Han pasado cinco años desde la llamada “crisis de los refugiados" y, a día de hoy, los niños y las niñas migrantes y refugiados todavía sufren las duras políticas fronterizas y migratorias en toda la Unión Europea.
Hace ya un mes, un incendio en el campo de refugiados de Moria dejó a 4.000 niños y niñas en la calle, demostrando que no podemos recurrir a recetas del pasado que ponen en riesgo la vida de los refugiados.
Nuestra
responsable de Comunicación, Susana Hidalgo, y Catalina Perazzo,
directora de Políticas de Infancia y Sensibilización, viajaron la semana
pasada hasta la zona para conocer en qué situación se encuentran las familias que permanecen allí.
Ahí conocieron a Zahara y a su hermanito pequeño. Puedes ver aquí su testimonio, entender mejor por qué esta situación es tan crítica y en qué consiste nuestro trabajo con la infancia refugiada.
Tiene
solo 13 años y es de Afganistán. Huyó junto a su madre y su hermano
pequeño, recién nacido, para escapar de la violencia de su país de
origen, buscando un futuro mejor en Europa. Ha perdido lo poco que le quedaba en el incendio: su ropa y su tienda de campaña. En el nuevo campo, duerme al raso y no hay baños. Pasan hambre, no tienen acceso a agua y no hay médicos para atenderles en el campo.
Estas familias han escapado de la violencia, de la guerra o de la pobreza extrema y buscan asilo en Europa. Nadie se va de su país y emprende un viaje tan peligroso si tiene una alternativa.
El nuevo campo de refugiados montado en Lesbos para la reubicación de 13.000 personas refugiadas solo va a crear más masificaciones y recrear las mismas condiciones inhumanas en las que vivían antes del incendio.
Miles de niños y niñas estarán retenidos durante largos períodos, pasando hambre, miedo y sin saber qué va a ser de su futuro. Por supuesto, sin ir al colegio…
Muchos de ellos provienen de países que enfrentan crisis prolongadas
como Afganistán y Siria y viven con el temor constante de ser
deportados o detenidos. Si quieres y puedes apoyar nuestro trabajo con
la infancia refugiada: hazte soci@ hoy de Save the Children.
Desde Save the Children nos negamos a que haya más campos de la vergüenza como el de Moria.
Estamos trabajando en varios países de origen de estos refugiados - en Siria, Bangladés, Jordania, Líbano, Irak, Egipto y otros muchos más - para evitar que terminen hacinados en campos como este.
En estas regiones, nuestra intervención se centra en proporcionar salud, nutrición, educación y protección a la infancia más vulnerable.
María Vázquez, Save the Children España
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