George Orwell: «En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario».
lunes, 8 de abril de 2019
Sí, señora, así es: el ser humano, sea quien sea, en libertad, igualdad y sororidad fraterna, es la semilla de la democracia y tiene todo el derecho a expresar sus opiniones, aunque a otras personas sus ideas les den náuseas o gastralgia, como en tu caso, Almudena. Ah, los lazos, si no sirven para unir y solo son útiles para amarrar la libertad de los que nos molestan por sus ideas y palabras, mejor desatarlos antes de que nos rompan a tirones y barbaridades. Qué bien puesto está tu apellido,hermana. Un abrazo y cuidate mucho
Estómago
Ser demócrata consiste en defender los derechos y libertades de personas con las que no estamos en absoluto de acuerdo
Ines Arrimadas en el Pleno del Parlament el pasado miércoles.Joan VallsGTRES
Hace poco más de una semana, unas declaraciones de Inés Arrimadas me
dieron dolor de estómago. Miquel Iceta había dicho que, si en algún
momento, los independentistas catalanes llegaban al 65%, el Estado
español tendría que encontrar un mecanismo para encauzar el problema. Es
una opinión razonable, que Arrimadas tergiversó, en un grado de
obscenidad difícil de superar, al decir que la estrategia del PSC era
esperar a que el independentismo creciera hasta el 65% para romper
España. Nos estamos acostumbrando a los discursos repugnantes, pero una
cosa son los candidatos, que vienen y van, dando más o menos asco, y
otra las instituciones, cuya esencia consiste en permanecer. Por eso,
cuando mi estómago no se había recuperado todavía, me dolió mucho más la
actuación de Josep Costa, diputado de JxCat y presidente accidental del
Parlament —en ausencia de Roger Torrent, que había ido al médico—,
cuando mandó callar a Arrimadas en el estrado de la Cámara catalana. La
líder de Ciudadanos recordaba una serie de tuits auténticos de Quim
Torra, por su contenido xenófobo y supremacista, cuando Costa, que en
aquel momento era el presidente de la Cámara en la que reside la
soberanía popular de todos los catalanes, la interrumpió para defender
al president. Llegó a pedirle que se callara porque, desde que
ocupaba ese cargo, Torra no había escrito esas cosas. La grosera,
bochornosa censura de Costa, en una sala llena de lazos amarillos y
carteles por la libertad de expresión, me indignó sobremanera, pero
reforzó mis convicciones. Porque, si democracia no es una palabra hueca,
ser demócrata consiste en defender los derechos y las libertades de
personas que dan dolor de estómago. En mi caso, sin ir más lejos, Inés
Arrimadas.
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