Aznar, todopoderoso e irresponsable
Aznar se lavó las manos. Le hacían los coros Casado y su equipo, que también se lavan las manos
Demasiado tiroteo por los cerros de Úbeda. Y Aznar encantado. Podía exhibir esa fanfarronería con cara mefistofélica que él cree señorío. Pero no era un debate, no era un juicio de un tribunal. Se trataba de saber si asumía su responsabilidad política por lo ocurrido. No la asumió. Fue más allá. Negó hechos probados y juzgados en una sentencia demoledora que le había costado el puesto a Rajoy. "No hubo caja b", afirmó tajante Aznar, poniéndose a los tribunales por montera. Él, que no sabía ni una palabra de cómo se llevaban las cuentas, sabía sin embargo, perfectamente que no hubo caja b.
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