Se desgastan las palabras sin conseguir explicar
el valor de los conceptos y se repite la historia:
cuando no hay inteligencia ni cultura ni valores
ni siquiera humanidad, prudencia y salud mental
para poder entenderse entre insultos y cabreos,
como lleva sucediendo en la historia interminable
del hispánico merder , entonces salta a la arena
del parlamento español el arte del rejoneo...
En la bancada torera no hay lugar para ministras
explicando el contenido de leyes y de propuestas
que le importan un pimiento al mogollón del zarpazo,
del rejón, del caballito y de los banderilleros.
El toro se llama Irene y de apellido Montero.
Ha salido del toril y no pretende dar miedo,
sino dar el paseíllo entre la arena y el pueblo
para poder saludar y compartir su talento
de acróbata legislante, preocupada, responsable
del pifostio ganadero en un momento
muy crudo para el ganado,
para la misma dehesa,
los pastos y los paseos
entre Pinto y Valdemoro, entre igualdad y entropía,
entre machos desatados y féminas agredidas
y violadas sin permiso y después asesinadas
con crueldad y a sangre fría...Un relato fantasmal
que en la plaza no es creíble
por el código de barras de las patrias imposibles.
La colla voxciferante no comprende ese discurso,
ellos solo ven un toro empeñado en ser "la tora"
al que hay que llamar al orden
porque los toros no hablan, '¿dónde vamos a llegar
si esto sigue como va?' , se repiten entre ellos,
'hay que cortar por sano, vamos, hombres, basta ya!'
Y el Congreso de repente, tiembla lo mismo que un flan,
se derrumban las paredes y los techos hacen ¡Plaf!
Mientras tanto y por la tele, retransmiten el evento.
La gente se queda a cuadros, no se acaban de creer
lo que acaba de pasar en el mismo santiamén...
"Deben ser los humoristas
con esa forma que tienen de contar la realidad"
dice un hombre de Manresa. "Un surrealismo total
pero con muy poca gracia", dice una abuela de Cuenca
quitádose el delantal antes de poner la mesa.
"Pues yo creo que este invento tiene que ser de Wyoming"
dice un chica con gafas que se parece a Tahis Villas-
porque nadie como él atina en el esperpento".
Y de repente un tsunami de voces a la española
se levanta por doquier, y sin ponerse de acuerdo
en paz y muy tranquilit@ la muchedumbre se acerca.
Se rodea el Parlamento
y llegan los policías, que en vez de imponer el orden
a porrazos y empujones,
con actitud amigable van animando el evento.
Al fondo llegan familias, víctimas y desahuciad@s,
médicos, veterinarios, despedidos de Amazón,
kellys, taxistas, maestr@s, camarer@s,
barrender@s, técnic@s, electricistas,
cajer@s, reponedor@s...Miles y miles llegando...
a las puertas del Congreso.
Acojonados los cafres se refugian tras las verjas
ante el acceso trasero en el solemne edificio,
están cagados de miedo...
De repente, en un instante,
aparecen dos mujeres y dos hombres
con un micro,
cantando entre los aplausos
compases de Leonard Cohen en su mítico ¡Hallelujah!
Y acabado su cantar, así expresan su deseo:
" Sólo venimos aquí buscando a Irene Montero
y no por ser podemitas, sino solamente herman@s
de tod@s l@s humillad@s, vejad@s y maltratad@s.
Después de lo que hemos visto, si a ella no se le respeta,
pasamos del Parlamento. No se trata de partidos
ni de blancos ni de negros, ni derechas ni de izquierdas,
tan solo es un combinado de derechos y deberes
que acierte a representarnos y si no que se retiren
con el negocio a otra parte y no nos roben impuestos
cobrando por hacer mal a quienes pagan el sueldo.
Para eso es imprescindible
en el trato personal la justicia y el respeto.
Un parlamento escindido entre idiota y agresivo
nunca representa a un pueblo cuando el pueblo no es igual
que sus caciques vendidos al fango de un capital
repugnante y retorcido, convirtiendo el bien en mal
y hasta el mismísimo Estado en mísero picadillo
de carroñas al pil- pil con un cinismo total.
Y ahora queremos saber, como pueblo maltratado,
que nos expliquen los jueces en qué consiste ese fallo
que ha reventado la ley al aplicar el sí es sí,
en qué artículos se afirma que el violador se merezca
recortes en su condena por semejante delito,
¿la libertad como premio, con supresión de condenas,
por parte de la Justicia(¡?) por violar a las mujeres,
y 'amparados' en la ley que debería condenarlos
por tales atrocidades?
¿En qué consiste el error de dichas contradicciones?
¿No sería lo más normal que los jueces se aclarasen
antes de poner en marcha aquello que contradice
la esencia de la Justicia y el fin de la propia norma,
haciendo de la mejora un auténtico estropicio?
El pueblo debe saber los pufos del contenido,
la Ley no es solo de "expertos", pertenece al bien común
no puede ni debe ser un misterio secuestrado
por retruécanos y enredos, que nadie alcanza a entender
sin un leguleyo al lado y un pastón por entenderlo.
¿Cómo podríamos fiarnos de que un Poder Judicial
al servicio de un ppartido sea decente y ejemplar
a la hora de aplicar las leyes "del enemigo"
siendo incapaz de exigir su urgente renovación
porque los jefes peperos no les dan la bendición
para cumplir los deberes de su propia condición?
Tanta mierda amontonada es un caos contradictorio
y una trampa envenenada para montar el pifostio.
No sé si esto será cierto, pero la gente lo piensa
porque motivos nos sobran para pensar lo peor,
y si no se arregla ya, a la hora de los votos
puede haber muchas sorpresas para los planes/negocio
de esa impolítica ciega, amoral y desastrosa
que cree controlarlo todo menos su propia indecencia
ya convertida en su lodo, la esencia de sus cloacas...
no conocen otro modo de llenarse las buchacas.
¿Qué les impide a los jueces dialogar con diputad@s
para entenderse mejor
antes de aplicar las leyes
por un Poder Judicial caducado ya hace años,
y sin pasar la ITV de su regeneración?
Todo cambia, es indudable, y lo que ayer era justo
ahora puede ser nocivo,
pues las leyes facilitan sostener el equilibrio
del mundo que las inventa
y no secuestrar el mundo en un imperio "legal"
a golpe de toga y juicio
sin ver que tras los delitos hay siempre seres humanos
que necesitan un alma alumbrando la conciencia,
porque se les ha perdido o nunca la han encontrado.
No creamos que ese estado confuso y obnubilado,
solo es cosa del delito,
que la deshumanidad lleva idéntico camino
tantas veces travestido de norma y legalidad,
de enredo y de cuento chino.
Entre soberbia y ceguera, entre pufos, connivencias,
fijaciones y avaricia,
¿de qué nos sirven las leyes si aquellos que las manejan
sin ética ni decencia, atrapados en sus redes,
las usan para cargarse la esencia de la Justicia?"
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