martes, 13 de noviembre de 2018


Los Ángeles retira una estatua de Colón: “No hay que celebrar al responsable de un genocidio”

La ciudad californiana elimina la imagen del descubridor después de haber suprimido también la fiesta del Día de Colón






Momento en el que se retira la estatua de Cristóbal Colón en Los Ángeles.
La estatua de Cristóbal Colón en el centro de Los Ángeles fue retirada este sábado por la mañana, rodeada de teléfonos para inmortalizar un acto con el que la ciudad pretende sacudirse la vergüenza de honrar al marino genovés. Alrededor de 100 personas acudieron a ver el acto, según Mitch O’Farrell, el concejal de la ciudad que ha liderado una verdadera cruzada contra los símbolos de la conquista española de la antigua Alta California.
La retirada de la estatua fue aprobada por el condado de Los Ángeles, que gestiona el parque. La supervisora del condado Hilda Solís dijo en el acto que “la estatua de Cristóbal Colón reescribe un capítulo manchado de la historia que da una visión romántica de la expansión de los imperios europeos y la explotación de los recursos naturales y los seres humanos”, según la citó NBC. Con la retirada de la estatua, “empezamos un nuevo capítulo en nuestra historia en el que aprendemos de los errores del pasado para que no estemos condenados a repetirlos”.


La escultura era una pequeña efigie de Colón colocada en 1973. Fue un regalo a la ciudad de una asociación de italianos en el sur de California. Estaba condenada desde que el año pasado saltó al plano institucional un movimiento de revisión del pasado español de Estados Unidos que afecta a figuras como Colón o el santo español Fray Junípero Serra, que evangelizó California a finales del siglo XVIII. Grupos de indígenas llevan años protestando por la celebración de este pasado, que consideran el principio de un genocidio masivo que acabó con su modo de vida.
En agosto de 2017, el concejal O’Farrell, que desciende de la tribu Wyandotte de Oklahoma, llevó esas reivindicaciones al plano institucional y logró que el Ayuntamiento de Los Ángeles aprobara cambiar el nombre a la fiesta del Día de Cristóbal Colón, una fiesta federal que se celebra desde 1937 el segundo lunes de octubre. Ahora, en Los Ángeles se conmemora el “día de los pueblos indígenas, aborígenes y nativos”. La primera celebración sin Colón fue el pasado octubre.
“Este es un paso natural en la eliminación del falso relato de que Cristóbal Colón descubrió América”, dijo O’Farrell citado por la NBC local. “Colón en persona fue responsable de atrocidades y sus actos pusieron en marcha el mayor genocidio de la historia. Su imagen no debería ser celebrada en ningún sitio”.
Solo el concejal de origen italiano Joe Buscaino ha intentado poner matices a esta revisión total de la herencia española en California. Buscaino expresó sus reservas durante el voto de 2017 y propuso que el día de Colón se siguiera celebrando en otra fecha, de forma que fuera compatible que la comunidad italiana celebrara su historia y los indígenas la suya. A O’Farrell y los grupos indígenas que le apoyan les pareció innegociable. De hecho, el concejal no considera que baste con quitar los símbolos. Su jefe de gabinete decía esta semana a Los Angeles Magazine que el proceso debe seguir hasta la disociación completa de la ciudad de la conquista española.
La figura de Cristóbal Colón también estuvo a punto de desaparecer de uno de los lugares más prominentes que ocupa en Estados Unidos, en el centro de Nueva York. La ciudad estudió durante tres meses retirar la estatua hasta que decidió dejarla en su sitio.
La revisión de la historia española en California cobró fuerza en los medios durante la visita del papa Francisco a Estados Unidos en 2015, cuando anunció la canonización de Serra. Las estatuas del fraile mallorquín en California comenzaron a aparecer manchadas de rojo y vandalizadas. Un senador estatal de California propuso cambiar la estatua de Serra que hay en el Capitolio de Washington representando al Estado, aunque finalmente no salió adelante. El pasado septiembre, la Universidad de Stanford, cuyo campus está inspirado por las misiones españolas en California, aprobó retirar el nombre de Serra de calles y edificios del campus.
El emblema oficial de la ciudad de Los Ángeles está dividido en cuatro partes. Una de ellas es la bandera de Estados Unidos; otra la bandera del oso de California; en otra aparecen el águila y la serpiente sobre un nopal, símbolo de México; y en la parte inferior derecha aparece el escudo de Castilla y León. O’Farrell no ha propuesto aún cambiar la heráldica de la ciudad. Tampoco consta una propuesta para cambiar el sello del condado, en el que aparece una carabela y una misión, entre otros símbolos de la historia de California.

