I
Dr. Manuel Mateu, pionero y maestro de la homeopatía
In memoriam
Días tristes para la homeopatía. El pasado domingo falleció uno de sus grandes valedores, médico apasionado de esta disciplina, el que aunaba de forma tan personal lo clásico con lo nuevo, el pasado y el futuro, la tradición y la aventura. Un explorador del saber, pionero y maestro: el Dr. Manuel Mateu Ratera.
Una gran persona, además.
El presidente
En todos los sectores y ámbitos de la vida siempre hay alguien que va delante, que mira a lo lejos, que ve el futuro aun teniendo en cuenta los lastres y condicionantes del presente, alguien que inspira y lidera. En la AMHB (Academia Médico Homeopática de Barcelona) y la homeopatía española, ese alguien fue Manel.
Yo ya lo admiraba como profesor mío que fue. A los pocos años de acabar mi graduación en homeopatía me llamó para formar parte de la nueva Junta de la AMHB que él presidiría. Me resistí. No me gustaba, ni me gusta, todo ese rollo de cargos, burocracia y sociedades. No iba conmigo. Él insistió. Por aquí, por allá y por el otro lado. Y me embaucó, claro. Al final, más de 15 años estuve con un cargo u otro en las juntas de la AMHB con él de presidente o con su continuadora natural, la Dra. Maite Bravo.
Como presidente hizo muchas cosas. No viene a cuento ahora detallar dinámicas y actividades que pertenecen más bien a la vida interna de la asociación que movilizó y revalorizó. Pero la más importante, en mi opinión, fue abrir las puertas de la AMHB. Las puertas y las ventanas. Con tiento, pero con determinación, empezó a enviar señales de que todo el mundo pensase como pensase y practicase la homeopatía que practicase tenía un sitio en la AMHB.
Estaba al tanto de todo lo que se movía internacionalmente en homeopatía y contactaba con todos. Fueron unos años en que la AMHB fue, especialmente, un faro para la homeopatía española (y europea, si me apuran). Por allí pasaron los Dres. Rajan Sankaran, Jan Scholten, Jonathan Shore (estos tres varias veces y con quienes tuvo fluido contacto personal), Deborah Collins, Carlos N. Cámpora, Marcelo Candegabe, J. Lamothe, Mahesh Gandhi, Louis Klein, Nandita Sha, A. Timmerman, Dinesh Chauhan, Jayesh Shah… y tantos otros que ahora no recuerdo.
Con él florecieron los cursos de homeopatía de distinta índole y el Máster universitario alcanzó su apogeo. Esa era otra de sus facetas, facilitador. Facilitaba que las cosas sucediesen. Como si fuese algo natural.
De puertas adentro, además de la AMHB, luchó denodadamente por la unidad de la homeopatía en España, impulsando la ANH (Asamblea Nacional de Homeopatía) como asociación paraguas que agrupase a todos los sanitarios homeópatas salvaguardando la independencia y línea doctrinaria de cada asociación en una época en que ya empezaba a visibilizarse la importancia política y social de esta unión.
Y, sí, como suele suceder con los adelantados a su tiempo, por ese talante aperturista e innovador, tuvo algunas críticas y enfrentamientos con algunos talibanes ensimismados (pobres, ellos también hacen su papel) a los que aquí, ahora, no vamos a dedicar más de media línea.
Críticas que, por qué no decirlo, hacían mella en su sensibilidad. Porque debajo de aquella aparente socarronería había una sensibilidad exquisita, a flor de piel, que le hacía sufrir de manera incluso exagerada.
Sin su presencia la homeopatía queda, quedamos, algo más huérfana. En todo caso, la impronta y el talante que dejó como presidente en la AMHB quiero creer que dejará huella para las generaciones venideras y se unirá a los grandes nombres que históricamente ha tenido la Academia.
