viernes, 5 de junio de 2020

Descubriendo pistas para la bifurcación entre las estructuras disipativas de la entropía

 


Esta película de Roland Joffé, es histórica, no se inventa nada que no haya quedado en las crónicas,  y destapa sin tapujos el curriculum de la Iglesia Católica, que los siglos han enriquecido con un refinamiento de lo más repulsivo. Cuando le viene bien, ese putón verbenero, como la define Juan Evangelista, es capaz de las peores tramas y jugadas, "en el nombre de dios", eso sí. Menudo dios sería si ese monstruo fuese real, que no lo es, gracias a Dios, el de la mayúscula, que nada tiene que ver con semejantes montajes delirantes y podridos. Este film es absolutamente recomendable para comprender lo que hay, lo que hubo y seguirá habiendo, mientras no haya conciencia despierta en la gran mayoría de la humanidad, un déficit que la iglesia católica facilita y promueve, para sobrevivir como institución estado y negocio, a costa de la humanidad más dormida, como hace el capitalismo destroyer que ahora pretende pintarse de verde y ecologista para nos soltar el mango de la sartén del poder. 
Precisamente no tiene el menor sentido predicar que en el Reino de dios, los últimos sean los primeros, y vivir locos de soberbia por llevar la batuta y mangonearlo todo, adictos al figureo, a parasitar los estados, a dominar las emociones y las mentes y consentir la injusticia, las guerras, la desigualdad, la pederastia, el machismo y la corrupción política o las dictaduras más sangrientas si son muy católicas, y teniendo la pederastia como hobby educativo, porque según algún obispo, hay niños que piden ser violados...

Es cierto que cuando se conoce la Teología de la Liberación y a seres como los hermanos Cardenal, Jon Sobrino, Ignacio Ellacuría o Leonardo Boff, Pedro Arrupe, Elder Cámara, Luis Espinal, Alfonso Pedrajas, Rutilio Grande, el Arzobispo Romero,Tony de Mello,  o Hans Küng, se alegra el alma, pero viendo los resultados globales del montaje, te acabas preguntando, ¿qué habría pasado si en vez de continuar manteniendo una iglesia podrida esos seres de luz la hubiesen abandonado y se hubiesen dedicado a hacer el mismo bien a la humanidad siguiendo el Evangelio por libres? Unidos comunitariamente en el Espíritu y entregados de todo corazón a la misión de las bienaventuranzas, codo con codo con el resto de la humanidad, olvidándose del poder jerárquico del engaño y la manipulación, cuya cúspide evangélicamente incompatible, es haberse constituido en pontífices imperiales de un mundo perdido en la oscuridad, a ese montaje le sale muy rentable. ¿Habría sido Marx, por ejemplo, tan decisivo y convincente para la humanidad, si en vez de ser coherente y vivir como pensaba, sentía y escribía, se hubiese montado un kiosco ideológico en un palacio berlinés, o se hubiese comprado un casoplón en Los Campos Elíseos para las vacaciones en París, predicando socialismo? Lo más convincente y decisivo de Karl Marx no fue Das Kapital, fue el ejemplo de su propia vida evangélica total y conectada en lea directa con sus escritos, mucho menos teóricos que prácticos. La Iglesia Católica es justo el revés de esa ejemplaridad que se acabó a partir del siglo IV, cuando se ajustó a ser la sustituta de la religión romana, como la socialdemocracia se ajustó en su momento al capitalismo y comenzó a caer en picado, a "vencer" sin convencer, como diría Unamuno, que es lo sucede cuando el apaño sustituye la esencia de lo que hace, se piensa y se dice.

