George Orwell: «En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario».
sábado, 26 de enero de 2019
Qué galimatías insufrible para no ver la realidad: el ser humano es el mayor capital que existe en este mundo y su vida es patrimonio humanitario de todas. No entenderlo y no dar la talla ética debería incapacitar institucionalmente para ejercer la gestión política y sus encargos públicos
El capitán del Aita Mari, Marco Martínez: “Que Salvini aplauda a Sánchez es un problema”
Marco Martínez: "Nos están diciendo que prefieren que se ahoguen a que los rescatemos"
Los
tripulantes del pesquero Aita Mari, que pretendía desplazarse al
Mediterráneo tras la denegación del permiso de zarpar por parte de la
Capitanía Martíma de Pasaia./ Juan Herrero (Efe)
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Desde
la bienvenida del primer Aquarius el verano pasado hasta ahora, la
política migratoria del Gobierno no parece la misma. El bloqueo del
barco de rescate Aita Mari en el Puerto de Pasaia, de la ONG Salvamento
Marítimo Humanitario (SMH), se suma al de Open Arms en Barcelona. El
Ejecutivo aduce motivos de seguridad y administrativos para estos
barcos, que planean llevar abordo a un elevado número de personas,
cuando los puertos de Italia y Malta permanecen cerrados de facto.
Mientras tanto, el número de muertos sigue aumentando en una zona de
cientos de miles de kilómetros cuadrados donde actualmente tan solo
queda el buque humanitario de Sea Watch. Hablamos con el capitán del Aita Mari, Marco Martínez, para conocer sus impresiones y las medidas que piensan tomar. — ¿Cuánto tiempo lleva preparándose para navegar el Aita Mari y con qué recursos ha contado?
—
Yo me incorporé en noviembre, pero el barco lleva preparándose desde
hace unos siete u ocho meses. Esto fue una apuesta del lendakari y del
Gobierno vasco, así como de los socios de SMH, de particulares y
entidades privadas. Ha participado el pueblo, por decirlo de alguna
manera. –¿Cómo interpreta que la Capitanía Marítima,
dependiente del Ministerio de Fomento, haya impedido la partida del
barco al Mediterráneo?
— Es una decisión política, no
técnica, porque teníamos todos los certificados y permisos. Hemos pasado
todas las pruebas al dedillo. Cometen una especie de prevaricación
porque suponen que algo va a pasar sin que yo haya soltado las amarras.
Con Open Arms al menos, aunque sea igual de injusto, se basan en
experiencias anteriores, pero nosotros nunca hemos salido del puerto.
Dan por hecho que nos dirigimos a una zona determinada, cuando ni
siquiera lo indicamos.
El barco es para veinte personas pero,
según ellos, rescataremos a muchos naúfragos y no los podremos llevar a
puerto seguro, dando a entender que los responsables de esa zona, como
Libia e Italia, van a desentendernos. Por el motivo que nos paran,
tendrían que parar a todos los barcos de Salvamento Marítimo español,
que llevan a siete y ocho personas, pero rescatan a 150 o 200 náufragos.
Nos están diciendo que prefieren que se ahoguen a que los rescatemos.
El pesquero Aita Mari./ S.M.H.— Habla de náufragos…
—
A mí me gusta hablar de náufragos, no de migrantes. Lo hago para
distinguirlos de quienes tienen que saltar una valla con concertinas o
entrar por la frontera terrestre. Un náufrago es una persona que se está
ahogando en el mar y tiene un derecho adquirido por su condición. —
Tiene experiencia en otras misiones de rescate como capitán. ¿Cómo
evalúa los impedimientos que se han ido poniendo a las ONG que realizan
rescates en el Mediterráneo?
—
Hasta que no hubo elecciones en Italia nosotros estábamos perfectamente
coordinados con el país que responsable de la zona, es decir, Italia.
Una vez que ganó el fascista de Matteo Salvini empezaron a no colaborar.
El sistema de comunicación marítimo de aviso de náufragos dejó de
existir y empezaron a dirigirnos a los libios. Esto es ilegal porque el
país no es un estado seguro, ni siquiera es un estado porque está
controlado por varias facciones armadas. Se dejaron de producir los
traspasos de náufragos a barcos de Italia o Malta e incluso nos negaron
el diésel.
Empezamos a ir a la península ibérica, pero el Gobierno
de Pedro Sánchez ha dado un giro: ha puesto un mando único de la
Guardia Civil en Algeciras, cuando el puerto más cercano es Baleares o
Cataluña. Italia y Malta han cerrado sus puertos aunque esta medida solo
está permitida en caso de guerra. De cualquier manera, solo otro estado
puede denunciar a Italia o Malta ante la ONU y ninguno está dispuesto a
hacerlo. Además, la multa la pagaría el Estado, no las personas
responsables de estas políticas. — ¿Qué supone ahora mismo que el Aita Mari no salga a navegar?
—
Supone que no podamos estar colaborando con los náufragos que están a
la deriva para echarles una mano. No me gusta decir que salvamos vidas,
sino que somos una pieza más. Los héroes son quienes empezaron una
odisea hace años, han cruzado un desierto y después se han quedado
atrapados en Libia. Si tenemos la suerte de encontrarlos, podemos ser
esa pequeña ayuda que necesitan para llegar a puerto seguro. Sin
embargo, los que se salvan son ellos — ¿Qué consecuencias tiene la prolongación de esta situación?
—
Tendremos unos 200 cadáveres ahora mismo, así que tendremos más
cadáveres. Y eso solo contando los cuerpos que nos encontramos, porque
realmente no sabemos cuanta gente muere. Ahora vienen las elecciones
municipales y europeas. Hay miedo de que gane el fascismo y la extrema
derecha y lo están pagando las pateras. El porcentaje de llegada por mar
es residual, alrededor de un 15% de la migración que llega lo hace por
mar. La mayoría llegan a través de los aeropuertos, pero a nadie le
interesa aumentar los controles ahí. Es vergonzoso que muera gente y las
autoridades lo sepan y puedan dormir. En el momento en el que el señor
Pedro Sánchez es aplaudido por el Gobierno de Salvini tenemos un
problema. — ¿De qué materiales dispone el barco?
—
Sobre todo amor y dignidad para ellos. Llevamos los chalecos de
rescate, un motor de cien caballos para una lancha que sirve para hacer
el primer contacto, y a bordo tenemos mantas, comida y un pequeño
hospital. — Tras el impedimento para zarpar hacia el Mediterráneo, ¿cuáles es el plan? ¿Se peleará la medida junto a Open Arms?
— Estamos haciendo campaña con Open Arms en Change.org
para recoger firmas, y ya hemos alcanzado más de 260.000. Intentaremos
impulsar una lucha conjunta. El problema es cuantos muertos va a haber
hasta que salgamos. Hemos recurrido nuestra parada y estamos estudiando
si podemos denunciar por prevaricación. En Euskadi también tenemos
apoyos de la sociedad como Ongi Etorri (Bienvenidos Refugiados). De
momento, la idea es partir este sábado hacia Bilbao y, si el tiempo nos
lo permite, dirigirnos hacia Santurce, Gijón, Santander, Galicia.
Mientras sensibilizamos a la gente y hacemos difusión, iremos bajando
hasta Mallorca. La idea es que cuando lleguemos a la isla todo esté
solucionado y podamos dirigirnos hacia Libia.
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