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Poco a poco la Historia del mundo va pasando factura a su pasado. Mientras en España se reivindica la memoria histórica en una ciudad con un nombre tan significativo como "Los Ángeles" se hace la misma operación con el descubridor de América, al que le han adjudicado unos atributos que en realidad fueron pura chiripa. Colón no tenía ni idea de lo que se había encontrado, estaba convencido de que aquello era la cara más occidental del extremo oriente, al que estaba convencido de haber llegado haciendo el viaje al revés en una esfera como ya se intuía heréticamente que era el Planeta. No se imaginaba que aquello no fuesen Las Indias, que era como se llamaba por entonces a toda la zona asiática que se iba explorando desde Europa.

Y en efecto, los americanos tienen razón y hasta es paradójico que esta manera de entender su historia la saquen a relucir en plena era trumpiana. Cuando el genocidio está a la orden del día. Porque es cierto, lo que para España y el pp es el triunfo absoluto de la hispanidad, para la realidad histórica y antropológica, fue y es, un genocidio en toda la rotundidad de la palabra, por el que España y Europa deberían pedir perdón en vez de ufanarse con celebraciones cínicas ue vulneran la dignidad de los pueblos oprimidos y conquistados a la fuerza bruta, como suele ser el estilo imperial. Un finiquito absoluto de cientos de culturas que sucumbieron a la espada y al crucifijo como arma psicológica, porque la iglesia católica, a partir de 313, nunca ha sabido ni querido independizarse de los imperios, al contrario, se ha apoyado y sacado taja de todos, hasta convertirse ella misma en el alma mater imperia-lista, listísima, del mundo mundial. 

Allí, desde el primer momento, no se respetó a nada ni a nadie. Se consideró a los americanos recién descubiertos como salvajes e incultos, como bestias inferiores. Se les capturó como a animales e incluso Colón los trajo a la corte de los Reyes Católicos como una atracción de circo, y hasta se llegó a debatir por los teólogos del momento, si tendrían alma o no. Y todo por la maldita e ignorante soberbia de quienes se creen dioses y superiores al resto de sus congéneres, cuyas culturas desconocen por completo,  y si, para acabarlo de arreglar, éstos son de etnias diversas a la que se cree la reina del mambo absolutely
Lo de Colón trajo cola y al imperio español se sumaron el inglés y el portugués. Que para depredar siempre hay recursos y cooperación aunque sea a la greña. 
El destrozo fue igual en todo el Continente. 
Al norte, los ingleses invasores se independizaron en un siglo y medio de Inglaterra. Se montaron su imperio autónomo, su constitución, sus guerras, sus leyes a pistoletazo limpio,  y su apartheid, liquidando indios como si fuesen una plaga y reduciendo a los supervivientes a las reservas perdidas en la nada, en las películas de indios, y en el olvido. Para ellos no había constitución que los salvase de ser distintos, nómadas y cazadores. Los putos amos tenían que ser blancos por narices.