¿Qué sería de esa Iglesia Católica si de repente la mayoría de los seres humanos descubriese la existencia de un "socialismo" espiritual que todos llevamos dentro como semilla de Dios y su guía luminosa, que vamos descubriendo según se muestra la vida: equivocada, acertada  a medias, impuesta por las circunstancias o casi sin problemas,  que vamos  encontrando y elegiendo, un capital íntimo que nunca descubriremos mientras pensemos que otros directores de 'empresa religiosa' de casta clerical nos tienen que liberar y domesticar, mientras nuestra conciencia - la huella del Ser inseparable del espíritu que Somos- se reduce a ser un riesgo "peligroso" que piensa y decide por su cuenta?
Nuestra directora espiritual es y siempre será la propia vida, que ya en sí es la gran oportunidad de entrar en contacto con la esencia cósmica e individual,  ella nos muestra lo cierto y lo falso, lo enfermo y lo sano, lo bueno y lo malo, nos enseña a pensar, a deducir, a preguntarnos y encontrar respuestas, y a que vayamos descubriendo la potencia del amor y del conocimiento natural, que poco a poco vamos compartiendo en afinidades, diferencias, problemas, soluciones,...Pero si tenemos un poder encima que dice saberlo todo y nos explica y reduce con su cosmovisión de diseño, a unos parámetros determinados por órdenes y mandamientos, que realmente cuando son verdaderos nos nacen desde dentro, y si no lo son  nunca los tendremos en cuenta porque los distinguiremos por la experiencia, pero ellos saben que si nos son impuestos desde la infancia, nos condicionarán para toda la vida y aunque ese tinglado sea terrible, para nosotros será "sagrado" por tradición, por afecto y apego, por las fiestas, por los duelos. Para eso se han inventado los sacramentos, para "estatalizar" el poder sobre las conciencias práticamente inoperantes, ya que los rituales mecánicos, ocupan su lugar. Para eso se han apoderado de la educación y la enseñanza desde hace siglos y son favorecidos por las clases dominantes. Por eso en el colegio de monjas al que fui de pequeña (solo un curso , menos mal) estábamos separadas las niñas de pago, de las niñas gratuitas, nosotras con uniforme, corbata, abrigo azul marino y sombrero que costaba un pastón, y ellas con un baby blanco que era del colegio, ni siquiera de ellas, sí, separadas en el recreo por horarios distintos, y hasta en la capilla. Las "ricas" a la derecha y la "pobres" a la izquierda, como su dios manda. Y aquellas monjas se llamaban Hijas de la Caridad. ¡Menos mal! Eso sí, hay que decir que cunado una "blanquita" salía inteligente el colegio la incluía en los estudios de bachiller de las 'negritas' y a cambio de esa beca, ella se convertía en la criada de la clase: borraba la pizarra, colocaba sillas y mesas, ventilaba el aula, y hacía los recados cruzando el patio para buscar tizas, traer agua la profesora o llevar papeles a secretaría aunque estuviese diluviando y no hubiese paraguas en clase, se quedaban todos en el recibidor a la entrada.
Así que, con semejante bagaje devoto y limosnero, aunque tengamos cien años en ese plan siempre estaremos en la inopia del crecimiento personal, -y por supuesto, espiritual-  dependiendo de los "profesionales" de la religión. El gran negocio mundial de los imperios junto con el  capitalismo que, además del tráfico de esclavos laborales, comercia con los billetes al más allá, condicionando todo lo posible el más acá, mediante promesas celestiales y amenazas infernales, estratégicamente combinadas ad hoc. Que la humanidad vaya descubriendo que cielo e infierno son exclusivamente de manufactura humana, y que justamente Dios no tiene nada que ver con el invento, sino que es la energía espiritual práctica que lo desmantela, dejaría el poderío religioso/forring office, por los suelos. Es evidente, que todos los estamentos del poder que maneja pasta en los estados ya empresariales, como dice el Apocalipsis, estén interesadísimos en que el poderío religioso/político/financiero siga en pie, hace una estupenda función de base, y ya son galletas de la misma harina.
Para ser justa debo añadir que mi primera experiencia escolar fue de dos cursos uno en el parvulario y otro en primero de básica, con la ITE (Institución Teresiana), en Puertollano donde mis abuelos trabajaban gestionando una residencia de empleados del INI. Aquel colegio era ejemplar, en plena dictadura, niñas y niños compartíamos un espacio común y una pedagogía Montessori total. Gratuito. Mezclados ricas y pobres. Unas maestras de antología y unos métodos inmejorables, donde te enseñaban a ser , a amar y a respetar, y a convivir disfrutando el intercambio y la generosidad natural de la infancia, antes que a leer y donde las asignaturas las ibas construyendo en clase, los libros estaban allí para consultar datos, el trabajo era tuyo, descubriendo e investigando la realidad que luego escribías, dibujabas y coloreabas en una cartulina que se multiplicaba durante el trimestre y acababa por formar "tu " libro a final de curso.
La ITE era una asociación de maestras cristianas, que solo podían entrar en ella con los estudios terminados y la idea de espiritualidad como normalidad total de la vida, muy clara. Allí nadie predicaba a dios, no era necesario, se vivía en directo sin tracas ni ritos, por la mañana al entrar, los cursos ser reunían en un espacio común  y cantábamos una canción dando gracias por otro día más, por la estación del año o por los pájaros y los arboles de los patios en terraza, que eran el recreo. Una maestra o algún alumno o alumna mayor, acompañaba al piano, la flauta o la zambomba si era diciembre, y nos saludábamos, dándonos los buenos días, camino de las aulas.
No había clases de religión, ni capilla. Porque la religión no era necesaria y la capilla era eran el cielo y la tierra.
Es evidente que el cambio al colegio de monjas, al mudar de domicilio, para mí fue un terrible salto al vacío que no solo no he olvidado, sino que  a lo largo de mi vida me ha ayudado a distinguir con claridad las churras de las merinas. Y a tener muy claro el valor del evangelio y el contravalor del fraude pseudoevangélico. Y cuando me enfrenté al cole de monjas, me quedó clarísimo, que bajo la misma sigla se puede ser totalmente distintos, pero siempre que esa distinción no consista en ser el reverso de lo que se afirma ser y por ello sea pura manipulación. Es por eso por lo que alguien que vive los valores evangélicos se puede sentir mucho más afín con Julio Anguita que con el Papa; Julio vivió lo que decía y pensaba, siempre construyendo el bien común,con modestia y honestidad, los papas no pueden hacerlo si quieren seguir siendo papas. Si viven el Evangelio tienen que renunciar al merengue y si no lo hacen están traicionando el Evangelio. La Iglesia Católica a partir del 313, eligió lo segundo. Y ahí se ha quedado. Así que no deberíamos sorprendernos de que esté como está. Y eso no quiere decir que la ITE no siga siendo un bastión pedagógico de inteligencia espiritual y eficacia intelectual, pero también es verdad que ahora solo pueden funcionar como colegios de élite para niños y niñas con pasta. Igual que su Colegio Mayor. Aunque su origen fue en la pobreza de los montes de Jaén, con Josefa Segovia de maestra y el párroco Poveda como iniciadores de la epopeya rural y modestísima.


