ENTREVISTA | Ian Gibson y Quique Palomo
"Con Franco la derecha de este país no tiene rubor ni vergüenza: son incapaces de aceptar lo que pasó aquí"
El hispanista une fuerzas con el dibujante Quique Palomo en Vida y muerte de Federico García Lorca, un cómic sobre la biografía del poeta
"Lorca es el desaparecido más famoso y más llorado de este país"
"Lorca es el desaparecido más famoso y más llorado de este país"
Dos camionetas avanzan entre las
viñetas de una página tintada de un celeste apagado. Paulatinamente, el
color desaparece del dibujo para que el blanco y el negro nos muestren
cómo los vehículos se alejan hasta detenerse al lado de un olivo. La
escena se vuelve lúgubre en cada trazo. De repente, la onomatopeya de
unos disparos llenan el margen derecho inferior de la cuartilla. Luego,
silencio.
Ni todas las letras del mundo pueden transmitir lo que pasó el día que
fusilaron a Federico García Lorca. Pero el dibujo puede acercarse a
remover en el lector insospechados sentimientos. El poeta y dramaturgo
más famoso del mundo murió a balazos en Alfacar y sus restos siguen sin
aparecer. Tenía 38 años. Han pasado 82 desde entonces.
Ahora, el hispanista Ian Gibson ha unido fuerzas con el
dibujante Quique Palomo para acercarlo mediante la ilustración y el
rigor que caracteriza su obra. El primero ha dedicado gran parte de su
vida a estudiar la vida de Lorca: a la magna biografía Federico García Lorca (1985- 1987), cabría sumar títulos como El asesinato de García Lorca, Poeta en Granada o Lorca y el mundo gay. Pero nunca se había planteado convertirlo en una novela gráfica. En eso le ha ayudado el segundo, que ha sido su mano derecha en Vida y muerte de Federico García Lorca,
publicado por Ediciones B. Un cómic lleno de fuerza lírica y solidez
documental que repasa la historia del poeta gay y republicano.
El cómic repasa cada una de las
etapas vitales de Lorca, de su infancia en Fuente Vaqueros hasta su
muerte. ¿Cómo fue el proceso de diálogo entre la documentación y la
ilustración?
Ian Gibson (IG en adelante):
La vida de Lorca es muy corta pero densísima en acontecimientos. Es
extraordinaria por los muchos dones que tenía y que le hacían
relacionarse con el mundo de la política, de la música, de la pintura...
Es un genio multidisciplinar y tuvimos que ir seleccionando. Llevó su
tiempo estructurar todo aquello, pero supimos entendernos.
Teníamos muy claro, eso sí, que había que insistir mucho en su infancia
porque es algo que impregna toda su obra. De modo que llegamos a este
acuerdo: había que explicar e ilustrar muy bien sus primeros años de
vida, para definir bien las raíces de su arte.
Quique Palomo (QP en adelante):
Pero junto con la infancia, todo lo demás. En esa fase hay un diálogo
sobre el que después fuimos fijando determinadas ideas y escenas. El
método era hacer bocetos simplícimos, enseñárselos a Ian y volver a
dibujar una y otra vez hasta construir cada etapa.
En esa construcción del relato, parece haber más lirismo en la infancia
y más densidad de texto en su madurez. ¿Fue una elección consciente?
QP:
Sí, sí, es algo real. Con la cantidad de información que manejábamos
hubo muchos momentos en los que teníamos que decidir cómo abordar una
vida tan intensa. Es difícil encontrar el equilibrio entre narrar una
vida, pero a su vez conseguir que esta no sea un resumen cronológico y
aburrido de datos. Ha habido que ir buscando algo de poesía, e ir
impregnando a las imágenes con información. Pero es obvio que la
infancia era la etapa más dada a la poesía, parecía una buena forma de
captar la atención del lector de un modo más inspirado.
IG:
Había muchas cosas que consensuar, porque yo soy un obsesivo de la
cronología. Pero hablando fuimos descubriendo cosas juntos. Como, por
ejemplo, la importancia del cante jondo que tal vez a mí no se me
hubiera ocurrido plasmar con tanta fuerza. Sin embargo, la aparición de
Manuel de Falla en la vida de Lorca es fundamental. El encuentro que
tienen en Granada significa también el reencuentro para el poeta con una
raíz andaluza que lo ataba al mundo del flamenco. Este momento es
importantísimo y marcará profundamente obras tan importantes como Romancero Gitano (1928).
Tras esa etapa, Lorca estudia en Granada y termina la carrera en
Madrid, donde empieza a profesionalizar su faceta literaria mientras
aparta la ambición de ser músico. ¿Cree que fue un cambio esencial del
que podría haberse sentido, en algun momento, decepcionado?
