George Orwell: «En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario».
viernes, 5 de noviembre de 2021
Gracias, Ana, pero ya va siendo hora de que cambiemos de registro, de no conceder toda nuestra atención a la basura que nos impide caminar libremente hacia un presente y un futuro muy distintos, en vez de quitarla del medio haciendo lo contrario de lo que la basura quiere que hagamos a su servicio : dedicarle nuestro tiempo en excluxiva, para que así no se lo dediquemos a lo más fundamental: el cambio de conciencia, de perspectivas, de formas de vida y de conductas.
Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que conforme cumple
años se acerca más y más al PP, era muy reacio a la democracia interna
en su partido, el PSOE. El expresidente de Extremadura decía siempre que
a las primarias socialistas (un militante, un voto) las carga el diablo
y solo dan pie a desgracias orgánicas, por ejemplo, cuando Pedro Sánchez ganó a Susana Díaz
en 2017 con todo el aparato de Ferraz en contra, incluido el propio
Ibarra, al que Sánchez le espantaba por su cercanía en sus mensajes a
Unidas Podemos, que tenían aún más cuernos y tridentes que el hoy
presidente del Gobierno. Hablamos, claro está, de la versión de Sánchez
de entre los años 2016 y 2019, cuando Pablo Iglesias no
le quitaba el sueño, una versión que estuvo obligado a recuperar en
2020 tras el fracaso del intento de que Ciudadanos apoyara su
investidura, que duró unos meses.
Ahora es la presidenta de la Comunidad de Madrid la que ha decidido
dar esa misma batalla que dio Sánchez en 2017, con el aparato de Génova
en contra. Isabel Díaz Ayuso, que se pasea por los
cónclaves del PP al grito de "Presidenta, presidenta...", y no
precisamente de Madrid, tiene claro que el cargo de presidenta del
partido madrileño le corresponde por derecho y voto (mucho voto), como
corresponde el suyo a los barones autonómicos de su partido. La lógica es aplastante, sin duda, y hace parecer aun más inexplicable el empeño de Pablo Casado y su fiel escudero Teodoro García Egea
por aplastar la legítima aspiración de Ayuso. Digo "aplastar" porque la
ferocidad de los mensajes que llegan desde la sede nacional del PP
contra la presidenta madrileña invitan a pensar en una ruptura de no
retorno de la relación personal que unía a Ayuso y a Casado, quien
eligió a su antaño amiga para ser la candidata del PP a las elecciones
autonómicas de Madrid cuando nadie quería serlo.
El presidente del PP no quiere a Ayuso en el liderazo del partido
madrileño porque es una contrincante segura en 2023 si las elecciones
generales no dan a Casado la Presidencia del Gobierno. Eso lo sabe todo
el mundo, por más que desde Génova vengan a decirnos que Casado no tiene
rival interno. ¿Imaginan que el líder del PP negara a Alberto
Núñez Feijóo, único barón del partido que gobierna con mayoría absoluta,
la presidencia de la formación gallega? No, no se lo pueden ni
imaginar. Yo tampoco: Feijóo es intocable y Galicia no es Madrid, que
además es España. No como Galicia, que pertenece al viento de la Costa
da Morte.
Casado no quiere una nueva versión de Esperanza Aguirre en Madrid, dicen los populares, con cuyo poder absoluto en la Comunidad hizo la vida imposible a Mariano Rajoy
mientras pudo, según reconoce el propio expresidente poniendo los ojos
en blanco. Pero Casado no es Rajoy ni Ayuso es Aguirre, porque aquí nada
es lo que parece salvo el liderazgo del presidente del PP, cuya
debilidad se ha enfatizado en esta guerra sin disimulos.
La presidenta de la Comunidad de Madrid quiere que las bases voten al
jefe/a de su partido regional, además, en las dos vueltas, no solo en
la primera para dar paso a una segunda ronda de voto compromisario,
gracias a la que el propio Casado ganó a Soraya Sáenz de Santamaría el liderazgo del PP con el apoyo de Dolores de Cospedal, alias Esa Señora de la que Usted me Habla. Cristina Cifuentes
hizo lo que Ayuso quiere hacer y le salió bien, ¿por qué su sucesora no
va a poder hacerlo? Porque una vez más, Génova manda aquí también.
