El Parlament en chirona, el President refugiado en Bélgica en busca y captura, el Gobierno de Madrid asegurando que "el que (se) la hace la paga" y yo insisto señorías de la togas y ministro de Justicia reprobado por el Parlamento: ¿Jordi Pujol y Marta Ferrusola, en qué prisión están? ¿han devuelto ya el botín de su rapiña? ¿lo van a devolver, o es regalo de la casa para que no canten La Traviata en stéreo con los trapos sucios del estado en su haber? ¿Y Mariano Rajoy como responsable soberano del saqueo del estado, de las tramas corruptas de su ppartido, de la evapporación de 42.000.000.000 de euros de un rescate invisible, responsable de daños incalculables contra la ciudadanía y la ética obligatoria del Estado y de la burla de la misma Justicia en las narices de los Tribunales este pasado verano, en donde demostró un cinismo y una capacidad inaudita para mentir 'legalmente' y encima con arrogancia y desprecio a esas instituciones que tanto venera de boquilla, y, para colmo, responsable en último término del problema catalán al haber liquidado en 2010 el Estatut enredando en los tribunales amigos (prevaricando a saco)? ¿qué tendría la Justicia que hacer con él si fuese justicia y no un camelo vergonzante? ¿Un poder judicial decente no tiene nada que objetar como fundamento de un estado-basura semejante?¿ está cómodo el PJ en ese entramado de mierda? Tendría que hacérselo mirar.
Para tener autoridad no basta con que lo digan los papeles, ni con estar sentados en un sillón determinado, hay que aportar un contenido moral de peso, un sentido sano y sin tapujos al servicio de la sociedad, que para eso les paga. Una toga o un título, un trono o un escaño, sólo son barniz y fanfarria prescindible si el contenido no responde a las necesidades para las que se han creado las funciones. Y simplemente "funcionar", en Justicia, en Política o en lo que sea, no es enchufarse a la red como una tostadora, en vez de eso , consiste en ser núcleos que impulsan y potencian en la praxis valores morales, justos, igualitarios, dignos de confianza para la sociedad y no actúan jamás como testaferros y albaceas bien pagados del poder que mande en cada momento.
Para tener autoridad no basta con que lo digan los papeles, ni con estar sentados en un sillón determinado, hay que aportar un contenido moral de peso, un sentido sano y sin tapujos al servicio de la sociedad, que para eso les paga. Una toga o un título, un trono o un escaño, sólo son barniz y fanfarria prescindible si el contenido no responde a las necesidades para las que se han creado las funciones. Y simplemente "funcionar", en Justicia, en Política o en lo que sea, no es enchufarse a la red como una tostadora, en vez de eso , consiste en ser núcleos que impulsan y potencian en la praxis valores morales, justos, igualitarios, dignos de confianza para la sociedad y no actúan jamás como testaferros y albaceas bien pagados del poder que mande en cada momento.
Mientras esa justicia no pueda responder con hechos a tanta corrupción desvergonzada, para millones de españoles de cualquier nación del Estado, ese tercer poder Judicial estará a la altura del betún, como el Ejecutivo y gran parte del Legislativo formando parte de una conjura delincuente amoral, ilícita e ilegítima que al mismo tiempo que se desautoriza sí misma, nos avergüenza y nos deja alucinadas; desde el franquismo jamás habíamos visto algo tan aberrante, destructivo social y político, tan descarado y tan ciego, sordo y torpe. Tan dañino y perverso.
Rajoy no podría hacer las barbaridades que está perpetrando sin ese poder judicial extracorpóreo, sin un funcionariado sumiso y sin unas fuerzas de seguridad que le obedecen como robots, sin conciencia ni decoro, ni pudor, solo por miedo, rutina, peloteo, incultura democrática, intereses espurios, todo ello como resultado de una falta absoluta de conciencia.
Lo mismo vale para la prensa amiga. Anoche tuve que apagar la tv. El espectáculo basculaba entre lo patético y lo absurdo en una sociedad europea del siglo XXI. ¿Al rojo vivo?, no sé qué habría pasado si el programa se hubiera llamado "Azul y gaviota". Menuda cuadrilla...Ni una apelación a la sensatez, ni aportar un sólo resquicio a favor de una amnistía, de un reencuentro, de una resituación imprescindible. Nada de nada. Odio, sarcasmo, negatividad absoluta, incapacidad para una visión ecuánime, preguntas capciosas y de una falta total de respeto y de empatía ("diga, diga, le repito, insisto,¿usted también se habría ido a Bruselas como Puigdemont, conteste, conteste")?. Un desprecio, una especie de sádico disfrute que ponía los pelos de punta; todos como los pollos de una granja cuando uno de ellos se hace una herida sangrante, a picar en masa sobre ella hasta que matan al herido; poco importa que sean hermanos de camada y de especie. Claro, es el instinto animal más elemental...Ay, Ferreras, qué máquina, en todos los sentidos.