IG:
No puedo ponerme en su piel, obviamente, pero de todas formas nunca
abandonó la música. Tuvo un profesor de música providencial que se
llamaba Antonio Segura Mesa, que bien merece una biografía aparte. Este
hombre muere en 1916, justo en el momento en el que empieza a surgir el
filón poético de Lorca.
Es el momento en el que
empieza a rescatar parte del conocimiento que tenía sobre poesía
popular, inseparable de la canción popular que tanto escuchó de niño. Y
eso se ve, por poner un ejemplo, en Mariana Pineda (1927).
Cuando muere su profesor de piano, sus padres le dicen que nada de
carrera musical: Derecho y Filosofía y letras. Así que Lorca abandona su
sueño de ser músico. Pero eso no significa que abandone la música, pues
sigue tocando toda su vida. No creo que añorase esa vocación perdida.
Alberti, en La Arboleda Perdida (1938), cuenta
como eran sus sesiones de música folclórica. ¡Lorca se jactaba de
conocer un millar de canciones populares españolas! Es tremendo porque
todo eso se solidifica en una sola persona: esa cantidad ingente de
registros y talento creativos se fundían y convivía en él.
En su estancia en Madrid se aloja en la Residencia de Estudiantes. En
el cómic retratáis conoce a Buñuel. Desde entonces ambos vivirían una
tempestuosa amistad que, en el 28, parece romperse de forma dramática
cuando recibe una carta homófoba de Buñuel hablando de Bodas de sangre. ¿Qué pasó entre ellos? ¿Por qué se desvirtuó su amistad?
IG:
Buñuel tiene un problema que no menciona en sus memorias. Me refiero a
su hermano menor, Alfonso Buñuel, que también está esos años en la
residencia y que es abiertamente homosexual. Una persona que no aparece
ni mencionada en sus memorias. Los silencios en las autobiografías son
muy importantes. Y con respecto a su hermano se establece uno perpetuo y
muy grande. Es alguien que es más alto que él, más guapo que él y mucho
más gay que él.
Que no digo que Buñuel fuese gay
pero temía serlo, como todos ellos en la época. Como Dalí, de hecho. Y
de ahí viene su problema con Federico. En Vida en claro
(1944), José Moreno Villa cuenta que por entonces si ibas con un gay
todo el mundo creía que eras gay, y por eso había gente que se alejaba
de Lorca. Se quieren el martes y se odian el miércoles. Ni siquiera en
el sitio más liberal de la España de entonces se podía ser gay
abiertamente.
En esa época otro de sus amigos,
Dalí, también se aleja de él a pesar de haber intimado en el pasado,
como retratáis en la obra. ¿Por qué sus amigos se alejaron del poeta en
una etapa tan crucial?
IG:
Vivían con una intensidad feroz. Llegan a Madrid en los años veinte y a
mediados de esa década toman caminos distintos. Dalí pasa un tiempo en
Figueres porque le echan de la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Y sólo sabemos la mitad de lo que ocurrió porque se ha perdido una
cantidad ingente de documentación. Aunque hemos podido conocer cosas
gracias a personas como Pepín Bello, sigue faltando datos.
Por otra parte, las autobiografías no son fiables. Hacen falta
biógrafos para corregir las autobiografías. Son genios diversos y
complicados, y lo que cuentan de ellos mismos no es fiable. En las
memorias de Buñuel [ Mi último suspiro, 1982] hay tergiversaciones de la realidad en cada página. Igual que La vida secreta de Salvador Dalí (1942), que es fabulosa pero desde luego no muy fiable.
En esa parte del libro, empieza a ganar presencia en la arquitectura de
cada página la presencia de fotografías reales de la época. ¿Por qué?
QP:
Yo hubiera metido muchas más. Cuando dibujo, también navego por
Internet y me veo expuesto a muchas imágenes reales sobre las que puedo
trabajar. Pero hay algunas que, por lo que sea, te llaman especialmente
la atención.
Unas veces las uso para romper con el
manejo de la página y su impacto visual en el lector. Otras, porque se
produce una convivencia especial entre imágenes y dibujos que crees que
dialogan bien y merecen habitar la página.
Tras su paso por Madrid, Lorca viaja a Nueva York, pero también a Cuba.
Y allí dice aquella frase de 'Si me pierdo, que me busquen en Andalucía
o en Cuba'. ¿Cree que aquel viaje le sanó un poco las heridas?
IG:
Sí, yo creo que su estancia en Nueva York no fue el descenso a los
infiernos que se nos dijo durante tanto tiempo. Hubo momentos
maravillosos para él. En Nueva York le estaban esperando muchos
hispanistas y estudiantes que querían conocerle.