Subestimar a Ayuso ha salido mal a todo el mundo menos a ella y a
los/as suyos y no parece que Casado y García Egea tengan el asunto
controlado, ni mucho menos; mirándolo con distancia, parece incluso que
Génova reniega del éxito en Madrid. La presidenta está dispuesta a
reventar el reglamento interno del PP por ser su presidenta regional y
lo único que debe plantearse la dirección nacional es si su líder podrá
soportar el desgaste de una derrota injusta (lo es desde el momento en que se impone a otro/a candidato, sea el visiblemente incómodo José Luis Martínez Almeida o Ana Camins, actual número 2 de la Secretaría General del PP de Madrid) o de una victoria incontrolada por Casado, y ambas son ahora las únicas opciones. Todo mal.
Respuesta del blogg
Según
pasan los años y la experiencia se va consolidando como madre de la
ciencia, dudo cada vez más de que eldiablo exista y sea una fuerza
independiente de la chifladura humana. Más bien, lo voy considerando una
consecuencia de los trastornos psicoemocionales de nuestra especie,
una terrorífica alegoría para no cargar a la humanidad con el mochuelo
de revisarse en serio y echando la culpa metafóricamente a entidades del más allá,
de todo lo que se perpetra en el más acá.
Ya va siendo hora de que
maduremos, que son ya muchos miles de años en este plan. Que aquí mando
yo y tú te callas, que si los demás sufren por nuestra causa, ¡qué les den!
Que el que la hace la paga, sobre todo si no tiene dinero e influencias para hacer que la paguen
otros pringaos sin pedigrí. ¿Que soy una garrula o un
cenutrio y quiero mandar en todo? pues voy y mando, hale, aunque para ello tenga
que inventarme una carrera, unos estudios, una licenciatura o unos
masteres de lo más chachi, y conectar enchufes a tutiplén aunque sea
cuidando el perro de quien manda, condenando hoy lo que ayer veneraba y
viceversa, si no me da la razón, y todo disparado, según lo que digan las encuestas y el
índice de cabreo imprescindible para echar del poder a los que me han
quitado el chollo de forrarme sin dar más palo al agua que el insulto,
la calumnia, el boicot al Poder Judicial y los rituales de santería
saltimbanqui, poniendo verde a los gobiernos "enemigos" por lo mismo que luego copio
cuando gobierno y no sé qué hacer...
Sólo quiero hacer lo que me dé la
gana cuando me dé la gana. Ése es mi destino irrevocable, porque no
tengo otra cosa mejor y no, no voy a jorobarlo por un quítame allá un
tiquismiquis sin futuro terracero y con doble mando sobre la dehesa y el
corralón.
En fin, este panorama como horizonte, no deja lugar a dudas
de que no es ningún diablo el autor de este sindiós, sino una salud
mental en picado, hecha puré y para colmo, contagiosa, vírica, endémica
y ya pandémica. Ningún diablo haría nunca nada sin seres prehumanos que
le den forma, argumentos y herramientas para convertir el mundo en un
campo de concentración en modo manicomio. Ya está bien de decir que todo
lo que pasa es o la voluntad de Dios o la del diablo, si precisamente la
propia Biblia dice al principio de todo que no se nos ocurra comer del
árbol del bien y del mal, porque ese modo de vivir nos vuelve loc@s,
nos hace perder la memoria de quienes somos y de cual es el sentido de
nuestro paso por este universo.
Este empastre es solo cosa nuestra, la
locura personal y colectiva, también lo es. Ayuso, Casado, Teodoro, Aznar, las cloacas,
Abascal, la mierda a raudales, el fanatismo y la debacle constante empeñada en
dar gato por liebre como si no hubiera mañana, y todas las cretineces
adjuntas, son más de lo mismo...un lodazal sin fronteras.
Dejemos ya de dar bombo y platillo a
estas miserias enloquecidas y persistentes a base de mediocridad psicópata y
volquémonos en el tú a tú, en la construcción de redes humanas, de apoyo
mutuo, de poner grandeza de miras y humilde verdad, donde solo hay
mierda a toneladas. Hagamos de esa mierda un buen abono para que
regenere la tierra y sembremos en ella fraternidad, sororidad,
compasión, equilibrio, inteligencia y esperanza. Dediquemos el tiempo a construir en
nuestra mente, en nuestras emociones, deseos y proyectos, un cambio de
miras y de voluntades. Puertas abiertas a la luz que no cobra por
alumbrar.
