TABUCRACIAS CADUCADAS A LA CARTA
En el reino del Tabú la vida es un sinvivir
y su ritmo otro cantar.
Todo se mueve a remolque de lo que pasó hace siglos
aunque no tenga sentido, ni lógica ni moral
en el tiempo que vivimos.
Aunque no sirva de nada, pero otorga autoridad,
prestancia y perogrullada seguir al pie de la letra
con total fidelidad hacia lo desconocido,
los códigos del relato, intocables y sagrados,
códigos divinizados que sin duda "tradujeron",
reescribieron y adaptaron desde sus entendederas
los escribientes al pairo de cada modalidad
imperial y religiosa, unidas sin más ni más,
por la cómoda rutina de obedecer lo que sea,
para no ser responsables de lo que toque afrontar
y cuando se llegue al fondo del cumplimiento
implantado y no se da para más:
que venga Dios y lo vea.
Heredar las tradiciones que vivieron los ancestros
a varios miles de años en distancia temporal,
en culturas y costumbres, convertidos ya en leyenda
los credos que se heredaron tomando al pie de la letra
y convirtiendo en divina la ignorancia de lo humano
para llegar a un estado que pretende ser eterno
sin haberse despertado del colocón primitivo
que hace de su capa un sayo, de lo podrido un negocio,
del amor un matadero, de la justicia un escarnio,
de la ciencia sin conciencia un obsceno beneficio,
del miedo y del fanatismo ataduras intocables
entre altares y retablos, rezos y confesionarios,
en fin, un modus trincandi,
con la mejor intención y penosos resultados,
que hace del Planeta Tierra un obtuso manicomio
al borde del precipicio.
No nos hemos preguntado por qué si ya utilizamos
imprentas, libros, diarios,
móviles y ordenadores, lavadoras y neveras,
impresoras, coches, teles, radios, vídeos,
secadoras, lavaplatos, AVES, TALGOS, 5Gs,
aviones y rascacielos,
aun seguimos dependiendo de unos relatos "sagrados"
de los que jamás sabremos si ocurrieron de verdad
o esos sublimes misterios han sido reelaborados
de la noche de los tiempos de un pasado somnoliento
a los grandes almacenes de trujimanes
perdidos y a la vez, necios,
es decir,
a los poderes de siempre, pasando por procesiones,
pascuas y fiestas benditas, conventos y seminarios,
novenas y romerías, revoluciones, batallas,
navidades y cuaresmas que alternan con carnavales
y ritos de casquería,
donde tod@s enmascaran su lado menos loable...
Y resulta lo que hay: que ese modus operandi
es el pan de cada día ya convertido en bazofia,
sin que el mundo se permita
cambiar de panadería, o tal vez, algo mejor:
intentar hacer el pan
con las manos en la masa, en sentido literal,
el horno como conciencia
y el espíritu integral que ha inspirado la receta,
repartiendo el alimento en el tejido social
sin que ninguna creencia se dedique a potenciar
castas, dogmas ni excelencias ni un negocio patriarcal
donde solo Juan Palomo maneje la autoridad:
un modelo trampantojo para tapar el absurdo
en el tobogán de un tiempo, confundido y contrapuesto,
que ya no da para más.
Jesús vino a descubrirnos quiénes somos
y por qué hemos venido a currar al reino del paripé.
Él nunca habló de castigos, de amenazas ni de dogmas,
solo de un viaje emprendido por nuestra curiosidad,
para gastar una herencia tan hermosa y natural
que invertimos a lo loco,
entre cerdos y bellotas, que somos nosotr@s mism@s
cuando no nos despertamos y nos dejamos llevar
por aquello que encontramos en el mismo caminar
marchando sin atar cabos
y olvidando que tenemos un tesoro que invertir
en valores que no están y que con alma y conciencia
venimos a construir donde la luz solo alumbra
cuando se abren las ventanas del cariño y la bondad...
Dejarnos ese equipaje le costó la propia vida
en una cruz demencial, que quien le entiende y le sigue
es incapaz de adorar. Ni fue "voluntad de dios",
ni un masoquismo brutal. Fue voluntad de los mismos
que ahora matan y destrozan, igual que llevan haciendo
desde que "dioses" e imperios se apoderaron del mundo
porque no ven más allá.
"Entrando dentro de sí", -y no ante ningún altar
nos aclara Jesuset,-
el hijo/a que está dormid@ mientras se gasta la herencia
y se queda en la miseria, deja de hacer el canelo,
se espabila, se despierta. Que si quiere también puede.
Y lo primero que hace es salir de Tabucracia
para descubrir de pronto, que jamás estuvo sol@,
y que Su Casa era todo y que la felicidad,
el premio de cada instante,
no se lo dan los poderes, ni las pelas ni la fama,
ni los amores de cuento,
sino todo lo contrario: vivir sin hacerles caso
con la conciencia y el alma abiertas al infinito
que está en medio de las cosas y en todo los que nos pasa,
es la clave que transforma cuando su luz nos abraza
y el cambio es ya irreversible.
¿Hay que seguir dos mil años siendo pastores y ovejas
aprovechando un ejemplo como dogma literal,
parábola del maestro allá en la escuela primaria
del judaísmo ancestral,
para expresar la ternura
y el cuidado fraternal por la gente despistada
que escarba sin encontrar porque ni sabe qué busca?
Aunque aun estemos fatal, la evolución es un hecho
y este mundo necesita una sana puesta al día
en espíritu y verdad, más allá de religiones
e inciensos en el altar. Que es lo que Jesús hacía
cuando ignoraba el sabat para coger las espigas
en el templo del trigal.
Vamos, que ahora ignoraría la misa dominical
por cocinar unas migas, como en mi Mancha natal.
¿Acaso el Todo Infinito no irradia en todo lugar?
P.D.
Se le puede llamar "dios".
Padre, Madre, Niñ@, Abuel@,
Parej@ sin computar,
Todo, Nada, Sorpresón, Infinito y Universos...
Pero como lo llamemos,
siempre a punto de estrenar,
tanto es su amor sin complejos,
que a "Masquediós" le da igual,
mientras volvamos a casa,
que nunca nos mete prisa
ni castiga ni amenaza
y su abrazo es alegría
en cuanto nos ve llegar.
Solo espera sin cansarse
-como el mejor Madre/Padre-,
a que hagamos los deberes
en el proceso escolar, que dura lo que un@ quiere;
no importa que suspendamos
en junio como en septiembre,
en cuanto abramos los ojos,
será coser y cantar. Que para eso son eternas
su paciencia, su dulzura, su sentido del humor
y su bendita humildad,
que nunca impone a la fuerza,
por eso llegar a Casa,
no es "la voluntad de Dios",
depende de cada cual...
Porque hagamos lo que hagamos
"Másquediós" nunca se va,
son nuestras propias miserias
confundidas con virtudes,
las que no nos dejan ver
su infinita realidad.
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