jueves, 4 de febrero de 2021

Garzón: "Ampliamos el concepto de vulnerabilidad para proteger a más con...

   


Queridos amigxs y hermanxs del pp y de vox, vosotrxs sois muy creyentes y católicxs, al menos eso es lo que afirmáis, por esa razón estoy segura de que compartís todas las propuestas que acaba de hacer Alberto Garzón, ministro de Consumo. Si leéis los evangelios con las Bienaventuranzas como eje central, reconoceréis sin duda el bien común como objetivo de la fraternidad universal que transmiten los mensajes super prácticos y concretísimos de Jesús el carpintero de Nazaret, proletario y consumidor vulnerable sin lugar a dudas, desde que nació hasta que le asesinaron con un sadismo de manual por el poderío del momento que según se ve no ha cambiado nada más que de indumentaria en 22 siglos, basta con repasar su biografía para identificar el argumentario de Alberto Garzón con los mismos valores, su discurso podría ser perfectamente el testimonio en directo de un cristiano comprometido socialmente en un barrio de Madrid como La Cañada Real, Entrevías o El Pozo del Tío Raimundo. Como esos cristianos y pobres de a pie y ya sin ideologías cantamañanas  no tienen acceso al Parlamento, desde las comunidades de toda España vaciada o amontonada en la misma precariedad, sí pueden reconocerse en las propuestas del compañero Alberto, y esa es la diferencia abismal que se revela a sí misma entre la realidad de su exposición y el palabraje de los muy católicos, sí, pero en otra galaxia a la hora del aterrizar por fuerza en las Españas ruinosas, descalabradas y esquilmadas por una inercia patológica que Jesús identificaba en su tiempo con el fariseísmo convertido en "normalidad" piadosa y exhibicionista del bla, bla, bla, y en las oraciones a grito pelado en los altares del templo,mientras los hermanos más pobres y abandonados socialmente se mueren de asco y de olvido, ya que todo el interés de lo "buenos" está puesto en el dinero para comprar incienso y velitas para dorarle a dios la píldora que no hay...o mantener palacios arzobispales con el dinero que ahorran en no pagar el IBI, eso sí, al mendigo se le dan unos céntimos o una barra de pan y así se hace caridad en vez de justicia y se va pagando a plazos el pasaje para el cielo cuando se pete. Tomayá, negocio redondo, ¿verdad?

Y claro, de repente, qué bombazo,  aparece en la tribuna un comunista malísimo, ateo, republicano, descreído y todo lo demás, que no habla de combatir sino de cooperar, diciendo que el estado tiene que humanizarse, que debe recoger del suelo y acoger con amor y solicitud a lxs agredidxs, malheridxs y expoliadxs por el bandidaje asaltador que roba sin tregua desde los sillones y la miseria de peor calado: la del alma que no puede ni sabe ni le interesa desarrollar conciencia ni reconocimiento fraterno de sus iguales porque lo quiere todo para ella solita y sus compas de adicción que ya entre ellos se compran y se venden tan ricamente sin dar cuentas a nadie y menos a Hacienda ni a los tribunales, eso sí,  "amigos", menos cuando ya no queda otra y un Luis colega entrañable se hace fuerte y canta La Traviata a pleno pulmón. 

Indudablemente las tornas están al revés, porque aquí está fallando algo muy gordo, ese discurso y esas propuestas de Alberto Garzón ¿no deberían ser las de la Derecha Católica, Apostólica y muy mucho Romana que tantas procesiones y misas solemnes organiza y tantos inmuebles y tierras posee por todo el territorio españolazo? ¿No deberían ser los rojazos maléficos los que roban al estado, venden a los colegas, trituran discos duros, se montan capios en familia, se forran a lo bestia  y se hacen los locos a la hora de declarar mentiras a mogollón en los tribunales? Si yo fuese una católica del pp o de vox, ferviente y cumplidora a rajatabla de todos los rituales, me plantearía ¿ en qué puñetas estoy metida, qué hago aquí, si lo que creo de verdad que el mundo necesita es lo que está diciendo ese comunista y no el pijerío encenagado de esa tradición amante del improperio y del esperpento soplagaitas, echando el resto para que todo siga igual en este  hundimiento social y moral envuelto en tanta bandera y a la sombra de la cruz en la que constantemente los fariseos vocacionales siguen crucificando sin parar al prójimo en todas sus facetas: refugiadx, migrante, mendigx, desahuciadx, paradx, maltratadx, olvidadx, abusadx, estafadx, enfermx arruinadx sin recursos, niñx sin escuela, sin comida, sin luz o sin techo? 

De verdad, que es muy raro este fenómeno. Parece mentira que esto sea cierto y que después de XXII siglos estemos igual en lo más básico: en la absoluta falta de conciencia, de ética y de inteligencia emocional ya imprescindible a estas alturas de la historia, hasta para sobrevivir. 

Es una situación tan surrealista y atroz, que parece una pesadilla de la que en cualquier momento vamos a despertar. Pero no caerá esa breva, el despertar esta vez depende de nuestra voluntad no solo de un reflejo instintivo, para ello hay que remangarse y aprobar el master cotidiano del Universo. No queda otra. Con la particularidad de que lo tenemos que aprobar en común o no servirá de nada ser estrellos egópatas en petit comité, "venciendo" al enemigo que es Nosotros, o escapando a Andorra o a los Emiratos para que la bolsa permita la mejor vida ya imposible en medio de la debacle total que a este paso no dejará títere con cabeza ni en Silicon Valey, ni en los USA, ni en la UE, ni en Rusia ni en China, ni en Japón,  ni en Suiza, si la cosa no cambia ya mismo. El Planeta entero se va por el desagüe si seguimos en este plan demoledor, es decir sin entender que propuestas como las de Garzón y el viejo evangelio ya son cosa de vida o muerte y no de  a ver quién es más hábil robando, mintiendo y pudriéndose al amparo de la Ley. 

No olvidemos que la caja de herramientas para este irreversible cambio está en el interior, como en la Bella y la Bestia. Pero esta vez no es un cuento, sino un ahora  o nunca.

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