No nos merecemos estar como asnos dando vueltas en una noria
vacía, en la que hace siglos se acabó el agua y nos quedó solamente
fango envuelto en el celofán imaginario de la "ilusión", o sea, del
autoengaño. Nosotros somos parte desmemoriada del infinito embutida en
una materia que creemos eterna mientras estamos en ella, y de la que
hacemos el único objetivo de nuestra vida. Por eso nos va tan mal. No es
posible vivir plenamente solo con la mitad de lo que somos.
Ese pp
acabará. Este mundo tal y como está, también, y pretender que este
lodazal sea el único objetivo de la humanidad, es el callejón sin salida
y la trampa más tonta de la propia humanidad, ésa que llama "ciencia" a
la "seguridad" cegata que la extermina y califica de pseudociencia a
todo lo que no entiende ni puede comprar y que por ello puede ayudarla a descubrir su camino completo.
Ni política, ni
economía, ni leyes, ni poderes, no conquistas, ni triunfos pírricos
valen lo que nos cuestan. Despertemos ya. Una vez despiert@s comprobaremos que somos luz y
nos llena la paz necesaria para no temer ni abusar, ni odiar, ni oprimir, pues todo el bien
que somos transforma instantáneamente el mal que no existe nada más que en nuestra propia
ignorancia vestida de soberbia e idiotez: ego sin más. Un fantasma con
fecha de caducidad y sin valor alguno, que solo nos sirve para aprender
de cada tropiezo y transmutar el barro en luz y las tinieblas en un
amanecer sin fecha de caducidad.
No alimentemos ni reforcemos lo que
mata el alma e impide que tengamos conciencia. El juego inútil del poder
es la peor trampa. La libertad del espíritu no la necesita para nada,
la traspasa y la deja en la nada de lo inservible, una vez aprendida cada
lección que nos sale al paso. A la inmensidad de la luz solo se llega
por la puerta más pequeña de los humildes y felices, al abismo de la
oscuridad se entra por los pórticos del autoengaño, de la vanagloria, del
afán de control sobre los demás, y de la "ilusión", que empieza en la misma nada en que
termina. El vacío.
Dormid@s somos juicio, premio y condena, saltando de un extremo al otro sobre el alambre del miedo y la locura, o sea, el
diablo. Despiert@s somos partículas, moléculas, electrones y células
conscientes de eso que llaman "dios", que es nuestra esencia, aunque en
realidad no hay nombre que defina ni explique en este plano existencial esa energía. Solo se integra y se
descubre plenamente cuando se vive y no solo se vegeta y se especula como parte desintegrante de un videojuego, cuando se deja de saltar a la
comba tóxica del juicio constante entre el bien y el mal, el desajuste entre arriba y abajo, ricos y pobres, tontos y listos, guapos y feos, "amor"(¿?) y odio, o sea, en la
antítesis del Amor que Somos. El sentimiento inmenso que impulsa la Creación constante, el
eje del Ser. Ya es el momento en que la verdad se hace patente en medio de la mentira como sistem in failure habitual e incluso "necesaria" como estrategia.
No, el Armagedón solo es una metáfora de Juan de Patmos para explicar un tiempo inimaginable con imágenes entendibles de hace veinte siglos, nadie va a matar a un diablo que no existe fuera del ser prehumano que lo hace posible. La Vida no mata. Porque la Vida es Dios. Infinita. Sorprendente y flexible. Sencilla y natural. Fresca y cambiante sin rupturas. Evolución eterna. Felicidad sin final, más allá de euforia y gratificante cansancio que de pronto nos sorprende con una nueva energía inesperada, ilógica, aquí mismo y pase lo que pase, con una gracia repentina, y hasta impertinente para los más serios, porque en realidad es igual vivir en el amor que en el humor de Dios.
Demos, por fin, el salto cualitativo que nos libera, nos transforma, y todo lo demás,
incluido lo cuantitativo, se nos da y dará por añadidura, como consecuencia natural del cambio y su luz.
Digamos adiós al pp y a sus abalorios caducados. No dediquemos más tiempo a barrer el panteón de las inmundicias. La Vida es celebración activa. Y está esperando a que caigamos en la cuenta de lo que Somos. Así que, venga, vamos, familia, hay tanto por descubrir como por hacer y compartir..!
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