Eras chiquita y bonita
cuando llegaste a este mundo,
naciste como las flores,
para ser libre y completa
para descubrir la vida
nutrida de humanidad,
para tener vocación
de ser humana y sumar
tus derechos y deberes
con tus herman@s de especie,
creciendo como una más,
no secuestrada y tan lejos
de tu familia normal,
esa del codo con codo
en las calles y en las plazas...
Pero a ti te secuestraron
al momento de nacer,
y luego te han encerrado
como un ave en una jaula,
colocada en un salón
de sedas y terciopelos,
tan cuidada y vigilada
que nunca puede cantar
ni volar ni descubrir
un horizonte mejor,
pero la fatalidad
de unos genes atrofiados
en la noche de los tiempos
por oscuras endogamias
y trámites maquiavélicos
te ha condenado a actuar
igual que una marioneta
en un clan titiritero.
Se te ha pasado la infancia
entre vitrinas de ayer
y planes para mañana,
y te has hecho adolescente
sin que tú hayas decidido
como despertar siquiera
para vivir el presente.
Hoy te nombran heredera
de un trono que no comprendes
ni sabes que hacer con él,
llevas una doble vida
entre lo que nunca eliges
y lo que querrías hacer
pero no puedes pensar
porque tus obligaciones
de altillo y de pedestal
no te dejan elegir,
como les pasa a tus padres
y les pasó a tus abuelos,
lo mismo que ves en casa:
una vida con doblete,
en la que no participas
ni cuenta tu parecer,
eres un clikc solamente
que obedece como un coche
o como un ordenador,
sin que tú sepas la causa
de semejante marrón;
te educan en una escuela,
que nunca será la pública,
y de repente te mandan,
por cosa de dinastía,
a vivir en Inglaterra.
Para que no pierdas comba
en tu origen victoriano
ni en juegos de monarquías.
Es muy triste y deprimente
soportar en un estado
de esta Europa impenitente
que atentados tan casposos,
tan cutres como aberrantes
contra el humano derecho
a elegir la dirección
en la que querrías vivir
si te dieran esa opción,
se nos convierta en modelo
y en constante tenderete
de monárquica proclama,
mientras tu padre no sabe
como afrontar el dilema,
tu madre le sigue el juego,
tu abuela se hace la loca
y tu abuelo se reparte
la pasta que ha acumulado
y al mismo tiempo ha perdido,
saltando de cama en cama
repartiendo milloncejos
entre tanta espabilada
que se está llevando crudo
los fondos de su botín
que le hicieron abdicar
y le van a derretir
entre tanto ir venir
en fregado sin igual...
No hay derecho, de verdad,
a que niñas inocentes
sin más culpa ni delito
que haber nacido en un pozo
de miserias indecentes,
un sistema estrafalario
de rituales caducos
anclados en una historia
que es una vergüenza ajena,
las obligue y las secuestre
desde la más tierna infancia
a vivir como unas zombis
en un sistema amoral,
en la mentira más triste
y en la zarzuela más rancia.
¿Qué feminismo decente,
qué democracia ejemplar
puede aguantar sanamente
semejante carajal
como legado impecable
de un pasado denigrante
que nadie quiere realmente
detectar ni superar?
¿Por qué ninguna ministra
y ninguna diputada
y ninguna periodista
denuncian este agujero
tan obsceno y tan machista
como es la Casa Real
de una estirpe tan podrida
que ella misma ya se encarga,
de demostrar lo que es
la cabeza coronada
para andar dando bandazos
mientras piensa con los pies?
Ni sabe lo que es el alma.
Ni tampoco la conciencia.
¿Tiene sentido y razón
que una democracia sea
el negocio lucrativo
de una real corrupción
sistémica y heredada
de un mísero dictador?
¿Es justo que unas chiquillas
sin comerlo ni beberlo
por el hecho de nacer
en un ghetto sin remedio
tengan que salir marcadas
por semejante esperpento
y sin que nadie haga nada
para cambiar los criterios?
Ya Calderón de la Barca
dejó puesta la denuncia
con el pobre Segismundo,
otra víctima del trono,
clamando del suelo al cielo.
Lo más terrible es que España
en el siglo XXI,
siga en la misma actitud
que en el siglo XVII
y que haya constituciones
que repitan como loros
las mismas aberraciones
que de tanto repetirse
ya convertidas en dogma
en rutina y ceremonia,
nos han dejado hech@s polvo.
Una cuestión delirante
que nunca se toma en serio,
al no querer encajar
en la mascletá estatal
la pólvora de las causas
con el boom de los efectos,
que es la falla achicharrá
de un estado discapaz
sin comerlo ni beberlo,
por lo menos en València
se celebra la cremá
y todos tienen acceso
a la misma realidad
para bien o para mal.
No ocurre así en un estado
henchido de majestades
viviendo del presupuesto
que debería emplearse
para la gestión social
y no para los entuertos
de una familia real
cuyo trabajo consiste
en salir a pasear,
leer discursos que no escribe
y siempre disimulando
que está hasta la coronilla
de vivir gorroneando
como le pasa a Felipe
y no le pasa a Juan Carlos...
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