El profesor
Ya he dicho que lo admiraba como profesor. Lo repito. Sus clases eran amenas y divertidas, sin perder un ápice de profundidad. Sabía cómo ser pedagógico. Te reías con él y contaba las historias homeopáticas como nadie.
Pero también era humilde. Y cuando yo pasé a ser director docente en el Máster de la Universidad de Barcelona y ya me había formado mucho en comunicación, él lejos de ser un engreído, y podía serlo más que muchos, me preguntaba por tal o cual aspecto para mejorar sus clases.
Los alumnos siempre estuvieron encantados con él. Aquí sí dejó impronta, lo puedo asegurar. Y somos legión los que nos seguimos considerando alumnos suyos.
¡Qué tiempos aquellos de compartir los varios seminarios de “Minerales y Homeopatía”, con Jordi, Montse, Roxana, Josep Mª…! Unas presentaciones impecables, unos videos trabajados al detalle, a los que, como mucho, aspirabas emular, incluso de casos clínicos (aquí también fue pionero). Manel siempre estaba allí, muy compañero, entusiasta, dirigiendo y coordinando.
Sí, la docencia era algo que se le daba extraordinariamente bien, se le veía disfrutar con ella.
El autor-traductor
Su capacidad de embarcar a la gente en proyectos era proverbial. Ya expliqué lo de la Junta (y sé que yo no fui el único caso). Pero, sobre todo, con lo que más sufrí y disfruté fue con sus proyectos de traducciones.
No sé como hacía para que la gente le siguiera. Vale que había un grupo de compañeros que estábamos entusiasmados con el Dr. Scholten (y de ahí los seminarios de Minerales) pero él se empeñó en que había que traducir su “Homeopathy and the Elements”. Eran más de 800 páginas, por dios, y difíciles de traducir. Pero nada, urdió los mimbres, se rodeó de un equipo de compañeros imponente y lo hicimos, de forma gratuita, por supuesto, dirigidos por él.
En esta actividad fue donde , quizá, estuvimos especialmente unidos. Era un tocapelotas integral para traducir (no solo para eso ☺), un “conscientious about trifles” multiplicado por mil (un síntoma homeopático que indica que alguien es muy meticuloso, perfeccionista, detallista, incluso por minucias). Pero como yo no me quedaba atrás en ese aspecto (solo en traducir), ahí nos tenías a los dos, al final de la traducción, repasando todo el libro,intercambiando mil y un correos a altas horas de la madrugada, cambiando tal o cual palabra, proponiendo tal o cual alternativa, matizando tal o cual expresión, o tal o cual errata…Fue uno más de sus trabajos hercúleos. ¡Cuánto aprendizaje y que extenuante y divertido, a la vez, fue aquello!
Poco después vinieron los “Secret Lanthanides” del mismo autor. No, Manel, mira, no me va bien, yo no puedo, de verdad, ahora no, aduje con aparente firmeza pero sin demasiada convicción interior sabiendo que él le daría la vuelta a lo que fuese para llevarme, al final, su terreno. Y, efectivamente, así fue cómo nos embarcó, de nuevo, con un gran equipo de compañeros, en esa traducción tan bonita y especial.
Y, por último, y no menos importante, su libro, en su nueva edición, renovado y ampliado. Sí, señores, “Primeros auxilios con homeopatía” (con traducción al inglés) del Dr. Manuel Mateu es uno de los mejores libros, a nivel nacional e internacional, en su campo. Me pidió un capítulo porque me dijo que lo de la palabra y la comunicación era muy importante (creo que con mucha generosidad por su parte) y después ayudé lo que pude, en su formato final.
Estaba muy satisfecho con él. Lo cambió, como siempre, mil veces.
Estudiantes, médicos, veterinarios, farmacéuticos, público y amigos de la homeopatía: tengan en sus casas el libro de Manel de Primeros Auxilios. Seguro que me lo agradecen.