El periodismo, que por algo es el cuarto poder, tiene la posibilidad de ayudar a la sociedad y como plataforma con buenas iniciativas, a ver más claro, a reflexionar con calma y especialmente en situaciones de tensión extrema como la que estamos viviendo ahora mismo, podría ser de una gran ayuda. En vez de esos programas chismosos y mediocres, de mercadillo, depredadores de la actualidad, qué buena función desempeñaría en el lugar del constante ataque y defensa entre periodistas a la greña y tirando para el bando que les subvenciona, con una actitud más propia de un ring difamatorio y ruín que de un debate, qué buena idea sería invitar a personas solventes y no dedicadas al periodismo, tales como juristas, politólogos, sociólogos, psicólogos y orientadores conductuales, mediadores sociales, gente lúcida y experta en solución de conflictos, y que el debate tuviese un espacio abierto para la intervención telefónica y presencial de la ciudadanía, que pudiese preguntar, aprender y en muchos casos, enseñar a la vez desde la experiencia.
Qué cambios habría en este miserable país de países aplastados por su misma mediocridad, ramplonería y planicie cognitiva. Contamos con magistrados como y juristas como Garzón, Bosch, Carmena, Cristina Almeida, Martín Pallín, Jiménez Villarejo, profesores como Pérez Royo, Vicenç Navarro, Victoria Camps, Adela Cortina, Ángel Gabilondo, Jordi Pigem, Mayor Zaragoza, Jorge Riechmann, Pérez Tapias, García Montero, Carlos Taibo, investigadores experimentados como Punset, Teresa Forcades, Rosa Solá, Joaquín Araújo, políticos sabios ya al margen del barullo como Julio Anguita, todos ellos pedagogos sociales con mucho que aportar enseñando desde los medios a debatir y a dialogar en vivo; en fin, riqueza humana nos sobra para levantarnos de los escombros, pero hay que saber verla y hacer a un lado los prejuicios de tanto ego mediático "profesionalizado" para dejar paso a la sustancia por encima de la anécdota y del vértigo de la noticia al instante como único valor, dando palos de ciego y dejando siempre el mismo vacío del "¿y ahora qué?", pues eso, más información desinformadora; en semejante ensaladilla de egos apresurados por dar el campanazo que después no aporta nada, ni mucho menos ayuda a comprender algo, salvo que vives en una boñiga gigantesca donde cada vez huele peor y la mierda aumenta exponencialmente a medida que el desastre se empodera del estado y su circunstancia cada vez menos democrática, menos política y más estratégica y táctica, en plan legión o falange macedónica ( y cada vea más de las JONS), aunque en versión chapuzas a domicilio y trece Rue del Percebe o Mortadelo y Filemón agentes de la TIA.
Si no nos estuvieran haciendo puré, sería para partirse de risa.
Ahora sólo queda convertir a Catalunya en un campo de concentración rodeado por alambradas y concertinas, custodiado por las fuerzas de seguridad, como en Ceuta y Melilla. ¿Justicia? ¡Anda ya!
Vergonya, molta vergonya i ho dic com espanyola completament avergonyada. Y sobre todo como ser humano, ser vivo, de sustancia social, o sea, política, (como nos definió Aristóteles), cuya patria es la humanidad, los derechos, la libertad, la igualdad, la justicia verdadera y el amor universal que empieza por los que tienes al lado, que son todos y todas, porque en cada una de nosotros/as están el Otro y la Otra multiplicados ad infinitum.
Rajoy no podría hacer las barbaridades que está perpetrando sin ese poder judicial extracorpóreo, sin un funcionariado sumiso y sin unas fuerzas de seguridad que le obedecen como robots, sin conciencia ni decoro, ni pudor, solo por miedo, rutina, peloteo, incultura democrática, intereses espurios, todo ello como resultado de una falta absoluta de conciencia.