Para comprender el juego de la santísima confusión, baste con saber que Tomás de Aquino, el fundamentador medieval de la Teología católica, al final de su vida, al encontrarse con la verdad en su interior, se despertó y pidió a sus compañeros que quemasen sus libros, porque solo decían mentiras y tonterías. Pero no le hicieron caso y los declararon la base "intelectual" y "científica" de las creencias católicas. Y así hemos llegado a este punto de la historia, en que gracias a la evolución de los hijos e hijas pródigos, el Espíritu se manifiesta en los pueblos sometidos a la maldad de los imperios, y lo hace desde dentro, unificandio el corazón y la mente de los seres humanos que van despertando, que ya no necesitan la violencia para luchar, porque la energía vital de la humanidad se va manifestando como conciencia colectiva e individual, y el "no temáis" evangélico en la contraseña universal. Lo iremos viendo y comprobando sobre la marcha.

Es la hora  de la caída de máscaras y disfraces. De la cosecha. De distinguir por fin, el trigo de la cizaña. Y será lo mejor que nos puede pasar. Los músicos lo están captando muy bien. Txarango lo acaba de publicar en su último disco.
Sólo desde la fraternidad entre la diversidad y la paz es posible que se abra el el corazón del Universo y podamos cambiar de ciclo sin efectos secundarios devastadores, porque al cambiar de orientación, de mirada y de inercias, el mundo material cambia con nosotros, eso es física cuántica transformadora y también Pentecostés. Podemos y lo haremos entre todas y todos.  El Espíritu es el wifhi del Infinito y todos llevamos dentro la conexión, el enchufe es nuestro libe albedrío ¿Quién sería tan tonto como para quedarse enganchado en un triste 5G y perderse millones/abecedario completo?

No os perdáis el privilegio de ver La Misión, porque a muchos y a muchas les va a permitir hacerse una nueva autograduación de lentes y lentillas cognitivas, que a estas alturas de la historia y la confusión, ya es una revisión de urgencia, antes de darnos como especie la hostia más espectacular del Antropoceno.

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