martes, 2 de noviembre de 2021

Cositas buenas para ir andando por antiguos caminos a estrenar. ¡Gracias, paisanet@s de Pedro Muñoz!


El pueblo de Ciudad Real que ha creado un fondo social de tierras abandonadas para reforestar su "paisaje perdido"

Tierras y Complejo Lagunar de Pedro Muñoz

Castilla-La Mancha es una región de tradición agrícola, para bien y para mal. Mientras que por un lado este sector ha conseguido revitalizarse y renovarse en algunas áreas, en otras zonas las tierras de labranza se han ido perdiendo. Sus propietarios dejaron de trabajarlas por edad o por falta de rentabilidad, sus familiares no tomaron el relevo y sus herederos no consiguieron venderlas. Se convierten así en pedazos de tierra abandonados, en “tierras de nadie” de las que nadie se acuerda y con las que nadie sabe qué hacer.

Así ha ocurrido desde hace años en la localidad de Pedro Muñoz, al nordeste de la provincia de Ciudad Real. Este municipio de más de 7.000 habitantes ha sufrido, como muchos de la Mancha, no solo la falta de actividad agropecuaria en sus tierras sino también la pérdida de parte de su antiguo paisaje debido a los efectos del cambio climático durante las últimas décadas.

La solución, o por lo menos una forma de evitar que estas tierras caigan en el olvido, ha llegado uniendo ambos problemas en una única solución. El Ayuntamiento ha creado un Fondo Social de Tierras para que las personas propietarias puedan ceder sus terrenos a esta administración y que sean reforestados o reconvertidos en paisaje para el disfruto de vecinos y vecinas del pueblo.

No se trata de los ya conocidos como Bancos de Tierras existentes en otras localidades, donde el Ayuntamiento ejerce como interlocutor entre vendedores y compradores. En este Fondo Social, la tierra se cede, no se vende, y no se puede especular con su valor de mercado ni puede utilizarse para otros fines que no estén enmarcados en la defensa del medio ambiente.  

"Que la tierra no se pierda"

El alcalde, Carlos Ortiz Sánchez-Tinajero, explica a elDiarioclm.es, que la idea, aprobada por consenso en el pleno municipal, surgió tras atender a varios vecinos, la mayoría personas mayores que han abandonado el municipio y viven fuera pero que siguen pagando el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) de terrenos que ya no labran. En principio, las primeras soluciones apuntaron a un Banco de Tierras pero después el Consistorio local estudió otras alternativas para que “la tierra no se perdiera, que se pudiera aprovechar para algo bueno”.

“Ahí nos dimos cuenta de que podíamos hacer labores de reforestación en esas zonas, que nos permitieran luchar contra el cambio climático. Porque ahora, esta localidad es todo viñedos, pero antes había montes y pinares que desgraciadamente están desapareciendo por efecto del clima. ¿Por qué no recuperar ese paisaje?”, precisa.

Mediante este Fondo Social de Tierras, el vecino cede gratuitamente al Ayuntamiento su terreno mediante un convenio que se lleva al pleno en cada caso particular y se escritura a nombre de la Administración, que aunque no la compra, se compromete ante notario a reforestarlo, plantando vegetación autóctona como pino, carrasca o encinar, que es la propia también del famoso Complejo Lagunar del municipio. “El Ayuntamiento también se compromete a no se especule con ese suelo ni lo ceda a un tercero.  Solo puede reforestar la zona, con un objetivo paisajístico y de lucha contra el cambio climático”. Con ello, las personas propietarias no verán su tierra abandonada”, dejarán de pagar impuestos por ella y el Ayuntamiento corre con los gastos de plantación y cuidados.  

En la Secretaría de la Corporación municipal ya se están tramitando varios expedientes y solicitudes con este objetivo y hay muchas personas llamando para interesarse. Mientras, hay técnicos municipales analizado tierras cedidas para preparar la reforestación. “Todos tienen en común que son tierras abandonadas y ellos lo ven como una forma de hacer un bien a su pueblo. A todos les ha gustado la idea”, subraya el alcalde.

“Nuestro objetivo también es poder dejar a nuestros descendientes aquello que nosotros no hemos podido disfrutar. Esos montes y paisajes que se han perdido. Sabemos que nos va a suponer un coste pero merece la pena, y además obtenemos un retorno, que es la mejora del medio ambiente, Los ayuntamientos estamos para eso, para mejorar el bienestar de la gente, y en eso se incluye que puedan pasear y hacer deporte en sitios adecuados. Desde las administraciones locales debemos apoyar este tipo de lucha de reforestar nuestro planeta”.

De momento, la Administración local no se ha planteado pedir ayuda económica a otras instancias para llevar a cabo este proyecto. “Estamos tirando nosotros solos, no sabemos qué fuerza va a tener, pero si la medida se impulsa moveremos todo buscando dinero para seguir con ello. Intentaremos también contar con la Junta de Castilla-La Mancha para que nos proporcione árboles y plantas, y poder abaratar costes, pero si no se puede, lo costearemos en el Ayuntamiento. Merece la pena”. 