En el sur y en el centro del Continente, los españoles iban a su ritmo de pachanga, se lo tomaron de una forma más caótica, como siempre y se dedicaron no a organizarse como los luteranos norteños, sino como los católicos romanoides, al compás del bolero, la seguidilla y las castañuelas, violaban a las esclavas indias haciendo algo que en el norte era inviable: un mestizaje total, en eso los españoles nunca han tenido reparos, dejando los genes por donde pasan.  Ellos tenían otro concepto de las reservas, las establecían en sus propias casas y palacios, así además de concubinas tenían chachas y lacayos mucho más a mano. Si tenían o no alma, a ellos eso les daba igual. Y en ese plan, los pueblos españolizados tardaron bastante más que los vecinos del norte en sacar los pies del plato, porque claro, no era tan fácil independizarte de tus genes y arrinconarlos como si no fuesen tu padre o tus hermanos. Hasta que no pasaron  cuatro o cinco generaciones de nacidos in situ, no salieron un Bolívar, un Sanmartín, un Hidalgo, un Morelos, un Santa Anna o un José Martí que pusieron las peras al cuarto a la dichosa "madre patria" ultramarina que solo quería saber de ellos para sacarles los higadillos a base de impuestos, oro, metales y piedras preciosas con mano de obra gratis, que para eso eran los descubiertos y civilizados por el imperio. 

Durante el siglo XVII y XVIII el comercio de seres humanos fue un negocio brutal, en el que participaron mano a mano los imperios español y portugués con la iglesia católica de abanderada. Ella catequizaba y seducía con la religión y la educación, y luego sus compinches militarizados rentabilizaban el producto vendiéndolo por el mundo. En The Mission de Roland Joffé se explica sin pelos en la lengua la historia de las reducciones jesuiticas del Paraguay, en las que no se dudó por parte del tripartito terminator, de acabar con las vidas de todas las comunidades educativas de la zona, con el consentimiento del Vaticano, claro, ¿qué importaba que muriesen todos, si ya estaban bautizados y salvados del demonio y los sacerdotes que los educaron, ya se habían ganado el cielo con su generosidad y su sacrificio? Pues eso, a darles el pasaporte al infinito si no estaban dispuestos a obedecer las consignas imperiales y papales. Es lo que tiene que te evangelicen a espadazos, que te curtes y cuando ya lo estás, que te echen lo que haga falta...Ya si eso, dios se ocupará de los paganinis, que para eso le han rezado tantos rosarios y han ido a tantas misas, daba igual que fuesen en latín y que ellos sólo hablasen el quechua, lo importante es la obediencia, la sumisión y la aceptación de cualquier comunión con ruedas de molino. Y yastá. 

En siglo XVI Bartolomé de las Casas, un fraile, que primero fue encomendero imperial  a cargo del negocio esclavo, escribió un libro que se debería leer en la escuela,en el Instituto y en la Universidad, para que no tuviésemos que aguantar relatos alucinógenos como los de Pablo Casado o su lugar teniente. No debería salir ningún universitario de su facultad sin conocer la historia de su propio país relatada por los protagonistas no reformateada por los poetas ripiosos del franquismo. El libro de Las Casas se titula Brevísima historia de la destrucción de la Indias. Y basta con leerlo y conocer la biografía del autor (que viajó en la segunda remesa marinera de Colón a las Américas siendo el primer sacerdote ordenado  en el nuevo mundo) para que tenga todo el sentido la calificación de genocidio esa hispanidad que tanto les pone a los del pp. Decir horrible es  ser benévolos con semejante crimen organizado desde las cúpulas del imperio y la propia iglesia. Las Casas se "convirtió" en ser humano, cuando tuvo que afrontar la crueldad y la degradación de su propia fe y de su propia condición humana. 