Lo mismo vale para la prensa amiga. Anoche tuve que apagar la tv. El espectáculo basculaba entre lo patético y lo absurdo en una sociedad europea del siglo XXI. ¿Al rojo vivo?, no sé qué habría pasado si el programa se hubiera llamado "Azul y gaviota". Menuda cuadrilla...Ni una apelación a la sensatez, ni aportar un sólo resquicio a favor de una amnistía, de un reencuentro, de una resituación imprescindible. Nada de nada. Odio, sarcasmo, negatividad absoluta, incapacidad para una visión ecuánime, preguntas capciosas y de una falta total de respeto y de empatía ("diga, diga, le repito, insisto,¿usted también se habría ido a Bruselas como Puigdemont, conteste, conteste")?. Un desprecio, una especie de sádico disfrute que ponía los pelos de punta; todos como los pollos de una granja cuando uno de ellos se hace una herida sangrante, a picar en masa sobre ella hasta que matan al herido; poco importa que sean hermanos de camada y de especie. Claro, es el instinto animal más elemental...Ay, Ferreras, qué máquina, en todos los sentidos.
El periodismo, que por algo es el cuarto poder, tiene la posibilidad de ayudar a la sociedad y como plataforma con buenas iniciativas, a ver más claro, a reflexionar con calma y especialmente en situaciones de tensión extrema como la que estamos viviendo ahora mismo, podría ser de una gran ayuda. En vez de esos programas chismosos y mediocres, de mercadillo, depredadores de la actualidad, qué buena función desempeñaría en el lugar del constante ataque y defensa entre periodistas a la greña y tirando para el bando que les subvenciona, con una actitud más propia de un ring difamatorio y ruín que de un debate, qué buena idea sería invitar a personas solventes y no dedicadas al periodismo, tales como juristas, politólogos, sociólogos, psicólogos y orientadores conductuales, mediadores sociales, gente lúcida y experta en solución de conflictos, y que el debate tuviese un espacio abierto para la intervención telefónica y presencial de la ciudadanía, que pudiese preguntar, aprender y en muchos casos, enseñar a la vez desde la experiencia.
Qué cambios habría en este miserable país de países aplastados por su misma mediocridad, ramplonería y planicie cognitiva. Contamos con magistrados como y juristas como Garzón, Bosch, Carmena, Cristina Almeida, Martín Pallín, Jiménez Villarejo, profesores como Pérez Royo, Vicenç Navarro, Victoria Camps, Adela Cortina, Ángel Gabilondo, Jordi Pigem, Mayor Zaragoza, Jorge Riechmann, Pérez Tapias, García Montero, Carlos Taibo, investigadores experimentados como Punset, Teresa Forcades, Rosa Solá, Joaquín Araújo, políticos sabios ya al margen del barullo como Julio Anguita, todos ellos pedagogos sociales con mucho que aportar enseñando desde los medios a debatir y a dialogar en vivo; en fin, riqueza humana nos sobra para levantarnos de los escombros, pero hay que saber verla y hacer a un lado los prejuicios de tanto ego mediático "profesionalizado" para dejar paso a la sustancia por encima de la anécdota y del vértigo de la noticia al instante como único valor, dando palos de ciego y dejando siempre el mismo vacío del "¿y ahora qué?", pues eso, más información desinformadora; en semejante ensaladilla de egos apresurados por dar el campanazo que después no aporta nada, ni mucho menos ayuda a comprender algo, salvo que vives en una boñiga gigantesca donde cada vez huele peor y la mierda aumenta exponencialmente a medida que el desastre se empodera del estado y su circunstancia cada vez menos democrática, menos política y más estratégica y táctica, en plan legión o falange macedónica ( y cada vea más de las JONS), aunque en versión chapuzas a domicilio y trece Rue del Percebe o Mortadelo y Filemón agentes de la TIA.
Si no nos estuvieran haciendo puré, sería para partirse de risa.
Ahora sólo queda convertir a Catalunya en un campo de concentración rodeado por alambradas y concertinas, custodiado por las fuerzas de seguridad, como en Ceuta y Melilla. ¿Justicia? ¡Anda ya!
Vergonya, molta vergonya i ho dic com espanyola completament avergonyada. Y sobre todo como ser humano, ser vivo, de sustancia social, o sea, política, (como nos definió Aristóteles), cuya patria es la humanidad, los derechos, la libertad, la igualdad, la justicia verdadera y el amor universal que empieza por los que tienes al lado, que son todos y todas, porque en cada una de nosotros/as están el Otro y la Otra multiplicados ad infinitum.
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