos, deberes, libertades y dignidad, la salud de lo humano está en riesgo de descomponerse dentro la misma sociedad que desarrolla una entropía destructiva hasta deteriorarse y arruinarse, tomando el rábano por las hojas y perdiendo no sólo el norte sino todos los puntos cardinales. La orientación y el sentido de su existencia. En esa situación los Estados están  en peligro de convertirse en cárcel, en mercadillo del todo vale más que las personas, en  manicomio penitenciario. O en la cueva de Alí Babá, que es el retablo completo de tales "maravillas". La síntesis. 

La situación que padecemos en estos días es consecuencia de la incapacidad para entenderse entre los portavoces que dicen y creen representarnos, pero que  en realidad solo representan unas siglas y los intereses de esas siglas, mucho más que los de la ciudadanía. Es decir, que el problema no consiste en que haya una situación institucional irresoluble, sino en la no voluntad de entenderse de los que se arrogan nuestra representación hasta convertirla en comedia, en cinismo pomposo y retórico. 

¿Qué es más importante para los aparatos del Psoe y de Podemos, sus cabezonadas demagógicas sobre una Constitución que hay que cambiar, el referendum que hay que negociar o no, o los catalanes, sus derechos, libertades y dignidad y la paz y el bienestar del resto de españoles que desean el desbloqueo de este absurdo y que se empiece a gobernar de una vez? Está claro que el bien común pasa por sentarse a dialogar sobre Catalunya con los catalanes, por mucho que se aborrezca o se aplauda la idea del referendum. Hay que sentarse y hablar YA y sobre todo a escuchar, que es la virtud más olvidada por estos políticos de mucha escenografía  y poco tajo.
Sánchez tiene dos caminos: o ser valiente ante sus barones, romper tabúes y disciplina de partido y dialogar sobre el tema catalán o dimitir y dejarse de comedias y promesas que no puede cumplir porque no es capaz de abrir la puerta a ese diálogo que tanto predica y que cada vez está más lejos precisamente por su cerrazón. Y no se va a arreglar el tema porque Sánchez se acurruque en el grupo de Rivera a ver si pilla más afinidades. Si Iglesias se cierra en banda Sánchez ganará la baza si es el primero en romper su línea roja, ceder en la cabezonada inexplicable y abrir la convocatoria de diálogo. Catalunya seguirá ahí por más que ellos la pretendan ignorar. Pero lo mismo vale para Podemos, que ha hecho otro tabú-trampa del mismo argumento para paralizar la coalición de izquierdas que le impide ser el rey del mambo hegemónico. convertido en uno más y así, entre bromas y salidas por la tangente, se escapa de centrar el tema y mantiene la misma actitud que el Psoe, en un ridículo pulso que ya ni es cosa de catalanes ni de españoles, sino cosa de un juego político particular, bobo y ruín, para provocar otras elecciones en las que sea el grupo más votado o el segundo de abordo de otro biparty más moderno y glamuroso, un mejunje más, pringoso y zafio, del que estamos más que  hartos.
  
Este juego desesperante y estúpido solo deja en evidencia que ninguno de los dos oponentes expertos en palos en las ruedas de la gobernabilidad, están a la altura de la situación, que nos toman el pelo con una falta absoluta adultez política y de respeto en sus tiras y aflojas y que ninguno de los dos parece estar en condiciones de asumir una responsabilidad, que, obviamente, les sobrepasa con creces; no comprenden que no se valorará, con más votos en unas elecciones previsibles como al más fuerte y acertado, al más cabezón y testarudo de los dos, sino como al más torpe e inepto. Si alguno de los dos estrategas del ridículo cree que está haciendo méritos para las futuras urnas, va listo. Nos están dejando clarísimo que si no son capaces de arreglar lo que depende de ellos en lo doméstico, no lo van a ser ni mucho menos para defender al Estado del lobo neoliberal, o sea, de  la Troika, del BCE, de la CE, del TTIP o del FMI, como sí están haciendo, por ejemplo, Matteo Renzi o la alianza de izquierdas portuguesa. Unos negados es lo que son estos juglares desafinados de la innovación de lo mismo. Uno por chulería y arrogancia, el otro por miedo tanto a los primos de zumosol de la vieja guardia felipista como a la ñoñería susanera. 
A Pedro Sánchez da gusto oirle pronunciar "bien común" cada dos frases, pero poco dura la alegría en la casa del pobre cuando enseguida atiza con el rodillo de cocina tras la puerta de la esperanza:"pero, quede muy claro que nunca hablaremos con quienes quieren romper España". Pedrito, cariñet, ¿aún no te has coscado que sois tú, tu partido, C's y  el pp quienes más méritos estáis acumulando para que España se rompa, precisamente, por la manía de intoxicarla con tanto pegamento contra natura

