Esto es verdadero acierto municipal. La intervención de la ética para regular la indecencia, la avaricia y la falta de conciencia cívica y comunitaria. Humana y justa.
Gracias al Ajuntament de coaliciò que governa València, el cap i casal. Sin pijos, sin locuras, sin enchufes, sin corrupción, sin barbarie estimulada por un concepto delincuente de la libertad, como sucede en Madrid, por ejemplo, y también gracias, a la Generalitat, que está haciendo una función magistral en la convivencia, las buenas leyes y el equilibrio social. Es la prueba clarísima de la importancia del federalismo solidario y municipalista, transparente y de un gran valor social. Amunt València i amunt Espanya.
Si se quiere se puede. Nos merecemos lo que nos curramos y lo que votamos. Que no se nos olvide...
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