Escuchar y compartir las músicas hermanas es educarnos en el amor fraterno, admirar y emocionarnos con la conciencia y el alma colectiva, con la belleza y los valores más hermosos y sanos que podemos tener, disfrutar y compartir.
En tiempos de zozobra y confusión, volvamos a la tierra de todos, a la madre naturaleza diversa que nos ha visto nacer bajo el mismo sol y las mismas estrellas. Somos miembros distintos en una gran familia cósmica, pero nos sostienen y nos dan sentido los mismos genes del espíritu que nos unifica y nos hace reconocer en el Otro todo lo bueno que hay en cada uno de nosotras y todo lo que aun nos falta por crear y compartir mano a mano.
Con el mayor respeto y profundo cariño, nos reconocemos como necesarias notas diferentes para embellecer y enriquecer la misma partitura. Eskerrik asko, moltes graçies, moitas graças y mil gracias, sufrida y animosa familia ibérica!
No nos pararán. Esta vez, no.
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