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Comentario del blogg:

Esto es fruto del seny manchego; en La Mancha hay mucha sensatez natural, como la hay en la mayoría de territorios planetarios que no se han dejado arrastrar ni seducir por los imperios de la egopatía y sus escuelas de malandrines como díria Cervantes por boca de Alonso Quijano puesto cabeza abajo en la Cueva de Montesinos, por ejemplo...

Estas iniciativas son propias de la inteligencia natural. Mi abuelo materno que era de una aldea de Badajoz, Manchita (diminutivo de Mancha, por cierto), pensó lo mismo y cedió por propia iniciativa solidaria al Ayuntamiento, para uso gratuito de quienes lo necesitasen, los campos de cultivo y regadío, más la casa de labor que heredó de sus padres, ya que él y mi abuela solo iban en verano una semana de vacaciones para las fiestas. 

Aquella decisión, según nos explicaron en el pueblo tras la muerte de mi abuelo, -yo tenía trece años- había supuesto que unas cuantas familias no emigrasen al País Vasco ni a Catalunya ni a Alemania, Suiza o Francia, dejando al pueblo sin mano de obra para las labores agrícolas y, en cambio, facilitar que hubiese autoabastecimiento para el pueblo y producción suficiente para vender en la comarca. Obras son amores y no 'liberales' razones. 

¿Acaso las ventajas del liberalismo las pueden disfrutar los pobres y explotados que el propio liberalismo necesita esclavizar para 'ppoder' forrarse mientras vegeta? Sí, vegetar, porque vivir es mucho más que eso. Si mi abuelo hubiese sido más liberal que humano, más avaro que buena gente, haciendo uso legítimo de ese miserable concepto de "libertad" que otorga el egoísmo,  hubiese vendido las tierras y la casa a unos terratenientes de Guareña que llevaban años queriendo comprar la apetitosa herencia, la fortuna de la familia se habría incrementado, sin duda. Pero el abuelo decía que con su pensión de jubilado tenía suficiente para vivir y que en su pueblo la gente no tenía más seguridad que las labores del campo, del que pocos eran propietarios, y que lo justo era ceder ese bien a quien lo necesita. Cuando alguien viendo estas cosas les preguntaba por qué unas personas como él y mi abuela, tan cristianas en lo que hacían, no iban a misa los domingos, ellos siempre contestaban lo mismo: estamos muy ocupados con la gente que nos necesita y se queda sola cuando su familia tiene que ir a misa; la misa en realidad -decían mis abuel@s a dúo- es lo que hacemos en cada momento y dios es el impulso y la luz para ver qué hacemos y por qué, el cariño con que lo hacemos, no lo que obedecemos los domingos durante media hora, solo para que dios no se enfade, -porque si se enfadase y castigase como nos cuentan, no sería Dios- una relación muy rara, al margen de lo que hacemos constantemente. 

Cuando el abuelo murió, lo hizo con una medio sonrisa y una expresión imborrable de sorpresa en el rostro, y, con la cara que ponía cuando encontraba a amigos y familiares a los que llevaba mucho tiempo sin ver; hasta que se lo llevaron a la tumba su cuerpo emitía una especie de resplandor delicado y suave por todo el espacio circundante y un perfume sutil, muy dulce, algo parecido a una mezcla de limón y flores, que, por supuesto no era nada material. Cuando mi abuela murió trece años más tarde, al abrir la tumba para enterrarlos juntos, el cuerpo del abuelo estaba intacto, tal cual, con la sonrisa del adiós, cuando lo movieron, su envase  material se deshizo convertido en polvo.

Sí, se puede, claro que se puede. Cuando "poder" no significa explotar y mangonear, sino cooperar y realizar organizando en común para conseguir el bien de todos en igualdad de derechos y deberes. Pero antes de y durante el proceso y mientras se intenta realizar el bien común, hay que aprender a Ser, porque sin Ser, 'poder' solo significa oprimir al prójimo que es tu hermano, no tu fregona, sí tu herman@, al que no puedes ni debes manipular, explotar, deshumanizando y arruinanando todo y a tod@s como final de fiesta. Guterres, el portugués,  lo ha dejado cristalino: si utilizamos la Tierra como un retrete, los humanos acabamos siendo mierda. Eso sí, una mierda completamente liberal, porque le da la gana, claro, que para eso es libre, muy libre, libérrima! Aunque, a decir verdad, ser libres sea un camelo si primero no está disponible la matriz del alma que gesta la conciencia y pare la libertad.

Anda, qué sorpresa! Acabo de darme cuenta de que hoy es el día de los difuntos...Está claro que nada es casual, más bien todo es causal. ¡Pues qué bien!


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