Ahora mismo yo lo tengo aquí, conmigo, lo toco una vez más, y me da mucha tristeza pero, a la vez, alivio, porque sé que ahí, en este libro y en sus traducciones de otros libros y sus múltiples artículos, perdurará su espíritu, su lucidez y su sonrisa de la contraportada.
La persona
No puedo decir que haya conocido a Manel de forma íntima. Sería una presunción por mi parte. Pero sí lo suficiente para atestiguar su enorme generosidad, su humanidad y su empatía con los compañeros, pacientes y alumnos. Tampoco era un santo, no, es más, no le hubiese gustado nada que alguien diese de él un atisbo de imagen de santidad, rápidamente hubiese hecho una broma sarcástica al respecto. Pero sí era sensible y dedicado, siempre estudiando e investigando algo nuevo, y siempre dispuesto a ayudar.
Le encantaba la montaña. Y creo que eso le sirvió en su día a día porque era incansable y nunca se rendía a pesar de que intermitentemente ya presentaba algún problema de salud.
Justo estos días estaba pensando en contactarle para charlar. Algunas cosas han pasado en la homeopatía y en la AMHB y quería pedirle consejo. Eso que te dices y eso que no haces y el tiempo pasa y un buen día, como este triste domingo, te dan la devastadora noticia y, entonces, te arrepientes de no haber sido más diligente porque te das cuenta que ya no vas a poder escuchar más una de sus bromas malévolas, una de sus risas francas o una de sus frases que te haga reflexionar.
Manel, creo que me hago eco de tantos y tantos colegas y pacientes si digo que ha sido un honor haber compartido contigo retazos de tu tiempo y aprender de tu sabiduría, tu enseñanza y tu liderazgo.
Y en lo que a mi respecta, en este camino de azares que es la vida (estuvimos viviendo en el mismo barrio, muy cerquita, cuando aún no nos conocíamos) voy a llevar siempre conmigo un poquito de tu corazón y de tu cabeza.
Lo tengo bien fácil.
Tu recuerdo en el corazón y tus libros, videos, artículos y traducciones en la cabeza.
No querría diluir nada aunque, pensándolo bien, sé que diluido y dinamizado, para extraer su esencia, como tú dirías, te gustará más.
Una 30 CH creo que estará bien para empezar ¿te parece?
Os animamos a dejar vuestro recuerdo al doctor Mateu en comentarios
Yo no tuve la suerte de compartir tantos años de su enseñanza, su conocimiento y su humor, pero lo poco que compartimos me causó un gran respeto y admiración como persona ( por su humildad), como médico homeópata (pos su profundo conocimiento), como profesor, (por su capacidad de comunicación ) y también como compañero amante de la homeopatía, cuando me ayudó con mi libro, me alentó, me estimuló y me hizo el honor de escribir el prefacio. Siempre, aunque pocas veces nos encontramos durante el tiempo que lo conocí, me sentí respetada y valorada por él. Me escuchaba mis proyectos y me alentaba con mis webinar, mis vídeos, mis investigaciones. Siempre será un gran maestro homeópata, no sólo para mí sino para muchos de los homeópatas de este país. Gracias por permitirme el honor de conocerte y de que quisieras compartir conmigo tu sabiduría y tus consejos. Hasta siempre, Manel .
Muchas gracias, Mari Carmen, por tu testimonio!
¿podrías mencionar aquí el título de tu libro, por favor? también es otro pequeño homenaje para él
un cálido abrazo
Gracias, Manel, por lo que nos diste, por lo que nos dejas, para siempre.
Un fuerte abrazo Nieves!
Me siento impactada por la muerte de Manel. No llegué a tener una relación muy estrecha, pero en el mes de mayo me contacto a través de Patrick (radar), recordó que yo trabajada por Galicia y quería derivarme un paciente.
Recuerdo sus charlas cinematográficas, llegaba la informacion a través de un gran formato. Pensé tantas veces, que curro se ha dado. Transmitía el disfrute de lo que hacía. Ha dejado legado para la homeopatia y le le ha dado un gran lugar a esta terapia. Ha sido un compañero que en su aspecto sencillo no pasaba desapercibido, tenía carisma. Siento tristeza por su pérdida. Siento agradecimiento de haber compartido espacio y tiempo con el.