Anima bastante que la conciencia colectiva se vaya despertando y reconociendo todo lo que debe cambiar en sí misma y en el mundo. También reconforta recordar que esto que vivimos ya lo anunció Jesús y así consta en el Evangelio: "al final de estos tiempos, no habrá nada oculto, todo saldrá a la luz y no habrá secretos" Nada podrá esconderse por más que lo intenten. Y así está siendo. Las pieles de oveja se caen por sí mismas y dejan al descubierto las garras de los lobos, y no porque nadie se las quita, son ellos mismos los que se encargan de hacerlas caer. 
También reconforta leer la descripción metafórica que hace Juan de Patmos en su libro de la Revelación, el que cierra la Biblia en versión cristiana, cuyo título en griego es Apocalipsis. Describe el final de la gran ramera, que es nada más y nada menos que la organización religiosa, vestida de púrpura y oro, que habita en la ciudad de las siete colinas, o sea, Roma. Es idólatra y se prostituye bebiendo la sangre de los mártires en la copa de la fornicación con los poderosos de la Tierra. Es su final en un tiempo en el que ya no hay nada oculto, todo sale a la luz inexorablemente. Y la humanidad se reajusta, Juan da un número de justos que se salvan del desastre, 144.000. 1+4+4=9 y mil es alegoría del infinito. Porque han superado el aprendizaje reptiliano y primitivo del 6+6+6=18, 1+8=9. El 9 es el número de la humanidad, y el del eremita, el sabio del Tarot. El caminante que lleva consigo la luz para ver la dirección del camino y a los acompañantes del viaje. 

Lo más hermoso de este proceso es que lo vamos haciendo posible con cada decisión que tomamos, que podemos elegir formar parte del nuevo tejido antropológico, energético y espiritual o no. Que nadie nos obliga a creer a la fuerza, que es la misma vida la que nos abre las puertas del sentido y de la esencia. Que todo está en nuestras manos y no en las manos del dios que nos han vendido, porque somos y nos descubrimos parte ese "algo" inmenso  en la medida en que nos despojamos del miedo y de las fijaciones y definiciones y dejamos campo libre para que se revele desde dentro nuestra identidad y en ella reconocemos a todos y a todas. A esa percepción, seguramente, era a lo que  le llamaba Nietzsche "el superhombre" y por eso mismo, afirmaba que "dios ha muerto". Es verdad, ha muerto y se ha caído a pedazos el dios ídolo que nos predicaron quienes nunca comprendieron el mensaje de Jesús, porque ya se lo dieron manipulado y convertido en artículo de fe sin madurar, por eso Lutero luchó tanto para que cada uno de los seres humanos descubriese a dios en su conciencia no en los sermones ni en la interpretación dogmática y unívoca de los textos bíblicos. Por eso mismo se produce lo que Juan de Yepes llama en su poesía  la noche oscura, que no es ningún castigo, sino la caída imprescindible de las ilusiones que nos hemos hecho con relatos que no son nuestra experiencia ontológica sino la "traducción" de experiencias ajenas acumuladas desde la infancia, que no son nuestro camino y que por mucho que repitamos, carecen de sentido porque necesitamos la experiencia personal como manifestación y no el relato de la de otros. No es que sean mentira, sino que no significan nada para el camino personal en el que  la conciencia necesita realizarse y descubrirse dentro de una realidad mayor y para nada ajena a sí misma ni al resto del tejido humano del que formamos parte inseparable, como las gotas de agua están el el océano y el océano en ellas. 

Cada paso que damos como especie y como individuos en el terreno de esa bifurcación desde la entropía hacia la eutropía, teje la salvación nuestra y la de la especie, un proceso que no se puede medir en volumen ni en intensidad solo es el SER en plena faena creadora y conectada. Nada es ajeno, nada está aislado. Todo es la casa de todos, nada se crea ni se destruye. Esa realidad además de Heráclito y Hegel, la intuyó Karl Marx y su expresión colectiva es el socialismo libertario como también lo descubrió Rosa Luxemburg. 
Lo que no es acertado es imponerlo por la fuerza ni la propaganda electoral cayendo en la degradación del viejo sistema que atrapa las mentes y las voluntades con sus redes pegajosas y untadas de egos enfermos, como le está pasando a Podemos empeñado en funcionar con viejos esquemas desde una energía nueva y renovadora que no comprende, que sí han comprendido IU y los anticapitalistas. Hay que trabajar para que esa luz no solo no se apague, sino que se convierta en alimento y supere las viejas trampas de un mundo que se agota cada día más a prisa. 