En cuanto al versátil e ilustrado botarate Iglesias poco más hay que añadir, él lleva lo suyo por delante y lo demás solo le divierte, un poco en plan salonerío encoletado  del XVIII jaleando el lema del despotismo ilustrado: l'etait c'est moi, en plan dos por uno, las dos adquisiciones a cambio de un mismo voto. Menuda ganga, coleguis! Él es así. Con un beso de quien sea ya se le alegra el día, que no hace ascos ni pone remilgos a las flechas de Cupido ni al acento catalán, como Karina en sus buenos tiempos. Ya lo sabes, Pableras, "esas flechas van contigo donde quiera que tú vas y están entre tu pelo y en tu forma de mirarResultado de imagen de notas musicales... Aquí está, viene ya tan feliz, con las flechas de amor para ti, quizás también para mi"...chi lo sa, cosas más raras se han visto por esos mundos de Dios...Es como un Clark Kent entre Nancies sonrientes, con un colocón de criptonita dicharachera, o como un facsímil del Zorro escapado de un comic saltando por los escaños al encuentro del más besucón que le salga al paso, un corazón festivalero, celestino y disponible y un alma transversal donde las haya. Experto en milongas y principios milongables como nadie, sin duda alguna, es el rey de  la verbena. Lástima que en vez de en una verbena haya caído en un Parlamento tan prosaico,  aburrido, racionalista y poco comprensivo con el tiempo disponible y los turnos de palabra sin reparar en la seducción que tienen delante.  A Nerón dicen que le pasaba algo parecido cuando se empeñaba en dar recitales en el Coliseo, y parece que quemó Roma porque la plebe miraba para otro lado al oirle cantar y recitar sus poemas. Habrá que ir a las sesiones de debate provistos de extintor, por lo que pueda pasar con tanto ardor verbal y retrechero. Ay, ese Parlamento, tan puñetero y problemático que se ensaña con su talento y  no deja tiempo suficiente a su creatividad desatada. Y, para más inri, con un vasco al frente. Nada menos que el vasco que supo dialogar y pactar con el enemigo en escaños -el pp- para poder acabar con la ETA entre los dos. Casi ná. Anda que si Patxi y Basagoiti se hubiesen puesto con Euzkadi como tú y Pedrito con lo de Catalunya, a estas horas sería ETA el ama de llaves del Estado español y la reina plenipotenciaria del País Vasco, la gestora siglo XXI de esa guillotina que tanto te mola, Pablete.
A ver si se os pega algo, bonicos, del bueno de Patxi. Lástima que Basagoiti se haya dado de baja en el pp y no esté operativo como candidato presentable para suceder al ectoplasma del banco azul. Seguro que pactaba ya mismo para conseguir el bien común de verdad y no de mantra cansino, sin hacer tantos ascos ni ronronear en plan tiquismiquis. Naturalmente era demasiado decente y se deprimía con el plasma mariánico. Salió cortando en cuanto vio el panorama que se avecinaba. Y no ha vuelto.
Hasta la derecha puede sorprendernos felizmente cuando hay inteligencia que la sabe motivar. Y hasta la izquierda puede echar por la borda el futuro cuando no hay gente sensata entre sus filas que tenga las neuronas al ritmo del corazón y viceversa. Y no miro a nadie, mis queridos y exquisitos inútiles, eso, sí, very, very happy new way.Härl!!! 

P.D. En cuanto a las múltiples y persistentes alusiones de Iglesias al deseo de perpetrar "un pacto a la valenciana" con su actitud y la de Sánchez, solo cabe comprobar el abismo que hay entre la sensatez inteligente y la capacidad negociadora de Ximo Puig, Mónica Oltra y Antonio Montiel y la comparsa carnavalera del espectáculo que estamos padeciendo más la miopía del propio iglesias comparando lo uno con lo otro. Ya nos gustaría que el nivel de conciencia, de humildad inteligente y lucidez fuese el mismo en ambos casos. A nuestros  nuevos aspirantes a gobernar, aún les faltan unos cuantos hervores. Entre ellos y el pacto del Botànic no hay color, por desgracia para todas y todos. Ojalá fuese posible, pero ni la soberbia ni la torpeza ni los recitales de narcisismo ni el cabreo ni las puyas adolescentes, dan para más de lo que hay. Necesitamos candidatos adultos y no un estrambótico trío  de viejóvenes desnortados y  retrasados en desarrollo psicoemocional,  peleando como niños, por llevarse todas las canicas en el mismo lote, sin comprender el daño que están haciendo a su país con tanto rifirrafe incomprensible y disparatado. Alucinante. Y patético. Iglesias estaría mucho mejor trabajando en El club de la Comedia, Sánchez como pulcro y obediente funcionario de cualquier cosa donde no haya que decidir nada trascendente y Rivera de botones  en el Ibex35. Rajoy no está aunque el pp se empeñe en aparentarlo colocando en el banco del Congreso un ninot robotizado a su imagen y semejanza, al que Soraya da cuerda, por lo bajini,  cuando le va a  tocar el turno de palabra.
Esto parece una comedia satírica de Molière, donde el disparate y la insensatez son el hilo tragicómico con que la ironía denuncia la miseria y el bajísimo nivel de la mediocridad, del hombre-masa, que Ortega y Gasset describe como el que se imagina a sí mismo cual  ejemplar estupendo de la raza humana, mientras los egos de todos hacen igual que el suyo. Por eso son masa. Cada churro que sale se cree único y divino de la muerte, pero en la sartén y en la bandeja no se distinguen. Todos son el mismo churro multiplicado por la pericia del churrero, que es el sistema que los moldea. Pero con el agravante de que  sin conciencia y desde su churrez aceptada, los hombres-masa no comprenden que ellos mismos, al comportarse como masa "original",  hacen posible al churrero que los maneja, los fríe, los vende y se los come. O sea, el sistema que sin su cooperación no existiría. Y cuando sale un nuevo avatar presuntamente liberador lo único que alcanza a hacer es apretar las tuercas para que la masa le reconozca como churrero absoluto y hegemónico, sin advertir que él también es masa, aunque con ínfulas de churro especial. En fin...


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