Manel desde ese lugar donde estas, veras que estarás en nuestros corazones.
Muy bonito y tierno, Mª Jesús!
Efectivamente, qué curro se daba en sus presentaciones y con qué entusiasmo transmitía
Un fuerte abrazo!
Tuve la gran suerte de ser alumna de Manel. Y la fortuna de seguir en contacto a través de distintos congresos y chats de wa
En Argeles siempre bromeaba con ” las de Madrid”, “siempre vais juntas y os lo pasais bien”.
Fui su paciente un tiempo y fue una maravilla.
Tenía una mente privilegiada,
abierta y brillante. Visión de futuro y mucha generosidad, siempre dispuesto a echar una mano cuando dudábamos con algún medicamento que pudiera ayudar a un o una paciente más complejo.
Era muy humilde, era un sabio y nunca alardeó de sus conocimientos y experiencia clínica.
Muy agudo cuando hacía alguna broma y a la vez muy respetuoso
Me da pena no haber hablado con el personalmente cuando recientemente,por wa, le pedimos ayuda desde el comite organizador del Congreso. Un llamada de teléfono es más personal pero nos hemos metido en una vorágine organizativa por redes que hace que no nos veamos ni nos hablemos. Echaré de menos volver a escuchar su voz.
Te echaremos de menos Manel , pero te tendremos siempre en nuestros corazones y en nuestros cerebros y en nuestras ilusiones.
Que la tierra te sea leve compañero!!!
Que así sea, Mar!
Y cuánta razón tienes en eso de esa “vorágine” que, muchas veces nos hace olvidar lo verdaderamente importante.
Un fuerte abrazo!
Es una gran pérdida por su gran valor humano, estaba siempre dispuesto a ayudar a todo aquel que le pidiera consejo, y por su gran valía como médico.
Esperemos que su semilla fructifique y se multiplique animándonos a todos aquellos que le conocimos a seguir su estela y saber defender una medicina integral donde la salvaguarda de la salud de los pacientes esté por encima de todo.
Su libro ” Primeros auxilios en Homeopatía” me parece un tratado de Homeopatía magnífico al que he acudido en muchas ocasiones para buscar soluciones a diversos problemas con muy buenos resultados
Perdemos un gran referente pero tus huellas quedan y nosotros las seguiremos
GRACIES per tot, Manel !!!
Pues ojalá que sigamos sus huellas Eduardo! A nivel docente y de defensa de la homeopatía y la salud de los pacientes seguro que es un acicate para todos. A nivel humano, con los valores que representaba, seguro que también nos es de ayuda.
Sin embargo, a nivel colectivo, político, como comunidad de sanitarios homeópatas unidos, tengo muchas dudas
Ojalá me equivoque
Un fuerte abrazo
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Muchas gracias, Gonzalo, por este precioso y completísimo regalo. No hay palabras para agradecer el valor y la conciencia de seres humanos como los que dedicáis vuestras vidas a construir humanidad en el más amplio y profundo sentido del concepto. Por descontado, que el paso por este mundo del Doctor Mateu, ha dejado una siembra tan rica y fértil como abundante. La energía que emiten esos seres abiertos e imparables es “contagiosa” de lo mejor: el despertar, el abrir lo cerrado, iluminando oscuridades y compartiendo lo mejor, tanto como médicos, como investigadores, como cuidadores, como pedagogos vitales, como seres humanos…Qué suerte encontraros en este mundo. Sois el premio inmenso para quienes buscan y construyen desde la recuperación de la propia esencia compartida, un mundo mejor.
Gracias infinitas y un fuerte abrazo para ti, Gonzalo, y para toda la comunidad de la homeoterapia que nos regala la sabia generosidad de la homeopatía…Bendit@s tod@s!