Pero
Cuba es Cuba: allí sabe que se puede sentir como en casa y según los
indicios que tenemos, se soltó la melena y fue una experiencia
apabullante. Romancero Gitano había tenido un
éxito muy grande y en la isla pudo disfrutar de ese éxito. Sabemos, por
gente que le conoció, que al volver de La Habana era otro hombre. Sin su
estancia allí Federico probablemente no hubiera terminado de salir del
armario.
QP: También
hay que entender que fue la segunda etapa de alejamiento del contexto
que le estaba oprimiendo. Salió de Estados Unidos dónde, a pesar de su
facilidad para hacer amigos y su personalidad empática, no contaba con
el idioma. Y en Cuba eso no le ocurrió: se liberó, en cierto sentido.
En ese retorno, ya durante la
Segunda República, Lorca publicó y estrenó obras que se tuvieron que
enfrentar a un boicot grave por parte de la derecha del momento. De ahí
que dijese aquello de 'la derecha nos odia porque hacemos cultura para
el pueblo'. ¿Ha cambiado mucho la derecha en España desde aquellos años?
IG:
Pues no mucho. Lorca era gay y republicano. Aunque bueno, puede que la
derecha haya avanzado un poco en el tema de la diversidad sexual. La
derecha de hoy desprecia a Zapatero pero por lo menos permitió que
Javier Maroto se pudiera casar con su chico. Me divirtió mucho el otro
día aquello de Sáenz de Santamaría diciendo 'soy muy amiga del marido de
Javier'. Joder, eso por sí solo demuestra que el PP ha cambiado un poco
en ese sentido y me parece fantástico.
Con todo, a
la derecha de este país le cuesta muchísimo trabajo avanzar. Si era
terrible en los años treinta, después de cuarenta años de dictadura...
No han asumido el holocausto que se vivió aquí durante la Guerra Civil,
no asumen nada de su pasado. ¡Y cuando les sacas el tema hablan de
reabrir heridas! ¡Es terrible!
Con la exhumación de Franco del Valle de los Caídos, vuelve a estar es
boca de todos el debate de si la memoria histórica es o no es reabrir
heridas…
IG:
Mira, yo estoy a favor de buscar a los desaparecidos. Y Lorca,
culturalmente hablando, es el desaparecido número uno de la historia de
este país. El más famoso y el más llorado, así que inevitablemente él
simboliza toda la tragedia de la guerra, de la dictadura y de lo que
ocurrió aquí.
Pero lo de Franco es una auténtica
vergüenza. La derecha de este país no tiene rubor, desconoce la
vergüenza. Con este tema realmente parece ser que son incapaces de
aceptar la realidad de lo que pasó aquí. Y la realidad es que aquí
tenemos por un lado a 115.000 desaparecidos en fosas comunes, y por otro
el Valle de los Caídos con el fundador del fascismo español y Francisco
Franco. ¡Hablamos de que el mayor asesino español de todos los tiempos
descansa tranquilamente en un mausoleo!
Felipe González tuvo la decencia de decir, en el libro que publicó con Cebrián [ El futuro no es lo que era,
2002], que pesa sobre su conciencia no haberlo hecho cuando tuvieron la
mayoría absoluta. Los socialistas de entonces no lo hicieron y los de
hoy lo intentan. Tarde, espero que a tiempo, pero tarde.
A mí me produce vergüenza que un país tenga un monumento como el Valle
de los Caídos cuarenta años después del la muerte del dictador. Con
12.000 de sus víctimas allí, enterrados al lado del verdugo. Asco: es la
única palabra aplicable que se me ocurre.
Decía que Lorca era el desaparecido numero uno de nuestra historia.
Pero podríamos estar cerca de encontrarlo. A principios de este año
supimos que sus restos podrían haber sido movidos en 1986 durante el
vallado de un parque que lleva su nombre en Alfacar.
La situación es la siguiente: la Junta de Andalucía ha dado su permiso
para una nueva búsqueda. Lo que pasa es que no ha sacado esto a concurso
público. Sabemos por Luis Avial que hay indicios de restos debajo de
una fuente que hicieron en el parque.
Cuando vallaron
ese parque, aparecieron unos restos al lado de este olivo que dibuja
Quique aquí [señala la viñeta exacta]. Y ahora sabemos que encontraron
restos que estorbaban al cerrar el recinto y se pusieron debajo de lo
que hoy es la fuente. Según indicaciones de georadar, Avial ha visto
indicios de los restos muy cerca de dónde los testimonios orales dicen
que pasó. La Junta sabe todo esto y está dispuesta a buscar en el olivo y
en la fuente. Pero estamos a la espera de que esto salga a concurso
público. Cosa que espero que ocurra pronto y se pueda seguir
investigando.
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