Pedro Sánchez debe quitarse el miedo y hacer lo que su conciencia le está pidiendo, es el momento del salto cualitativo en lo personal, social y global. Lo agotado ha muerto, como el fiambre de Franco no tiene futuro alguno ni la vieja España de hace cuarenta años es la de ahora. No hay que temer a lo que está cayendo en picado, sino poner en marcha lo necesario para un tiempo total,mente distinto, la misma energía de las decisiones valientes, rompedoras y necesarias, crea nuevos campos magnéticos que facilitan lo que ahora parece imposible. 
Hay un ejemplo en la Biblia que ahora habría que tener en cuenta: la huída del pueblo hebreo de Egipto, atravesando nada menos que el Mar Rojo, aprovechando la bajada de la marea, -una aparente locura,- que hacía peatonal cierta zona del fondo marino de poca profundidad y confiando en que diese tiempo a la maniobra, teniendo en cuenta que les perseguía todo el ejército del faraón. Pues es lo que toca. Esa ruptura de las aguas para dejar paso, ha sido la moción de censura parlamentaria. No se puede volver atrás a pactar con el pp como si no hubiese pasado nada, porque el pp no ha evolucionado ni tiene la necesidad de hacerlo, querrá volver a su estado de siempre porque para él evolucionar sería traicionar sus fijaciones y liberarse, entonces ya no tendría sentido su existencia tal y como está en evolución.  
La moción de censura ha sido la clave del cambio y eso ha supuesto la confianza mutua entre fuerzas muy dispares pero afectadas por el pésimo sistema del pp. Esa entente se ha roto porque el Gobierno actual se ha rajado en cuanto a solventar por vía de urgencia  la situación de los presos políticos, que además está justificando un aumento del rupturismo  que acabará pasando factura y acelerando las elecciones cuando no le conviene al bien común. 
Las leyes se pueden cambiar y modificar, los daños territoriales no, porque son heridas emocionales que si se hacen crónicas cercenan la confianza en un estado que puede cambiar las cosas pero no quiere. Los presos políticos deben salir libres cuanto antes, es algo parecido al paso que se dio con el Aquarius que abrió todas las puertas de la esperanza y la buena disposición por unacto de valor y de riesgo bien asumido. Pues ahora es el momento de una amnistía por decreto, seguro que se puede hacer si hay una mayoría progresista en el Supremo. Esa medida facilitaría todo el proceso, dejaría sin argumentos a los unilaterales, reforzaría la voluntad del PdCat y ERC,haría posibles los presupuestos y  sería para el Psoe una demostración de que para ellos es más importante el bien común que el juego miserable de su partido a la altura del pp, sino pasando por encima de amenazas , bloqueos y chantajes. La continuidad del gobierno actual es inseparable del paso del Mar Rojo y de que las tropas del Faraón se las lleve la marea mientras el pueblo alcanza la orilla de enfrente. Y no es metáfora: hay una marea social intensa que cubrirá las espaldas apoyará la ruptura con el tinglado pepero. Pero hay que arriesgarse a desobedecer la 'lógica' cómoda de los que como en el prograna de Évole de ayer, se consideran republicanos como Vara y Revilla, pero dicen "virgencita que me quede como estoy" a la hora de lo fundamental. Hay que tener la firmeza y clarividencia de Francina Armengol para dar el paso necesario. 
El momento cósmico que atravesamos, favorece las decisiones arriesgadas y valientes, que no solo son gestos sino inteligencia práctica a favor del bien común. El Psoe está en el aire, si consigue firmeza y no mira para abajo sino al frente, llegará ileso al otro lado del abismo, como tiemble, dude y vuelva para atrás con el peso del pp, se caerá de todas todas y para siempre...
Siempre nos quedrán IU, Compromís,Equo, las Mareas, En Común y Somos Democracia, porque el pastiche de Podemos tiene los días contados...

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